Cinco
UNOS días después...
Caroline pasa por los pasillos con una radiante sonrisa repartiendo folletos anunciando el futuro lavado de coches.
Increíble. Como si no hubiera pasado nada -nos dice Elena incrédula viéndola pasar-
Es la fase de negación -responde Bonnie-
Hola -saluda una voz conocida. Cierro la taquilla y miro a Stefan-
Nosotras teníamos que... -comienza Elena tratando de inventar una buena excusa-
Sí, eso -la ayuda Bonnie comenzando a irse-
Sí le haces algo, no vivirás para contarlo, Salvatore -le advierte Sabrina con una terrorífica sonrisa que hasta a mí me dió escalofríos. Bonnie tira de su brazo y salen de nuestra vista dejándome sola con él-
Siento no haberte llamado -se disculpa él agachando la cabeza para encontrar mi mirada- tenía que librarme de Damon
¿Has podido? -pregunto abrazando los libros sobre mi pecho- espero que si porque han pasado como cuatro días
Entiendo que estés enfadada conmigo -acepta Stefan- pero, ¿puedo explicártelo luego? ¿Por favor?
Está bien -me rindo asintiendo con la cabeza- ¿dónde nos veremos?
En el Grill, ¿como a las cuatro? -me pregunta él. Yo solo asiento con la cabeza de nuevo en respuesta- gracias
Stefan -aparece Caroline- ¿Dónde está Damon? Creo que tiene que disculparse conmigo
Se ha ido, Caroline -admite Stefan dejándonos en un pequeño silencio- no creo que vuelva. Lo siento
DESPUÉS de que Stefan llegara una media hora tarde sin poder darme ningún tipo de explicación me fui a casa.
Me coloqué mi cómodo pijama de magdalenas y empecé a leer uno de los tantos libros.
Unas horas después la puerta se abrió como si de un terremoto se tratase.
No tuve ni que apartar la mirada de las páginas para ver quién era.
Deberías bajar a cenar -me pide Sabrina desde el marco de la puerta-
No tengo hambre -respondo abrazándome más a mi peluche de pingüino-
No te estoy preguntando si tienes hambre, solo cena algo. Y...te aconsejo no bajar con eso -finaliza ella riendo cómplice de algo ajeno a mi-
Es mi casa, me pongo lo que quiera -murmuro levantándome enfurruñada-
Después no digas que no te advertí -levanta sus manos inocente volviendo a su habitación. Bajo las escaleras haciendo ruidos con mis zapatillas de conejitos hasta entrar a la cocina. Allí me encontré una perfecta y confusa imagen. Stefan Salvatore cocinando con total naturalidad y agilidad-
¿Qué haces? -pregunto saliendo de mi trance-
Lasaña. Sabrina me ha dicho que es tu comida favorita -me explica él colocando con destreza capas de queso y carne- resulta que soy un buen cocinero. Serán mis raíces italianas. Prefiero crear mi propia salsa pero esta noche será de bote
Me refiero a ¿qué haces aquí? -repito sintiéndome completamente avergonzada. Él siendo tan perfecto y genial cocinando la cena y yo con mi pijama de dulces y un lápiz para sujetar el nido de mi pelo-
Tienes razón. Has confiado en mí y me has contado mucho sobre tu vida. Incluso he conocido a tu familia y amigos. También te mereces conocerme -contesta Stefan parando de cocinar para verme. Imito un chillido bastante cercano a la felicidad y me lanzo a abrazarlo llenando de besos su cara-
Tienes suerte de que sea una persona fácil para convencer -le señalo con una media sonrisa terminando con un beso en sus labios- debería de cambiarme...
No hace falta. Estás muy adorable con eso -niega él haciendo un mohín con diversión- en serio, me gusta que seas así. Mostrar tu verdadero yo. No creo que nadie en su casa esté con un deslumbrante vestido, maquillaje ni tacones. Me gustas así
Necesito volver a abrazarte -le pido volviendo a rodearle con mis brazos quedando en un cómodo silencio. ¿Cómo me voy a enfadar si hace cosas así?-
Empecemos por Katherine, sé que quieres saber de ella, era la chica más guapa que había visto. Su risa era increíble y su piel también. Pero era impaciente, exigente, egoísta e impulsiva -confiesa Stefan acariciando lentamente mi espalda- aparece Damon. Dijo que había estado con ella antes. No lo sé. Solo sé que hice cosas que lamento haber hecho. De lo que más me arrepiento es de que no pude arreglarlo antes de su muerte. La echo de menos pero ya no me siento vacío por perderla...
SOY un gran lector, me entusiasma Fitzgerald -continua Stefan con una leve sonrisa- El gran Gatsby, una maravilla. Pero no soy esnob. Me gusta John Grisham. Creo que Seinfeld es la mejor serie de televisión de los últimos 50 años, pero I love Lucy es aún mejor. La mejor de todos los tiempo
Podría ser la Lucy de tu Ricky -le sugiero soltando una risa ante la propia vergüenza ajena que acabo de dar-
Me encantaría -responde dejando un leve beso en mis labios- podría ver Taxi Driver una y otra vez
La pregunta estrella, Stefan Salvatore -le pido tratando de sonar seria- gusto musicales
Un poco de todo. Dylan, Hendrix, Patsy, Willie, Kanye -enumera él haciendo que asienta con la cabeza conforme con su respuesta- ¿Sabes qué? Hasta me gustan varias canciones de Taylor Swift. No te rías
Creo que no hay muchos chicos como tú. No te dejaré escapar tan fácilmente -le advierto poniéndome de puntillas para dejar otro beso en sus labios. Suelto una pequeña risa cuando abraza mi espalda y me giro para poder volver a verle- ¿podría Sabrina acompañarnos en la cena? Me da pena que esté arriba sola...
Ve a llamarla, yo me quedaré con esto -acepta Stefan con una sonrisa. Beso por última vez sus labios y corro hacia las escaleras-
Sabrina, ¿tienes hambre? -pregunto con diversión al saber la respuesta. Rio de nuevo al verla corretear por las escaleras hasta mi lado- pero si quieres cenar, ayúdanos a preparar la mesa
Sí, mamá -se burla ella comenzando a tomar los vasos- ¿eso lo has hecho tú?
Por lo visto es un buen cocinero -explico siendo ahora yo la que abraza la espalda del chico-
Su lasaña no puede ser tan impresionante como este truco -replica Sabrina comenzando a hacer malabares. Como podéis imaginar, uno de los vasos cayó al suelo y por si fuera poco, en su mano apareció un pequeño corte-
Siempre haciendo tus tonterías -me quejo tomando su muñeca para guiarla al fregadero y lavar la herida-
¿Estás bien? -le pregunta Stefan preocupado pero sin llegar a acercarse-
Tenemos ketchup para acompañar -ríe mi prima mostrando su mano. Le doy un pequeño golpe en la nuca y sigo curando su herida viendo a Stefan dándonos la espalda- ¿te encuentras bien?
Sí, se...me ha metido algo en el ojo -contesta Stefan centrando ahora mi atención en él. Envuelvo la mano de Sabrina con un paño y me acerco al chico tratando de buscar su problema-
Eres peor que un niño pequeño. Venga, date la vuelta -le pido tratando de girarlo por los hombros pero solo consiguiendo que esquivara todos mis intentos. Finalmente consigo darle la vuelta y miro sus ojos sin encontrar nada- no veo nada...
Ya estoy bien, no te preocupes -le resta importancia comenzando a dejar caricias en mis brazos-
¿Os habéis olvidaos de mi? -nos recuerda Sabrina con un mohín haciéndonos reír-
Vamos a comer, niña -anuncio tomando su mano libre para guiarla al comedor notando la mirada de Stefan sobre nosotras-
¡ESTO me encanta! -celebra Sabrina corriendo hacia nuestro encuentro en bikini y unos cortos vaqueros con una esponja y jabón entre sus manos- ¿Donde está tu bikini, Rileymonda tercera?
Debajo de mi ropa, donde me gusta que esté -respondo con diversión mientras me cruzo de brazos- y ya te dije que no me llamaras así, es un nombre terrible
Hola -nos interrumpe Stefan. En mi cara se planta una estúpida sonrisa mientras me levanto a su encuentro-
La palabra clave es “sexy”, ¿sabéis? -aparece Caroline con una mueca para luego marcharse-
Paso de vuestro rollo cursi -añade mi prima marchándose hacia un coche-
No sé ser sexy -le advierto notando mis mejillas levemente rosadas-
Estoy seguro de que es todo lo contrario -responde él pasando un mechón de pelo tras mi oreja- me quitaré la chaqueta primero si te sientes mejor
Yo te lo he advertido -levanto mis manos inocente comenzando a quitarme mi camiseta de manga larga mostrando la parte superior del bikini rojo- ¿Tachán?
Si vuelvo a verte con esa camiseta, la quemaré en algún contenedor -contesta Stefan haciéndome reír mientras le daba un pequeño empujón. Él solo toma mi mano y me pega a su pecho para dejar un beso en mis labios- eres preciosa
Cursi -susurro besándole de nuevo notando sus brazos sujetar mi cintura y los míos sus hombros. Al separarme pude ver a Sabrina ligando con un chico por lo que sonreí orgullosa. Ya entiendo porque le encanta esto...-
¿Y ese pedrusco? -pregunta mi prima viendo la mano de Stefan. Me resultaba familiar su anillo- tu hermano tiene uno igual, ¿no?
Sí, es de la familia, vienen del Renacimiento -explica él dejando que tomara su mano para verlo-
Parece bastante importante, puedo guardarlo si quieres -sugiero encogiéndome de hombros-
No hace falta. Pero gracias -niega Stefan volviendo a frotar el cristal con la esponja. Sabrina y yo nos miramos a la vez cuando una conocida canción suena en la radio. Yo solo niego con la cabeza entre quejidos sabiendo que iba a ocurrir-
Sadie, sube el volumen -le pide mi prima haciendo que Party in the USA sonara aún más fuerte en los altavoces. Comienza a bailar con diversión junto a la manguera haciendo que varios se rieran y otros siguieran sus pasos solo por tener un buen rato. Poco a poco el ritmo me consume, bailo con ella riendo ante el agua que nos cae encima y la mirada burlona de Stefan mirándonos- Salvatore, demuestra que no eres un amargado
Y no te sirve la excusa de no saber bailar -le señalo tomando sus manos para moverlo al ritmo de la canción. Al estilo High School Musical terminamos de bailar y pasa una ola de aplausos-
Esto ya sido una de las cosas que más vida me han dado -admite Sabrina con una gran sonrisa en su cara-
Bueno, la poca dignidad que me quedaba se ha esfumado -añado apoyándome en el capó del coche con cansancio-
A mi me ha gustado -confiesa Stefan haciendo mi sonrisa más amplia. Tomo su mano y la beso sin ser capaz de llegar a sus labios por el cansancio-
DORMÍA plácidamente hasta que una repentina sacudida me despierta del tirón.
¿Estás loca? -pregunto en un susurro asustada viendo a mi prima allí-
Creo que los Salvatore son vampiros -responde ella sentándose en mi cama-
Sabri, estoy cansada para estas bromas. ¿Por qué no hablamos mañana? -le pido tratando de sonar amable-
¡Te estoy hablando en serio! -replica ella gritando en un susurro- he estado investigando a los Salvatore. No me mires así, me estoy dando cuenta de que vas en serio con Stefan, quería saber si eran de fiar. El caso es que he encontrado un poco de ellos y sobre todo sobre Stefan y Damon. ¡De los años 50!
Serán sus abuelos o bisabuelos -vuelvo a acostarme en la cama- no estés paranoica
¡Qué me escuches! -repite Sabrina dejándome sorprendida y en silencio- Damon aparece en mis sueños de forma extraña, cuando Stefan ve sangre se pone raro...¡He visto sus ojos cambiar de negro, Riley! Esto no me da mala espina
Sabrina... -comienzo de nuevo con una mueca-
La prueba final -apunta ella abriendo su portátil. Salían unas noticias en blanco y negro sobre un asesinato en la casa Salvatore. ¡Stefan estaba allí!-
¡Dios mío! -tapo mi boca con las manos- mi novio es un vampiro... ¿Qué hago, Sabrina?
Me lo preguntas como si hubiera estado antes con uno -contesta irónica cerrando de nuevo el dispositivo- lo que sé es que no deberías verlo. O sí, ¡no sé! A la tal Bella Swan esa le funcionó con Edward
Son libros y películas, esto es la vida real -le recuerdo levantándome caminando nerviosa de un lado a otro- ¿¡Y si nos quieren matar!?
Yo que coño sé -niega Sabrina despeinando su pelo pensativa. ¡Mi maldito novio es un vampiro!-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro