Sesenta
¿TE parece bien que Damon esté ayudando a Sabrina con el tema de la alimentación? -me pregunta Stefan sentado en una esquina del tocador mientras yo comenzaba a maquillarme mirándome en el espejo tras él-
Supongo -me encojo de hombros tanto con fuerza el nudo en la toalla donde mi pecho para inclinarme y retocar la línea del ojo- si Sabrina se siente cómoda con él y no se está muriendo de sed o descontrolando, no veo el problema. ¿Por qué lo preguntas, Stef?
Curiosidad -ahora es su turno de encogerse de hombros. Yo no me lo creo del todo pero decido no ser insistente-
Busca algo que ponerme en lo que termino, por favor -le pido. Sonrío inocentemente cuando me mira incrédulo pero sale hacia su habitación-
¿Desde cuándo te importa tanto lo que llevas puesto? ¿Qué pasó con la chica que iba en pijama a todos lados? -me recuerda el vampiro abriendo su armario-
¿Quieres que vaya a casa de Niklaus Mikaelson en pijama de magdalenas? -pregunto confusa saliendo del baño y tirándome en la cama cuidando que mi toalla no se cayera-
Puedes quedarte en casa si estás cansada -me recuerda Stefan girándose por un momento para verme-
Ni bajo el efecto de las drogas, te dejo solo con ese loco -niego rotundamente escuchando su leve risa. Rio soltando un pequeño tejido cuando me lanza un vestido a la cara seguido de la ropa interior negra y de encaje- ¡Stefan!
Tú me dejaste elegir -se excusa omitiendo una sonrisa mientras se cruzaba de brazos-
Pensé que el pervertido de los dos era Damon, no tú -replico burlona retándole con la mirada. Suelto un chillido cuando se tira sobre mi y comienza a llenar mi piel desnuda con besos. Él sabía que me hacían cosquillas sus labios sobre mi cuello- Stefan, para si quieres salir de casa en algún momento del día
¿Y si no quiero? -contesta entrecerrando los ojos. Ruedo los ojos divertida y sujeto sus mejillas para besarle. Dejémoslo en que no salimos de casa a la hora acordada-
ME despierto al sentir una acaricia en mi pelo seguido de un beso en la frente.
Sonrío ampliamente y me pego a su pecho mientras abro los ojos poco a poco.
Cuando mis neuronas conectaron, pude darme cuenta de que estaba oscureciendo.
¿Te has ido sin mí? -me quejo en voz baja pero manteniendo nuestro contacto-
Necesitabas descansar -responde Stefan colocando la manta sobre mi cuerpo- he descubierto un par de cosas pero esta noche iré a cenar con Rebekah y Klaus, tienen mucha información
Voy contigo -afirmo sentándome y rascando uno de mis ojos- no puedo creer que me haya quedado dormida y tú te hayas ido con él. ¿Seguro que ha ido todo bien?
Te lo prometo -asiente con la cabeza apartando un mechón de pelo sobre mi cara- ¿segura que quieres venir?
Con algo me tendrás que pagar el abandono que has cometido -respondo con diversión. Me abalanzo hacia él y beso sus labios como saludo- hola
Hola -contesta el vampiro riendo y rodeando mi cintura. Los dos compartimos un par de besos más hasta separarnos decididos a salir en algún momento de casa-
BIENVENIDA, hermanita -saluda Klaus tras vernos entrar a la habitación en la que estaba junto a su rehén-
¿Es un truco? -le pregunta la rubia- ¿cómo sabes que es de los Cinco? ¿Y el maldito tatuaje?
Los tatuajes no son visibles. Al menos no como en el pasado -le explica el Original- a comer
Vamos, debes estar hambrienta -murmura Stefan colocando una mano en mi cintura y guiándome a la silla vacía. Me siento a su lado pero no suelto su mano-
Podría besar al Consejo por quemar toda la verbena del pueblo -nos dice Klaus tras recibir su cena- me han facilitado la vida. Rebekah, cómete las verduras
No comeré hasta que te disculpes -niega ella a mi otro lado. Me ahogo con la propia comida que estoy tragando dado a la incredulidad pero Stefan suelta mi mano y golpea levemente mi espalda-
¿Por qué indiscreción? -le dice su hermano- como ha habido tantas
Me partiste el cuello -le recuerda Rebekah molesta. Y ella hizo que el coche se volcara al agua, pero preferí guardarlo para mí-
Derramaste la sangre de Elena para que no creara más híbridos -replica Klaus-
¡Porque me menospreciaste! -continua la rubia golpeando levemente la mesa-
¡Es lo que hacen los hermano mayores! -finaliza él. Decido volver a ahorrarme algo que decir, estaría tentando a la suerte-
Os podría enumerar un millón de cosas que prefiero hacer antes que estar cenando con vosotros dos ahora mismo -les interrumpe Stefan con voz calmada-
Está bien. Lo siento -se decanta por ir al camino fácil Klaus- siempre olvidó lo delicada que eres. ¿Me perdonas?
Lo tendré en consideración -responde Rebekah formando un leve silencio-
Stefan me ha dicho que Rebekah estuvo saliendo con uno de esos cazadores -anuncio tras dejar el tenedor y mirar a los tres restantes- ¿podrías contarme la historia?
Claro -afirma el Original- Alexander era un buen tipo, salvando obviedades. Buscaba a criaturas de la noche por lo que nos sentíamos seguros con él, llevando los anillos de día. Tenía un arma escondida para acabar con los vampiros
¿De eso de trata? ¿De un arma? -pregunta Stefan tras servirme un poco más de comida y señalarme con la cabeza que comiera un poco más-
No es sólo un arma -salta a corregir Rebekah-
Rebekah, amor, no te adelantes a la historia -le pide su hermano-
¿Cómo va a ser un arma la respuesta a mis plegarias? -pregunta Stefan haciéndome fruncir el ceño. Creo que me había perdido algo-
¿Podemos ir ya a la parte interesante? -les pido desesperada quitándome la chaqueta-
Aún no, querida. Porque, para encontrar esa arma, tenemos que resolver el puzzle -me explica Klaus- que parece haber desaparecido
¿Qué puzzle? -pregunta Stefan pensativo- el tatuaje. ¿Qué es?
Un mapa. Que lleva hasta el tesoro -responde el vampiro-
¿De qué nos sirve el tatuaje su ni podemos verlo? -le dice Rebekah confusa-
Nosotros no, pero alguien sí puede -replica Klaus. Yo me levanto de la mesa sabiendo de qué persona hablaba pero antes se me adelantan dos híbridos. Stefan se coloca a mi lado amenazadoramente hasta que Klaus decide intervenir- dejad a la chica. No osaría desafiarme
Jeremy, ¿estás bien? ¿te han hecho algo? -le pregunto preocupada cuando los dos chicos se fueron mostrándome al adolescente. Él asiente con la cabeza mientras corresponde mi abrazo-
COMO esperaba, la historia no terminó bien.
Alexander, el cazador, había intentado matar a Rebekah y técnicamente lo había conseguido.
El resto de cazadores fue a por los otros hermanos pero Klaus pudo salvarlos.
¿Lo más importante de la historia?
El arma se trataba de una cura para atraer la humanidad a un vampiro.
Lo que Klaus quería es saber el paradero de ese arma para utilizarlo en caso de que nosotros convirtiéramos a Elena, dejándole sin híbridos.
Además, había añadido la carta de dejarnos la opción de curar a Sabrina y al resto de nuestros amigos vampíricos.
Cuando el Original quiso dejarnos marchar, así lo hicimos.
Por eso me encontraba bajando las escaleras ahora con mi ridículo pijama y mi ridículo peinado cuando de repente me vi a Stefan, Klaus y a Rebekah en el suelo.
Hola -saludo un tanto confusa. Retrocedo tres escalones cuando Klaus se me acercó pero Stefan fue incluso más rápido-
No dirá nada, Klaus. Déjala -le pide él apretando la mandíbula molesto-
Más le vale, porque si no le cortaré la lengua y se la haré usar como colgante -me advierte el vampiro para luego marcharse sin más-
Stefan, ¿qué está pasando? -le pregunto sujetando sus brazos para centrar toda su atención en mí-
No le podemos decir a nadie sobre la cura, Riley. Ni a tu prima, ¿vale? -responde él rodeando los costados de mi silueta para apoyar sus manos en mi espalda- no quiero que te hagan daño, ¿vale?
Tranquilo, Stef, no sacaré el tema -le aseguro aprovechando que estaba más arriba que él para besarle-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro