Setenta y ocho
HOLA -saludo con una sonrisa tras verle abrirme la puerta- eres un novio terrible que no me ha contado que sigue mal por...su problema acuático, por lo que me he enterado por otras fuentes
Katherine -afirma Stefan mirándome confundido. Más bien al objeto a mi lado-
No te preocupes por eso, se me ha ocurrido una idea que te ayudará -le tranquilizo dando un par de pasos para llegar a su lado- ¿confías en mí?
Sí -afirma él con un tono dudoso. Trato de darle una mala mirada pero mi risa me delata. Beso cortamente sus labios y entro a casa-
Ya verás que te encontrarás mejor, lo superaremos juntos, ¿recuerdas? -finalizo acariciando su brazo y mirando la caja de hierro frente a nosotros-
ME pasé tres meses ahogándome ahí dentro. ¿En qué estabas pensando? -niega Stefan de brazos cruzados en el salón-
Estaba pensando en lo mejor para ti -respondo sentada en el sillón- si afrentas el principio de tu miedo, se irá. O al menos, no te vencerá. Y más te vale, señor Salvatore, que no me ocultes algo como esto nunca más
Si no lo hago, ¿qué pasará? -se burla el vampiro-
Prefieras no saberlo -le advierto con voz misteriosa. Me levanto de un salto y abro la enorme caja- vamos, has dicho que confías en mí, no dejaré que nada malo te pase. Lo prometo
STEFAN y yo estábamos dentro de la cámara.
¿Era una muy mala idea? Sí, pero si le ayudaba, yo estaría feliz.
Por favor, no te enfades -le pido cuando finalmente abre los ojos- te has quedado inconsciente y Katherine me ha ayudado a encerrarmos aquí. Pero tienes que calmarte, si te enfadas, los dos sabemos cómo terminará esto
¡Katherine, sácame de aquí antes de que le haga daño! -pide Stefan en voz alta tratando de salir-
Ese es el punto al que debemos llegar -señalo mientras miro el techo- tenemos que desencadenar tus miedos.
Te estás jugando la vida -me recuerda el vampiro respirando rápidamente ante los nerviosa-
Como si tú no te la hubieras jurado muchas veces por mi -replico con una media sonrisa- me das pena, lo admito, pero hasta que no mejores, ninguno de los dos saldremos de aquí. Y créeme, lo estoy pasando mal, soy claustrofóbica
¿CÓMO vais, tortolitos? -pregunta Katherine desde fuera-
No puedo respirar -responde Stefan- siento que me muero
Bueno, técnicamente ya estás muerto -murmuro pensativa- mira, iremos por el camino fácil. Tu miedo no es esta estúpida caja gigante, esto no es nada. El problema es que aún no has superado todos tus traumas. Piensa en toda esa mierda que has vivido, todo eso que te ha molestado. El matar a tu madre, obligar a tu hermano a convertirse, tal vez incluso meter a la chica que te gusta en rollos sobrenaturales que la ponen en peligro. Vaya una vida...
Riley, cállate, no hagas esto -pide Stefan molesto girándose rápidamente para sujetar mi cuello-
Bien, ya estás molesto, ahora aparta todo eso y piensa en las cosas positivas que te han llevado este tipo de problemas -le pido mirándole fijamente a pesar de que sentía que me faltaba el aire por su presión en mi garganta y la cercanía de su boca en esta- puede que las criaturas que creía ficticias nos acechen cada minuto, pero si es el precio que tengo que pagar por estar contigo, lo haría un millon de veces.
No puedo hacerlo -susurra el vampiro tratando de contenerse-
Claro que sí, estoy aquí, Stefan, no me vas a hacer daño. Porque tu amor por mi es más fuerte que las ganas de alimentarte. De afrontar eso que más odias de ser vampiro, hacer daño a quienes no lo merecen -le recuerdo acariciando su mejilla con delicadeza. Consigo girar la cabeza de nuevo para verle y le regalo una pequeña sonrisa- siempre tratas de solucionar los problemas de los demás pero también tienes que centrarte en los tuyos. Y si necesitas ayuda, pedirla. Estoy contigo, Stefan, y lo sabes. Todos te apoyaremos, porque ahora tienes amigos que te quieres y querrán lo mejor para ti
Bésame, por favor -murmura él mientras una única lágrima baja por su mejilla. La aparto rápidamente con mi pulgar y dejo un beso en sus labios al mismo tiempo que la puerta se abre. Ambos nos sentamos lentamente y nos sumergimos en un abrazo reconfortante-
Bueno, creo que ha funcionado -celebra Katherine trayéndonos de nuevo a la realidad-
Gracias por tu ayuda, Katherine. Ha sido una buena idea -agradezco mientras salgo de la cámara con ayuda del vampiro- te debo una
ENTONCES... nuestro viaje -comienza Stefan haciéndome reír-
Para cuando termine la universidad -le ofrezco sin separarme de su abrazo mientras mirábamos por la ventana el paisaje-
Gracias por ayudarme, Riley -continua él mientras levanto la cabeza para verle-
No des las gracias, me alegra de que vuelvas a ser tú -respondo dejando un largo y delicado beso en sus labios- te he echado de menos. No sabes lo que es pasar tanto tiempo sin ti. ¿Cuánto te has convertido en alguien necesario en mi vida?
Creo que el día en el que me diste con una taquilla en la cara -recuerda el vampiro haciéndome reír mientras le daba un pequeño golpe en el pecho-
Sé que lo he dicho mucho, Stefan, pero te quiero. No te imaginas cuánto, y el saber que estabas mal ha sido... -comienzo con pena mientras mi nariz acariciaba la suya-
Nunca me cansaré de escucharte decirlo, Riley -replica él rodeando mi cintura con sus brazos y dejando varias besos en mi frente- por cierto, escuché lo que me dijiste en el coche él dia que me borraron la memoria
Vale, adiós -hago el ademán de marcharme haciéndole reír. Me toma entre sus brazos y hace que nuestras miradas se conecten formando que varias maripositas ridículas vuelen por todo mi estómago- yo también te quiero, Riley. Me casaría contigo aquí mismo si pudiera
Tenemos que dejar de ver películas románticas -le advierto entre risas acariciando su pelo. Rodeo su cintura con mis piernas y le beso de nuevo siento que me estrechaba contra su pecho. Algo que nos sale bien-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro