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⚠️ADVERTENCIA⚠️: Este capítulo contiene representaciones y narrativa de auto lesión. Se recomienda discreción y en caso de sensibilidad al tema, pasar de largo.
C A P Í T U L O 1
Fecha: Actualmente el presente...
La carta que había escrito a mano Emi, subida a su Instagram oficial dando un comunicado que abordaba cada noticiero de Corea o entretenimiento importante. Pasó después que tuviera que ingresarse de emergencia en el hospital por la gravedad de su salud mental, tuvo repercusión en su vida.
❝ Hola, soy Emi.
Endis (nombre de club de fans por la palabra END que por sus letras significaba the energy never dies) que extraño. Estoy escribiendo esta noticia, decidí hacer esta carta por las preocupaciones que tienen hacia mi. Me siento tan responsable por causarles molestias. Después de mucho pensarlo y considerarlo, no podré continuar con la producción del siguiente álbum y promoción de la gira, me gustaría dedicar más tiempo en concentrarme en recuperar mi salud. Para mis fans que sé que los decepcioné y están preocupados por mi, sacaré mi canción "Hard To Love". Esta es una canción pregrabada totalmente personal que compuse hace tiempo.
Mis Endis, ¿Cómo están? Espero que estén bien. Coman bien a sus horas porfavor, duerman adecuadamente y tomen agua. No quiero preocuparlos. Les prometo que intentaré ver por mi salud, recuperarme, estar más sana y volveré con ustedes.
Quiero darles el apoyo de vuelta que me brindan durante este período de mi ausencia en el que no pudimos estar juntos en mejor forma. Discúlpenme por lo repentino. Lamento decepcionarlos. Muchas gracias por creer en mi y esperarme. Los ama, Emi Kimura. ❞
Le gusta a 𝗷𝗮𝗰𝗸𝘀𝗼𝗻𝘄𝗮𝗻𝗴𝟴𝟱𝟮𝗵𝟳, 𝗲𝘂𝗻𝘄𝗼.𝗼_𝗰 y 𝟭𝟲𝟳,𝟳𝟰𝟵 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 𝗺𝗮𝘀
@𝗲𝗺𝗶𝗸𝗶𝗺𝘂𝗿𝗮 ;
Hace 20 minutos
¿Qué es un hiatus?
El significado de hiatus se refiere a la interrupción de la actividad de un artista que se tomará un descanso indefinidamente después de un lanzamiento reciente musical o aparición en concierto.
Y en casos más graves, hasta se involucra con un escándalo.
Puede durar desde meses hasta años.
No significa que se haya retirado.
Emi miraba a la nada, respirando agitadamente. Había aprendido a tratar la ansiedad que le daban los malos comentarios de personas que no conocía a través de las fotos que subía últimamente.
Los últimos tweets con su nombre era trend topic número 1.
"@usernuevo: Ojalá que se mate @emikimura. Estoy decepcionado, llevo desde su debut siguiéndola"
@fuckemi: ¿Ya limpiaron? Yo apenas estoy empezando por esa perra estúpida sin sentimientos @emikimura *se anexa foto de la merch de Emi en un cubo de metal prendido por fuego*
@****: Con razón en las cámaras escondidas cuando la grababan, su expresión era muy fría. @emikimura ojalá nunca tengas ningún momento de paz por lo que hiciste. Eres horrible, era de imaginarse que había hecho algo así"
Todo por un malentendido.
Hace una semana salió algo que la colocó aun más al ojo público, se hizo viral para ella. La empresa de Emi le ofreció que ayudara con una tarea importante.
Grabar como una actriz en un vídeo musical de una canción en solitario de un cantante como ella en la misma empresa, pero a excepción que era de una boyband reconocida, era para su debut en solitario, donde habían personas que notaron rápido la conexión y química que tenían en todo el vídeo de las diferentes escenas, algo que algunos fans que fueron haters de ella se lo tomaron a mal y personal.
"Seven" se había hecho muy viral por la aparición de Emi en ese vídeo.
Un hater rebuscó tanta información personal de ella, que dieron al final sacando a la luz el suicidio que ocurrió en su escuela secundaria, donde le estaban recriminando que era su culpa que una chica del mismo salón se había matado por ser su bully.
Cosa que era falsa. Ambas eran mejores amigas. Esa pérdida para Emi era una fibra tan sensible que no superaba.
Se sentía tan expuesta y desnuda con aquellas falsas acusaciones que era una bomba de tiempo. La tachaban de la peor forma. Una basura repugnante y asquerosa como una asesina. Su corazón no lo soportaba, porque en este punto a lo más fondo, ella lo creía. Empezó a creerlo. Y estaba totalmente rota. Le habían destruido el poco espíritu que tenía para enfrentar esa situación.
- Me duele tanto la pérdida de mi hija y su memoria, que acusen a la mejor amiga de mi Ria que fue la que la mató es algo tan cruel -hizo una pausa mirando al suelo dejando las lagrimas.- Emi era tan cercana a Ria, las dos eran mejores amigas en la secundaria. Yo no sabía y tampoco Emi lo que pasaba al rededor de Ria, nos mudamos a mitad de ese ciclo escolar por mi trabajo, se alejaron ambas y fue cuando el sufrimiento de Ria comenzó en otra escuela. La molestaban horrible y ella se lo guardaba, se quedó en silencio -la madre de Ria dejó algunas lágrimas pesadas y tomó un respiro aguantando el sollozo.- Por respeto a la memoria de mi Ria, necesito que terminen esta polémica. Estoy completamente en shock por esto. Ria no me hubiera perdonado si yo permitía que hablaran así de alguien que quería tanto como lo hacía con Emi. Por favor, si continúan hablando así yo tomaré acciones legales contra los que se atrevan a hacerlo...
Ese clip de la mamá de Ria que se hizo muy viral, lo estaban pasando en las noticias.
Emi la miraba. Era su culpa. Por haber abandonado a su amiga en su peor momento. Por no estar para ella. Estaba completamente ciega ante aquello, su temor y miedo de la culpa.
¿Si lo habría intentado, sería tan diferente?
Intentó buscar algún indicio de verdad. La recordó, recordando el día en que se enteró de lo que había hecho.
Ahora Emi no se había parado para nada un día entero, ni movido.
No quería. Pensaba que así no estaba pasando lo que en realidad ocurría en esa tormenta, siendo uno de sus peores momentos, el más cruel.
Y se sintió tan mal. La angustia que sentía por haberla herido consumía tanto su respiración, ahogándola entre sí. Temblaba y no sabía cual era la causa, entre el miedo y la ansiedad de la verdad. Era una caía tan sorbida agotando su oxígeno. Las respiraciones no le daban.
Otra vez le estaba pasando.
Lo mismo que hace 8 años cuando se enteró de la noticia.
『 - ¿Cuándo inició?
- Hace un día. No ha hablado ni comido nada. Tampoco ha dormido, menos llorado o algo parecido -habló su madre a su lado mientras las enfermeras la llevaban adentrándose a urgencias en la camilla y miraba totalmente preocupada a su hija.- Ayer le dieron una noticia realmente muy mala. Su mejor amiga, perdió la vida. Se suicidó.
Emi escuchaba a lo lejos, muy lejana la voz de su mamá.
- Ya iniciamos protocolo, se ingresará en psiquiatría señora. Está en shock por la noticia -un médico indicaba con rapidez mientras enfermería la preparaba para el ingreso.
Lo único que pueden sentir era el miedo y la soledad que parecía nunca borrarse en toda su vida. Un vacío en el alma.
Lo sentía así.
Es su culpa. La pérdida causaba enfermedades. Se estaba perdiendo a ella misma.
No estuvo para ella en su momento difícil. Era una pésima amiga. Si le hubiera hablado más, si le hubiese visitado más.
¿Qué pasaba con los planes que habían hecho? 』
Escuchó como volvían a tocar con fuerza su puerta como si llevaran rato queriendo derribarla, sabía que era su manager.
No se inmutó, siguió con su vista fija en el techo de su habitación.
Totalmente ignorando lo que acababa de hacer en un ataque de impulsividad.
No podía moverse. Ya era demasiado tarde.
Lo había hecho.
- Emi, porfavor abre...
Ni siquiera parpadeó, estaba tan mal que ni se movía.
A lo lejos la manager de Emi lograba abrir la puerta por la cerradura, había metido una tarjeta cualquiera para impedir el candado siguiera ahí.
- Emi, ¡respondeme! EMI, EMI...
Su manager la encontró recostada en el suelo como si se hubiera caído, se acercó para auxiliarla, la movía pero ella seguía inmutable, su mirada perdida pero la analizó viendo la causa, encontrando a su lado el bote de pastillas de su tratamiento tirado pero faltaban muchas píldoras, se fijo que las había ingerido casi todas, seguía respirando con total lentitud.
- Ha... ha-ana.
Murmuró por lo bajo con voz quebrada, intentó meter sus brazos para pararse y se le hizo imposible, hizo que sus dedos se movieran por muy poco, lo que le ordenaba a su cuerpo hacer era imposible por la sobre dosis. Causaba un descenso imperdurable del sistema nervioso. Hana la miraba aún congelada.
Más lágrimas aparecieron preocupada por Emi, sentía tanta desesperación por verla en ese estado. Quería mover cielo y mar para evitar que algo peor le pasara.
- No, no, no, ¡por favor no! ¡AYÚDENME PORFAVOR!
Le decía a quien sea que estuviera cerca, que la auxiliara. Lo pedía entre gritos fuertes para que se cumpliera, deseando que no le estuviera pasando aquella realidad. La descuidó. Un nudo en su garganta aparecía.
Y se acercó para ver que siguiera respirando completamente asustada y preocupada. Le había afectado tanto a Emi esa jodida situación. Casi como si no tuviera otra opción.
Era una completa emergencia donde estaba en juego la vida de Emi por ese intento de suicidio.
Se armaría un escándalo, era lo menos que quería su empresa pero estaba tan mal Emi, ella no reaccionaba.
Llamó a 911 a la línea de urgencias.
- 911, ¿cuál es su emergencia?
- Mi amiga intento suicidarse, tomo muchísimo medicamento, porfavor manden una ambulancia rápido...
A los 2 minutos la ambulancia llegó en la residencia lujosa de Gangnam, a las afueras en el departamento de la cantante que estaba teniendo un brote psicótico depresivo donde para intentar aminorar la pérdida de contacto que tenía con la realidad, llevándola a ese agujero que había tratado de salir en todos estos años, intentó meterse un bote completo de antidepresivos combinados.
Durante un episodio de psicosis, se alteran los pensamientos y las percepciones, y la persona puede tener dificultad para reconocer lo que es y lo que no es real. Había sucedido con rapidez para Emi.
Por lo que para tranquilizar esa parte dolorosa de recordar lo malo y sentir tanto dolor y opresión en el pecho que le costaba tanto respirar, decidió tomarse su medicamento a grande escala con desesperación. Para olvidar.
Quería sentirse bien. Ignorar todo. ¿Ese era el precio final de la fama? Había caído ante ello. Y dolía.
Era un hecho, como una tormenta grave o una bola de nieve haciéndose cada vez más grande, las dosis altas de antidepresivos como pasaba con Emi por cargar esa culpa era un tratamiento controlado pero que estaba más propensa a dañarse desde hace tiempo.
Y había ocurrido.
No estaba pensando con claridad por estar cegada en lo malo. Un completo impulso la orilló.
Los paramédicos entraron comenzando a revisarla.
- Frecuencia cardiaca alta -hablaban entre ellos, las voces a ella le parecieron tan distorsionadas que no les entendió, como si estuvieran lejos pese a que estaban a su lado conectándola a un pequeño monitor para ver si necesitan iniciar protocolo de reanimación.- Presenta taquicardia ventricular, su respiración está cortada.
Hana, la manager de Emi los veía todavía en shock por lo que estaba viendo.
Recordó Hana cuando para el documental próximo de Emi, le preguntaron ¿Qué te pareció Emi cuando la conociste? Y relataba ese día ante los camarógrafos sentada en un sillón claro individual,
" - Entonces, en cuanto Emi entró a la audición yo pensé: Wow, realmente hay gente que ha nacido para esto -mencionó Hana con una sonrisa".
Y verla ahora así, Hana no lo creía y brotaban en abundancia lágrimas de tristeza. En cómo había terminado.
Los paramédicos la pasaron de manera rápida a una camilla colocándole una bolsa de administración de oxígeno, estaba teniendo un choque cardiopulmonar por la reacción al exceso de medicamentos.
El oxígeno que le estaban pasando hizo que aumentara un poco su respiración y vieron el monitor denotando qué apenas pasaba poco a poco.
- Hay que llevarla al hospital rápido.
Se movieron con eficacia llevándola en la camilla pasando el edificio a las afueras, le pusieron una sabana por encima cubriendo su rostro para darle aunque sea un poco de intimidad a su vulnerabilidad, colocándola dentro de una ambulancia con rapidez .
Habían un grupo de paparazzi esperándola, aun en esa situación tan sensible y expuesta, ansiaban sacar provecho por su fama para sacar el ángulo perfecto ante el escándalo.
Dicen que antes de morir, el cerebro reproduce durante 7 minutos recuerdos del pasado apreciados y queridos.
Entonces, su cerebro comenzó a buscar esos 7 minutos para reproducirlos...
- Estuviste tan increíble -Emi lo abrazó sin dudar, aunque estuviera completamente sudado no le importaba, Kuroo le sonrió y le devolvió el abrazo, él suspiró teniéndola en sus brazos un pequeño momento que le encantaba.- Parecía que te romperías los brazos de tan fuerte que rematabas, sacabas o eso que hiciste como si fueran paredes con otros dos...
Explicaba la chica rubia dándole una sonrisa completa, emocionada por lo que acababa de presenciar tanto que no podía creerlo. Era la primera vez que lo veía jugar. Kuroo jugaba tan bien.
Era como cuando descubrió la música. Tenía esa expresión de maravillada, su corazón se sentía tan cálido. Kuroo tenía tanta pasión en sus movimientos, como si diera su vida entera para tener el favor, entregar todo para conectar el balón.
- ¿De verdad crees eso?
- ¡Claro que sí! No entiendo nada de las reglas. Pero luciste fantástico -río Emi dándole otra sonrisa a Kuroo, él río también por cómo se refería.
- Te voy a enseñar. Ya, ven.
Kuroo se puso atrás de ella y la empujaba suavemente tocando sus hombros dirigiéndola a la cancha, Emi reía mientras con sus manos mantenía el contacto con las manos de Kuroo, negando su cabeza y apoyándose en él por cada paso para que no la obligara, obviamente todo en plan de juego mientras Kuroo reía.
- ¡Ni sé como golpearle! A parte el equipo sigue en la canchaaaa. ¿No seguirán jugando?
- Soy el capitán, no importa eso.
Emi le pego en el hombro a Kuroo a modo de juego porque lo había dicho muy egocéntrico.
- Señor egocéntrico...
- Eh, que brusca eres. Me dolió, tienes buena mano. Vamos a ver como sacas...
Se quejó Kuroo infantilmente tomándose el golpe, agarró su muñeca guiándola a unos metros de la red. Le pasó el balón y se colocó a su lado para enseñarle.
Se acercó mostrándole como poner las manos y las piernas, con un toque por aquí y por allá, corrigiendo su postura tanto en los hombros como sus pulgares, sentirlo entre su piel la había dejado tan nerviosa.
Que se desconcentró guardando gritos internos de emoción.
Su cara estaba completamente sonrojada por la cercanía de Kuroo.
- ¿Seguro que no es una excusa para tocarme?
Kuroo soltó una carcajada que escucharon los demás a lo lejos. Su equipo los miraba con curiosidad de lo que estaban haciendo.
- Sí hubiera querido tocarte lo hubiera hecho con una mejor excusa.
La cara de Emi ardió más mientras que él le sonrió de lado con esa expresión tan tranquila y retadora que tenía, le derretía aquella sonrisa que le daba Kuroo.
Se sentía avergonzada.
- Tonto -le insulto de broma ella y río.
- Vamos ahí la tienes, tírala. Alza este brazo y gira el otro al nivel de tu rostro pero hacia afuera -decía Kuroo sonriéndole tiernamente, haciendo el movimiento enseñándole.
- ¡Soy un asco en esto!
Gritó emocionada al ver que su tiro con la pelota golpeó en la red y no la pasó, había quedado bajo. Había sido un saque completamente feo pero ella tenía una sonrisa tan feliz completamente sincera, pensaba que aquello era lo más genial que había hecho en tiempo.
- Te falta práctica. Fue bueno para ser el primero -mencionó él recogiendo la pelota y se acercó a ella para entregársela, sus dedos rozaron por ese acto, teniendo esa conexión extraña y se sonrojó.- Tenemos un partido contra el Karasuno el viernes, ¿no quieres venir?
Emi le sonrió con cariño. Kuroo miraba el suelo rascándose la cabeza algo inseguro en su rechazo y con un sonrojo evidente.
- ¿Verte jugar otra vez? Me gustaría.
- Es un trato.
- Hecho -completó Emi dándole la mano y la estrecharon, haciendo que se riera porque él fingía que era algo serio, no le creía en tener ese aspecto.
- Quería preguntarte algo...
- ¿Qué? - preguntó confundida Emi con una ceja alzada.
Parecía que Kuroo había corrido un maratón por el sudor que tenía. Ella estaba preocupada, supo inmediatamente que era porque ya había comenzado su partido.
Al verla apenas llegando, no la dejó entrar a las canchas de los partidos, le tomó su muñeca y la llevó a un lado lejano para hablar rápidamente sin que lo interrumpieran.
Emi había llegado tarde, Kuroo en todo el partido erraba solo por sus pensamientos que acaparaban a esa chica. En su mente venía ells de la nada. En los saques, tiros y bloqueos solamente Emi. Sus ojos grandes en tono avellana claros tan radiantes y bonitos. La complexión de la chica con hombros estrechos pero marcados por el ballet. Su cabello rubio y largo semi ondulado en las puntas. El tono rosa de sus mejillas acompañado con esa sonrisa que le daba. Tan linda.
- Para ti entonces, ¿te pasa lo mismo?
Preguntó esperando que respondiera como lo había dicho Kuroo, rápido. Ella pestañeo varias veces pensando en la respuesta, ¿a qué se refería? No le entendía para nada a lo que se estaba refiriendo.
- ¿Eh? Bueno pero, ¿qué dices...
Él la miró por un momento, se podría decir que los dos estaban hipnotizados y perdidos en los ojos del otro. Esa conexión desde que se conocieron.
Se lo diré, ya fue demasiado pensaba él sintiendo sus mejillas rojas.
- No puedo dejar de pensar en ti y con ganas de verte -soltó sin más Kuroo esperando alguna reacción de Emi, pero ella permaneció congelada procesando apenas lo que dijo.- ¿Tú también?
- Yo...
Y un silencio largo para ambos. ¿Qué se supone que tengo que decirle? Se preguntaba Emi más nerviosa, los latidos de su corazón haciéndose más fuertes que antes, porque iba tarde y quería ir a apoyarlo. Ahora esos latidos estaban desbordando por esa confesión.
- Perdón, acabo de pedir un tiempo fuera y estoy muy desconcentrado. Solo necesitaba decírtelo. Piensa tú respuesta, por favor. Me iré.
No dejó que ella respondiera algo.
Salió corriendo otra vez adentro de la cancha, Kuroo había pedido a su equipo y entrenador un tiempo fuera. Se recobró después de decirle esa especie de confesión. Necesitaba sacarlo. Y le había ayudado hacerlo.
- ¡Tetsuro!
Le habló ella. Pero él no volteó por lo lejos que estaba.
Podría estallar en cualquier momento por la felicidad que le dio esa confesión, tan él. Por como lo había dicho a su estilo. Se había dado cuenta que a ella también le pasaba a lo que él se refería.
- ¡Oye, esos son míos! Eres un grosero -Emi trataba de no poner malas palabras en su boca y tampoco de hablar tan fuerte, ambos estaban en la biblioteca y se habían quedado después de la salida para tener una sesión de estudio juntos, se acercaban los exámenes finales. Había sido una mala idea de quien sea que se le haya ocurrido, porque estar juntos significaba hacer cualquier cosa menos estudiar.
- Se ve más delicioso lo ajeno ¿sabes?
Informó él como si fuera un dato tan obvio y le sonrío guardando una risilla por la cara tan graciosa que hizo Emi, todavía su mano tenía el último trozo de las galletas de chispa de chocolate y se la llevó a su boca aun con la mirada de Emi, estaba sonrojada porque bajó la mirada a sus labios que la distrajeron del real problema.
- Kuroo eran mis galletas...
Ella le empujaba sin parar de reírse, él iba a responder pero ambos escucharon un "Sht" proveniente de la bibliotecaria a lo lejos interrumpiendo ese momento, los dos miraron aterrados y vieron que esa señora viejita continuaba su vista con lentes en la novela que traía entre manos, ambos compartieron miradas otra vez cómplices y rieron por lo bajo al estar a salvo de que no los hayan atrapado.
Eran solamente dos adolescentes enamorados del uno al otro compartiendo su tiempo. Emi tiró las migajas y él hizo mueca de asco.
- Eso hacen los animales Emi, ¡ten educación! -se quejó Kuroo dándose cuenta de lo que había hecho, se quitaba las boronas de galleta restante difícilmente, haciendo que ella soltara otra risa. Él le miro asintiendo diciendo como bien me lo merezco.
- Mira quien lo dice, me arrebataste mi última galleta. Tu eres el maleducadooo. ¿Sabes que la última parte de la comida es para despedirse? No dejaste que lo hiciera -río Emi después de darle entre ese pequeño discurso o regañada, estaba fingiendo estar ofendida por su acción.
- Suena lógico para mi -Kuroo le sonrió entendiéndola, le encantaba estar a su lado. Ambos se miraron fijamente, él se apoyó su peso estando recostado en la mesa aún sentado, poniendo sus brazos como almohada.- Te compraré otras, ¿vale?
Ella repitió lo que estaba haciendo él, se apoyó todo su peso a la mesa recostándose aun sentada a su lado. Le miró entretenida, observando sus facciones. Ojos mieles afilados con mirada traviesa. Sintió el vuelco de su estómago más ligero. Le gustaba un montón.
No se daba cuenta.
Kuroo hizo lo mismo y se miraron fijamente. Emi lo miró sonriente, apreciaba tanto estar a su lado. Nadie la hacía reír como era con él. Bajó la vista a sus labios que tenían una sonrisa distrayéndola pero vio una mancha color café.
- Tienes una chispa de chocolate en el mentón.
Ella sacó una servilleta del chaleco de su uniforme, alzó su mano a su cara acercándose y empezó a quitarle esa mancha.
Él se tenso dejando la sonrisa por la cercanía de la chica, poniéndolo más nervioso al sentirla tan cerca como para que su perfume sea evidente, Kuroo miró los ojos almendrados de Emi y un sonrojo apareció, quedándose hipnotizado por su cercanía, él se quedo estático y la miró mientras le limpiaba.
- Ve y todavía me tienes limpiándote.
Bromeó Emi terminando dándole otra sonrisa, haciendo que Kuroo bajara su mirada a sus labios. Era inevitable lo que estaba apunto de hacer.
Por inercia él coloco su mano encima de la de ella qué estaba en su rostro por la servilleta.
Emi le miró sorprendida. Ahora estaba tocando su mano. Recordó los toques de sus manos que tenían al pasarse cosas, el balón, cuando le quitaba su guitarra o amplificador para ayudarla a cargarlo y como estaba esa conexión. Era diferente ante ese tacto porque era fijo, había durado más que los anteriores haciendo que su corazón latiera al por mil. Su cara se acercó a la de ella y Emi se sorprendió por su repentina cercanía.
Juntó sus labios con los de ella, dándole un beso tierno y torpe, Emi estaba sorprendida por su acción y los latidos saltaban de más sobre su pecho colocándola aun más nerviosa por esa sensación demasiada cálida.
Emi le correspondió intentando no sonreír en medio del beso por la reacción que le daba. Era un beso totalmente tierno y dulce, demostrando todos los sentimientos que ninguno de los dos sé atrevía a confesar en todo ese tiempo que estaban juntos.
Al encore de su canción, Emi solamente soltó un beso y el público de fans aplaudía. Estaba en su primera premiación desde su debut, siendo la rookie del año ganándose todos los premios donde estuviera nominada.
- ¡Oh por dios, no puedo creerlo!
Le gritaba a una bailarina, Emi estaba tan cansada con una sonrisa aún en su rostro y la abrazó, uniendo a todo el grupo de sus bailarines en un abrazo grupal, al separarse y recibir un ramo gigante de flores lo empezóa repartir a cada bailarin uno, un gesto tan genuino en ella por esa acción que se ganó aun más el corazón del público.
El pasado es como una mano llena de agua, aunque deseabas que se quedara en tú puño, se difunde entre tus dedos, desapareciendo poco a poco, Emi deseaba por un día, solo un día poder volver atrás. Haría las cosas diferente.
Y con los recuerdos, con ellos esa memoria a largo plazo, empieza a imaginar el futuro, el ¿qué hubiera pasado... si todavía seguían con vida? O mejor aún, ¿y sí solo se hubiera quedado en Tokyo con Kuroo en una vida normal?
- Tetsuro que bueno verte, al menos no te echaste para atrás -río la abuela ante su chiste.
- Nunca lo haría si se tratara de Emi -río él a lo que se refería, que no se haya dado la fuga o algo así. No podría, nunca en su vida hacerlo.
Emi se quedo parada perpleja y lo miró sorprendida de verlo en traje, digo, sabía que tenía que llevarlo pero nunca se lo había imaginado así, tenía una corbata color azul y un botonier blanco que su madre le puso.
Kuroo le sonrió muy feliz acercándose y la miró hechizado con las emociones a piel desde su corazón. Emi solo traía su cabello en media cola, poco maquillaje y ese vestido muy simple sin algun tipo de decoración o pedrería, no era para nada costoso pero ella lo hacía lucir muy elegante y bonito.
Kuroo le dio su ramo que combinaba con el botonier de los mismos tipos de colores. La abuela de Emi y el padre de Kuroo comenzaron a tomarles fotografías para memorar ese evento.
Emi simplemente se le acercó aún más y le dio un pequeño beso tierno, dándole un abrazo cariñoso. Le encantaba estar envuelta en sus brazos.
- ¿Estás lista? -preguntó él separándose y tomándola de la mano, dejándola más cerca para empezar a caminar juntos.
¿Si estaba lista casarse con su amor verdadero? No debería ni de preguntar. Él empezó los pasos y volteó a verla al notar que no lo seguía.
- Siempre lo he estado esperando.
Aclaró ella caminando a la par y apoyando su cabeza apenas en su pecho donde él dejó su mano y la abrazó por sus hombros.
La abuela de Emi aprovecho el momento para tomarles una foto. Emi y Kuroo sonrieron sin dejar ese abrazo, ella sosteniendo el ramo pasándola en el pecho como abrazo a Kuroo y él pasando su mano por la cintura de ella.
Iba a ser una ceremonia muy privada y pequeña. Pero sentían que era lo mejor.
Ambos habían usado todos sus ahorros para comprarse un departamento en Tokyo. Por lo que ya no querían esperar en estar juntos por lo que decidieron casarse así.
Una ceremonia muy pequeña, acompañados de un solo familiar más cercano.
Irían a cenar juntos y comenzarían a vivir en ese departamento como luna de miel.
Emi quería llorar otra vez de la felicidad, porque tenía un hogar a su lado, a lado de Kuroo. Se sentía tan amada y protegida entre sus brazos, la entendía tanto y la quería con todo su ser. Le llenaba su corazón de forma tan pura por los sentimientos que tenía él hacia ella, y como no, el amor que sentían ambos, el uno al otro era tan reconfortante que daba paz.
- Soy un hombre de palabra. Entonces de algo estoy seguro, Emi. Eres mi compañera, mi amante y mi mejor amiga -habló Kuroo correctamente, ante el juez, ante la abuela, su padre, y ante su novia Emi. Su tono de voz era cálido y con cierta emoción, envolviendo en esos votos una promesa, pasó el anillo a su dedo anular.- Mi corazón late por ti -él decía como declaración, en Emi robaban varias lágrimas que fueron limpiadas por Kuroo.- Y este día, el día de nuestro casamiento, te prometo lo siguiente: prometo poner mi corazón en la palma de tus manos. Porque es tuyo. Te prometo... A mi mismo.
Emi quería responderle. Que lo amaba. Que quería pasar su vida a su lado. Pero no podía. Su voz no... no la tenía.
Y de repente todo en blanco.
Pestañeo varias veces intentando seguir viéndolo, queriendo encontrarlo.
No estaba.
Enfocó mejor su vista a la luz blanca, miró lo que traía puesto esperando que fuese el vestido blanco y esos tacones azules.
Pero no.
Una bata de hospital rodeaba su cuerpo y estaba descalza, con un montón de monitores conectada, y en sus brazos tenía catéteres venosos.
- Se está recobrando de la anestesia...
Hana respiró un gran bocanada de aire que estaba guardando de tan tensa que se encontraba, estaba tan preocupada. Verla con vida, consciente le dejaba más tranquilidad.
Había salido de la muerte por poco. La reanimaron durante su cirugía. Tuvieron que meterla de emergencia mayor al quirófano para un lavado gástrico.
- Emi, no intentes hablar, tienes un tubo en tu tráquea que te ayuda a respirar. Necesito que no te asustes, porque si no te tendremos que poner más anestesia.
Emi empezó a temblar de miedo por las palabras del doctor dando aquella noticia, asimilando para asintir y sintió un dolor horrible en su cuello, no podía ver más allá.
-Tranquila. Te lo retiraremos.
Otra vez asintió comprendiendo ya que no podía responder y las lágrimas aparecieron en Emi, ni siquiera podía limpiarse porque sus brazos todavía no respondían.
A Hana se le rompía el corazón al verla en llanto y con un estado crítico.
- Estuviste 2 días inconsciente. Habían altas probabilidades de que quizá no salieras de la sedación después de la cirugía, te realizamos un lavado gástrico de emergencia y caíste en paro durante el procedimiento...
emocionadisima estoy por esta fanfic, espero que les guste!!!
-hatsu🌸
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