Cuarenta y dos
UN tiempo después...
Me despierto por un sonido parecido al de una trompeta.
Suelto un quejido tras caer al suelo pero rio al ver a mi prima sobre la espalda de su novio imitando tocar una canción de cumpleaños.
Me siento en el suelo tocando mi frente por el golpe y miro a ambos.
Estoy feliz, demasiado, pero noto que falta algo.
O alguien.
Feliz cumpleaños, primita -anuncia Sabrina tirándose a abrazarme. Se separa un poco y deja paso a mostrar a Damon. Le abrazo como saludo y este consigue elevarme del suelo y balancearme brevemente-
Feliz cumpleaños, princesita pucheritos -añade el vampiro separándose de mí para rodear a mi prima con sus brazos- Summer está haciendo el desayuno, si quieres al menos probarlo, te recomiendo bajar cuanto antes
Gracias, chicos, enseguida bajo -afirmo con una media sonrisa. Ambos se marchan de la habitación y yo suspiro. Por fin mi décimo octavo cumpleaños ha llegado pero con su compañía hubiera sido mucho mejor. Decido no estar deprimida en mi día especial y tomo la iniciativa de cambiarme de ropa antes de bajar a desayunar. Caigo por segunda vez al suelo cuando un enorme oso de peluche se abalanza sobre mi. Lanzo una gran carcajada mientras lo abrazo y carraspeo antes de gritar-
¡Creía que la cliché era yo! -chillo divertida a la espera de una respuesta-
¡Tú pedías el puto peluche! -me recuerda mi prima. Acomodo al gran peluche en la cama, me coloco un cómodo y vestido traje para luego bajar-
Buenos días, cielo. Feliz cumpleaños -saluda Summer abrazándome. Deja tres platos sobre la encimera y reparte un beso a cada uno de nosotros. Incluso a Damon- te prometo que esta noche iré a tu fiesta pero el deber me llama por la mañana
Lo entiendo. Te quiero -afirmo comenzando a tomar una de las tortitas-
Y yo a vosotras -responde ella para luego tomar su bolso y marcharse. Damon y Sabrina cambian su expresión de la cara por lo que dejo el tenedor y miro a ambos-
¿Es él? -les pregunto tras unos segundos en silencio-
Caroline nos ha dicho que la sheriff ha estado trabajando en algunos casos. Esta semana es la tercera muerte -me explica Sabrina- tal vez sean ellos...o tal vez no
Tienen que serlo -afirmo convencida. Los dos me miran preocupados pero yo paso mis brazos por sus hombros abrazándolos-
TYLER me abraza, sí, has escuchado bien, Tyler Lockwood mostrando afecto y cariño, unas cien veces para felicitarme.
Yo correspondo cada uno de sus abrazos con una sonrisa hasta que Caroline decide sacarme del aprieto.
Entre todos empezamos con la decoración de la fiesta hasta que Elena habla.
Lo siento, Riley, sé que te gustaría que estuviera aquí -trata de mostrar un mínimo de empatía. Me encojo de hombros tratando de restarle importancia mientras coloco un par de globos-
Lo único que me hace seguir teniendo esperanza es saber que está vivo -les explico notando todas sus miradas a la vez- aunque esté con Klaus. Lo hizo para salvar a su hermano y no creo que Damon lo olvide.
Hablando de Damon, ¿dónde está? -pregunta Caroline confundida-
Ha ido tras la pista -admite Sabrina tomándose la libertad de abrir una de las cervezas y comenzar a beberla- pensó que te gustaría saber la verdad
¿Estamos hablando del mismo Damon? -se burla Tyler. Las cuatro a la vez le lanzamos un cojín haciendo reír mientras se protegía con sus propios brazos-
LO extraño -confieso mirando al vampiro a través del espejo. Damon asiente con la cabeza mientras entra a la habitación de su hermano-
Lo sé -afirma Damon apartando una sola lágrima que había caído por mi mejilla tras quedarme unos minutos vagando entre los recuerdos- pero tengo un regalo para alegrarte
Damon... -le advierto. Este solo imita mi voz rodando los ojos mientras me colocaba una pulsera en la muñeca- es preciosa
Stefan sabía que te gustaría -contesta el ojiazul. Ante mi cara confusa decide explicarse- te lo iba a regalar hace meses. Es una reliquia familiar muy antigua. Perteneció a nuestra madre
Damon, no pienso aceptarlo -niego haciendo el amago de quitármelo. Él sujeta mi mano y me sonríe levemente-
A él le gustaría verte con ella, además, sería un desperdicio dejarlo en una caja cogiendo polvo -finaliza el vampiro. Le abrazo agradeciendo en silencio y él acaricia mi espalda antes de marcharse al escuchar un golpe. Apuesto diez euros a que esa era mi prima cayéndose al intentar ponerse unas medias-
CUANDO le dije a Caroline que quería algo pequeño e íntimo creo que no me estaba escuchando en absoluto.
Había gente del instituto por todas partes, bailando, bebiendo y chillando.
Al menos Avril Lavigne sonaba a todo volumen.
Caroline me mira como un cachorrito abandonado por lo que yo, a regañadientes, tomo su brazo y le regalo una sonrisa a todo el que me felicita.
Intento camuflarse entre todo los invitados y bailar con gente pero a los cinco minutos me rindo.
Abro los ojos asustada cuando una mano sujeta mi brazo pero me tranquilizo al ver a Damon.
¿Has visto a Sabrina? -me pregunta. Yo niego con la cabeza mientras la poca calma que había conseguido obtener, desaparece-
¿Crees que está en peligro? -respondo preocupada. Damon no responde pero camino entre la gente en busca de la pelirroja. Le sigo chocando con varias personas pero él no deja ningún rastro de su huida-
PASO las últimas horas de mi cumpleaños en el hospital.
Stefan, sí, estamos hablando del mismo vampiro, empujó a mi prima desde un par de gradas.
Él césped pudo hacer el golpe menos fuerte pero de un modo u otro le provocó varias lesiones.
Sabrina se encontraba acostada en la camilla, Damon estaba a su lado en un pequeño sillón sujetando su mano con la mandíbula tensa.
Estaba molesto, diría que incluso más que yo.
Si hablamos de mí...
Estaba sentada en el suelo al otro lado de la camilla, sin saber cómo, había conseguido meter una botella de alcohol y me había terminado casi toda.
Damon -le llamo tras dar otro sorbo. Él emite un sonido afirmativo por lo que miro el techo antes de hablar- sabías que Stefan seguía vivo, ¿verdad?
Sí -confiesa él segundos después. No tengo ni que preguntarle lo siguiente porque él ya me está dando una explicación- pero no es el mismo. Ha ido dejando...cuerpos por toda la costa. Ha sido él, no Klaus. Ya lo he visto antes. Se ha desatado y es un destripador
Qué suerte la mía... -murmuro dándole otro trago la botella. Me levanto algo mareada y salgo de la habitación arrastrando los pies por el pasillo. Entro al baño y me encierro en uno de los cubículos. Encuentro mi teléfono en el bolsillo trasero de mis pantalones por lo que decido estropear aún más la noche. Antes de querer llamarle, una llamada aparece en mi teléfono. No sale el nombre de nadie pero descuelgo porque sé perfectamente quien es- Stefan, sé que eres tú. También sé lo que le has hecho a Sabrina. No estoy enfadada contigo, ¿vale? Te lo prometo, sé que él te está obligando a hacer esto. Nunca le harías daño, por mucho que hayas cambiado sigues recordando todo lo que compartimos juntos. Quiero que me escuches atentamente...te traeré a casa. Te quiero. Todo irá bien
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro