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❥ Uno

Holiiis ♡ encontre esta historia revisando mis borradores y decidi editarla. Es solo un capitulo y es dulce. Espero la disfruten.

La primera vez que Lee Jeno interactuó con Na Jaemin, no pudo evitar mostrarse desinteresado. Aunque quizá "desinteresado" no era la palabra más exacta para describirlo. 

Demasiado centrado en su libro mientras almorzaba, sin darse cuenta había ignorado completamente la presentación del nuevo amigo de Haechan. 

El patio estaba demasiado ruidoso a esa hora y no le dejaba prestar atención a su nueva y última obsesión. Irritado, subió dos rayas del volumen de sus audífonos, así que solo podía escuchar el parloteo bajo de sus amigos en medio de la canción.

─ ... No te lo tomes personal. Él es así. ─ la canción llegaba a su fin, por lo que la voz de Haechan entró baja en su rango auditivo. ─ Nos ha ignorado desde que comenzó a leer ese libro cursi, y ni siquiera es la gran cosa.

Alguien se sentó a su lado.

─ Oh, yo, en realidad lo entiendo ─ una voz profunda y masculina respondió. De forma disimulada, Jeno bajó el volumen para escucharlos mejor, fingiendo seguir con su atención en las palabras del texto pero mirando por el rabillo del ojo la pálida mano que se retiraba. Oh, había querido saludarlo. ─ Aunque no es tan mal libro. En realidad tiene una bonita enseñanza sobre la familia, a mi parecer.

Jeno apretó los labios juntos, deseando que no diera ningún adelanto de la trama porque se enojaría, y si se enojaba no podría quejarse porque se suponía que no estaba escuchando.

─ Así que lo has leído. ─ Haechan se inclinó mirando divertido a Jaemin. Había visto a Jeno mirarlo por un microsegundo antes de volver rápidamente su cabeza al libro. ─ Pues quizá sea así. Yo solo le eche un vistazo cuando Jeno lo leía y la escena era un poco cuestionable.

─ ¿Qué parte? ─ Jaemin revuelve la sopa instantánea con sus palillos antes de inclinarse para comer.

─ Pues de la chica metiéndose con su profesor de no se que materia. Por un minuto estuve planteándome si quizá era una historia erótica o algo así.

Jaemin sonrió, divertido.

─ Es porque te falta contexto.

─ No leo ese tipo de libros.

Ambos contestaron al mismo tiempo.

Jaemin se giró para observar al chico a su lado. De perfil su cabello ocultaba sus ojos debido al fleco, pero sus labios se notaban fruncidos ligeramente, como disgustado con la insinuación.

─ ¡Ha! Así que estabas escuchando.

Jeno acaricio su oreja al sentir como se calentaba. Además del desconocido que le observaba con su mentón apoyado en la mano.

─ Qué vil, ignorando a Jaemin. ─ Haechan negó con la cabeza.

─ No fue a propósito, no los había escuchado ─ se apresuró a decir, colocando nerviosamente el marcapáginas para guardar el libro descuidadamente en su bolso. ─ Por cierto, ¿Dónde está Mark?

─ Fue por unos helados, pero no me cambies el tema ─ amenazó con sus ojos entrecerrados.

Que incomodo. ¿Se vería muy falso u obligado si se presentara a Jaemin? ¿Había quedado como un maleducado? ¿Jaemin se sentiría ofendido?

─ Na Jaemin, es un gusto.

Dedos delgados y largos se estiraron frente a su rostro. Jeno volteó a verlo con los ojos bien abiertos. Jaemin le sonreía de manera amable, con su flequillo siendo movido por el viento invernal.

De forma repentina comenzó a sentir su mano incómodamente húmeda, así que la pasó por la tela de su pantalón intentando pasar desapercibido.

La sonrisa de Jaemin se extendió, mostrando parte de sus dientes. Entonces Jeno le sonrió de vuelta, sus ojos como medialuna y juntaron sus palmas.

─ Soy Lee Jeno, un placer Jaemin.

Incluso cuando Jaemin se separó y volvió a su comida y Haechan celebraba la nueva amistad, Jeno analizó por unos segundos el perfil de Jaemin con curiosidad.

Si, desinteresado no era la palabra correcta.

Durante los siguientes días fue normal el ver llegar a Jaemin para compartir su almuerzo con ellos. Haechan siempre terminaba por arrastrarlo con él porque quería que sus amigos también fueran amigos, de esa forma no tendría que dividir su tiempo para estar con uno o con el otro.

Jaemin se integró muy fácilmente con ellos. Compartían gustos musicales y algunas series, además de ser extremadamente amable y de personalidad cálida.

Al menos así lo percibió Jeno, quién observaba en silencio como los otros tres compartían y reían en la mesa, mientras él solo escuchaba sus risas.

Jaemin tenía una risa peculiar. Su boca se abría con total libertad cuando algo le daba demasiada gracia. Su tono era un poco agudo y era contagiosa, tanto así que Jeno debía bajar la cabeza cada vez que lo escuchaba, por qué sus comisuras se alzaban en contra de su voluntad.

─ ¿Ya terminaste el libro? ─ su nuevo compañero de asiento le preguntó, mientras Mark y Haechan peleaban por unas papas. ─ ¿Qué te pareció?

─ Ah, eh, sí. No estuvo mal, supongo. ─ sus palillos acuchillaron el arroz de forma nerviosa. Aún se sentía nervioso e incómodo por la primera interacción que tuvieron.

─ ¿No te sorprendió el final? ─ preguntó.

─ No... ─ dijo, más considero que estaba sonado demasiado cortante ─ Es decir, suponía que no podría escapar del bucle temporal, así que no fue una sorpresa.

─ Ya veo...

Ambos volvieron a sus comidas en silencio.

Haechan y Mark se miraron entre ellos ante el ambiente incómodo.

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─ ¿Jaemin no vendra hoy? ─ preguntó Jeno, extrañado cuando ambos tomaron sus brazos para caminar hacia el centro comercial.

─ Dijo que vendría más tarde. Venía en camino cuando recordó que dejó un chocolate en la mesa y sus gatos podrían comérselo.

Haechan continuó tirando de sus brazos en lo que Mark tomaba una canasta para llevar sus compras.

Eligieron una variedad de dulces y cosas saladas para comer. Tenían pensado comprar las palomitas más baratas en el cine y llenarse luego con todas las cosas que compraron. Solo hacían falta unos jugos o bebidas.

─ Llevemos de esta y compremos unos vasos, sale más barato al final ─ dijo Haechan, poniendo en el carrito una botella de casi dos litros de jugo.

Jeno frunció el ceño antes de devolver la botella y elegir dos más pequeñas, pero de diferente sabor.

─ No me gusta el sabor a fresa ─ respondió al sentirse observado ─ Si sale más caro, yo pago lo que falte.

Todos de acuerdo, se fueron a pagar y a comprar las entradas.

En lo que esperaban a Jaemin sentados en una banca cerca de la zona de juegos, Mark, quien estaba en el otro extremo, pidió permiso a Haechan para sentarse a un lado de Jeno.

─ Jeno ¿Puedo preguntarte algo? ─ Jeno asintió, confundido ─ ¿Jaemin te cae mal o algo?

─ ¿Qué? ¿Por qué?

─ Es solo que te ves enojado y te vuelves callado cada vez que almorzamos con él. Así que me preguntaba si quizá tuviste un problema con él o algo así.

Jeno se quedó pensando en sus palabras, analizando su comportamiento alrededor de Jaemin.

¿Parecía enojado mientras estaba con Jaemin? ¿Por eso sus conversaciones eran tan incómodas? No era con intención, es solo... que no sabía entablar una conversación con él, recién lo estaba conociendo.

─ ¿Caerle mal? ─ Haechan se burló, apegándose al cuerpo de Mark para que Jeno lo escuchara. ─ Yo diría más bien que le cae demasiado bien.

─ ¿De qué hablas? ─ Mark, confundido observó entre sus dos amigos, prestando especial atención a las orejas de Jeno enrojeciendo y su pierna moviéndose ansiosa. ─ No me digas que...

─ Cállate ─ posó su mano sobre la boca de Mark. ─ No digas nada.

Haechan tomó la mano de Jeno y la quitó del rostro de Mark.

─ Sí. ─ asintió lentamente, con una expresión que Jeno quiso golpear ─ Nuestro querido Jeno lleva enamorado un año de Jaemin.

─ ¿Qué? ─ ahora el confundido fue Mark ─ ¿En qué momento? ¿Por qué yo no sabía?

─ ¿Recuerdas la cuenta que creamos para revisarle el perfil a tu ex? ─ Mark asintió ─ Pues Jeno olvido que yo también tenía acceso. Así ingenuamente respondió una de las historias de Jaemin diciéndole que "era demasiado lindo" y cuando Jaemin respondió me llegó la notificación a mi celular.

Jeno se quiso morir cuando escuchó la risa de Mark. Se removió incómodo cuando su amigo golpeó su espalda a modo de consuelo. A ese punto estaba seguro que su rostro también estaba rojísimo.

─ ¿Quieres ver las fotos de la conversación?

─ ¡Oigan!

Mark negó y Haechan le guiñó un ojo. Solo lo estaba molestando.

─ ¿Entonces por eso te hiciste amigo de Jaemin? ─ preguntó Mark, ante lo que Haechan negó.

─ En parte sí, me acerqué por curiosidad, pero desde el primer día me cayó muy bien, así que nuestra amistad se dio con el tiempo.

Mark asintió, comprendiendo mejor las cosas.

─ Así que en realidad no es que estuvieras enojado, si no que estabas nervioso. ─ el brazo sobre la espalda de Jeno se sacudió. Intentaba ser amistoso, pero Jeno estaba demasiado avergonzado y lo sintió como otra burla.

Jeno no le contestó. En su lugar, dio la vuelta en el asiento para darle la espalda a sus amigos mientras estos reían en voz baja.

Cerró los ojos e intentó tranquilizar a su corazón acelerado y bajar la rojez de su rostro, pero justo cuando comenzaba a latir de una forma regular, Haechan gritó:

─ ¡Aquí, Jaemin! ─ su cuerpo se tenso y lentamente dio la vuelta.

Al levantar la cabeza, sus dos amigos lo miraban mientras Haechan se aguantaba la risa.

Necesito golpearlo.

─ ¡Ya! ¡No me molesten! ─ murmuró enojado.

─ ¿Por qué te molestan?

Jeno se giró lentamente, con el corazón en la boca del estómago.

Que no escuchara nada, que no escuchara nada, que no escuchara nada.

Pedía en su mente, demasiado nervioso como para darse cuenta de que era literalmente imposible que Jaemin hubiera escuchado algo.

─ Ho-hola, Jaemin. ─ dijo Jeno, sintiendo como Mark golpeaba su espalda con el codo.

Estaba siendo muy obvio.

─ ¿Y...? ─ repitió Jaemin.

Mierda, piensa en algo.

─ Llevaba la bragueta del pantalón abajo, y una chica se acercó a avisarle. Estaban tan rojos los dos que parecía que iban a explotar. ─ Haechan fue más rápido para contestar, sin titubear.

Eso nunca pasó, pero se lo agradecería más tarde.

Jaemin intercambió su mirada entre ambos, presintiendo que no le estaban diciendo la verdad, o quizá preguntándose el porqué el propio Jeno no le había contestado.

─ Ya veo ─ murmuró.

Los ojos de Jeno se fijaron en los labios fruncidos de Jaemin, parecía estar un poco incómodo, e inmediatamente se sintió frustrado por no ser capaz de hablarle como una persona normal.

─ Uh, ¿Qué cosas compraron? ─ avanzó hacia Haechan, agachándose para revisar la pequeña bolsa con comida. ─ ¿A quién debo depositarle mi parte?

─ A Jeno ─ Mark señaló con su pulgar al aludido ─ El te enviara sus datos luego, ¿Verdad, Jeno?

Jeno parpadeó desconcertado, un poco perdido en la tierna apariencia que el suéter crema le daba a Jaemin. Aunque, si tenía que ser sincero, Jaemin siempre se veía bien con todo.

─ Ah, sí, por supuesto.

Las cejas de Jaemin se fruncieron por medio segundo mientras rebuscaba en la bolsa. No miró hacia Jeno.

─ Oh, creo que estamos sincronizados ─ se rió Jaemin, sacando el jugo de naranja de la bolsa ─ es mi favorito.

─ ¿Es que no te gusta la fresa? ─ preguntó Haechan, confundido.

─ Mmmh, no es mi cosa favorita en realidad.

Realmente las odia. En los almuerzos siempre las aparta del resto con disgusto.

Haechan rasco su cabeza, intentando aguantarse las ganas de dedicarle unas palabras a Jeno sobre el tema. Ahora tenía sentido su insistencia con el jugo. Y su mirada esquiva terminó por confirmárselo.

─ Ya es hora de la película. ─ se levantó Mark, estirando su cuerpo mientras los demás se ponían de pie.

Jaemin cargo con la bolsa, tomando sitio a un lado de Haechan. Mark y Jeno caminaban unos pasos detrás en silencio.

Jeno podía sentir su corazón retumbar viendo la espalda de Jaemin. Las manos le sudaban otra vez.

Mark empujó su hombro. Cuando le miró, este solo le guiño un ojo.

Todo esta bien. Todo estará bien.

Claro que las cosas solo parecían ir a peor. Jaemin no volvió a intentar formar un tema de conversación durante el resto del día y solo se limitaba a preguntarle cosas cortas como; ¿Quieres esto? ¿Quieres aquello?. Y no solo ese día.

La relación e interacciones de ambos se volvía más y más formales. Se saludaban en el almuerzo, se respondían con monosílabos, Jaemin hablaba con sus dos amigos, Jeno escuchaba, reía y luego todos se despedían.

Era incómodo, y Jeno sabía que la culpa era suya por no poder hablarle con normalidad, por ser tan cortante, por ser tan tímido, por ser él y por que Jaemin le gustaba demasiado. Había estado rondando por sus pensamientos durante el último año, mareando su mente e infectando sus venas con alguna especie de paralizante que entraba en acción cada vez que estaba a menos de cinco metros, su corazón retumbando tan fuerte que casi era capaz de escuchar como las sirenas sonaban con las palabras "Jaemin está aquí, Jaemin llegó, Jaemin esta a mi lado, Jaemin huele bien, Jaemin esto, Jaemin aquello... Jaemin, Jaemin parece enojado otra vez"

Su punto de quiebre fue unos meses después, cuando andaban de compras por el cumpleaños de Haechan.

Mientras el cumpleañero escogía con qué prendas gastaría su dinero, los demás se repartieron para observar alrededor, cada uno en su mundo. O así era hasta que Jeno se encontró con Jaemin mirando por sobre los colgadores de ropa, buscando a alguien hasta que lo vió a él y comenzó a acercarse.

Ay, dios.

─ ¿Crees que esto se me vería bien? ─ le preguntó.

Jeno observó el crop top blanco en las manos de Jaemin. Debería de llegar justo sobre la cintura.

A ti todo se te vería bonito.

─ Claro, supongo que sí. ─ le sonrió tímidamente.

Los labios de Jaemin se torcieron y la prenda de ropa colgó a su costado en el momento que bajó los brazos.

─ ¿"Supones que sí"? ─ rió sin gracia. ─ ¿Es que acaso no conoces otra palabra?

─ Yo no... ─ fue interrumpido.

─ ¿Tan mal te caigo como para que ni siquiera seas capaz de entablar una conversación conmigo después de meses? ─ el tono amable se fue transformando en algo sin gracia. La respiración de Jeno se volvió inestable ─ Siempre soy yo quién se acerca a tí, quién se sienta a tu lado y quién te saluda. ¿Soy tan desagradable para ti? ¿Acaso te hice algo?

Los labios de Jeno se secaron y sintió su estómago revolverse.

Desearía no ser tan aburrido, desearía ser espontáneo, desearía no tener nervios, desearía no ser tan torpe, desearía que no me gustara Na Jaemin, así podríamos ser amigos. Desearía no ser Lee Jeno.

─ No es eso ─ sus dedos temblaron, ante lo que tuvo que cerrar su mano en un puño.

Una mujer pasó en medio de ambos, disculpándose antes de caminar lo más lejos posible. Pero ni siquiera eso disminuyó la intensidad con la que Jaemin le miraba.

─ ¿Entonces qué es? ─ se desesperó, moviendo sus manos con énfasis para demostrar su confusión ─ No soy tonto. He notado como guardan silencio cuando llegó con ustedes, las miradas que se dan, incluso las expresiones molestas que pones cuando me miras. ¿Si no es desagrado, entonces que mierda es?

Solo soy yo intentando no actuar como un estúpido, pero tal parece que eso me hizo ver aún más estúpido.

─ No, no es que no quiera hablar o convivir contigo. ─ su voz tembló y su rostro bajó la mirada, incapaz de mirar a Jaemin a los ojos. ─ Es solo que mi mente se queda en blanco y no se que decirte. Son los nervios, supon-... no, se que es por eso.

─ ¿Nervios? ¿Nervios de que? ─ se escuchó confundido.

─ Es que... ─ su voz temblorosa escapó de sus labios, y en un intento de detener su nerviosismo comenzó a tirar de la piel seca de su belfo inferior. ─ Yo, yo no, no puedo decirlo...

─ ¿Acaso te... gusto?

Ay, dios.

Una mano se posó en su hombro ante su nula respuesta, poniéndolo aún más tenso y haciéndolo sentir incapaz de mirar los ojos de Jaemin.

─ Jeno, ¿Yo te gusto?

Sí.

─ Si...

La mano de Jaemin abandonó su cuerpo y lo sintió retroceder un par de pasos.

─ ¿Q-que?

─...

─ Yo, solo... mmh. Entonces, eso explica muchas cosas...

Pasaron unos segundos en completo silencio.

─ ¿Tú,... no dirás nada al respecto? ─ Jeno rompió el silencio ─ ¿Debería... tomarlo como un rechazo entonces?

Jaemin negó fervientemente con la cabeza, sus manos ocultando su rostro que comenzaba a sonrojarse.

─ Creo que no deberíamos hablar de esto...

─ ¿Me intentas decir que haga como si nada? ─ Jeno se indignó y levantó su rostro. ─ Te dije que me gustas. ─ alzó la voz inconscientemente.

─ No lo repitas ─ se apresuró a callarle, mientras sus mejillas se sonrojaron al intentar hacer contacto visual. ─ Yo, solo... ah.

Y antes de que Jeno pudiera verlo venir, las piernas de Jaemin comenzaron a moverse en dirección hacia la salida de la tienda. Así, sin más.

Auch.

─ ¿Ah? ¿Qué significa eso? ¡No, no te vayas aún, hablemos! ¡Jaemin! ─ Jeno lo siguió unos pasos detrás.

─ Necesito procesar todo... esto ─ le gritó por sobre las personas que se hacían a un lado para permitirles el paso.

En ningún momento volteó a verle, y una vez fuera echó a correr lejos del lugar.

Jeno no necesito ni un segundo más de humillación. Miró a su alrededor, a la gente que cuchicheaban sin escrúpulos mientras le miraban de reojo y al par de amigos un poco más allá que le miraban con preocupación. Haechan asintió en su dirección, y entonces se marchó, sintiendo las ganas de llorar asomarse.

