ME despierto al escuchar el chapoteo del agua.
Stefan está en el muelle frente a la casa lanzando una piedra al mar.
Sonrío levemente al verlo tan...perfecto en la puesta del sol y no dudo en acompañarlo.
Rebusco entre el suelo algo que ponerme encima de mi ropa interior y finalmente encontrándome con una camiseta suya.
Me abrochó casi todos los botones y salgo de la habitación en su dirección.
O eso pensaba yo.
Caigo en la tentación de preparar un chocolate caliente a toda prisa y luego salir con una taza ocupando mis manos.
Buenos días -saludo con una gran sonrisa. Antes de tan siquiera llegar a su lado, ya tenía su chaqueta abrigando mis hombros-
Buenos días -responde el vampiro tomando una de las tazas y pegándome a uno de sus costados formando un pequeño abrazo. Nos quedamos los dos mirando el lago por un momento hasta que decido hablar-
Ojalá pudiéramos quedarnos aquí para siempre -suspiro apoyando mi cabeza en su brazo-
Podríamos, pero no debemos -me da la razón él besando mi frente- ¿No echarías de menos a Summer y Sabrina? ¿O a tus amigos?
Qué va -miento de forma exagerada haciéndole sonreír con diversión- pero tal vez en un futuro...no me desagradaría la idea
A mi tampoco, y menos si es contigo -afirma Stefan. En este momento siento que no puedo estar más enamorada de este humilde vampiro. Ambos le damos un sorbo a nuestra bebida y nos pegamos más al otro buscando toda la comodidad posible-
Stef -rompo el silencio un tanto avergonzada. Él hace un sonido afirmativo indicando que me escuchaba por lo que vuelvo a hablar- se me empieza a congelar el... trasero
Vamos a dentro -anuncia el vampiro tomándome entre sus brazos para llevarme a casa-

STEFAN leía uno de mis libros, el cual me había robado de mis propias manos, mientras su cabeza descansaba en mi regazo acostado en el sillón.
Yo estaba sentada pendiente a la lectura acariciando su sedoso pelo y ambos no dudamos en quejarnos de todas las formas posibles cuando el teléfono sonó.
Es el tuyo -señala Stefan sin moverse ni un poco-
Ve tú, por favor, está muy lejos -le pido haciendo el amago de estirar el brazo. Él rueda los ojos divertido por la situación y descuelga la llamada. Su cara lo dijo completamente todo. En Mystic Falls se lo estaban pasando  muy bien- ¿qué pasa, Stef?
Damon va a matar a Elijah esta noche -confiesa Stefan sentándose a mi lado-
Y tú lo sabías -asiento con la cabeza junto a una mueca levantándome- tenemos que volver. Por este estúpido plan, todos estábamos en peligro. Sobretodo Elena
Riley, sabes que esta era la única forma. Quiere utilizar a Elena, y después de a ella, seremos los siguientes en morir -trata de excusarse sujetando uno de mis brazos, sin llegar a hacerme daño, para evitar que recogiera mis cosas- Tengo la sensación de que el plan de Damon saldrá mal. Invitemos a Elena, Sabrina y a Damon. Elijah vendrá a buscarla pero estará a salvo.
No tenías que habérmelo ocultado -le recuerdo todavía sintiéndome algo molesta-
Lo sé, lo siento. Pero querías un fin de semana relajante y saber esto no te ayudaría a conseguirlo -me explica el vampiro. Suspiro y le rodeo con mis brazos formando un abrazo-
Llamaré a los demás para que vengan lo antes posible, pero no me ocultes nunca más nada. Por mucho que estemos buscando la tranquilidad, no quiero quedarme al margen -le pido levantando la cabeza para verme. Stefan besa mis labios y asiente con la cabeza-

SABRINA, Elena y yo jugábamos a un juego de mesa a la espera del vampiro.
No estaba muy segura de que esto saliera bien, pero tampoco quise ponerle sal a la herida.
Ya está aquí -anuncia Stefan en voz baja. La puerta cae al suelo de un golpe y nosotras nos levantamos con rapidez-
Quedaos aquí, necesito hablar con él. No puede entrar en casa -nos pide Elena para luego acercarse a la puerta. Intercambian un par de frases que no consigo entender con claridad y lo próximo que veo me deja sorprendida y confusa. Elena está herida, ella misma se lo había hecho, pero Elijah se encontraba en el suelo con una daga clavada en el pecho-
¿Pero qué...? -murmura Sabrina a mi lado. Damon aparece con rapidez y nuestra amiga bebe de su sangre para curarse antes-
Un consejo. No saquéis la daga -nos advierte Damon mirando el cadáver. Miro a Elijah y, muy a pesar de todo, siento pena por él-

BUENO, el fin de semana romántico se fue por la borda pero no había sido arruinado por completo.
Elena, Damon, Sabrina, Stefan y yo estábamos apretados como sardinas en una lata acostados en el sillón.
En la televisión aparecían unos dibujos animados pero ninguno de nosotros le prestaba importancia.
¿A quién se le ha ocurrido esta “maravillosa idea"? -pregunta Damon con molestia sin tan siquiera girarse para mirar a cualquiera de nosotros. Los restantes me señalan sin emitir palabra haciéndome quejar y reírme a la vez-
Veámoslo como una fiesta de pijamas -trato de buscar algo positivo. Elena alcanza un cojín y me lo lanza a la cara en respuesta-
El primero que llegue a la cama, se la queda -anuncia mi prima corriendo hacia esta. Sabrina y Damon llegan a la habitación de mi tía con rapidez y ni parecen querer negociarlo. Elena suspira dispuesta a volver pero yo le lanzo unas llaves-
Puedes ir a la habitación de Sabrina, es un poco pequeña pero para una persona está bien -le explico una leve sonrisa. Ella da las buenas noches y se marcha-
Teniendo habitaciones para todos, ¿por qué nos has hecho quedarnos aquí? -me pregunta Stefan abrazado a mi a pesar de tener todo el sillón libre-
Para hacerlos sufrir. No me puedes decir que sus caras de incomodidad no han sido graciosas -rio mientras comienzo a acariciar su pelo-
Y yo creyendo que eras una buena persona -niega él con falda decepción. Ruedo los ojos divertida por la situación y beso sus labios mientras nos escondemos bajo la manta-