BUENOS días -saludo en voz baja abrazándome a él entre las sábanas-
Podría acostumbrarme a esto -responde Stefan rodeándome con sus brazos- menos a tus ronquidos
Cállate -pido entre risas con un leve sonrojo en las mejillas-
Ya es de día, dormilones -nos interrumpe Damon asustándonos a los dos-
Da miedo que estés aquí -le advierto sentándome rápidamente. Menos mal que esta vez mi ridículo pijama me había salvado-
¿Qué haces aquí? -añade Stefan cubriéndose con la sábana-
Si veo algo que no haya visto nunca, os doy un dólar -se burla él aún sentado a los pies de la cama-
¡Buenos días! -aparece Sabrina con una bolsa de una pastelería- ¿Todavía seguís durmiendo?
¿Es una broma o una mala pesadilla? -me quejo tratando de volver a acostarme-
Tenemos asuntos importantes que discutir -nos recuerda Damon-
Está bien, pero podría ser en cualquier otro momento del día -sugiero cruzándome de brazos. El buen humor de esta mañana se había esfumado-
Hay mucho trabajo que hacer -le da la razón mi prima. Su sonrisa me dice que solo se estaba burlando de nosotros-
Gracias -agradece el otro Salvatore levantándose- para abrir la tumba tenemos que encontrar el diario llegar hasta el grimorio y anular el hechizo. Vosotras dos sois amiguitas de Elena Gilbert así que conseguid el diario de su familiar
Te hubiera ayudado si no me hubieras molestado de esta forma -respondo entre quejidos acariciando el brazo de Stefan-
Te he traído el desayuno -miente Damon tomando la bolsa que tenía mi prima para dármela. Ruedo los ojos con diversión pero no me lo pienso mucho antes de tomar un dulce-
Ya lo buscaré -acepto a regañadientes tras masticar-
¿Cómo sabemos que ese diario dice dónde está el grimorio? -le pregunta Stefan acomodándose a mi lado- ¿Vamos a aceptar la palabra de ese vampiro? Parecía un poco idiota
No tenemos otra opción -contesta su hermano-
¿Y qué es un grimorio? -pregunta Sabrina ocupando un pequeño sofá de la habitación-
Un libro de cocina -le explica el azabache dejándome confundida. ¿Nos íbamos a poner a hacer albóndigas o qué?-
Cada hechizo de una bruja es único en sí mismo por eso siempre los documentaban -añade Stefan tras darse cuenta de mi confusión- ¿Y el vampiro misterioso? Está claro que el idiota no trabajaba solo así que sea quien sea, nos conoce
Y no me gusta esa desventaja. Así que...¡En marcha! -finaliza Damon comenzando a ir hacia la puerta- sabéis, empieza a gustarme esto del ménage-a-trois en equipo. Tiene cierto toque picante. No metáis la pata
Mandón -murmura Sabrina siguiéndole escaleras abajo. Stefan se levantó y comenzó a ponerse la ropa mientras yo hacía un mohín aún comiendo el donut-
¿Qué? -me pregunta él con diversión caminando hacia mi para dejar un beso en mis labios sacando la tristeza de mi cara. Tiro de su brazo y vuelvo a unir sus labios con los míos. Tal vez si que quede un poco de buen humor...-

POR algún motivo que no reconozco, me da cierta pena mentirle a Damon -confiesa Sabrina en los asientos traseros del coche- no me miréis así. Hace todo este rollo por amor hacia Katherine, un tanto exagerado a mi parecer, pero es bastante triste
Hay otras formas de conseguir lo que quieres -le recuerda Stefan conduciendo con una mano teniendo al otra en mi pierna- no hace falta matar gente. Damon no valora la vida humana. Disfruta haciendo dolor. En 145 años, todas las veces que he bajado la guardia y he dejado que Damon vuelva a entrar en mi vida he terminado lamentándolo
Lo siento -murmuro acercando su mano a mis labios y volviendo a colocarla en el lugar anterior- no dejaremos que eso vuelva a ocurrir, ¿vale?
Vale, si, una preguntita -nos interrumpe mi prima acercándose por el medio de los asientos- Si Damon consigue abrir la tumba y Katherine sale de ahí, ¿qué pasará?
Mucha gente morirá -confiesa el único chico en el lugar-
Por eso debemos impedirlo, Sabrina. A mi tampoco me gusta mentir, pero haciéndolo salvaremos muchas vidas -trato de mirar el lado positivo-

ELENA nos había dicho que su hermano le prestó el diario al nuevo profesor de historia, Alaric, ya que había hecho un trabajo de este.
Stefan fue en busca de este tras dejarnos en casa.
Sabrina y yo estábamos hablando, mayoritariamente criticando una película mala que echaban en la televisión, hasta que se escucharon voces en el piso de abajo.
Es él -anuncia mi prima asustada. Yo pauso la película y la miro con preocupación- es Damon
¿Cómo lo sabes? ¿Ya te has memorizado su voz? -me burlo apartando las mantas de mis piernas para bajar ignorando sus quejas. Ella me había molestado esta mañana, tenía que devolvérselo-
Hola, chicas -saluda Summer con una media sonrisa- vuestro amigo ya se ha presentado. No sabía que Stefan tuviera un hermano
Hablando de él, ¿no viene? -añade Damon aún picando una cebolla-
Creo que vendrá pronto -respondo pegando un salto para sentarme en la encimera-
¿Qué haces aquí? -pregunta Sabrina cruzándose de brazos-
No tienes que decir que me echabas de menos si no quieres pero tampoco mientras -se burla él. Mi prima sonríe sarcástica mientras le muestra el dedo del medio-

DAMON y Sabrina cocinaban en un lado de la cocina entre empujones y risas.
Ella solía quejarse de el vampiro pero estaba muy segura de que le gustaba su compañía.
Me bajo de mi sitio al escuchar el timbre abriendo la puerta con una sonrisa.
Su cara al ver a su hermano allí fue exactamente la que me imaginaba.
Nos explicó que el diario había desaparecido mientras salíamos al porche.
¿Quién lo cogió? -le pregunta Damon caminando delante de nosotros- ¿Sabes qué? Es el profesor. Tiene algo que no me gusta nada
No, no sabe nada. Alguien se me adelantó -replica su hermano cruzándose de brazos-
¿Quién más lo sabía? -continua Damon dejándonos en un corto silencio-
Elena comentó que hacía un trabajo con una chica -señala Sabrina con rapidez aplaudiendo para llamar nuestra atención-
Es verdad. ¿Cómo se llamaba? -respondo pensativa caminando de un lado a otro- creo que era Susannah, o Anna...
No importa. Lo averiguaré -le resta importancia Damon comenzando a irse-
¡Espérame! -pide Sabrina siguiéndole. Pobre Jeremy...-

¿QUÉ haces aquí? ¿No has ido con Damon? -pregunto levantándome de la cama viendo a Stefan entrar- ¿y si encuentra el diario?
Tengo esto -anuncia él sacando unos papeles de su mano- es una copia
¿Cómo la tienes? -pregunto volviendo a sentarme-
El señor Saltzman lo copió, y ha tenido a bien prestármelo -explica Stefan. Yo le miro incrédula a lo que él sonríe levemente- tal vez no del todo, pero lo tengo
Nuestro héroe -celebro tirándome hacia atrás con dramatismo haciéndole reír mientras se sienta a mi lado- veamos que tenemos por aquí
¿Qué ha pasado con las magdalenas? -se burla Stefan viendo mi, por una vez, normal atuendo. Le saco la lengua con diversión y tomo un par de papeles para leerlos-
Emily -leo en voz alta minutos después- “la familia Fell pensaba que debía ser yo, y no ellos quien protegiera el libro de hechizos de la bruja. Pero yo tenía que me atormentara desde el más allá. Se burlaron de mí, pero fue Giuseppe Salvatore quién me quitó el miedo. Me dijo que él protegiera el secreto del libro de hechizos. Dijo que se lo llevaría"
Giuseppe Salvatore es mi padre -añade Stefan antes de que pudiera preguntarle. En mis labios se forma una pequeña mueca mientras me acerco más a él para brindarle consuelo- sé dónde está

¿POR qué tu padre no está con los demás familiares? -pregunto caminando entre tumbas en mitad de la noche-
No lo construyeron hasta después de su muerte -explica Stefan con una antorcha en la mano para poder ver-
Y estás completamente seguro de que el grimorio está ahí, ¿verdad? No es que esté muy cómoda en este lugar -confieso siguiéndole con la mirada-
Completamente no, pero es probable -responde él- puedo hacerlo yo solo, no pasa nada
Claro que no, lo haremos juntos -niego con la cabeza mientras tomo una pala y me inclino para besar sus labios- no te dejaré solo, ¿vale?
Gracias -responde en voz baja dejando un último beso en mis labios para comenzar a enterrar la herramienta en la tierra. Lo más romántico del mundo no es enterrar a mi suegro de una tumba pero si salvaría mi hogar, lo haría-

UN rato más tarde Stefan seguía cavando mientras yo alumbraba el hueco desenterrado con la linterna.
¿Qué? -pregunta él al pillarme observándole-
¿Cuántas chicas harían esto por su novio? -respondo con diversión. Stefan sonríe a medias y vuelve a cavar pero consigue llegar a la tumba. La abre lentamente mostrando un esqueleto abrazado a un objeto cuadrado. Él lo cierra de nuevo y desenvuelve el libro mostrando el grimorio-
Vaya, ¿qué te parece? -pregunta Damon asustándonos- esto sí que es una sorpresa
No puedo dejar que lo hagas -responde Stefan levantándose- lo siento
Yo también -contesta su hermano- pensar que por un segundo confíe en tí
No eres capaz de confiar -ríe irónico Stefan- si estás aquí es porque has leído el diario y pensabas hacerlo tú solo
Claro que iba a hacerlo solo, porque solo puedo confiar en mí mismo -le explica Damon con molestia- eso hace mucho que me lo enseñaste. Pero vosotras dos me habéis engañado
Lo siento -admite Sabrina en voz baja a unos metros atrás de él-
¿Y ahora qué hacemos? -pregunta Damon rompiendo el silencio- si intentas destruirlo le arranco el corazón a Sabrina y se lo haré comer a su prima
No lo harás -niega su hermano pero rápidamente él rodea los hombros de Sabrina-
Haré algo mejor -replica el pelinegro mordiendo su brazo para luego colocarlo sobre su boca- dame el libro. O le parto el cuello y podremos invitar a Riley a nuestra fiesta vampírica
Stefan... -le pido levantando la cabeza para verle-
El libro -repite Damon apartando su brazo de la boca de mi prima-
No voy a dártelo hasta que esté con nosotros -le advierte él-
El problema es que ya no me fío de ti, ¿sabes? -le recuerda su hermano. Stefan deja el libro lentamente en el suelo y Damon empuja con suavidad a Sabrina hacia nosotros-
Me dabas pena. Estaba empezando a confiar en ti -apunta Sabrina desde mis brazos- todo lo bueno que me has demostrado ser en estos días se ha ido a la mierda, Damon. Creí que... éramos amigos pero ya entiendo que solo me utilizabas. Como a todos
Vámonos, Sabri, no merece la pena -le pido en voz baja acariciando su espalda para marcharnos-

SE pondrá bien, ¿verdad? -pregunto en voz baja desde el pasillo viendo a mi prima dormida en su habitación-
Sí, ha sido poca sangre. Para mañana su cuerpo ya la habrá eliminado -me explica sentándose en el suelo a mi lado-
¿Y tú estás bien? -añado apoyando mi cabeza en su hombro-
Él tiene razón. Esto es mi culpa -responde Stefan. Acaricio uno de sus brazos mientras dejo algunos besos por su hombro y cuello- puse mi confianza en mi padre. Pero Damon la puso en mí. Y le traicioné. Esto es culpa mía
Deja de decir eso -niego con la cabeza  subiendo mi mano hacia su pelo- no hemos hecho nada malo, ¿vale?
Ven aquí -me pide recogiéndome entre sus brazos para guiarme hacia mi cuarto y dejarme en mi cama. Se acomoda a mi lado y nos quedamos en un cómodo silencio que odié cuando mi estómago rugió. Rio nerviosa mientras escondo mis mejillas sonrosadas en la manta- ¿Hay un kraken metido bajo la cama?
Te odio -me quejo separándome de él. Tras un poco de forcejeo descubre mi cara y besa mis labios-
Te traeré algo de comer -apunta ahora besando mi frente para luego irse. Me quedo como una tonta mirando hacia el techo pensando en él-