【🦇🏯 -; Hyun Jin | Reino de Hielo】

—El Rey Hwang Hyun Jin es demasiado joven y muy avaro— dijo un hombre mayor tras darle un trago a su whisky. —Cabe mencionar que, el consejo está en contra de las decisiones que está tomando dicho chico pues está poniendo en riesgo la política. ¿Por qué no simplemente deja de pensar solo en él?

—Es correcto— concordó otro hombre mayor de escaso cabello. —No podemos permitir que el Rey Hwang haga lo que desee sin pensar antes en las posibles consecuencias de sus actos infundados y sin sentido. ¡Él hace lo que quiere sin siquiera ponernos al tanto! ¿Por qué no deja de actuar como si fuese un Dios?

—Acaso, ¿están pidiendo indirectamente que se destituya al Rey Hwang Hyun Jin porque al consejo no le parece bien que esté haciendo todo lo posible para traer la paz, tranquilidad y seguridad a todos sus ciudadanos?

Los hombres se miraron entre sí durante unos segundos, hasta que uno de ellos dijo—: Es correcto. Eso es lo que queremos.

No pude evitar aplaudir mientras ingresaba a la enorme sala de juntas acompañado de otros diez hombres que se encargan de mantenerme seguro en todo momento pues constantemente recibo amenazas de muerte.

Todos los presentes dirigieron sus miradas llenas de sorpresa hacia mí.

—Es una completa lástima el hecho de que, en lugar de estar haciendo su verdadero trabajo, estén buscando la manera de quitarme el trono que me pertenece y que tendré bajo mi poder hasta el día de mi muerte. ¿Por qué no en lugar de decir estupideces sin sentido y hacer peticiones completamente inservibles, no se van a hacer su verdadero trabajo que consta en servirme el té y masajearme los pies?

La indignación en las miradas de los presentes no tardó en aparecer tan pronto escucharon mis descabelladas palabras que están llenas de burla y superioridad.

No suelo hablarle así a la gente, a menos que me hayan colmado la paciencia o que no hagan su trabajo correctamente por estar chismeando.

—Rey Hwang, es un placer tenerlo con nosotros— dijo Christopher Bang, el líder del consejo. —¿Por qué no toma asiento para que podamos hablar con mayor libertad acerca de lo que nos incomoda sobre usted estando en el trono?

Sé perfectamente que lo ha dicho de esa manera porque le encanta hacer perder la cabeza al resto de los del consejo. Christopher ha sido mi amigo desde hace cuatro años atrás y logramos congeniar demasiado bien pues ambos deseamos encontrar al bastardo que está tratando con humanos y omegas.