VOLVIMOS al mundo actual con Lillian pero sin Kai.
Ese mismo día por la noche, me encontraba sentada en el sofá limpiando un par de lágrimas con unos pañuelos acariciando a Nala y Scott hasta que Damon baja lentamente las escaleras.
Sois la pareja más ruidosa del universo -anuncio con una mueca de asco sin apartar la mirada de los cachorros tratando de calmar mis sollozos-
Cállate. Hemos terminado antes porque tu prima quiere pasar un rato contigo -explica Damon tomando un vaso de agua y sentándose a mi lado para entregármelo-
No soy una niña, puedo apañármelas sola -respondo rascando la barriga de Scott-
Uno: sigues siendo una cría -señala el pelinegro tomando un pañuelo limpio para limpiar el maquillaje bajo mis ojos-
Y dos: la persona que quieres tanto que hasta me dan ganas de vomitar ya no está. Lo estás pasando mal -aparece Sabrina sentándose a mi otro lado- no tienes que fingir con nosotros, Riley
Eso, déjalo salir, princesa pucheritos -pide Damon acariciando mi espalda para calmarme-
Estoy bien -contesto a pesar de que se me corta la voz. No hay tiempo para esto, lo importante es ayudarlo, no llorar por él-
Riley, venga, no dejaremos que llores sola. Estamos aquí, contigo -continua la pelirroja. Tuve la mala idea de mirarla y sentir la empatía en su mirada por lo que un par de lágrimas vuelven a brotar de mis ojos. Damon no para sus caricias mi espalda, Sabrina apoya su cabeza sobre la mía y Scott trata de limpiar mis lágrimas con su lengua. Al menos no estoy sola-

ESE era el plato favorito de Damon -nos dice Lillian sentándose frente a nosotros- “huevos encestados"
Gracias por el desayuno -murmuro con una sonrisa amable-
Lo he cambiado, prefiero las galletas de Riley -replica él. Su novia le da un leve codazo y este solo pone cara de inocente-
Los gustos cambian con el tiempo -afirma Lily dándole un bocado a su desayuno- decidme, chicas, ¿lleváis mucho tiempo siendo vampiras!
Wow -susurra Sabrina por el cambio de tema- un par de años, creo
Yo hace poco, hará menos de un año -añado volviendo a cortar el huevo-
¿Echáis de menos ser humanas? -continua Lillian-
De vez en cuando -se encoge de hombros mi prima restándole importancia-
Entonces, si lo he entendido bien para poder liberar a mis compañeros de donde estaba atrapada, hace falta el artefacto mágico -comienza ella levantándose para tomar el vol de frutas- el Ascendente. ¿Dónde está?
Guardado. Muy bien guardado -responde su hijo-
También necesitamos un evento celestial -nos recuerda Lillian-
Tendremos que indagar un poco, sí. Ten paciencia, no se dan muy a menudo -contesta el pelinegro-
Pronto habrá luna llena. ¿Servirá? -ofrece su madre- y dentro de dos semanas lluvia de estrellas
¡Mira por donde! Te has vuelto experta en el “Almanaque del Granjero" -se burla Damon juntando sus manos entre sí-
En realidad, seguí tu consejo, y me aventuré con el ordenador de Stefan -admite Lily sirviéndose zumo- qué invento tan maravilloso. Todo ese conocimiento
Y mucho video de gatos montando en aspiradoras -añade Damon divertido-
O otro tipo de vídeos que preferimos no nombrar -murmura burlona Sabrina-
Tenemos problemas. Están atacando a personas en Whitmore -anuncio tras recibir un mensaje de Jo-
A ver si adivino. Una es rubia, y al otro le gusta machacar a la gente -recuerda Damon ayudando a Sabrina a colocarse la chaqueta-
Tenemos que irnos. Gracias por el desayuno, Lily -finaliza Sabrina besando rápidamente los labios de Damon y acariciando la cabeza de Nala. En cambio yo, despeino el pelo de Damon y beso la frente de mi mascota-

NOS habíamos echo pasar por enfermeras para poder darle un poco de sangre vampírica a los pacientes en peor estado.
Por si fuera poco, un Matt bastante herido ingresó al hospital.
Tras un largo día, me di una ducha en busca de quitarme cualquier rastro de sangre o la esencia del hospital.
Unos minutos después, me encuentro haciendo unas galletas para despejar la mente.
Me habrás guardado algunas, ¿verdad? -me pide Stefan de pie en mitad de la cocina. La manga pastelera está a punto de caerse ante la sorpresa pero finalmente la dejo en un lado de la mesa y corro para abrazarle-
Te he echado de menos. Me alegra tanto verte. Te quiero. Oh, Dios mío, estás aquí -celebro interrumpiendo mi propio vómito mental besando sus labios-
Te quiero -responde él sujetando mis piernas para evitar que cayera de sus brazos- ¿necesitas ayuda con la repostería?
Te necesito a ti -le corrigo con una media sonrisa. Volvemos a sumergirnos en un beso pero esta vez me deja lentamente sobre el suelo y sube sus manos por mie espalda-

STEFAN tenía un plan para recuperar a Caroline de vuelta.
Él haría como si no le hubieran devuelto la humanidad y tratará de fingir que nada ha cambiado.
La primera parte funcionó, los dos estaban en la misma habitación sintiéndose débiles por una pequeña dosis de verbena y dejarles sin dosis de sangre.
Lo segundo no, la carta que había dejado Liz para su hija antes de morir había sido quemada por la rubia.
Tercero, recordarle el estropicio que había dejado.
Cuarto, conseguir que Stefan se metiera en su cabeza y tratar de traerla de vuelta.
Quinto...¡A la mierda!
Cuando entro al cuarto, me encuentro a un Stefan herido y a una Caroline entre lágrimas.
Eh, eh, tranquila -susurro agachándome a su lado para abrazarla. Le pregunto a Stefan con la mirada pero este solo asiente indicándome que estaba bien- estoy aquí. Estamos bien. Todo pasará
Lo siento...yo...-comienza ella pero rompe de nuevo en un llanto-
Tranquila, estamos contigo, te queremos, Caroline. Todos tus amigos están aquí, esperándote, sabíamos que volverías -la tranquilizo besando su frente y volviendo a abrazarla. Stefan se acerca lentamente y nos rodea a ambas con sus brazos-
Estaremos bien -afirma el vampiro besando rápidamente la frente de la rubia y luego mis labios. Finalmente, nos quedamos juntos en un cómodo silencio tratando de reconfortar a muestra amiga-