BÁSICAMENTE, el colgante que Stefan me había regalado era parte de la solución para mandar al otro lado a los fantasmas que habían venido a Mystic Falls.
Salía del Mystic Grill cuando una rubia bastante conocido se aparece frente a mí.
Tapo mi boca ocultando la sorpresa y no dudo en abrazarla escuchando una leve risa por su parte.
Sé que no debería, pero me alegro tanto de poder verte -confieso separándome para mirarla-
Creo que necesitas mi ayuda -me recuerda Lexi- sígueme entonces
¿A dónde vamos? -le pregunto sin dudar en seguir sus pasos-
A terapia de desintoxicación -anuncia la rubia con un leve deje de diversión y preocupación. Desde los principios de Stefan ella había sido su curación, espero que eso se mantenga-

KLAUS se ha esmerado con él, ¿eh? -dice Lexi en voz alta tras abrir una puerta mostrando a un Stefan atado a una silla-
Klaus quería usarme como un juguete pero Stefan solo me protegía. Él se enfadó y le obligó a anular su humanidad -le explico sin apartar la mirada del vampiro-
Pues tendremos que convencerle de que la recupere -responde la rubia con simpleza- no va a ser agradable
Solo quiero verle mejor -suspiro mientras me cruzo de brazos-
Despierta, dormilón -ella le da una patada a las cadenas pudiendo despertarlo- ¿cómo te encuentras?
¿Qué es esto? ¡Sácame de aquí! -le pide Stefan moviéndose desesperado-
Shh. Voces interiores, por favor. Intento entrar en tu cabeza -le manda a guardar silencio la vampiro-
Riley, deshazte de ella, por favor -ahora Stefan me mira a mí. Yo solo niego con la cabeza-
Primero: desintoxicación. Deshidratarlo, privarlo de sangre. Eliminar la tentación -me explica Lexi-
Esto no va a funcionar, Lexi. No puedes hacerlo -replica él-
¿Has oído que será desagradable? -me recuerda la rubia. Yo formulo un sonido afirmativo. Lexi se acerca a él y, sin entender cómo, él empezó a quejarse de dolor-

NO quiero juzgar tus métodos, ¿pero está bien? -le pregunto confusa mirando a Stefan-
Probablemente no, tiene alucinaciones. Ahora lleva tres meses sin sangre -me explica Lexi caminando alrededor de la silla- ahora nueve meses. Dos años. Cinco
¿Alguna vez te he dicho lo que me alegra que murieras? -le dice Stefan furioso-
Yo también te he echado de menos -se burla Lexi. Pasan varias horas, Stefan se encuentra sudando, nervioso e incluso parece dolorido. Yo intento no mirarlo mucho pero cuando pronunció mi nombre, no dudé en acercarme un poco a él-
Riley. Me duele. Por favor, ayúdame -me pide el vampiro-
Aunque no lo parezca, de esta forma de estoy ayudando -le explico tratando de sonar lo más calmada posible-
Haré lo que Sea. Cambiaré. Lo prometo -continua Stefan desesperado-
Es mentira -replica Lexi detrás de él- ahora mismo diría cualquier cosa
Riley, lo siento. Dile que pare, por favor, que pare -le ignora Stefan con los ojos cristalizados-
No le escuches, ¿vale? Trata de jugar con tus emociones para conseguir lo que quiere -niega la rubia-
Riley, te quiero, ¿vale? -continua el vampiro. Cierro los ojos soltando una suspiro y me siento en el muro alejada de él- ¿Sabes qué? No quiero tu ayuda. Ojalá nunca te hubiera conocido. Cada instante que he pasado contigo ha sido una pérdida de tiempo
¿Lo ves? Ahora habla el destripador -le interrumpe su mejor amiga- cuando está lo bastante débil, debes causarle dolor. Hacerle sentir cosas. Ira, rabia, lo que sea. Hacerle ver más allá de la sangre. Es como seguir una dieta. Hay que hacerlo a diario. Como correr en la cinta o hacer café. Hasta que pueda ser salvado
Te voy a destripar, Lexi -le advierte Stefan molesto cuando ella estuvo a punto de clavarle el arma en otro sitio-
No puedes. Ya estoy muerta -le recuerda ella para luego hacerle otro corte-
Estoy bien -afirmo en un murmullo cuando ella se giro para verme. Aparto una única lágrima que baja por mi mejilla y me mantengo firme. Esto le ayudaría, quería que supiera que en todo momento estuve a su lado-

LEXI, hay un problema -confieso tras, varias horas después, tomar el teléfono- van a cerrar la puerta. Consiguieron el colgante
Ese colgante -repite la rubia girándose hacia el vampiro- al menos, dime qué recuerdas cómo te sentiste. Lo encontraste en tu momento más oscuro. Y al superarlo, dijiste que el colgante representaba la esperanza
Qué irónico que estén a punto de volarlo en pedazos -se burla él vampiro entre lágrimas-
Pero a mí no -le recuerdo colocándome al lado de ella- no puedes negar que me lo diste a mí por una razón. Y puede que el colgante no seguirá después contigo, pero yo sí. Estoy aquí, Stefan, en todos los momentos que necesites. Ya te lo dije una vez y lo vuelvo a repetir, no me voy a rendir aún.

SIGUE en su interior, Riley -anuncia Lexi. Las dos sabíamos que su final llegaría pronto de nuevo- solo tienes que acceder
Gracias por utilizar tus pocas horas de nuevo en este mundo en ayudarme, Lexi, no lo olvidaré -le agradezco abrazándola. Cuando abro los ojos de nuevo, ella ya no se encuentra entre mis brazos. Pasa un breve silencio hasta que decido caminar hacia la puerta-
¿Qué piensas hacer? -me pregunta él- ¿vas a quedarte ahí? ¿A ver cómo me deshidrato?
No, saldré de está cueva un rato. Iré a ver a los amigos y familiares que he olvidado esta noche por estar tratando de salvarte -admito. Me giro una vez antes de caminar y sonrío orgullosa- hasta mañana, Stefan. Esto no es un adiós, aún, yo tengo esperanza en ti. Solo falta que tú creas en ti mismo. Te quiero