Setenta y nueve
ME despierto con una estúpida sonrisa para luego girarme lentamente y encontrarme con un Stefan dormido.
Coloco la sábana que me tapaba del frío sobre su cuerpo y me pongo la ropa interior seguido de su camiseta.
Se ha convertido en una costumbre.
Me voy de la habitación en puro silencio hasta llegar a la cocina en busca de un fácil pero delicioso desayuno.
Comienzo a preparar un par de gofres y el café hasta que la piedra se abre llamando mi atención.
Es Damon.
Y no me sorprendo por su presencia, sino por su mal aspecto y la sangre en su cuello.
Damon, ¿qué te ha pasado? ¿estás bien? -pregunto preocupada acercándome a él-
Riley, ¿tu prima está aquí o has sabido algo de ella en estas últimas horas? -me pregunta el pelinegro con la misma preocupación-
¿Qué no? Le he dejado un par de llamadas porque no cogía el teléfono pero pensé que estaría contigo -respondo notando mi corazón acelerarse- ¿crees que le ha pasado algo? ¿Dónde está? ¡Damon, responde!
¿Crees que te estaría preguntando si lo supiera? -eleva la voz el vampiro. Se forma el silencio hasta que él suspira y unos pasos se escuchan bajando las escaleras-
¿Por qué os estáis peleando? -pregunta Stefan confundido mientras se acerca para ofrecerme un albornoz y consuelo en un abrazo-
Es Sabrina. No la encuentro -confiesa su hermano caminando de un lado a otro- Me temo que la tiene el doctor Musculitos Mal Rollo
¿El profesor de Biología de la uni? -pregunto mientras camino hacia el baño para tomar una toalla y humedecerla con alcohol-
Sí, ese tan rarito que trabaja con vampiros -me da la razón Damon haciendo una mueca cuando empecé a limpiar la sangre seca que tenía en su piel- está bien, está bien, creo que puedo solo. Vamos a buscarla. Daos prisa si no queréis que os saque de casa tal y como estáis vestidos
Ya vamos, mandón -levanto mis manos con inocencia mientras subo las escaleras seguida de mi novio. Empezamos a buscar nuestras ropas por toda la habitación pero mi camiseta no tenía el plan de ayudarme- ¡Stef! ¿Dónde está mi camiseta?
Tranquila, cálmate, Riley -murmura Stefan tomando una de sus camisas del armario y poniéndomela con delicadeza. Besa cortamente mis labios y me abraza- la vamos a encontrar, no te preocupes
UN test rapidito -pide Damon tras quitarle un auricular a Aaron- a tu novia se la lleva un científico loco. A, te buscas otra novia. B, llamas a la policía o C matas a alguien cercano a ese científico loco
Siéntate -Stefan impide que se escape-
Solo queremos encontrarla, dinos dónde -le pido tomando sus hombros y guiándolo de nuevo al sillón-
No tengo ni idea de dónde puede tenerla -niega él molesto-
Pues no están en su laboratorio. ¿Dónde podría esconder a un vampiro? -pregunta Stefan sentado frente a él-
Lo siento. ¿Se supone que sé quién eres? -le interrumpe Aaron-
Este es mi hermano Stefan -presenta Damon-
A ver, idiota, sé que sabes algo, solo dínoslo -le pido cruzándome de brazos-
He dicho que no lo sé -repite él sosteniendo mi mirada- Wes solo me dijo que retomara mi vida normal
Pues vas a llamarlo y a decirle que o no nos la entrega o su próximo experimento será volver a coserse los brazos -le advierte Damon-
¿TE importaría contarme la historia de cómo os conocisteis? -pregunta Stefan caminando a mi lado por el campus-
Es Aaron Whitmore viene de un largo linaje de monstruos que experimentan con vampiros y les extirpan órganos. La sociedad Augustine -explica su hermano a mi otro lado. Ante mi mirada, vuelve a hablar- fui su sujeto de pruebas en los 50
¿Cómo que “su sujeto de pruebas"? -repite mi novio sin parar el paso-
Doné mi cuerpo a la ciencia. Solo que estaba vivo y fue contra mi voluntad -confiesa Damon. Aprieto su brazo y me freno en seco-
¿Por cuánto tiempo te hicieron esto? -le pregunto con pena ladeando la cabeza-
Princesa pucheritos, no sirve de nada estar triste ahora -niega el ojiazul- cuanto antes encontremos a Sabrina, menos daño le harán. Es lo que quieres, ¿verdad?
Más que nada en el mundo -afirmo con seguridad. Él me da una palmadita en la espalda y seguimos el trayecto-
¿QUÉ aula es? -pregunta Damon caminando por los pasillos-
Esta de aquí -señala Aaron abriendo la puerta para mostrarnos un hombre esperándonos-
Sujeto 21051 -anuncia el chico cruzado de brazos-
¿Enzo? -pregunta el pelinegro frunciendo el ceño-
Cuánto tiempo, amigo -responde él levantándose-
Me estoy perdiendo algo -murmuro siguiéndole con la mirada-
Y yo -me da la razón Stefan para luego mirarle- ¿quién eres tú?
Lorenzo -se presenta el chico- pero mis amigos me llaman Enzo. Es broma. No tengo amigos
Riley -me presento estrechando la mano que me ofrecía-
Enzo es otro vampiro Augustine -nos explica Damon- estuvimos en celdas contiguas. Hemos venido a ver a alguien. Wes Maxfield. ¿Lo conoces?
¿Eso es lo primero que me preguntas? -responde el tal Enzo- ni: “¿cómo estás?" o "¿Cómo sobreviviste al incendio en el que te dejé?"
Me vuelvo a perder -admito tirando levemente de la camisa del pelinegro-
Yo te lo explicaré -se ofrece Enzo- he esperado 70 años para contar mi historia
¿AARON? -pregunta el profesor tras descolgar la llamada-
¿Dónde está Sabrina? -pregunto directa-
Debes ser Riley -responde él con tranquilidad-
Si le haces daño a Sabrina, le haremos el doble de dolor a Aaron -le advierto bastante molesta entrando de nuevo al aula llamando la atención de los cuatro chicos-
¿Y bien? -pregunta Stefan de pie a unos metros de su hermano-
Dudo que vaya a entregárnosla -confieso caminando hacia ellos-
Qué trágico. ¿Puedo seguir con mi historia? -pide Enzo sentado en el escritorio-
¿Sabe qué tenemos a Aaron? -me recuerda Damon-
No, mira por donde, no se lo dije -respondo irónica- le da completamente igual
A mí me escuchará -se ofrece Aaron- déjame hablar con él
¿Por dónde íbamos? -pregunta Enzo tras arrancar un asiento del suelo y lanzarlo lejos- ah, sí. Estaba contando mi historia y me estabais escuchando. Así que le di a Damon todas mis raciones de sangre para que tuviera fuerzas para escapar y después salvarme a mí. Nuestro plan empezó a la perfección, ¿verdad? Yo me quedaba en la jaula esperando a que me soltara. Esperando a mi amigo, a mi compañero de celda, la única alma con la que había conectado en todos esos años de cautiverio. Entonces empezó el fuego. Las llamas se descontrolaron. Pero Damon no conseguía abrir la maldita jaula. Me miró en los ojos y, como si ni me reconociera, se dio media vuelta y se salvó él. Dejándome morir
Bueno, aunque está claro que no moriste -apunta Stefan tras un breve silencio-
No. Por desgracia, sobreviví. Me salvó uno de los científicos -continua Enzo con molestia- para que pudiera pasar otros cincuenta años viendo cómo me abrían y cerraban. Ahora que ya nos conocemos mejor, voy a ir a buscar algo de beber
Aaron, si tienes algo que me pueda ayudar, por favor, dímelo -le pido mientras los dos hermanos se sumían en una conversación- te matarán si no eres útil
Wes me dio archivos de mi historia familiar -me explica el chico- están en mi habitación. A lo mejor hay algo que sirve
Gracias -susurro levantándome y tirando de su muñeca y la de mi novio- Damon, tienes algunos asuntos pendientes así que te dejaremos...profundizar en ello
AARON había hecho el ridículo intento de matar a mi novio el vampiro pero, claramente, no sirvió de nada.
Pudimos conseguir información y el paradero de mi prima.
Poco después, bajaba las escaleras hacia el último piso de la casa con rapidez.
Un sótano, como no...
En realidad, se me era muy familiar el lugar pero estaba demasiado preocupada viendo a mi prima en una camilla atada como para pensar en otra cosa.
Hola, hey, estamos aquí, tranquila -murmuro impaciente al ver a Stefan arrancar las ataduras. Cuando queda libre, la abrazo con delicadeza y sujeto su cara para mirarla-
¿No podía haber venido el hermano guapo? -bromea ella riendo levemente-
Siento decepcionarte -responde Stefan colgando el cuerpo de mi prima en su hombro y tomándome de la mano para marcharnos-
SABRINA se sienta a mi lado y me ofrece una taza de chocolate caliente.
¿Cómo has subido al tejado sin partirte los dientes? -me pregunta ella haciéndome reír tras secarme un par de lágrimas- ¿por qué lloras, Riley?
La verdad es que no lo sé -confieso apoyando mi cabeza en su hombros- es que últimamente he estado pensando
Vaya, eso sí es sorprendente -se burla la pelirroja sacándome una risa de nuevo- ¿en qué?
En ustedes -me encojo de hombros- y en que yo sigo siendo una humana. Quiero tener tantas vidas como todos vosotros, Sabrina. ¿De que sirve tener una vida humana y todo lo bello de esas experiencias si mis amigos no van a estar allí de la misma forma? Me da igual vivir ocho siglos más con tal de seguir peleando con Damon, sacando de quicio a Caroline, ser la novia cliché de Stefan y seguir haciendo idioteces contigo
Riley, tú más que nadie sabe los peligros que es conlleva ser una vampiro -comienza Sabrina colocando su mano sobre la mía- y todo a lo que renuncias tras ello, pero si cuando terminemos la universidad quieres seguir siéndolo, seré yo la que lo haga
¿Lo harías por mi? -pregunto levantando la cabeza para verle-
Me parece una estupidez, pero si serás feliz así, yo no me interpondré. Además, estaré allí año tras año recordándote que estaremos juntas por siempre -anuncia ella con voz misteriosa. La abrazo con fuerza y nos quedamos así un rato hasta que se escuchan unos pasos-
¿Fiesta en el tejado y no lo sabía? -pregunta Damon con aire burlón-
¿Qué estáis haciendo ahí arriba? -pregunta Stefan saliendo de casa y viéndonos desde abajo- la cena ya está lista
Pues yo llevo el postre -anuncia Damon cargándonos a ambas sobre su hombro y dando un gran salto para quedar a su lado. Las dos nos quejamos entre risas mientras él nos lleva a la cocina. Levanto la cabeza como puedo y gesticulo un “te quiero" al otro Salvatore. Stefan responde de la misma forma y me regala una sonrisa antes de conseguir sacarme de entre los brazos de su hermano para llevarme personalmente a la silla. Beso sus labios antes de que sirva la comida y miro detalladamente a los tres discutir sobre que tipo de helado sabe mejor-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro