SABRINA.
Abro los ojos asustada.
Empiezo a sentir que mi corazón bombea con fuerza mientras que me siento con rapidez.
Damon está sentado al borde de mi cama mirándome meticulosamente.
No es hasta que rompo en un llanto cuando me rodea con sus brazos para tratar de calmarme.
Ni siquiera sé la razón por la que estoy llorando, tal vez porque me hago una idea de cómo puedo seguir viva.
Damon... -murmuro sorbiendo la nariz y separándome un poco de él pero sin soltar su camiseta- ¿soy un...?
Era la única forma de salvarte -afirma el pelinegro apartando un mechón de mi cara- sé que no te he dejado tomar la decisión, pero no puedo perderte y lo sabes
No quiero matar vidas inocentes -confieso mirándole a los ojos para demostrarle mi miedo-
¿Quién ha dicho que lo harás? -responde él para luego pegar su cara a la mía como si estuviera contándome un secreto- si mi hermano puede controlarse, tú eres la reina del control.
¿Y Riley? ¿Está bien? ¿Dónde está? -pregunto mirando por la habitación solo encontrándola a él-
Tuvo algunos daños, al igual que Matt y Elena -me explica Damon sin moverse ni un poco de su sitio- tranquila, Stefan no se ha ido del hospital desde que os llevamos.
¿Cuánto tiempo llevo aquí? -le pregunto apoyando mi mano sobre la suya-
Un par de días. Ha sido difícil ocultarle esto a tu tía, se preocupa mucho por vosotras, pero no me meteré si se lo quieres contar o no -continua él lentamente-
Gracias por salvarme, Damon -murmuro y noto en sus expresiones que no es lo que se esperaba. Me acerco un poco a él y beso sus labios delicadamente pero se convierte en uno desesperado que le hace apartarme lentamente-
Okey, vampirita de pacotilla, vamos a calmarnos, ¿vale? -ríe el pelinegro sujetando mi rostro y dejando un beso en mi frente-

BAJO las escaleras tras el llamado de Damon y me encuentro una escena de lo más cliché.
Stefan carga al estilo nupcial a mi prima mientras esta ríe tratando de cerrar la puerta de la entrada.
Cuando ambos me ven, la felicidad cae completamente y se forma el silencio.
¿Caer en coche por un puente os ha vuelto más amargados? -trato de tomármelo con un poco de humor. Riley se baja de los brazos del otro vampiro y me abraza rápidamente. Los dos hermanos me miran con precaución pero a pesar de ser nueva en esto, nunca le haría daño a ella. Unos segundos después decido no jugar con el peligro y separarla un poco- tienes un aspecto lamentable
¿Tú no te has visto en el espejo? -ríe ella apartando rápidamente una lágrima que caía por su mejilla-
Toma, prueba a comer algo -me pide Damon saliendo de la cocina con un medio sándwich- ah, hola a los dos
Imbécil -ríe Riley abrazándole con fuerza. Mi novio le despeina y le da un leve empujón devolviéndola a los brazos de Stefan-
Mh...que rico -murmuro tras darle el primer mordisco a la comida. ¿Habéis probado el barro con caca de perro reciente? ¿No? Yo tampoco pero estoy segura de que se parece mucho a esto- está...
Échalo -asiente con la cabeza Stefan dejándome un cubo para escupirlo-
Voy a sonar como una psicópata, pero solo puedo pensar en sangre -admito tras sentarme en una butaca de la silla. Limpio mi lengua con una serville y como si fuera el Joker, comienzo a reírme- está horrible... Y eso que he probado una crema hecha por Riley
¡Dijiste que estaba buena! -se queja mi prima frunciendo el ceño. Rio aún más por sus facciones pero acabo llorando de nuevo. Poco después, noto que los tres me rodean en un abrazo y no puedo evitar sentirme mejor-

NO sé en qué momento exactamente ocurrió, pero me encontraba sintiéndome peor que nunca en una clase de jaula gigante.
El aire removía un olor a verbena y sentía que cuántas más bocanadas de aire tomase, más cerca de la muerte me encontraba.
Miraba al techo teniendo los ojos cada vez más cerrados.
Stefan -le llamo en voz baja sabiendo que me escucharía- no sé tú, pero tengo mucha hambre y si quiero sobrevivir, tengo que hincarle los colmillos a alguien
¿Aún no te has alimentado? Cálculo que te quedan unas tres horas antes de que pueda disfrutar viéndote morir. Otra vez -se burla Rebekah. Consigo extender el brazo y mostrarle el dedo del medio con la poca fuerza que me quedaba-
Stefan, ¿si muero puedes buscarme un ataúd bonito? -le pregunto tratando de seguir despierta-
No lo vas a necesitar -niega el vampiro. Pasan un par de segundos hasta que un guardia comete dos errores: disparar a Stefan y acercarse. La rubia me lo lanza y yo golpeo su cabeza contra los barrotes de hierro. Caigo al suelo de nuevo y tiro del brazo del chico para poder probar, con bastante esfuerzo, clavar mis dientes en su muñeca. Bebo y bebo hasta que consigo saciar el hambre. Ya no había vuelta atrás-

SALTO a los brazos de Damon como si de una fan loca se tratase.
Él corresponde mi gesto levantándome en peso y sellamos el acto con un beso.
El pelinegro limpia los restos de sangre de la comisura de mis labios y sus ojos brillan a pesar de la oscuridad del lugar.
Aparentemente, tendrás que aguantarme mucho tiempo más -anuncio con diversión acariciando los pelos de su nuca. Damon solo vuelve a besarme y con mayor intensidad-
¿Dónde está Stefan? -pregunta Riley preocupada tras salir del coche al vernos. Miro mal a mi novio pero este solo se encoge de hombros-
Es más cabezota que tú, trata de impedirle algo a la princesa pucheritos -se burla él. Miro a mi prima y esta solo sonríe inocentemente por lo que señalo con la cabeza el granero. Ella corre hacia el lugar en busca de su amado. Qué peliculero acaba de sonar eso, ¿no puedo volver a cuando era medianamente normal?-