Sesenta y cuatro
LA señora Lockwood había muerto y por eso todo el pueblo se mantenía en luto.
Cuando pudimos salir, Stefan me invitó a comer al Grill.
Dijo que así me sentiría mejor.
Cuando un camarero dejo mi plato y se fue, decidí comenzar a hablar.
Los dos estamos de acuerdo de que Carol no se ha tropezado, metido la cabeza en la fuente y ahogado, ¿verdad? -le digo incrédula mientras comenzaba a morder mi trozo de pizza-
¿Algún sospechoso en mente? -me pregunta él limpiando con su pulgar la salsa de tomate que caía en una de mis comisuras para luego chuparse el dedo. Pero este chico...-
No, por eso necesito que me ayudes -le pido entregándole un trozo de la pizza a pesar de que había negado su hambre anteriormente- es que es como una cadena. Si Tyler está mal, yo estoy mal, pero Caroline aún más. Y si ella está aún peor, Bonnie estará mal y Elena también. Y no nos olvidemos de Sabrina, si nosotras estamos mal, ella cien veces más que...
Sí, Riley, lo he entendido -me interrumpe con una sonrisa divertida. Recibe una llamada pero se termina poco después- ya tenemos varios planes por hoy pero el primero será clavarle una estaca en el corazón a Rebekah
No, otra vez no -me quejo formando un falso llanto. Él paga la cuenta sin dejarme tratar de impedírselo, toma una servilleta y me la entrega con la última porción de la pizza-
¿Me vas a dejar comer en tu coche? -pregunto burlona tomando su mano con la mía libre mientras salimos del lugar-
Oh, no, más vale que te lo comas antes de llegar -miente el vampiro. No he podido contar la innumerable cantidad de veces que ha dicho que no puedo comer en el coche pero no se ha resistido y me ha dejado-
EL plan era perfecto pero no tanto como para que saliera bien.
Rebekah consiguió distraerme y atacarme así que no pude clavarle la estaca de roble.
Esperé lo más pacientemente posible en la biblioteca junto a April y Sabrina hasta que ella apareció de nuevo pero esta vez con Stefan.
Empieza la lección -anuncia la rubia- estáis obligados. Conocéis las reglas. Responded mis preguntas con sinceridad, obedeced y no salgáis de aquí. April, querida, toma nota. Así es como se consiguen respuestas. Empecemos con un pequeño test. En 1114, mi hermano se enteró gracias a mí de que existía una hermandad de cazavampiros cuyos tatuajes crecían con cada muerte. Esos tatuajes, ¿qué revelan, Sabrina?
Un mapa -responde ella a regañadientes cruzándose de brazos-
Que conduce, ¿adónde, Riley? -continua la Original-
A la cura para el vampirismo -contesto mientras notaba la mano de mi novio en la pierna en un intento para calmarme-
Perfecta. Ya estamos al día -celebra Rebekah- Stefan, la última vez que nos vimos, tenías un cazador de vampiros. Pero para descodificar el mapa, debías localizar la Espada del Cazador cosa que me sonsacaste a base de emplear tus trucos sucios. De haber encontrado la espada, ya habrías llegado a la cura y todavía sois todos vampiros. Por tanto, algo se torció. ¿Qué estás haciendo?
Me dijiste que tomara notas -recuerda April un tanto asustada-
No en sentido literal, cielo. Pero ahora que lo mencionas, nos vendría bien un diagrama. Y fichas y chinchetas. Ve a buscarlas -le pide ella. April asiente con la cabeza y se marcha-
Estás perdiendo el tiempo -le dice Stefan- no sabemos nada
¿Te has rendido así, sin más? -le pregunta Rebekah incrédula- pensaba que lo harías por Sabrina y de paso, la tomarías para poder envejecer y morir con Riley
Stefan... -murmuro apoyando mi mano sobre la suya con cariño-
HERMANA -aparece Kol Mikaelson con naturalidad- qué sorpresa. Eres incluso peor que Klaus
Kol. Por fin, ¿traes lo que te he pedido? -le pregunta la rubia. Él empuja al profesor Shane dentro de la biblioteca- tú debes ser Shane
Está puto pirada -nos dice Sabrina cuando se marcharon. Ninguno fue capaz de negárselo-
Stefan, ¿de verdad serías capaz de tomarte la cura? -le pregunto abrazada a su costado mirando fijamente a la mesa pensativa-
Sé que me dijiste que no te importaba la opción que eligieras, pero también sé lo que se siente querer tener una vida normal, Riley -responde él acariciando mi espalda. Dejo un pequeño beso en su mejilla y nos quedamos en silencio hasta que Rebekah apareció pero pocos segundos después, Tyler también-
¿Qué coño está pasando? -pregunta el híbrido-
Escuchad las reglas con atención. No salgáis del edificio y nada de correr por los pasillos -anuncia Rebekah-
¿Cuántos años tenemos? ¿Ocho? Nadie va a correr por los pasillos -niega mi prima confundida-
Conviértete -le pide la rubia a Tyler- ya os he sacado la información que necesitaba. El primero que la encuentre, decide que hacer con ella y esa voy a ser yo
Si me transformo, los mataré -le recuerda Tyler-
Sí, lo harás. Transfórmate -repite Rebekah. Ella nos mira una última vez y luego se marcha sin mirar atrás-
TYLER había empezado su transformación y nosotros solo comenzamos a correr por nuestras vidas.
Por el camino nos había topado con Bonnie y una herida April pero pudimos salvar a esta última y dejarlas escapar.
Y de un momento a otro, me había separado del grupo.
Abro las puertas del gimnasio temerosa de que el lobo me usara de merienda pero me encuentro a Tyler tirado en el suelo entre las velas de luto y fotos de su madre.
Me siento de rodillas en el suelo y le cubro con uno de los manteles de la mesa para luego mirarlo con pena.
Porque comprendía perfectamente el dolor de perder a tus dos padres.
Sh...todo estará bien, Tyler. Te lo prometo -murmuro sujetándolo con fuerza para abrazarlo. Deje que llorase sobre mi hombro mientras yo trataba de calmarlo- sé que te lo dirán mucho, pero hablo en serio, todo mejorará. Recuerda a todos los que estamos aquí para apoyarte y demostrarte que estaremos en tus peores momentos también, ¿vale?
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