Veintiocho
SOY yo la que se queja de que me observe durmiendo, pero ya comprendo lo que se siente al hacerlo.
Me levanto con el sigilo digno de una película de espías y me dirijo al baño.
Me ducho con rapidez para luego salir en busca de algo que ponerme.
Suelto un pequeño grito al sentir unos brazos rodear mi espalda y rio levemente al reconocer a Stefan.
Comienza a besar mi cuello delicadamente por lo que la tarea de buscar un conjunto adecuado deja de ser tan importante.
Stef, para, llegaré tarde si sigues así -le advierto girándome entre sus brazos para verle- sabes que a Sabrina le molesta que la deje sola en todos estos eventos, si no aparezco me molestará con cien llamadas
Tiraré tu teléfono por la ventana y luego te compraré otro -le resta importancia haciéndome reír nuevamente-
¿Seguro que quieres ir a la casa Lockwood después de que Mason intentara matarte? -pregunto poco convencida separándome de él para comenzar a vestirme-
No me fío de él, si voy podré vigilarle -me explica Stefan ayudándome a abrochar los botones de mi vestido-
Pero no podremos ni siquiera hablarnos -le recuerdo con un mohín caminando hacia el tocador en busca de una aguja- ¿listo para tu dosis diaria?
Si tú lo estás -afirma el vampiro apoyándose en la mesa. Le acerco el dedo donde está el corte y él bebe con cuidado de no hacerme daño-
¿Todo bien? -pregunto acariciando su pelo para distraerlo un poco. Él asiente con la cabeza por lo que beso sus labios y sonrío nuevamente- ve a ducharte en lo que preparado el desayuno. Summer y Sabrina ya se han ido, me apetece estar un rato más conmigo antes de fingir que nos odiamos
¿Qué prepararás? ¿Unos ricos cereales envasados o...? -se burla Stefan. Le doy un pequeño empujón soltando una risa mientras bajo en busca del desayuno. Tenía razón en cuanto a la comida, era exactamente lo que íbamos a desayunar pero lo importante es que estuviéramos juntos desde el principio de la mañana. Un siempre gesto como comer cereales y ver unos dibujos animados abrazados en el sofá podía hacerme feliz por el resto del día-
CASI todo el pueblo ayudaba a decorar la casa Lockwood para el baile de máscaras.
Sabrina hablaba sobre cómo había obligado a Damon a ver Crepúsculo y se encargaba de explicarme detalladamente las caras que ponía.
Yo solo reía al imaginarme las quejas del vampiro.
Sabrina, tengo una pregunta -confieso dejando de regar las flores para verlo- ¿Damon y tú... qué sois? Porque hace poco empezasteis a salir y no salió bien pero sé que lo quieres, aunque no lo admitas
La verdad es que no lo sé -niega mi prima frunciendo el ceño- es muy raro. Coquetea conmigo, mucho, pero nunca llegamos a nada más. Me gusta mucho, ¿vale? Pero no quiero que me haga lo mismo que la otra vez, me sentí horrible por dos cosas que dijo. A Damon le cuesta hablar sobre él, y si se siente más cómodo hablando conmigo como amigos, supongo que es eso todo lo que tendremos
La gente comete errores, Sabri. Y más con la situación en la que viven ellos, sé que te dolió aquello, pero cuenta la gente se enfada dice cosas sin pensar. Parecía muy arrepentido después de aquello -le explico mientras rodeo una columna con pequeñas luces- solo te digo que si te quieres lanzar, hazlo. Nunca se sabe cuándo otros psicópatas podrían hacerle daño. Viven en un peligro constante. Pero si estás dispuesta a salir con él, ten paciencia
¿A qué viene esta charla ahora? -me pregunta confusa cruzándose de brazos- ¿te ha dicho algo?
