Cincuenta
¡FELIZ CUMPLEAÑOS! -gritamos los cinco a la vez asustando a Caroline-
¿Qué estáis haciendo aquí? -nos pregunta ella sorprendida-
Te has ido del instituto y te has pedido nuestra superdecoración asi que ponte ropa de abrigo, nos vamos de excursión -le explica Elena colocándole una tiara de princesa-
Pasteles -comienza Bonnie-
Hoguera -continuo yo-
Como si estuviéramos de nuevo en infancia -finaliza mi prima-
Pero co tequila -nos recuerda Matt en voz baja-
Gracias, chicos, de verdad...pero este año no tengo ganas de celebrarlo -niega Caroline con una mueca-
Ni de coña. Este es el día favorito de todos nosotros -trata de animarla Sabrina-
Ya, pero esto me recuerda que, en teoría, estoy muerta -señala la vampiro- no me gustaban los 17. La gracia de tener 17 es cumplir 18. Estoy atascada en un año de relleno
Caroline... -murmuro con pena abrazándola-
No pasa nada. Estaré bien. Solo necesito autocompadecerme -le resta importancia la rubia-
Se me ha ocurrido otra idea -anuncia Elena con una leve sonrisa-
FUE una de las mejores ideas que tuvo.
En vez de celebrar un año más, lo cambiamos a un funeral.
Se despediría de su vida pasa para darle la bienvenida a la nueva.
Aquí yace Caroline Forbes -comienza la rubia tras quitarse la tiara-
Animadora, Miss Mystic Falls, campeona de rayuela en tercero -enumera Elena colocando las velas sobre la tarta-
Amiga. Hija. Empollona -continua Bonnie-
Un pelín mala. A veces, no te ofendas -continua Matt haciéndonos reír-
La rubia más sexy de todas y la mejor compañía para divertirte -sigue mi prima tras saltar un muro y caminar por este-
Sensible y siempre se preocupa por sus amigos -finalizo con una leve sonrisa-
Tenía 17, y tuvo una vida maravillosa. Descansa en paz para que puedas pasar página. Que es lo que necesitas. Lo que necesitamos todos. Amén o salud, o lo que sea -nos dice Elena tomando la tarta. Bonnie enciende las venas con su magia y la rubia las sopla después de pedir un deseo-
NOS habíamos pasado un rato comiendo tarta y bebiendo.
Hasta que Elena y Bonnie se pelearon y esta última se marchó.
Poco después, Tyler apareció bastante confuso.
Lo siento. No quería estropear la fiesta -anuncia él-
Pues no lo hagas -le advierte Matt-
No. Tranquilo. Hola -se levanta Caroline-
¿Podemos hablar un momento? Es importante -le pide Tyler. Ella se lo piensa un poco pero finalmente accede dejándonos a los cuatro solos-
No sé quién soy, si os soy sincera -admito abrazando mis propias piernas- como ya me conocéis, sabéis que no bebo mucho pero desde que Stefan y yo lo dejamos, no paro de hacerlo. A cada fiesta que voy lo hago, como para rellenar el espacio que me ha dejado. Me hace olvidar que ya no está para compartir los buenos momentos conmigo
Lo haréis de nuevo, Riley. Aún no lo has perdido del todo -trata de apoyarme Sabrina abrazando mis hombros formando un silencio cómodo. Así descubrimos que Caroline estaba en problemas-
CAROLINE había sido mordida por Tyler pero Matt la llevó a su casa par cuidarla.
Por otro lado, Elena nos llamó y la llevamos a casa.
Así que todos estábamos a salvo de nuevo, por ahora.
Unos días después, Bonnie nos mostró que los ataúdes estaban escondidos en la casa abandonada y que su madre era la solución para abrir uno de ellos que estaba pactado con un hechizo.
Por eso ahora estábamos en nuestra casa ayudándola a encontrarla.
¿Los Alamitos? -pregunta Elena dándole un papel-
Demasiado mayor -niega Bonnie dejándolo de lado-
¿Honolulú? -continua Sabrina repitiendo la misma acción que nuestra amiga-
Ojalá -suspira ella- ¿Cuántas fichas más hay?
