Sesenta y siete
SABRINA y yo nos encontramos en la orilla del mar.
El agua nos llega por las rodillas mientras le damos la espaldas a la isla y tiramos un par de piedras haciéndolas rebotar sobre la superficie líquida.
¿Tomarás la cura? -le pregunto un tanto confusa pero sin llegar a mirarla-
Va a sonar muy mal, pero si Damon no la toma, yo tampoco -confiesa la pelirroja- y aprovecho que no me puede escuchar porque no tenemos ni puñetera idea de dónde está, pero no me imagino vivir una vida sin él. Esto ha sido tan cliché que me han dado ganas de vomitar
Lo comprendo. No quieres envejecer sin que él lo haga pero tampoco te importaría vivir de nuevo una vida humana -comprendo mientras asiento con la cabeza. Me giro levemente para ver a Stefan hablando con Elena y este solo me regala una media sonrisa. A la mierda. Que me escuche si quiere-
Yo creo que Stefan debería hacer lo que quiera. Si es más feliz volviendo a ser humano, perfecto y si prefiere quedarse como un vampiro, también -admito mientras me cruzo de brazos guardando el teléfono en uno de mis bolsillos. Estábamos a la espera de sus Caroline pudiera ayudarnos a investigar el mapa- realmente no me importa. Y esto suena muy cursi pero lo admito, no importa como sea su estilo de vida, le querré igualmente
Me estás pegando tu parte de unicornios y arcoiris, es mi momento de irme -se excusa mi prima saliendo del agua imitando unas arcadas. Sonrío algo sonrojada cuando Stefan es el segundo en aparecer y abrazar mi espalda besando mi mejilla delicadamente-
¿No te han dicho que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación, señor Salvatore? -le pregunto con diversión girándome entre sus brazos para verle-
Ahora mismo eso es en lo que menos pienso -contesta el vampiro juntando sus labios con los míos. Sonrío de nuevo rompiendo el beso cuando hace que mis piernas abracen su cintura y vuelvo a besarle-
OTRA locura más que añadir a mi lista de cosas.
Saltar desde un acantilado.
Es que ni de coña.
Se supone que Sabrina iría junto a Elena primera para mostrarme que no pasaba nada pero la idea seguía sin gustarme.
Rebekah nos confiesa algo que nos deja de piedra cuando las otras dos estuvieron abajo y aprovechó el factor sorpresa para partirle el cuello a mi novio y dejarme inconsciente en el suelo a su lado.
No pasó mucho tiempo después cuando me despierto dolorida.
Stefan sigue a mi lado y apretando mi mano con fuerza mientras que con la otra se alimentaba de sangre en una bolsa.
Sabrina está al otro lado junto a Elena y ambas me miran preocupadas.
La cara de mi prima me deja claro que lo sabe. Qué bien.
¿Estás bien? -me pregunta el único chico entre nosotras apartando el pelo de mi frente mostrando una herida por el impacto del suelo en mi cabeza-
Hemos estado peor -le recuerdo encogiéndome de hombros a pesar de que miraba mis dedos rojos por la sangre-
En realidad somos todos unos idiotas -nos dice Sabrina riendo irónica- todos podríamos beber la cura pero o somos muy empáticos y miramos por los demás o la necesitamos para...mierda. Klaus nos matará a todos
¿A qué estamos esperando? Vamos -nos anima Elena ayudándome a levantarme. Yo le ofrezco la mano al vampiro y este la toma pero no necesita casi mi ayuda-
¿Me prometes qué estás bien? -le pregunto antes de dejarle saltar. Él me rodea en un abrazo pero cuando abro los ojos ya me encuentro bajo el acantilado-
SABRINA y Stefan se habían ido en busca de la cura por demanda del ojiazul.
Yo me había quedado con un herido Damon mientras que Elena vigilaba la entrada de la cueva.
Hago presión en todas las heridas posibles pero empiezo a verle algo borroso.
Mal asunto, he perdido mucha sangre.
¿Por qué te has puesto bizca? -me pregunta el vampiro haciéndome reír levemente- ¿y qué coño te ha pasado?
Una larga historia y estoy muy cansada como para contarla -confieso arrancando una parte de las pequeñas balas que tenía Rebekah clavadas en el cuerpo. Sujeto mi cabeza con dolor y me dejo caer sobre el pecho del pelinegro- no me encuentro bien
Pronto vendrá tu héroe favoritos y volveremos a casa -replica Damon dejando que lo usara como cojín- princesa pucheritos, ¿sigues ahí?
Sí, sería muy patético morir por un golpe en la cabeza -trato de reír pero solo me sale un quejido. Se forma el silencio y solo puedo concentrarme en Damon tratando de burlarse de lo patético que era la situación-
ME despierto de golpe y respirando agitadamente.
Stefan apoya una mano en mi pierna y la acaricia para tratar de calmarme.
¿Dónde estamos? ¿Qué ha pasado? -le pregunto ahora un poco más calmada tras verle-
En casa. Te desmayaste -confiesa el vampiro. Yo vuelvo a costarme y suspiro- estábamos preocupados por ti, Riley. Recuerda que andamos dos días en el bosque, con la comida justa, cansancio y además una piedra atravesó parte de tu cabeza. Eres la humana más fuerte que he conocido
Pues eso es que no has visto a muchas -rio levemente. Enlazo su mano con la mía y le miro de nuevo-
Sabrina está bien. Fue a casa de Elena. Hubo un problema con Jeremy -me explica Stefan con una mueca. Yo abro los ojos asustada pero su mirada me dijo que eso no era todo- y no encontramos a Bonnie. Damon está en ello
¿Y qué hago aquí creyéndome la Bella Durmiente? -me quejo sentándome molesta-
Cariño, nos has ayudado mucho pero tenías que descansar -trata de mantener su tono suave. Ruedo los ojos y asiento con la cabeza sabiendo que tenía razón-
Bueno, ahora me siento genial, vámonos -me levanto antes de que pudiera impedírmelo. Él me mira serio pero yo me coloco en el espacio entre sus piernas y abrazo sus hombros- estoy bien. Te lo juro. La promesa del meñique
Te creo -afirma Stefan abrazando mi cintura y apoyando su cabeza en mi abdomen-
ELENA solo pensaba en que su hermano iba a revivir. Trata de negárselo y te da argumentos sin sentido pero que terminas creyendo.
Caroline y mi prima se encontraban con ella mientras que yo estaba sentada en el porche de su casa pensando qué hacer.
Stefan se sienta a mi lado y me ofrece una taza de té.
Le he echado azúcar, te lo prometo -murmura con un deje de diversión. Beso su mejilla delicadamente y levanto la cabeza para verle-
Siento lo de la cura, sé que te hacía al menos un mínimo de ilusión -respondo con pena tomando una de sus manos-
No tienes que pedir perdón por nada, no es tu culpa -me recuerda el vampiro acariciando mis nudillos con su pulgar. Nos quedamos en un corto silencio hasta que aparece la pelirroja-
Bueno, he visto momentos más clichés entre vosotros dos -menciona mi prima con gracia cruzándose de brazos y apoyándose en el marco de la puerta- sé que a nadie le gusta, pero tenemos que ir pensando en una coartada y funeral para Jeremy
Yo podría pedirle ayuda a mi madre -se ofrece la rubia apareciendo de la nada-
Yo llamaré a Matt, siempre nos acaba siendo útil -añade Sabrina tomando su teléfono-
Yo prepararé algo de comer, ¿no? No sé, algo para tratar de animar a Elena. ¿No es eso lo que suelen hacer entre vecinos cuando muere alguien? -pregunto nerviosa mirando a los tres confundida. Stefan me envía una calma absoluta tan solo acariciando mi espalda y ahí es cuando suelto un suspiro-
¿Qué ese olor? -pregunta Caroline tras otro breve silencio. Yo miro con la misma confusión anterior a los vampiros pero solo veo caras de pena-
Es su cuerpo. Está empezando a descomponerse -me explica mi novio. Tapo mi boca con las manos y me abrazo más hacia él-
DAMON había encontrado a Bonnie y esta nos podría ayudar a revivir a Jeremy pero hubo una única condición.
Terminar el triángulo extraño de Silas que conlleva matar a doce personas.
La bruja estaba bastante segura de hacerlo pero nosotros no tanto.
Algo le había hecho Shane, ella nunca mataría tantas vidas inocentes.
La reunión sobre el plan se había terminado cuando April llamó en busca de Jeremy y Elena confesó que estaba muerto.
Acto seguido, ella subió las escaleras y fue a la habitación de su hermano.
Los demás no intentamos nada para cambiarlo, necesitaba procesarlo y lo entendíamos.
Mi prima ríe a tras caerse del sillón y yo me acerco a ella.
Lleva una horas bastante rara.
No es hasta que en mis fosas nasales entra un olor extraño.
Un maldito porro.
¿Qué cojones has hecho, Sabrina? -le pregunto mientras me cruzo de brazos-
No pongas esa cara tan larga. A Jeremy le gustaba este rollo, es solo un cigarro. Por él -me explica la pelirroja como si fuera lo más normal-
Por estos motivos no puedo dejarte sola -me agacho para sujetar sus mejillas- me da igual que seas un vampiro, drogarse está mal
Sí, mamá -se burla ella sacándome la lengua-
Vámonos a casa -le pide Damon cargándola como si fuera un saco de papas desapareciendo por la puerta-
¿Qué? -pregunta Bonnie cuando la miré fijamente- vale, está bien, puede que le haya dejado un poco de las hierbas mágicas. Pero ella me obligó
¿Cómo? -pregunto incrédula sabiendo la verdad-
¿Quince dólares? -confiesa la bruja. Le doy con un cojín en la cara y subo las escaleras. Elena deja que la abrace y asiente con la cabeza sin tener que preguntarle nada. Caroline la dirige hacia el baño para ayudarle a quitarse el maquillaje que se ha llevado las lágrimas y Stefan aprovechó para entrar al cuarto-
Bonnie se ha ido, le dije a Matt que la llevara a casa -anuncia el vampiro. Yo le doy una media sonrisa como respuesta mientras me acerco al cuerpo del difunto-
Lo ha perdido todo, Stefan. Solo nos tiene a nosotros -murmuro con pena. Ambos nos miramos al escuchar gritos y bajamos al salón para encontrarnos a Elena vertiendo lejía, alcohol y otros productor con sensibilidad al fuego. Mierda. Acto seguido, tomó una cerilla y la encendió-
¡Están todos muertos! ¿Qué debo hacer? ¿Qué...? -comienza ella temblando de los nervios. Me acerco a ella y mis ojos se cristalizan levemente-
Estamos aquí, ¿vale? Somos tu familia, no nos iremos a ninguna parte -afirmo colocando mi mano sobre la suya. Consigo quitarle la cerilla y la apago con rapidez para luego caer al suelo a su lado. Ella sigue murmurando cosas entre el llanto pero yo no la suelto. A partir de hoy, me prometo ser la mejor familia que ella pudiera tener-
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