Al llegar a casa no pudo evitar torturarse con la almohada para ver si en una de esas se ahogaba y no debía ir a clases al día siguiente. Rememorando una y otra vez la forma tan vergonzosa en la que había terminado declarándose y la vaga respuesta de Jaemin.

¿Era un si? ¿Un no? ¿Un "no me interesa"? ¿Un "no me gustan los hombres"? ¡¿Que mierda significaba?!

Lo peor es que ni siquiera era capaz de enojarse con Jaemin por dejarlo de aquella forma. No cuando recordaba esos ojitos cafés que parecen tener el universo en ellos, no cuando recordaba la vez que tuvo la suerte de escucharlo cantar en sus clases de música, no cuando su risa lo ponía de buen humor solo en segundos, no cuando parecía ser la persona más perfecta, en todos los ámbitos, que Jeno había visto. No cuando simplemente era Jaemin.

No debería haber sucedido así, no debería de haber sucedido nunca. Ni siquiera se si Jaemin gusta de mi mismo género. ¿Qué pasaría con su grupo de amigos? ¿Jaemin dejaría de ir con ellos? ¿Le contaría a los demás y se burlarían?

Pateó desordenadamente las cobijas de su cama, tan desesperado que podía sentir un molesto cosquilleo en sus extremidades, como si la incomodidad psicológica no fuera suficiente.

Le estresaba no saber cómo sentirse, porque no había sido rechazado, pero tampoco habían aceptado sus sentimientos. Además, ahora se añadía la incertidumbre por él mañana.

¿Qué pasará mañana? ¿Cómo voy a siquiera mirarlo?

Necesitaba saberlo, así quizás su mente lo dejaría en paz.

Jeno ahogó un grito en su almohada, sintiéndose miserable. ¿Cómo se supone que debería actuar ahora?

Se giró en la cama para quedar mirando el techo de la habitación e inevitablemente sus ojos brillaron por las lágrimas contenidas.

Sinceramente hubiera preferido un rechazo de su parte, al menos de esa forma podría superarlo de mejor forma. Dolería, claro está, pero eventualmente estaría de un mejor ánimo.

De cierta forma sentía que estaba siendo muy exagerado, pero es que Jaemin en serio le gustaba, y mucho.

Incluso al cerrar los ojos, aún pudo ver a Jaemin.

Enojado, alegre, riendo, burlándose, mirándolo a él y solo a él, sentándose a su lado, hablándole, reprochándole, pasando su tiempo a un lado del otro, sólo coexistiendo.

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Jeno había terminado sus clases cuando un compañero le informó sobre un joven llamado Jaemin esperándolo en la puerta.

Ya había pasado una semana, una donde se negó a almorzar con sus amigos y se la pasó escondido en el salón, porque a pesar de saber que no había hecho nada malo, temía que Jaemin se sintiera incómodo o se negara a pasar tiempo con sus nuevos amigos solo por culpa de Jeno.

Al mirarle solo pudo pensar que el nuevo brillo en sus ojos y aquel leve sonrojo le sentaba demasiado bien. Los labios rosados eran humedecidos con nerviosismo por la lengua de Jaemin, guiando automáticamente la mirada de Jeno hacia sus belfos.

Que estuviera nervioso e incómodo no era un impedimento para seguir admirando su belleza. Jaemin no hacía más que ponerse más y más lindo.

─ Es que... ─ con las mejillas un tanto rojas tiró del cuello de su suéter, viéndose malditamente tierno para Jeno ─ Tú prácticamente nunca me habías hablado. Para mí estaba demasiado claro que te caía mal, tanto así que cuando te confesaste me puse nervioso y no supe qué decir. Causaste algún tipo de impacto dentro de mí y necesitaba sentarme en soledad a analizar las cosas.

Sentado a un lado de la ventana del aula ya vacía, Jeno vio como Jaemin apoyaba su cuerpo en el borde de su pupitre, dándole la espalda al sol anaranjado de la tarde.

Sus manos otra vez estaban sudando y la necesidad de carraspear fue demasiado intensa.

─ ¿No te soy desagradable?

─ ¡No, claro que no lo eres! ─ se apresuró a decirle ─ ¿Por qué lo serías?

─ Por, ya sabes, ser gay y gustar de ti. ¿No te da ni un poco de asco?

Jaemin frunció un poco el ceño al mirarlo y con determinación tomó una de sus manos entre las suyas. Jeno luchó para quitarla de su agarre, pero falló. Jaemin presionó la mano de Jeno contra su garganta, justo donde el pulso acelerado se sentía a través de su piel.

─ ¿Acaso crees que esto es por asco? ─ Jeno se quedó sin palabras ─ ¿Por qué crees que a pesar de tus rechazos seguí intentando hablar contigo incluso cuando quería vomitar por la incomodidad?

─ Yo... pensé que solo estabas tratando de ser amable.

Ambos se quedaron en silencio, pero esta vez no era uno incomodo.

Jeno finalmente podía respirar en paz y los escombros de aquella barrera que se había derrumbado el día de su confesión terminaron por desaparecer. Su corazón se había encargado de barrer aquella burbuja protectora que había formado para no verse como un idiota, para no asustar a Jaemin con sus sentimientos.

Los ojos de Jaemin le miraban sin vergüenza alguna mientras acariciaba la mano sobre su cuello. Una dulce sonrisa se asomaba por su rostro, solo dirigida a Jeno.

─ Hazlo de nuevo ─ ante la expresión confusa de Jeno, aclaró ─ Tu confesión.

─ ¿Mi confesión? ─ Jaemin lo miró fijamente antes de asentir de forma lenta.

Jeno suspiro extremadamente nervioso. Estaba improvisando ahí mismo y no le gustaba improvisar. Su última confesión improvisada no había salido demasiado bien

─ Mira, voy a ser lo más directo que pueda. No importa si suena aburrido o soso, porque gracias a intentar ocultar mi forma de ser y hacerme el interesante termine dándote una impresión incorrecta. ─ Jaemin sonrió más al fijarse en las orejas sonrojadas ─ Me gustas, y me gustas mucho. No se desde cuando, ni las razones exactas, pero cada vez que te veo siento una calma inmensa, como si fueras lo que falta para al fin sentirme completo. Así que te preguntaré una vez más... ¿Na Jaemin, quieres ser mi novio?

─ Ah...

─ ¡Jaemin! ─ Jeno quitó su mano con una mueca afligida en el rostro.

─ ¡Lo siento, es que lo último fue muy repentino! Jeno, espera ¡Era broma! ¡Jeno! ¡Sí quiero! ─ lo siguió cuando este tomó sus cosas y se dirigió hacia la puerta. ─ Tu también me gustas ─ susurró Jaemin tras él.

─ Ah.

─ ¡Jeno!

─ ¡Waa, es realmente divertido!

El puchero en el rostro de Jaemin fue sorprendido gratamente por los labios dulces de Jeno. Un beso corto que fue suficiente para dejarle embobado.

─ Y yo que creí que eras tímido ─ susurró Jaemin, sintiendo los dedos de Jeno entrelazarse con los suyos.

─ Lo soy ─ señalo sus orejas con sus mano libre, exponiendo lo rojas que estaban ─ pero estoy intentando luchar contra ello, porque me gustas.

El corazón de Jaemin revoloteó y sus piececitos le guiaron de vuelta a los brazos de Jeno. Se aferró a su cintura y repartió pequeños besitos sobre sus labios y mejillas, poniéndolo aún más rojo.

─ Esa sera tú recompensa, mi chico tímido.

Y picoteo las costillas de Jeno, haciendo que tanto su cuerpo como sus ojos se curvaran.

Las risas llenaron el salón aquel día, y dos almas enamoradas hallaron una sintonía.

Muchos besitooos ♡

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