RESULTA que si pasas la frontera de Mystic Falls, la magia se dispersa totalmente.
Incluso si obligamos a la gente, recordarán que lo hemos hecho y lo que somos.
Como pasó con el caso de Sarah.
La noche anterior había llegado a la universidad, me quedé quieta en la entrada de su habitación y las tres me miraron.
Poco después, estábamos cotilleando sobre nuestras vidas olvidando lo pasado.
Uniéndonos de nuevo.
Es lo que más necesitábamos ahora.
A la mañana siguiente, nos pusimos a revisar cada uno de los lugares en búsqueda de la chica pero no había rastro de ella.
Hola -responde Stefan tras contestar mi llamada- ¿Alguna noticia de la chica?
Ojalá -niego sin parar de caminar- Elena, Caroline, Sabrina y yo hemos revisado la frontera como cinco veces. No hay rastro de Sarah
En las carreteras tampoco, o sea que probablemente esté en Mystic Falls -explica mi novio al otro lado de la línea-
Esto me da muy mala espina. Dejó de estar obligada cuando cruzó la frontera. Sabe lo que son -le recuerdo preocupada-
Tengo que irme, Riley. Hablamos luego -responde él para luego colgar. Consigo encontrarlo a tiempo antes de que pusiera en marcha la moto-
¿Tienes que irte? ¿A dónde? -le pregunto divertida cruzándome de brazos-
Ya lo sabes, a casa -señala él sentado sobre el vehículo-
Solo me ha hecho falta una noche con mis viejos amigos para recordar dónde está mi verdadero hogar -le explico acercándome a él- es este, Stefan, y lo sabes. No podemos volver a escapar de la realidad. Mystic Falls es nuestro hogar
No, lo era, peor ya ni podemos traspasar sus fronteras -me recuerda Stefan con una mueca-
No vamos a tirar la toalla de nuevo. Esa vida es falsa, Stefan, bastante feliz. Pero sin todas las personas que están aquí, es incompleta -continuo rodeando sus hombros con mis brazos-
Riley, entiendo que consideres este tu hogar. Yo no puedo, no te obligaré a venir conmigo, pero iré a recoger mis cosas e irme -me explica él pasando sus brazos por mi cintura-
Yo también creía que estaba bien y si pasaba página, olvidaría todo esto -le explico con pena- pero no podemos simplemente olvidar que has perdido a tu hermano y a Bonnie
Ya he olvidado mi pasado antes. Es mi sistema -se encoje de hombros. Me separo de él y señalo las llaves de la moto entre mis manos-
Vale, haremos una cosa -le pido paseando a su alrededor- vuelve a intentarlo y muéstrame que eres feliz de verdad. Te prometo que te dejaré en paz, pero si no, iré a buscarte y te traeré a tu verdadera casa. ¿Te apuntas?
Está bien -acepta a regañadientes. Hago el amago de darle las llaves pero dejo un beso en sus labios y luego las dejo en su manos- no puedes jugar así
Claro que sí, mi juego, mis reglas -replico divertida sentándome tras él. Me abrazo a su cintura y apoyo mi cabeza en su hombro- ¿a qué esperas?
Te odio -murmura a pesar de la sonrisa que amenazaba salir de sus labios-

AÚN no saben nada de Sarah -le explico apagando el teléfono de nuevo-
¿Recuerdas todas esas veces en las que me has pedido que nos casemos? -pregunta Stefan. Mi cerebro colapsa ante el cambio de tema-
Si esta es tu forma de convencerme, va a funcionar, no lo hagas -le advierto con diversión-
Confía en mí -me pide quitando con delicadeza el anillo en mi dedo. Aparta la silla libre y se arrodilla ante mi. Idiota- Riley Smith...
Stefan Jones -le sigo el juego imitando estar sorprendido- ¿qué estás haciendo?
Nos conocemos desde hace un montón de tiempo y siempre has sido mi mejor amiga -comienza él haciéndome sonreír- yo siempre te he amado y quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Querrías...?
Lo haces porque estoy embarazada, ¿verdad? -decido devolverle la idiotez-
No, no -contesta segundos después- te lo estoy proponiendo porque eres mi gran apoyo, ¿vale? Te sentí a mi lado cada vez que estuve en rehabilitación y en la cárcel, durante mi lesión en el rodeo. Tú me has sacado del agujero. Y, amor mío, este bebé es lo mejor que nos ha pasado en la vida. ¿Quieres casarte conmigo?
¡Sí! -afirmo evitando reír ante las celebraciones de los espectadores. Coloca el anillo en mi dedo y nos sumergimos en un largo beso-
Esto podría ser real -me ofrece en voz baja abrazándome-
Tú también juegas sucio -advierto recibiendo otro beso de su parte-
Nuestro juego, nuestras reglas -repite Stefan. Sujeto sus mejillas y le beso de nuevo-
Más te vale que esta farsa sea real -le advierto. Rio cuando me eleva del suelo y rodeo su cintura con mis piernas. Yo solo se lo dejo caer...-

STEFAN, estaba pensando -comienzo mientras bebo de mi taza- como has dicho, cada par de años hay que cambiar de vida para evitar que se den cuenta de nuestra naturaleza. ¿Cuántos años pasaron hasta que volviste a Mystic Falls?
Quince -responde él dejando la cerveza sobre la mesas- antes de lo previsto, pero te conocí asi que...
Qué mono -murmuro inclinándome para besarle-
Desde 1864 he sido carpintero, conductor de ambulancia, emigrante, estudiante de instituto -enumera el vampiro tomando mis manos-
Eres como Barbie, tiene muchos trabajos -señalo divertida- a pesar de que me gustaría vivir haciendo diferentes cosas, aún no puedo hacerlo
Lo sé, te esperaré, no importa cuánto tiempo -se encoge de hombros con naturalidad. Me levanto de mi asiento y lo abrazo con fuerza-
Deja de decir cosas clichés, no puedo estar más enamorada de ti -murmuro haciéndole reír. Me sienta sobre sus piernas y ambos nos quedamos en un cómodo silencio allí-

TE voy a echar de menos -confieso abrazándolo con fuerza-
Esto no es una despedida. Nos volveremos a ver -me recuerda sin separarse-
Te quiero, marido -rio levemente separándome para dejar un corto beso en sus labios-
Y yo a ti, esposa -contesta él. Toma mi mano y me acompaña a la familia. Me subo al coche y espero hasta que le veo irse pero comienzo a escuchar golpes. Entro de nuevo al bar y sujeto al hombre que está apunto de atacar a Stefan-
Ve a casa y olvida lo que ha pasado -le pido obligándolo con la mirada. El hombre se va mientras yo estiro la mano hacia el vampiro- menos mal que ibas a estar bien...

¿NO te marchabas? -me recuerda él haciendo que limpie con más fuerza las heridas de su cara-
Tengo un buen oído, mejor que el de cualquier vampiro -confieso concentrada en limpiar la sangre- ¿qué pasó con ese chico?
Te hablé de mi sistema -responde Stefan mirándome fijamente-
¿Dejar que te partan la cara? -frunzo el ceño confusa. Se forma el silencio mientras noto sus ojos cristalizarse- Stefan, no estás solo. Me has tenido todo este tiempo y me seguirás teniendo por mucho más. No me importa que llores por él. Que este triste o molesto. Estaré allí, ¿vale? Simplemente no finjas estar bien, seguimos teniendo humanidad. Es normal estar mal, lo pasaremos juntos, ¿vale?
Le echo de menos... -confiesa el vampiro rompiendo a llorar en mi hombro. Dejo el algodón sobre la mesa y le abrazo con fuerza. Incluso me permito soltar un par de lágrimas. Haré todo lo posible y más por traerlos de vuelta, nadie merece perder un hermano-