YA teníamos la lápida de Silas, a Klaus encerrado dándonos un margen de unos cuatro días como máximo, un nuevo tatuaje creciendo en el cuerpo de Jeremy y una decepción por parte de nuestros amigos cuando les conté que no maté a Rebekah.
Uniendo todas esas piezas, teníamos una clase de plan.
Si lo miramos como algo positivo, esto es una excursión con amigos -trato de animar a los demás mientras Stefan me ofrece su mano para bajarme del pequeño bote en el que antes había viajado junto a él-
Ya...no creo que eso vaya a funcionar ahora -niega mi prima mientras repetía mi acción de una manera más torpe. Damon la toma entre sus brazos antes de que pudiera caer al agua y la deja en tierra firme. Ella le mira, con la mirada tan cliché que dice odiar, y le planta un beso en los labios-
¿Tienes frío? -me pregunta Stefan agachado junto a un tronco atando un nudo. Yo niego con la cabeza abrazada a su espalda manteniendo el equilibrio para no tirarle. Él no me cree por lo que saca una chaqueta de la mochila y me la entrega-
Te quiero, ¿ya te lo había dicho? -le recuerdo con una leve sonrisa. Me separo para poder colocarme el abrigo pero Sabrina aparece poniéndome un gorro y una bufanda. ¿Cómo le explico que pronto saldrá el Sol y no tendré que usarlo?-

HEMOS perdido la señal -anuncia el profesor Shane tras llevar un rato caminando-
Eso es buena señal -nos dice Damon liderando el camino-
¿Alguien más está un poco asustado? -pregunta Elena junto a Bonnie-
Pues lárgate. De todos nosotros, tu presencia es la menos necesaria -contesta Rebekah. Yo paro de caminar y me giro para darle una mirada de advertencia pero ella solo se encoje de hombros-
Vale, entiendo que nos pueda caer mejor o peor otras personas pero durante la búsqueda de la cura, seremos un grupo, ¿vale? -les pido mientras evito que mi novio cargue mi mochila. Muy caballeroso de su parte pero no quiero sentirme inútil-
Déjame llevarla. No me pesa -añade él con un leve puchero-
Yo puedo. Mira que músculos -señalo mientras hago fuerza con el antebrazo sacando varias risas-
Si te cansas antes, no pensaré cargarla -trata de hacerme entrar en razón. Yo le remedo con gracia y este solo me da un leve empujón sacándome del camino-

SIGLOS después de qué Qetsiyah muriera vinieron unos mineros a excavar un pozo en la isla -nos explica el profesor alumbrando el camino de la noche- enloquecieron y se desangraron sin razón aparente. Cuenta la leyenda que esos mineros, a cambio de una gota de su sangre, tuvieron visiones de sus seres queridos muertos en el interior del pozo
Qué horror -murmuro cerca de él abrazada al costado de mi novio-
Lo es, pero también llamó la atención de muchos exploradores -continua Shane- que buscaban el pozo para ver si la leyenda era cierta
¿El pozo era mágico? -pregunta Bonnie sorprendida-
Algunas personas creyeron que las voces no eran más que el sonido del viento al colarse en las cuevas -le explica él parando de caminar- y que las visiones las provocaban plantas venenosas de la isla
¿Y tú qué opinas? -le pregunta Elena-
Yo creo que en la magia -afirma Shane formando un pequeño silencio mientras le mirábamos- mi mujer y mi hijo murieron en cuestión de pocos meses. Así que decidí comprobarlo por mí mismo. Ofrecí mi sangre y esperé. Vi a mi mujer. Vi sus ojos. Su sonrisa. Mi sangre me permitió volver a verla
Sí. Queda claro. No hay que catar las flores venenosas -le interrumpe Damon. Mi prima le da un pequeño golpe en la nuca y este se queja frotando la parte irritada-
Siento mucho tus pérdidas, profesor Shane -le digo con pena mientras veía a los demás comenzar a caminar de nuevo-
Prestdme atención todos. Primera lección de supervivencia -nos pide el profesor volviendo a adelantarse. Lanza una roca a varios metros delante y una trampa se la lleva en una red- no os separéis. Y abrid bien los ojos
Eso lo dice por ti, Riley -se burla Sabrina señalándome. La miro ofendida pero esta me saca la lengua y se tira a la espalda de su novio para seguir al grupo-

DECIDIMOS acampar cerca de una caseta de madera extraña en mitad del bosque y sí, sonaba muy mal, pero era eso o seguir caminando a oscuras.
Stefan y yo nos encontrábamos sentados en un tronco caído junto a una pequeña hoguera.
Le miro como si fuera la única persona en la faz de la tierra cuando comienza a masajear mis pies librándome del dolor en estos.
Mi mano se posa en su hombro cuando  libera un punto en tensión pero respiro aliviada al sentirme mejor.
¿Cuántas personas con calcetines de los Looney Tunes puede conocer alguien? -me pregunta el vampiro con diversión mirando los nombrados sobre mis pies. Yo le saco la lengua pero me siento tan bien con su masaje que no soy capaz de hablar- teníamos que haber parado antes.
Claro que no, Stef, cuanto antes la encontremos, antes nos iremos -le recuerdo en voz baja inclinándome para apoyar mi cabeza en su hombro y cerrar los ojos. Me acomodo de nuevo al escuchar un ruido entre los matorrales pero solo me encuentro con una mirada burlona de su parte- ni se te ocurra reírte de tu propia novia
No se me pasaría por la cabeza -ríe Stefan. Le doy un leve golpe en el hombro pero cuando aparta sus manos de mis pies, beso repetidas veces su mejilla como disculpa. Él solo me gira con una rapidez antinatural y consigue meter sus manos por mi camiseta para poder continuar su masaje en mi espalda-
Stefan, ¿cuándo nos podremos casar? -le pido medio en broma medio no. El vampiro levanta mi mentón y consigue besar mis labios para luego seguir su trabajo-

NOS habíamos despertado asustados porque Jeremy no aparecía. Sus cosas estaban en el mismo lugar que anoche pero él no se encontraba entre nosotros.
Damon, Bonnie y Shane se habían quedado en nuestro pequeño campamento y el resto nos fuimos a buscarlo por la isla.
¡Jeremy! -grita Elena caminando junto a nosotros. Al no recibir respuesta, lo intenta de nuevo- ¡Jeremy!
¿Por qué no gritas más? -le pregunta sarcástica Rebekah- a lo mejor, no hemos llamado bastante la atención
¡JEREMY! -chilla mi prima tan solo para molestarla mientras me colocaba cómodamente en su espalda. No sé cómo he terminado aceptando que me llevara pero tampoco me bajaré si no me lo pide. Mi prima da un paso más y está al borde de conseguir que una trampa nos atraviese pero la rubia la atrapó a tiempo-
Madre mía...creo que se me acaba de bajar la presión o algo así -confieso mientras bajo al suelo tras haber visto mi vida pasar por delante. Stefan acaricia mi espalda como consuelo pero yo me acerco a la Original y la abrazo. Ella no sabe cómo reaccionar pero a mí me daba igual. Nos acaba de salvar la vida-
¿Por qué no volvemos al campamento? -me ofrece Elena. Yo niego con la cabeza y comienzo a caminar de nuevo. No puedo rendirme ahora, nuestro amigo, y la clave para la cura, estaba por algún lugar perdido y probablemente sufriendo-

ELENA había sido la primera en marcharse seguida poco después de Rebekah y Sabrina.
Por esa misma razón, Stefan y yo caminábamos solos por el bosque.
Evito soltar un grito cuando me sujeta y me empuja hacia un gran árbol evitando que una flecha me diera.
Vale. Esta es la segunda vez que me intentan matar al idea. ¿El que esté con estas puñeteras trampas puede dar la cara de una vez?
Salgo de mis pensamientos cuando Stefan sujeta mis mejillas para conectar su mirada con la mía.
Yo sonrío aliviada y apoyo mi mano sobre la suya en mi cadera.
Te estás luciendo, Stefan. Te tendré que regalar una taza que ponga algo así como: “eres el mejor novio” -todo este palabrerío es mi forma de agradecérselo. Me inclino para besarle y este corresponde mi gesto pero cuando el beso comienza a tornarse en algo más caluroso, decido apartar su mano de zona baja de la espalda y separarme a regañadientes- lo siento, no puedo hacerlo ahora y muchos menos aquí sabiendo que he rozado las muerte dos veces en menos de veinticuatro horas
Lo entiendo, vámonos al campamento -me pide el vampiro. Me toma al estilo nupcial y en poco tiempo llegamos a la casita de madera. Cuando vi las caras preocupadas de mis amigas, supe que algo andaba mal-