Sinceramente, muchas -confieso sin dejar de buscar- le pedí a la sheriff todos los datos posibles sobre las Abby Bennett del país
Gracias por ayudarme con esto, chicas -nos agradece la bruja- sé que todas tenemos más problemas
¿Más importante que ayudarte? No lo creo -replica mi prima tomando un puñado de cereales-
Es surrealista. Tener que buscar a una mujer que abandonó a su hija -admite Bonnie confusa-
Técnicamente no estás obligada, deja a Stefan con su obsesión -le resta importancia Elena- lo siento, Riley, no quiero ser mala pero no se ha portado muy bien con nosotros últimamente
Tranquila, lo comprendo -niego con la cabeza volviendo a meterme entre los papeles-
El ataúd está hechizado. Es un asunto de brujos -nos recuerda Bonnie- tarde o temprano tenía que ver a mi madre
Temprano -Damon entra como si fuera su propia casa- Abby Bennett Wilson, Monroe, Carolina del Norte. Nació en el hospital de Mystic Falls, se graduó en el instituto Mystic Falls. Un pelín de coacción siempre acelera la búsqueda
Pensé que en esta casa se saludaba, y más si eres un invitado -anuncia Sabrina con diversión. Damon sujeta sus mejillas y le planta un beso en los labios para luego mirarnos orgulloso de su búsqueda-
Es ella -afirma Bonnie-
Sí, al coche -nos pide el vampiro- me pido delante
Gracias por ayudarnos, Damon, pero no puedes venir -confieso levantándome de mi asiento- es...un viaje de chicas
Lo siento, cariño -Sabrina se encoje de hombros cuando este se giró en busca de ayuda-
TRAS un largo camino, llegamos a la casa de Abby Bennett Wilson.
Hola -nos asusta un chico subiendo las escaleras para dar con nosotras-
Hola, sentimos interrumpir, pero estamos buscando a Abby Wilson -anuncio abrazándome al brazo de mi prima-
No está en casa -niega el chico- ¿puedo ayudaros en algo?
Tranquilo, ya volveremos... -se excusa Bonnie pero Elena sujeta su brazo-
Perdona, me suenas mucho -le dice el chico pensativo-
Abby es mi madre -afirma Bonnie. La expresión del chico cambió totalmente-
Soy Jamie, ¿queréis pasar? -nos invita el chico. Pasa antes que nosotras y entramos a la casa-
¿SEGURO que no queréis nada? -repite Jamie abriendo la nevera- hay zumo de naranja, agua de coco, mango, guayaba
Un vaso de agua -responde Bonnie con timidez- entonces, ¿somos parientes?
No. Abby no es mi madre -niega el chico entregándonos los vasos- salió con mi viejo hace tiempo. Era un vividor, y cuando rompieron, ella me acogió. Me pagó los estudios y aguantó que le destrozara el coche, dos veces
Parece un cielo -le dice Bonnie con tristeza-
¿Jamie? ¿De quién es ese coche? -aparece Abby mirándonos con confusión-
Es mío -le dice nuestra amiga levantándose- soy Bonnie. Tu hija
Hola, Bonnie -contesta ella aún asimilando la situación-
¿CÓMO lo llevas? -le pregunta Elena preocupada-
No he venido a recuperarla, solo a pedirle ayuda -se excusa Bonnie dejando una foto de Jamie graduándose sobre el escritorio-
Espero que tengáis hambre porque siempre recurro a la comida para romper el hielo -aparece Abby de nuevo pero ahora con una bandeja-
Tu casa es...bastante acogedora -le digo tratando de quitar la tensión-
Eres muy amable, como tu madre. Tuve la suerte de conocerla -responde ella. Sabrina acaricia mi espalda y mira a la mujer-
¿Conociste a Phoebe? -le pregunta la pelirroja confusa-
Miranda, Phoebe y yo éramos mejores amigas -nos explica Abby-
¿Te fuiste y dejaste a tu hija y a tus mejores amigas? -le recuerda Bonnie-
Miranda fue la razón por la que me fui -contesta ella sentándose junto a nosotras- hace 15 años, un vampiro llegó al pueblo. Buscando a Elena. A la réplica. Nadie pudo matarlo. Así que lo saque del pueblo y le lancé un hechizo para ocultarlo en una cripta de Charlotte
¿Mikael? -le pregunto a pesar de estar segura de la respuesta- uno de los vampiros Originales
Eso consumió todo mi poder -continua Abby con pena- casi me mata. Me recuperé, pero mi magia no. Mis poderes nunca volvieron
Y tú tampoco -murmura Bonnie-
No fue tan sencillo -le dice su madre-
¿No? Lanzas un hechizo, acabas con Mikael y ¿luego qué? ¿Enseñaste a Jamie a conducir? -escupe Bonnie con molestia- esto ha sido un error. No tiene magia, no puede ayudarnos
Bonnie, no, por favor. No te vayas. Hablemos -le pide Abby sujetando su brazo-
Nosotras mejor esperamos fuera... -añade Elena indicándonos que la siguiéramos. Sabrina se llena la boca de galletas y toma otras con las manos para luego salir de la casa-
SALGO a caminar por los alrededores de la casa aburrida y casi no muero de un infarto cuando Stefan apareció enfrente de mí.
Hola, Riley. ¿Qué tal la fiesta de pijamas en el lago? -saluda él recordándome la excusa que le di por llamada-
¿Qué coño haces tú siguiéndonos? -replico cruzándome de brazos-
¿Creías que no me iba a enterar? -me responde con una pregunta-
No me importa, si te soy sincera -me encojo de hombros-
¿Ves por qué no quería meteros en esto, Riley? -me dice el vampiro molesto-
Sí, porque no te dejo hacer lo que te da la gana -contesto. Abro los ojos sorprendida cuando le da una patada a la silla y esta se rompe tirando más cosas-
¡Oye! -aparece Jamie mirándome preocupado- ¿va todo bien?
Sí, no te preocupes, Jamie. Ya sabes, ex pesados -trato de calmarlo. Este solo camina hacia delante dejándome claro que no saldría bien-
Hazle caso, vuelve arriba, chaval -le dice Stefan-
No -niega él de nuevo-
Vuelve arriba antes de que te raje la garganta...¿queda claro? -le dice Stefan sujetando su cuello y obligándole con la mirada. Jamie le hace caso sin emitir palabra-
No hablo con capullos, lo siento -me excuso haciendo el amago de marcharme. Jamie aparece pero ahora apuntándole con un arma. ¿Qué...?-
No puedes estar aquí -le dice él molesto- me han dicho que no puede estar aquí
Está obligado -me explica Stefan. Acto seguido, recibe un disparo. Trato de ir hacia él para ayudarlo pero Jamie comienza a atarme a un poste de madera-
Confieso que te lo mereces -le digo a Stefan soltando un suspiro ideando un plan-
ABBY aún no ha llamado -anuncia Jamie apareciendo unas horas después-
Por favor, suéltanos -le pido cansada pero este solo recarga su escopeta-
No, por favor, no hagas nada. No sé por qué le he disparado ni por qué tengo esta arma pero si intentas algo o te mueves, le volveré a disparar -me advierte el chico-
Está bien, tranquilo, no me moveré -trato de calmarlo- ¿quién te ha dado ese arma?
Un hombre ha venido antes -contesta Jamie- ha dicho que eran balas de madera y que disparara a todo el que se interpusiera
¿Y qué más? -le pido sacándole información-
Que si Abby no encuentra no sé qué ataúdes tengo que pegarme un tiro -finaliza Jamie-
¿Y qué pasa con mis amigas y conmigo? -continuo con preocupación mirando por un momento al vampiro-
Que no os hiciera daño -contesta él-
Pues estas cuerdas hacen mucho daño -fingo dolor llamando su atención. De un solo movimiento de muñecas parto la cuerda y le doy con la parte de atrás del arma en la cara dejándolo en el suelo. Me agacho hacia Stefan y sujeto su cara entre mis manos- dime qué tengo que hacer. ¡Vamos!
Cuando me muevo, la madera se me clava más -murmura Stefan con dolor- ya me está rozando el corazón. Tienes que sacar las astillas
Cálmate, Stef...an -termino el apodo deseando que no se diera cuenta. Cierro los ojos haciéndome a la idea y luego saco con cuidado la madera de su interior-
STEFAN, este es el último trozo, sujeta mi mano con fuerza, ¿vale? -le pido agarrando su mano y con la otra sacándola de golpe. Stefan deja de gritar y yo suspiro aliviada mientras me dejo caer en el suelo- ¿estás...mejor?
Sí -afirma él aún con la respiración entrecortada-
No tengo nada para vendarlo pero pronto te curarás, ¿verdad? -le pregunto preocupada-
Gracias -susurra levantándose y ayudándome a mi. Finalmente suelta mi mano y ambos carraspeamos incómodos-
Iré a por Sabrina y Elena -señalo la casa. Este asiente con la cabeza y se marcha-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro