STEFAN, si abro los ojos y te veo mirándome, te tiraré de la cama -le advierto tras despertarme. Abro los ojos y este me reta con la mirada con una sonrisa en la cara. Trato de empujarlo pero él solo tiene que emplear un poco de fuerza para tirar de mi brazo y colocarme sobre él. Menos mal que cada uno tenía una manta que nos cubría porque si no estaríamos durante más horas en esta habitación- ¿por qué te obsesiona verme dormir? Parezco Betty la Fea
No es verdad -replica el vampiro rodeando mi cintura con sus brazos para pegarme más a él. Iba a empezar una discusión pero mi teléfono comenzó a sonar. Era mi prima-
Hola, Sabrina -saludo mientras trato de apartar los labios de mi novio de mi cuello. Él enlaza su mano con la mía y sigue su camino de besos por lo que sonrío levemente perdiendo la conversación de mi prima- ¿qué me estabas diciendo?
¡Riley! -se queja la pelirroja al otro lado de la línea- se supone que teníamos que ayudar a las chicas con el tema de la fiesta y si yo estoy aquí sufriendo, tú también
Sí, ehm...ya estaba de camino -miento tratando de levantarme. Stefan no me suelta por lo que me pongo aún más nerviosa. Le dejo un par de excusas a mi prima y cuelgo- Stef, necesito irme, llego muy tarde
Quédate -me pide con un mohín. Es bastante tentador, lo admito, pero una Sabrina molesta no lo es tanto. Niego con la cabeza con pena y dejo varios besos en sus labios antes de levantarme- ¿me traicionas de esta forma?
¿A quién prefieres que te eche la bronca? ¿Sabrina, Caroline, Elena...? -le pregunto divertida. Él levanta sus manos inocente por lo que yo comienzo a buscar la ropa por la habitación. Me coloco el vestido, las botas y me hago una coleta mientras busco mi chaqueta-
Está en el salón -me ayuda Stefan. Sonrío agradecida y beso sus labios lentamente. Él me sonríe y no aparta la mirada de mi hasta que salgo de su habitación-

NOS pasamos horas decorando la casa Lockwood par que Señorita. Perfección, también conocida como Caroline, pudiera irse a casa contenta.
Al día siguiente, todo el mundo se vestía de forma elegante para la fiesta.
Sabrina y yo, aunque suene bastante mal, nos pusimos a criticar a las nuevas voluntarias Miss Mystic Falls.
Damon se encargaba a darle la razón a su novia mientras la miraba como si fuera una magdalena.
Yo miraba mi teléfono cada tres minutos esperando un mensaje pero resulta que Jeremy tampoco estaba.
Vaya coincidencia...
Salgo de la multitud para ir al baño pero cuando vuelvo me encuentro con que Sabrina no está.
Tiro del brazo de Damon y este suelta quejidos mientras le arrastro hacia un lugar tranquilo.
¿Dónde está mi prima? -le pregunto preocupada. Él frunce el ceño mientras quita mi mano de su brazo-
Me dijo que había ido a buscarte -me explica él. Los dos nos miramos preocupados y comenzamos a correr para encontrarla. Cuando escucho voces, sigo el camino hasta encontrarme a Damon, Stefan y a una Sabrina herida. Lo normal un sábado por la tarde-

JEREMY había sido el culpable del intento de asesinato a Sabrina pero, técnicamente, la culpa había sido de Stefan.
Él le incitó a matar un vampiro para seguir descubriendo el mapa que nos llevaría a la cura y digamos que no salió muy bien.
Sabrina se había molestado con él pero no hizo nada por armar un lío.
Simplemente lo ignoró y se pasó todo el día junto a Damon.
Salgo de mis pensamientos cuando la puerta de la habitación se abre y muestra a Stefan.
Yo dejo de buscar en su armario y sonrío inocentemente.
¿Me estás robando ropa? ¿Otra vez? -me pregunta él con diversión desde el marco de la entrada-
No, pero si hipotéticamente lo estuviera haciendo...¿recordarías donde está ese suéter marrón tan mono y calentito? -contesto formando mi mejor cara de pena. Stefan, con una rapidez casi invisible, lo saca de la parte alta y hace el amago de dármelo pero luego lo aparta- ¿qué se dice?
Gracias, señor Salvatore -me burlo robándole un beso y el suéter. Me lo pongo y al instante puedo sentir su olor en él. Uno de los pros de ponerme su ropa. Sonrío enternecida cuando el vampiro le da un par de vueltas a las mangas para que no me quedará tan grande y finalmente abrocha los tres únicos botones que tiene cosidos. Tiro de su camiseta y le beso de nuevo notando sus brazos rodearme-

TRAS acomodarnos para la fiesta de pijamas en la casa Salvatore, repartimos una botella de vino para cada una.
Bonnie, Elena, Caroline y yo no podíamos parar de darnos miradas cómplices mientras que Sabrina era ajena a todo eso.
Lamentablemente esta mañana descubrimos que Damon y Sabrina podían estar compartiendo alguna clase de vínculo.
Damon me confesó que le dió de beber su sangre hace tiempo y además él fue quien la convirtió.
Tendría bastante sentido.
Por segunda vez en el día, salgo de mis pensamientos cuando un cojín cae en mi cara.
Sin saber cómo, poco después estábamos bailando al ritmo de una pegadiza canción, borrachas y drogadas.
Que buen ejemplo.
Tampoco sé cómo llegó el tema del vínculo pero digamos que Sabrina no se lo tomó muy bien y trató de echarlas pero esto es Mystic Falls.
Algo tenía que ocurrir.
Y con algo me refiero a tres híbridos irrumpiendo en la casa y atacándonos.
En un abrir y cerrar de ojos, Caroline ya no estaba.

A la mañana siguiente la tensión se calmó aparentemente.
Me encontré a Caroline y Sabrina hablando animadamente en el pasillo.
Mientras tanto yo preparaba el desayuno, Elena se reía de mis mensajes clichés con Stefan y Bonnie nos miraba a las cuatro como si estuviéramos locas.
No la culpo.
En mitad de la tarde, cuando ellas ya se habían ido, me quedé dormida leyendo un libro.
Para cuando abrí los ojos de nuevo, el cielo estaba oscuro y Damon estaba sentado a mi lado aburrido.
Damon -murmuro captando su atención. Me siento lentamente y le miro- sé que todo este rollo del vínculo te puede hacer pensar que Sabrina solo te quiere por ello, pero no. Lleva enamorada de ti desde la primera vez que te vio y no quiero que lo olvides cuando trates de romperlo. Va a seguir estando contigo a pesar de que esa conexión no exista
Riley, ¿por qué no vas a dormir arriba? -me ofrece Stefan desde la mitad de las escaleras. Beso la mejilla de su hermano y palmeo su hombro para luego correr hacia mi novio y abrazarlo. Él me toma entre sus brazos y sube las escaleras conmigo. Finalmente, me lanza a la cama y se acuesta a mi lado-
Stefan, ¿puedo besarte? -le pregunto con un deje de diversión. El vampiro agarra, literalmente, mi cara y me besa con pasión. Me abrazo a su pecho y nos quedamos los dos abrazados hasta que decido recordarle una frase muy importante- te quiero
Y yo a ti -me regala una gran sonrisa mientras deja un beso en mi frente, nariz, mejilla y finalmente en los labios-