No, no, solo me he dado cuenta de que Damon es diferente contigo. Como si sacaras su lado calmado y amable, su lado humano -admito con una media sonrisa- creo que ha pasado por mucho y tal vez se merezca algo feliz en su vida
Te cae bien -ríe Sabrina señalándome con burla. Ruedo los ojos con una media sonrisa hasta que me fijo en los dos chicos a varios metros de nosotros-
¿Desde cuándo Tyler y Jeremy se llevan bien? -pregunto confundida viéndolos hablar. Nada de darse puñetazos y tirones de pelo-
Esos dos traman algo -responde la pelirroja entrecerrando los ojos y siguiendo todos sus movimientos con la mirada. Le escribo a Stefan sin aguantar las ganas y me alegra ser respondida poco tiempo después. O no tanto al leer que se encontraba con Bonnie y Damon. Eso no puede ser bueno- ¿Y esa cara?
Creo que esos dos no son los únicos que traman algo -comienzo mientras le vuelvo a escribir pidiéndole algo de contexto- y cuando le necesito, no coge el teléfono
Siempre le puedes hablar o llamar -enumera Sabrina. Se me había olvidado comentar que no se había tragado nuestra actuación, ¿verdad? Sabía que me conocía tan bien-
No, ya me lo contará más tarde -niego guardando el teléfono para seguir colocando las máscaras-
Confías mucho en él -apunta mi prima con una media sonrisa-
No tengo ningún motivo para no hacerlo. La desconfianza solo trae problemas -me encojo de hombros. Ella se queda pensativa por lo que nos quedamos en un silencio-
APUNTO el chorro de la manguera hacia mi amigo y suelto una risa al verme molesto.
Finalmente se relaja un poco al reconocerme.
¿A qué ha venido eso? -se queja Tyler sacudiéndose como un perro. No se aparta mucho de la realidad-
Mi venganza por cuando me tiraste al agua en la fiesta -le recuerdo volviendo a mojarle pero esta vez en la cara- y eso porque es divertido
Ven aquí -me pide corriendo detrás mío. Suelto la manguera y me alejo de él lo antes posible. Es un juego de niños y ni siquiera es gracioso o vengativo pero en un día de calor como este me recuerda a las películas clichés de la televisión. Grito cuando el agua consigue llegar a mi espalda y acelero el paso entrando a la casa. Miro a Stefan pero recuerdo que se supone que estamos peleados por lo que me tiro a la espalda de Matt en busca de protección-
¿Qué ha pasado? -me pregunta Elena soltando una pequeña risa al verme como un patito mojado-
Esta vez lo dejaré -me señala Tyler apareciendo en la habitación. Yo sonrío victoriosa mientras me abrazo a los hombros de mi amigo para no caer- ¿Habéis visto a Mason?
Sí, se ha marchado. No sabía cuándo volvería -le explica el vampiro. Tyler me da una última mirada antes de marcharse-
Gracias -murmuro saltando de la espalda del rubio al suelo. A Stefan le llega un mensaje y luego se marcha. Quiero ir tras él pero sé que resultará extraño por lo que suspiro y ayudo a mis amigos con la decoración-
Ve, yo te cubro -me pide Elena haciendo un gesto con la cabeza. Miro a ambos lados indecisa pero luego voy tras el vampiro-
¿ME puedes decir que está pasando? -le pregunto dejando de corretear por el bosque tras encontrarlo frente al pozo-
No deberías estar ahí -me recuerda Stefan-
Lo sé, pero eso no importa ahora. Quiero ayudar, cuéntame qué pasa -repito caminando a su lado-
Bonnie cree que la piedra está ahí abajo -se rinde él decidiendo hablar. Rompe el candado con la mano y quita la tapa mostrando la profundidad oscura-
Ten cuidado -le pido al verle saltar al borde-
Será un momento -le resta importancia tomando la linterna y desapareciendo por el pozo- ¡Riley!
Stef, ¿todo bien? -grito en respuesta preocupada- ¿Qué pasa?
¡Verbena! -contesta él soltando un grito de dolor-
Mierda -murmuro tratando de pensar como sacarlo de allí. Trato de tomar las cadenas del suelo pero pesan lo suficiente como para no dejarme cargar el peso a mi sola-
Riley -aparece Caroline de pronto. Menos mal-
Necesito tu ayuda. Stefan está allí abajo y no puede salir. Tampoco pudo coger la cadena no tú bajar allí. Hay verbena -le explico resumidamente. La rubia toma la pesada cadena y entre las dos la colocamos para ser seguro bajar sin matarme en el intento-
¿Qué pasa? -la siguiente en aparecer es Bonnie-
He oído gritar a Riley -responde Caroline sujetando la cadena. Aprieto el nudo que rodea mi cintura y bajo pensando solo en una cosa. Salvar a Stefan-
Dios mío -murmuro al verlo inconsciente y manchado de una sustancia no identificada en mi mente. Le rodeo con la cadena y le doy una señal a la vampiro para que lo suba-
Riley, prepárate para subir -anuncia Caroline segundos después. Miro a mi alrededor en busca de la piedra encontrando una caja marrón pero suelto un grito al notar un cosquilleo en mi brazo. Tienes que estar de broma. ¿¡Serpientes!?-
¡Sube! ¡Sube! Rápido -le pido sujetando la cadena metálica con fuerza. Salto del borde del pozo y me agacho para dar con Stefan. No se ha despertado. Suspiro nerviosa antes de cortar mi mano levemente y acercarla a la boca del vampiro. Ya dije que lo haría las veces necesarias-
HOLA, ¿quién es? -saludo confusa tras descolgar la llamada-
Hola, Riley -responde Katherine al otro lado de la línea- ¿qué tal tu cita con Stefan esta mañana? No sabes lo fácil que ha sido convencer a Summer para que cambiase su perfume de verbena y no tomase su té especial
¿Qué? -pregunto en un murmullo preocupada-
Es una mujer encantadora, que pena que también me haya hecho caso cuando le dije que el mundo sería mejor sin ella -explica la vampiro. Acto seguido escuchó un grito por parte de mi prima. Cuelgo mientras lanzo el teléfono a la cama y corro hacia el salón. Mi tía se encuentra sangrando en el suelo y Sabrina está a su lado tratando de parar la hemorragia-
Llama a emergencias. Corre -le pido en un sollozo haciendo presión en la herida mientras ella corría al teléfono con lágrimas en los ojos. Una cosa es meterse conmigo o los dos Salvatore y otra muy distinta con mi familia-
SABRINA me esperaba impaciente en la consulta del médico.
Una de las dos tuvo que ir a informarse y decidí que fuera yo para dejarla calmarse un poco.
Al salir de allí, mi prima se levanta a mi encuentro y me abraza.
Tranquila, los médicos han dicho que tuvo suerte -le explico acariciando su espalda- pero no recuerda nada, supongo que Katherine le ha obligado a eso también
¿Y por qué a mamá? -me pregunta Sabrina reteniendo las lágrimas de nuevo-
Esa mujer está enferma, quiere que le tengamos miedo pero no poder dejar que nos supere, ¿vale? -trato de tranquilizarla apartando las lágrimas de sus mejillas. Mis manos siguen rojas por la sangre pero no parece importarle ya que me abraza y esta vez las dos rompemos a llorar de nuevo-
LO siento mucho -murmura Stefan abrazándome con fuerza. Los dos Salvatore habían aparecido en el hospital cuando anunciamos lo ocurrido a Summer-
No es tu culpa, ella está loca -niego sin separarme de él notando mis lagrimas caer en su hombro- los dos sabíamos que en algún momento se daría cuenta de que fingimos. Pero lo intentamos, y no voy a dejar de idear planes hasta que esa psicópata muera, Stefan. Quiero que estemos juntos, por favor, no me dejes, no quiero estar sola
No voy a dejarte, tranquila -responde él. Cinco palabras que podían llegar a tranquilizarme en un segundo. Me aferro a él con más fuerza mientras noto sus labios en mi frente-
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