Noventa y cinco
SCOTT se encuentra dando saltos a mi alrededor en busca de mis brazos pero estos se encuentran ocupados por el desayuno del resto.
Resulta que la casa de los Salvatore parece Hotel Transilvania.
Buenos días -saludo entrando al salón con una sonrisa-
Tú al menos dejas que le toquemos -me dice Liv acariciando al pastor alemán- tu prima no nos deja ni mirarlo
Algún día os dejará -rio levemente mirando a mi nueva mascota mover la cola con felicidad-
Gracias -aparece Jeremy tomando uno de los platos que obviamente no le correspondía-
Bueno, ya que estás tan animado, llévale este a Sabrina -respondo con diversión dejándole el cargo de despertar a la pelirroja. Vuelvo a la cocina antes de que pudiera arrepentirse y preparo otra cafetera-
¿Es normal que no entienda lo que está pasando? -pregunta Stefan apoyándose en el marco de la puerta-
Me ha costado toda la mañana comprenderlo -admito mientras relleno un vaso con café y se lo ofrezco acompañado de un par de magdalenas-
¿Cuánto llevas despierta? -me dice mientras topa uno de los postres y lo muerde-
Un par de horas, quería dejarte descansar -le explico agachándome para tomar al perro. Se acurruca entre mis brazos y yo dejo un beso en su pequeña cabeza- ¿Están buenas? He probado una receta nueva
Me gustan mucho -afirma él acercándose lentamente para besar mi frente y acariciar la barriga de Scott. Ambos nos miramos cuando se escucha algo romperse- ¿por qué creo que eso no es buena señal?
Porque probablemente no lo sea -asiento con la cabeza. Camino a su lado de nuevo a la sala de estar viendo a Liz echar humo. Literalmente-
¿Me prestas una camiseta? -pregunta la rubia con una mueca-
Arriba, al final del pasillo. Sabrina te dejará una -responde Stefan a pesar de su confusión. Ahora da un par de paso más encontrándose con Kol- ¿qué estáis haciendo en mi casa?
Un hechizo de fuego -señala ella sin moverse de su asiento- lo de volver a conectar con la magia no es como montar en bici. Y perdona por lo del jarrón. ¿Era muy caro?
No lo sé, los Smithsonian lo sabrán. Llámales -contesta Stefan sacándome una mueca-
Buenos días -aparece Alaric haciendo que ahora le miremos a él- te he traído más ingredientes, Riley
Gracias, Ric -beso rápidamente su mejilla tomando la bolsa. La inspecciono rápidamente y sacó una botella de champán- será mejor que vayáis usando esto
Sí, por favor -celebra la pelinegra tomando la bebida-
¿Qué está pasando? -repite mi novio sin quitar la expresión confusa de su cara-
Dentro de un mes será la fusión y para que me convierta en la líder -explica Jo haciendo gestos con sus manos- Liv me pondrá a regiones hasta el próximo evento.
¿Y por qué tienes que hacerlo en mi salón? -pregunta Stefan mirándome por un momento buscando una respuesta-
Damon se siente culpable -confiesa Alaric tras un breve silencio- y nadie se niega a los desayunos de tu novia
Gracias -respondo con una sonrisa amable- podréis desayunar en la cocina, lo tenéis todo preparado
Eres un cielo -me señala Jo siendo seguida de su pareja-
No te enfades -levanto la cabeza formando un puchero para ver al vampiro- necesitaban ayuda y uno de los dos dueños de la casa aceptó que vinieran. No pude decirles que no
Creo que él tampoco -suspira Stefan tras oír a Scott ladrar llamando su atención. Lo sujeta con cuidado y una sonrisa comienza a crecer en su cara cuando el animal va cerrando los ojos ante sus caricias. Ya sabemos otra debilidad que podemos usar en su contra-
ME encontraba de camino a Duke para acompañar a Caroline y evitar que se volviera loca con el tema del cáncer de su madre.
Hablando de ella, mi tía se había quedado a su lado para hacer un maratón de Friends.
Incluso Stefan se había unido al pequeño viaje porque “quería ver a una amiga".
¿Quién? Pues no lo sé pero que estaba más preocupada evitando que algún médico pillara la rubia haciéndole un interrogatorio a el paciente en el mismo estado que su madre.
Poco después, todo da un inesperado giro.
El supuesto paciente que se estaba muriendo estaba alegremente buscando algo que comer el máquina expendedora.
Magia.
Caroline tenía razón.
Volvimos a casa para llevarla con su madre.
Si ella tenía fé, ¿quién era yo para quitársela?
HOLA -saluda Caroline cuando entramos en su casa- mi madre aún duerme. No la despertéis
¿Qué le ha pasado? -pregunto preocupada acercándome al hombre que estaba tumbado en el sofá. El paciente de ayer, Colin-
No lo sé -confiesa la rubia levantándose y caminando de un lado a otro- cuando le dejamos, estaba bien. Le vimos por los pasillos, tan campante, tragando toda esa comida de la máquina
Ya, pues ahora no está nada bien -señala Stefan mirando a Colin- ¿no lo obligaste a olvidarlo todo? ¿Cómo te ha encontrado?
No lo sé -niega Caroline formando un silencio tenso-
Vale, creo que tenemos un problema -anuncio tras unir todos los puntos. Me levanto para abrir brevemente la cortina y ver su piel quemarse-
Es un vampiro -comprende Stefan con preocupación-
Murió tras darle mi sangre -añade Caroline tapando su boca asustada-
ESTÁBAMOS jodidos, demasiado.
Caroline le había dado de su sangre a su madre y, como le pasó a Colin, aumentará el cáncer, la matará y se convertirá en una vampiro.
La rubia se sentía completamente culpable y no había hablado con nadie.
Stefan -le llamo sentándome a su lado- necesito que me hagas un favor
Claro, ¿va todo bien? -pregunta él con un deje de preocupación tomando mi mano-
Habla con ella -respondo levantando la mirada para verle- eres su mejor amigo. Te escuchará. No merece culparse por esto
Está bien, lo intentaré -asiente con la cabeza. Besa mi frente y se levanta pero se gira de nuevo para mirarme- ¿tú estás bien?
Lo mejor que se puede estar en estas ocasiones -me encojo de hombros con una sonrisa triste-
¿Quieres que traiga a Scott? -me ofrece Stefan haciéndome reír levemente. ¿Veis? Solo con eso podía subir mi estado de ánimo-
KAI estaba intentando quitarle la magia a la sheriff Forbes como último recurso.
Claramente, a Joe no le gustó en absoluto la idea.
Y lo entendí cuando a Liz empezó a darle un ataque en el corazón y no hizo nada por ayudarnos.
Nada parecía funcionar.
Elena, Sabrina y yo estábamos abrazadas la una a la otra viendo como un médico trataba de reanimarla
Te obligo a que la salves -replica Damon devolviéndole los instrumentos necesarios- si no quieres que te mate, sigue trabajando
He hecho todo lo que podía. Ha muerto -niega el doctor. Sentí un inmenso dolor en el pecho al escuchar esas palabras-
Lárgate de una puta vez -le pide la pelirroja obligándolo con la mirada-
¡Mierda! Nadie más va a morir, ¿me estás escuchando? -retengo un sollozo mientras me acerco hacia la rubia. Elena trata de reanimarla pero no parece funcionar-
No, no, no -murmura Caroline apareciendo con rapidez para llegar a su lado- ¿Mamá? ¡Mamá! ¡No, mamá! No me dejes, por favor
No quiero ver esto -susurro dejando que Damon me rodee en un abrazo. Los seis quedamos sorprendidos cuando Liz se mueve pero no somos capaz de salir de nuestro shock-
No te preocupes, estoy aquí -susurra su madre. Caroline rompe a llorar mientras la abraza como puede. Sabrina se marcha agobiada por el conjunto de emociones pero cuando salgo preocupada supe que estaba bien. Ella y Damon se estaban besando. Es todo lo que necesitaban-
Tenéis que dejar de morir y revivir, la que va a terminar muriendo de un infarto seré yo. Y no voy a volver -les advierto haciéndoles reír levemente. Stefan rodea mi cintura con su brazo y yo apoyo la cabeza sobre su hombro viendo a madre e hija abrazadas-
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