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Capitulo 26: Yaku Tusuy (2/3)


Advertencia: Los siguientes capítulos abordarán temas sensibles y vendrán cargados de ciertas palabras y expresiones que pueden ser malinterpretadas y sacadas de su debido contexto.

Bajo ningún motivo, razón o circunstancia se busca fomentar el racismo, la xenofobia ni la intolerancia a ninguno de de los países y pueblos mencionados en estos escritos. Todo esto es estrictamente ficticio y todos los acontecimientos son puramente fantasía.

Gracias por leer, disfruten del capítulo.

















- Ya llego el momento.-

- N-No lo se, es demasiado pronto -

- Hemos estado aqui por siempre, creo que es el momento adecuado.-

- P-Pero es muy repentino, tengo muchas dudas al respecto ¿Y si ellos no me aman o si yo no hago bien el trabajo? solamente he estado aqui contigo y yo no quisiera cometer un error y-- -

- Chaos, tienes que calmarte. No va a suceder nada malo, tienes que confiar en mi como siempre lo haz hecho.-

- Y-Yo confió en ti, es solo que... tengo mucho miedo.-

- No temas, yo aun estaré aqui contigo.-

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- ¿Estas lista? -

- S-Si.-

- Toma mi mano y repite después de mi.-

-"Hágase la luz."-

***





Vacío.

Vacío eterno, un vacío inagotable.

Acto seguido, abrió los ojos y vió el enorme cielo estrellado. Pero lo más interesante para ella no fué el cielo sinó el agua que rodeaba su pequeño cuerpo infantil.
Mamacocha comenzó a existir en ese momento, en el momento en que sintió el agua rodearla y convertirse en una con ella misma.

Sus ojos azules brillaron en la inmensidad como una hermosa estrella más, como una segunda constelación que se unía al cielo pero ella no quería eso. Ella quería sentir un poco más del agua.

- Mira, nació otra niña Inca.- Esa voz, anciana y amable, paternal y suave.

- Es tan bonita y tiene unos ojos tan hermosos.- Una voz tan igual de amable y suave, pero esta era una voz femenina.

Mamacocha se puso de pie sobre las aguas. Tuvo complicaciones para pararse con su cuerpo tan pequeño y frágil.

« - ¿D-Donde...? ¿Que es...? - »

Aunque las palabras no salían de su boca, sus preguntas y sentimientos eran más que entendibles para ella. No sabía hablar pero la sensación de peligro al estar y aparecer en un ambiente inhóspito y desconocido para ella era algo que la ponía sumamente incómoda y ansiosa.
Solamente podía ver agua y cielo, mientras que a su alrededor, solamente estaba ella.

El sonido de un animal tan gigante como un planeta entero, el bramido de un elefante que hizo retumbar el universo entero.
El suelo tembló ligeramente y ella se sacudió de golpe, buscando con su vista a los responsables todo ese escándalo.
Pero no podía encontrar nada, solamente ella.

- ¡No tengas miedo mi niña! Estarás segura.- Esa voz detrás de ella.

Allí pudo ver a dos figuras altas y resplandecientes como el propio cielo que brillaba sobre ella. Confundida se acercó a las dos figuras quienes abrieron sus brazos para abrazarla y ella así lo permitió.

Sintió tanto amor y calidez en ese abrazo, no quería soltarlos nunca.
El hombre le dió una caricia en la cabeza y la mujer le dió algunos besos en la frente mientras ella aún estaba unida a ellos.

- Mamacocha, Diosa Inca de los océanos; nosotros somos tus abuelos y te hemos creado para gobernar sobre todas las aguas.

- Siempre que te sientas sola o con miedo, vuelve al agua y allí encontrarás tú propósito, la razón de tu existencia.

***








Mamacocha suspiró para luego posar su barbilla sobre sus manos, su vision se mantuvo fija en el oceano, desde aquel balcon podia apreciar de manera maravillosa y perfecta como el sol se ocultaba lentamente. Con movimientos suaves y sutiles de sus dedos, creo en el aire dos figuras de agua que comenzaron a bailar y danzar de manera autonoma, como si fuesen pequeñas personitas que buscaban entretenerla.

- El sol y el oceano viven en el mismo reino, pero nunca podran tocarse...nunca podran tocarse...- La diosa balbuceaba una cancion en voz baja.

- Que lindo, pareces una pequeña niña.- Y estas palabras fueron tan repentinas que la diosa dio un brinco de sorpresa.

Al fijarse, rapidamente se sonrojo y deshizo sus figuras de agua en el acto, estaba en presencia de uno de los dioses mas importantes del cielo. Viracocha era mas alto que ella, tenia una hermosa sonrisa blanca y perfecta en su rostro marcado y alargado.

Sostenia su Baculo Solar y estaba vestido con su ropa de gobernante, largas tunicas rojas con detalles dorados y su enorme tocado de oro que hacia referencia al sol.
No dejaba de sonreir, Mamacocha estaba muy apenada y nerviosa, pero su rostro solamente demostraba seriedad.

Una de las maldiciones de Mamacocha, era su cara, no era muy expresiva.

- Lo siento mucho, señor, solamente estaba--

- No tienes que disculparte y no me digas señor, tenemos la misma edad y el mismo rango - Respondio el, sonriendo y posando su mano en el hombro de la Diosa.

Si las miradas y las risas mataran, Mamacocha estaria en estado de putrefaccion. Sonrojada asintio y bajo la cabeza ante las palabras del contrario.

- Lo siento mucho... señor Wira.-

Y Viracocha río - No dejas de llamarme "señor" y tratarme con toda era formalidad, pero tampoco puedes decir mi nombre de manera correcta.-

- E-Eso es que...-

- Tranquila solo estoy jugando contigo.- Y con esto, le regalo otra sonrisa.- Por cierto, necesito que envies a tu hermana, MamaQuilla a mi habitacion, tengo que discutir un par de asuntos con ella.- Y con esta peticion, el rostro de Mamacocha cambio radicalmente.

¿Su hermana en su habitacion? ¿Por que tiene que reunirse en la habitacion? ¿Que pretende? cientos de preguntas similares la golpearon como una ametralladora.
Mamacocha nunca fue de pensar cosas de este estilo, ella no veia sentido ni logica en malgastar energias pensando cosas que ni al caso.

Sin embargo, sentia un ardor en el estomago cuando Viracocha le pedia a su hermana que fuese a su habitacion...¿envidia?

- Y-Yo...si señor Wira, le dire de inmediato.- Contesto, cediendo, ella nunca cedia ante nadie.

- Gracias, siempre es lindo verte.- Y ante estas palabras, le dio un calido abrazo a Mamacocha quien no lo respondio.

El sol casi habia desaparecido y en ese momento, Viracocha se separo de la diosa y se despidio de ella con una sonrisa. Mientras se alejaba, el corazon de la diosa del mar latia con fuerza, incluso podia oirlo como si fuese un tambor.
Se abrazo a si misma, buscando sentir nuevamente ese calor, pero esto no duro mucho tiempo; su semblante vacio y serio regreso, debia ir a buscar a Mamaquilla, no podia hacer esperar al rey.

***

En la antiguedad, los reinos celestiales estaban unidos bajo un mandato Imperial directo desde la cima del universo, dónde el Dios Primordial, Yahve controlaba y custodiaba a todos y cada uno de los imperios que habían surgido con la creacion del universo.

Uno de los afiliados mas cercanos era el Panteon Inca, gobernado por el Dios adolescente Viracocha, quien fue uno de los primeros en emerger del Oceano Primordial durante la creacion.

Viracocha asumió el control de su imperio al tener la edad y la capacidad suficiente para poder tomarse el papel de líder de las mejores maneras posibles. Después de un periodo de viajes y aventuras con otros Dioses Primordiales, sentó cabeza en el reino Inca de junto a sus compañeros y compañeras de armas.

Mamacocha había sido una ellas. Cómo Diosa Primordial de las aguas, ella tenía una de las misiones más importantes de su reino para garantizar la óptima fertilidad de las tierras, el control y mantenimiento de las aguas para que la vida pudiese prosperar en ella, las fases de la luna y la correcta posición de algunos astros, el clima y mas deberes además de tener controlado los espacios marítimos del imperio bajo órdenes directas de Viracocha.
Ella era tan importante como Viracocha y aún eso, se limitó a tener un papel secundario en el reino; eso de gobernar y proteger no iba con ella, no era muy de su estilo.

Era mucho el tiempo que pasaba sin él, ya que siempre estaba ocupado o atendiendo reuniones de suma importancia con otros líderes y Dioses de otros reinos; por no mencionar a Yahve quién le tenía un especial cariño al Dios Inca. Las veces en las que estaba en el reino, siempre estaba de reunión o con su hermana... Lo odiaba.

Lágrimas, sintió lágrimas caer de sus ojos.

- ¡Mamacochaaa! - Oyó el gritó a la distancia, era una voz femenina. Quién se acercaba corriendo a toda velocidad hacía ella.

Pachamama llegó y soltó el aire contenido en sus pulmones, estaba agotada, correr no era su mayor fuerte. Estaba apenas vestida como siempre, pero esto no era nada que realmente se tuviera que tener en cuenta, Mamacocha no se levantó, se quedó sentada en su lugar.

- Hasta que te encuentro, estuve buscándote por todos lados desde la tarde; MamaQuilla estaba en la habitación del Rey y me dijo que te buscara en la playa así que eso hice y aquí estás ahora sentada y...- Cuándo la vió a los ojos, notó que estaban rojos e hinchados, pero Mamacocha los escondió de inmediato.- ¿¡Estás llorando!? -

- ¡Pacha, baja la voz con un demonio! - Musitó ella enojada, limpiando rápidamente su cara.- N-No estaba llorando, me entró arena en los ojos.

- ¡Mama, no me digas esas tonterías! No puedes ser tocada si no quieres y dudo que quieras.- Refutó su hermana sentándose a su lado.

Mamacocha soltó un bufido y cambió la forma de su cuerpo, se convirtió en un charquito de agua para fingir que había desaparecido.
Pachamama solamente suspiró y negó con la cabeza, entendiendo perfectamente todo lo que estaba sucediendo.

- Estás celosa porque quieres se tú quién esté siempre con Viracocha, sientes envidia de Quilla porque ella está en este momento con él.- Musitó la Diosa con una sonrisa de lado.- No debes sentirte así, ellos no estaban haciendo nada de lo que te imaginas.

Mamacocha tardó un par de segundos, pero volvió a materializar su cuerpo y permaneció sentada junto a su hermana.- Y aunque lo estén haciendo, no debo intervenir en los asuntos de rey y su vida íntima.- Sentenció ella.- Pero...

- Quieres estar cerquita de él y darle sus besitos con lengua.- Respondió Pachamama, su hermana le dió un golpe con la cara completamente roja por sus palabras.

Mamacocha solamente suspiró con tristeza, se sentía realmente patética cuando se ponía en este estado de ánimo; ¿Por qué dependía tanto de Viracocha para sentirse felíz? ¿Por qué lo extrañaba tanto y porqué añoraba estar cerca de él todo el tiempo?

Sabía de sobra que él no sentía lo mismo, así que vivía una tortura emocional por alguien que solamente la apreciaba como una amistad o una sirviente más de su rebaño.

- No te dejes derrumbar por estas emociones, tu no fuiste para ser la dependiente de Viracocha; eres una Diosa mucho mas valiosa que eso.- Continúo Pachamama.- Tienes la capacidad de controlar el agua y un enorme poder oculto, si lo piensas bien...todos dependen de tí.

» Yo puedo crear tierra fértil y ayudar a las plantas a crecer, pero gracias al agua, ellas obtienes los nutrientes óptimos para seguir existiendo, la vida marina y la vida terrestre, insectos, dioses incluidos y hasta Viracocha; tienes un excelente poder en tus manos y no debes olvidar eso.

Mamacocha miraba perpleja a Pachamama, cuando quería era una masa de pechos sin cerebro y cuando quería era la Diosa más sabía de todas las que conocía y no eran muchas las que tenía en su lista de cercanas.
¿Ella importante? Seguramente sí, aunque jamás sería tan brillante como Viracocha.

- Lo que intento decirte es que-- - Pero fueron interrumpidas en seco.

En la lejania, pudo ver varios puntos de luz que iban acercándose lentamente hacias las costas de la Capital del reino, no necesitaba preguntar, ya se sabia de quien se trataba.
Los traslados maritimos eran de suma importancia en aquella epoca, muy pocos dioses de movian por tierra pero muchos se movian por mar siendo este el metodo mas efectivo en aquel momento de la historia.
Un cuerno hizo temblar el aire con un sonido fuerte que llamaba a la guerra aunque no iban con estas intenciones.

En aquel entonces, ya habia un dios de las aguas que controlaba los oceanos, mares y rios con un sistema autoritario. Procedente del Panteon Chino, el Dios Gong Gong habia arribado hacia el reino Inca.
Mamacocha se puso de pie al igual que su hermana quien estaba visiblemente nerviosa, no era la primera vez que recibian visitas del Panteon Chino, pero eso no impedia que se sintiera algo inquieta.

- Debemos volver al palacio, Viracocha nos necesitara.- Insistio Pachamama, pero Mamacocha no queria moverse de su sitio.

Haciendo acoplo de toda su fuerza mental para no provocar un desastre, odiaba tener de visita a esos gigantes arrogantes y enfermizos.
Pero sabia bien que si hacia algo, podria iniciar una guerra innecesaria.

- Mamacocha, vamonos de de inmediato; estan a punto de desembarcar.- Y con estas palabras, Pachamama la jalo del brazo, obligandola a moverse.

Mamacocha sintio una pequeña punzada en su corazon, por alguna razon, estaba muy preocupada.

***

En el salon del trono, Viracocha estaba sentado entre sus asistentes, consejeros y algunos delegados, ademas del trio de hermanas lunares, MamaQuilla, Pachamama y Mamacocha, quienes se mantenian en silencio y rectas.

Enfrente tenian al Dios de las Aguas del panteon Chino, su piel era de un intenso color azulado y era bastante brillante, su cabello estaba recogido y llevaba enormes collares y anillos hechos de oro y demas piedras preciosas.
Era increiblemente gordo, como una enorme pelota, tenia una cara aterradora, como la de un monstruo o un demonio y su estatura superaba los seis metros.

Ni idea de como hicieron para meterlo en aquel salon, a Mamacocha le daba muchisimo repelus. Pese a su tamaño, cuerpo y semblante, no era de personalidad desagradable.

- Siempre es agradable recibir visitas en mi reino, espero disfrute su estancia en mis tierras; señor Gong Gong.- Expreso Viracocha, calido y amable como siempre.

- Le suplico me disculpe por venir a su reino a estas horas, no medimos bien el tiempo y llegamos sin avisar.- Se excuso inutilmente el Chino, obviamente no era un perdon sincero y todos lo sabian.

- No es problema, mi casa es su casa. Espero podamos entender las razones por las que nos están visitando de esta forma tan imprevista y sorpresiva.- Devolvió Viracocha.

- Hay un detalle sobre el sistema de traslado marítimo que me gustaría compartir con usted pero creo que esta es una reunión que deberíamos tener en privado.- Y ante esto, el Dios chino llevó sus ojos hacía el trío de hermanas y demas acompañantes de Viracocha.

- Me temo que eso sería una dificultad, pues los Dioses aquí reunidos son una parte fundamental de mi reino; ellos deben estar al tanto de mis elecciones y acciones, de lo contrario, no podré serle de ayuda.- Vaya que Viracocha tenía labia y sabiduría al hablar.

Gong Gong gruñó y sacó de su bolsillo una enorme pipa la cuál encendió para darle una larga calada.- Como usted sabrá, fuí bendecido con el privilegio de controlar los mares de todo el universo y poco a poco he decidido hacer pactos y negocios con otros imperios a cambio de algunos bienes materiales.

» - Yo les doy la libertad de transitar por los mares bajo mi control y todos pagan un impuesto común justo y equilibrado. Pero la situación en Asia se está complicando mucho con los recientes problemas de inundaciones y desastres que azotan al reino de China. El emperador confía en mi juicio y es por eso que he vuelto mi vista hacía está tierra, alteza.

Y Mamacocha ya podía oler lo que se venía, no podía creer que todo este tiempo, este sujeto solamente vino con planes y deseos egoístas... Aunque tampoco estaba del todo sorprendida.
Viracocha se acomodó en su silla y fijó sus ojos en el Dios Chino.

- Tengo entendido que los recursos y materiales del reino son los más abundantes de este lado del mundo, sus vecinos del norte han hablado maravillas de ustedes y su tierra llena de recursos valiosos como la minería y los bienes naturales que sus sirvientes crean todo el tiempo.- Y con esto, fijó sus ojos en las tres hermanas, quienes se mantenían firmes y quietas en su sitio sin decir ni una sola palabra.

- No son mis sirvientes, son mis amigas y pilares fundamentales de mi reino.- Soltó Viracocha con un tono bastante firme, no era propio de él hablar así.- Las recomendaciones de Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son siempre apreciadas y agradecidas, pero creo que soy yo quién puede hablar mejor de los bienes de mi reino.

» - ¿Acaso su visita es la razon por la cual los barcos de China van tomado varias islas de mi imperio? No crea que no estoy al tanto de su presencia dentro de mi espacio maritimo.

Gong Gong apretó los labios, la conversacion se le estaba saliendo de las manos.- Precisamente, nuestra presencia en las aguas de América es la intención de iniciar un nuevo tratado, una nueva relación con los reinos de esta tierra.

- ¿Exactamente que esta usted pidiéndome? sea directo conmigo de una buena vez.-

- Dejame acceder a los recursos y bienes de la tierra Inca. Instalare unos campamentos que trabajarán la tierra y los bienes para nuestra nación y nuestra causa; y a cambio, permitiré a tu reino el acceso a todas las aguas que estan bajo mi poder; esto podra facilitar tus viajes y el comercio entre los demas reinos, no solamente entre los reinos de América.- Exclamo de manera directa el Dios, haciendo enojar a todos los presentes junto a Viracocha.

- ¿Pretende usted que vendamos nuestra tierra? Pero que descaro tiene usted en sugerirle al Gran Viracocha tal propuesta.- Pachamama salto, ofendida de la propuesta del dios.

Gong Gong miro a la Diosa de la tierra, con una expresion algo extraña; mezclaba lujuria con enojo. La diosa se sintió asqueada por esto, pero no podia permitirse flaquear.

- Pido perdon si mi propuesta les genera un malestar, pero he de mencionarles que el Imperio Azteca y el Imperio Maya accedieron gustosamente a nuestra cooperativa y es de vital importancia para nosotros que el Imperio mas grande y poderoso de esta tierra se anexe a nuestra cooperativa.

»En caso de no aceptar, prohibiremos los movimientos maritimos de los tres Imperios y solamente podrán navegar bajo una sola ruta oceanica concedida por nuestro Emperador.

- ¿¡Como se atreve!? ¡Usted esta extorsionando a nuestro Emperador en su propio hogar! - Salto uno de los consejeros de Viracocha.

- ¡Fue suficiente, no vamos a tolerar ninguna ofensa mas! - Intervino MamaQuilla.

Pero en ese momento, Viracocha entendió su mano y los hizo callar. Mamacocha estaba realmente tensa, esta situación se estaba volviendo más y más pesada.
Pero el Dios sabía bien que la situación no era la mejor para dar una respuesta clara y definitiva, tenía que cambiar las tornas de la conversación.

- Señor, Gong Gong, por el momento no estamos en el mejor ambiente para discutir este asunto. Lo veré en un par de horas para una reunión privada, donde se tomará la decisión adecuada.- Y con esto, puso una pausa y un final prematuro a la conversación.

Gong Gong sonrió, bajando levemente su cabeza.- Por supuesto, instalaremos un pequeño campamento hasta que acabemos con nuestra reunión.

- Está bien, pueden desembarcar en la costa e instalar un pequeño campamento.- Concedió el Dios.

Mamacocha estaba temblando del enojo, indignada y furiosa de la resolución de esta conversación. Enfrentaría a Viracocha sin ninguna pena ni vergüenza, una vez que el visitante ya se había marchado.
Antes de que pudiera acercarse a él, sus hermanas la detuvieron en seco, alejándola del Dios antes de que pudiera explorar.

MamaQuilla fue la primera en detenerla, seguida de Pachamama quién la abrazó para sostenerla mientras que MamaQuilla le tapaba la boca mientras ella hacía ruidos y se sacudía buscando liberarse.

- Basta, sabemos que no estás contenta con esta situación pero también sabemos que no ganarás nada discutiendo con Viracocha.- Dijo MamaQuilla, haciendo rabiar aún más a Mamacocha.- Escucha, tampoco estamos de acuerdo con esto, no queremos que ningún extranjero se meta en nuestra tierras y menos los invasores Chinos, tenemos pensado convencer a Viracocha pero debes ser paciente y unirte a nosotros para ello, tenemos que ir con paz y no con guerras.

En ese momento, le quitaron las manos de las boca y la soltaron, Mamacocha cayó perfectamente de pie y respiró profundamente luego de haber oído perfectamente. Aclaró su voz, y decidió en ese momento opinar.

- No pueden pedirme que me quedé tranquila cuando Wiracocha explora la idea de vender nuestro imperio, hay que impedirlo.

- Lo sabemos, mucho menos vamos a permitirlo, pero no lograrás nada con agresividad; Viracocha es un Dios sensible y calmado, debes tener cuidado con él.

- ¡No hables así de él, no es ningún Dios sensible! - Se exaltó, ofendida de que MamaQuilla hablara de Viracocha como si fuese un niño raro.

Y estas palabras fueron lo suficientemente altas como para hacer retroceder a MamaQuilla, Mamacocha jamas perdía la calma de esa forma.

- ¡Baja la voz, con un demonio! Viracocha es joven, inmaduro e inexperto, no es capaz de saber que es lo mejor para nosotros y el reino; debemos ayudarlo a formarse para que sus pensamientos no se vean manchadas por ideas opuestas.- Devolvió MamaQuilla, haciendo rabiar más y más a Mamacocha.

La Diosa no pudo evitarlo, lanzó un puñetazo directo en la cara de su hermana, dejando una marca morada en su mejilla y derrumbandola de lleno al suelo. MamaQuilla acaricio su mejilla, Pachamama estaba igualmente impactada.

- ¡No tienes ningún derecho de decir esas cosas de él, no es un niño estúpido del que puedes abusar o juzgar sus acciones! ¡Él es más inteligente y capaz de lo que crees, tú no tienes ni idea de quién es en realidad.

» ¿Crees que sabes mucho de él solamente porque vas a su habitación todas las noches? ¿Crees que te pertenece y que debes cuidarlo como a un bebé únicamente porque te revuelcas con él como una puta?

- ¡Mamacocha ya fué suficiente! - Se metió Pachamama, sujetando su mano.- ¡Estás diciendo cosas sin sentido! ¡No queremos menospreciarlo pero él necesita nuestra ayuda para tomar la mejor decisión! - Hablaba muy rápido y con mucho nerviosismo.

- ¡Tu cierra la boca! ¡No puedo creer que estés del lado de esta estúpida, al parecer eres tan insignificante e inepta como ella! -

Mamacocha gruñó y sin más que decir, abandonó la habitación rápidamente. No quería seguir ahí, necesitaba tiempo a solas antes de ir con Viracocha o de lo contrario algo malo podría suceder.

Sus hermanas tenían razón en una parte, no podía presentarse ante Viracocha siendo una furia.

[...]

A cientos de miles de kilómetros, en algún punto medio entre el centro de lo que más tarde sería conocido como "América", Mamacocha llegó a una Isla lo suficientemente grande como para albergar a bastantes habitantes, pero en aquel punto de la historia no habia nadie más que las propias criaturas animales que ahí habitaban desde hacía ya muchísimos años atrás.
Su cuerpo cambio a líquido y comenzó desplazarse libremente por los alrededores de la costa, buscando con su mirada a una criatura en particular que no conseguía.

Vió a unas aves y monos en la lejanía, sabía que ellos podían ayudarla así que se acercó y se plantó enfrente de los árboles donde estaban. Los animales la vieron con curiosidad, sobre todo los pequeños monos que bajaron del árbol e intentaron tocarla sin éxito pues atravesaron el agua de su cuerpo, esto los asustó un poco.
Uno de ellos le gruñó y comenzó a hacer ruidos mientras la señalaba y miraba a sus padres.

Mamacocha movió su mano en señal de disculpa y de inmediato preguntó.- ¿Han visto a Maturín? - Y ante este nombre, las aves y los monos la vieron con sorpresa.

Asintieron, y se movieron entre los árboles y el aire para llevarla directo hasta donde estaba el tal Maturín.
Mamacocha los siguió rápidamente gracias a su desplazamiento y al mismo tiempo miraba con asombro e impresión la enorme isla.
Tantas hermosas criaturas, tantas bellas y salvajes especies animales y vegetales que crecían sin miedo y sin limitaciones; así debería ser en todo el universo, amaba su reino por las bellezas de la tierra y el agua.

Finalmente llegaron a un punto claro dónde habían varios árboles formando un círculo y en centro, un enorme lago cristalino lleno de vida. En la tierra frente al lago, había una enorme Tortuga, tan grande como la propia Mamacocha o incluso más que ella; estaba tumbada boca arriba con los ojos cerrados y el cuello extendido en el suelo así como sus patas también, incluso tenía la lengua un poco de fuera.
Mamacocha se asustó muchísimo así que corrió rápidamente hacía la Tortuga y comenzó a revisarla con desesperación.

- ¡Maturín, despierta con un demonio! ¿¡Acaso estás herido!? - Exclamaba ella, histérica y asustada.

La Tortuga abrió su ojo y rápidamente cerró la boca, cuando vió a Mamacocha sonrió levemente y giró su cuello hacia ella para verla fijamente.
Mamacocha suspiró con alivio pero también le dió un golpe a la parte blanda de su caparazón, haciendo reir al animal.

- Hija mía, que gusto me da ver qué estás aquí.- Saludó la Tortuga, lo más extraño es que no estaba moviendo la boca para hablar, no estaba hablando en lo absoluto.

- ¡Eres un idiota, me asustaste! - Chilló ella al borde las lágrimas, Maturín sonrió con ternura.- ¿Que estás haciendo ahí tirado? -

- Estaba nadando un poco y luego me caí de espaldas, no podía enderezarme así que me quedé dormido ahí; ya no soy tan joven como antes, me habría enderezado de un brinco.- Respondió él, seguía sin enderezarse.

Mamacocha hizo una cara graciosa de enojo y fastidio, acto seguido lo ayudo a enderezar su enorme cuerpo de reptil. Maturín movió su cuello hacia el pecho de Mamacocha y ella lo abrazó, sin duda le hacía falta un abrazo.

- ¿Que sucedió en el reino? - Preguntó Maturín con calma.

- ¿Te haz enterado? Las noticias vuelan muy rápido.

- Vamos al agua, ahí estarás en paz y podremos hablar.- Ofreció la Tortuga quién se agachó a duras penas como un abuelito, esperando a que Mamacocha subiera a su caparazón y así mismo lo hizo.

Ambos se adentraron en el lago que tenían enfrente y se sumergieron, Maturín cambió la forma de su cuerpo a la de una tortuga marina, igual de grande pero permitiendo a su cuerpo desplazarse y moverse libremente por el agua cristalina de las profundidades.
Mamacocha podía perfectamente respirar bajo el agua, además de que ella no necesitaba ayuda para nadar claramente, pero a Maturín le gustaba mucho llevarla a en su espalda así que ella no se quejaba de esto en lo más mínimo.

Estuvieron un rato nadando por debajo de agua hasta que salieron a la superficie, estaba ahora a la mitad del Océano, varados solos y flotando como pedazos de madera en el mar.
Mamacocha llevó sus ojos al cielo, hoy, su amiga Nut brillaba hermosamente sobre ellos.

- ¿Piensas en Nut? Hoy está más bonita de lo normal.- Preguntó Maturín, acercándose hacía Mamacocha, quién solamente miraba el cielo.

- No es en Nut en quien estoy pensando, pero sí, hoy está muy bonita.- Respondió ella.

- Ojalá viniera a visitarme, hace mucho que no la veo.- Continúo Maturín.

Mamacocha suspiró y dejó que su cuerpo se hundiera en el océano.
Se adentró en las profundidades del agua, observando atentamente el alrededor y viendo a todas las criaturas marinas que habitaban ese mar tan enorme y hermoso, le encantaba.
Arrecifes, abismos, familias de peces, cetaceos, flores y plantas marinas, minerales y unido a todo ese festival de belleza marina; el agua.

Agua, infinita y hermosa agua que formaba parte de la vida y la esencia de Mamacocha, como Diosa de los mares y las aguas, el agua era tan personal como su propia existencia; ¿Acaso podría ella existir en un mundo donde no hay agua? ¿Podría cualquier hacer eso?
Cómo negarle a alguien el derecho de recorrer el océano, explorar las profundidades y conocer las mil y un maravillas que se esconden bajo la superficie; ¿Como puede alguien controlar algo tan indomable y poderoso como el agua?

Era tan hermoso, tan magnífico que la sola idea prohibirlo le parecía abominable.

Se quedó quieta en el agua, mirando a la nada y pensando en absolutamente todo lo que tenía por delante. Maturín se acercó a ella lentamente y esbozo una sonrisa amable y cariñosa.
Sabía que Mamacocha estaba disfrutando nadar y moverse en el agua como si fuese la primera o la última vez que lo hacía, y eso le generaba ternura.

- ¿Te sientes mas tranquila, hija mía? - Preguntó él, llamando la atención de Mamacocha quién se sonrojó tan fuertemente que se vió obligada a esconder la cara entre sus manos como una niña chiquita.

- ¡L-Lo siento mucho! O-Otra vez me estoy comportando como una bebé...- Estaba tan apenada que no se dió cuenta cuando una bola de arena húmeda golpeó su cabeza y se deshizo en el agua como una bola de nieve.

Maturín abrió su boca riendo con emoción, a lo que Mamacocha lo vio fijamente, entendiendo el juego. Ella misma movió su mano y creo una esfera de hielo que viajó a toda velocidad y golpeó a Maturín en su caparazón, rompiéndose como nieve.
Ambos comenzaron a perseguirse rápidamente en el agua, nadando libremente por las profundidades.

Mamacocha le lanzaba esferas de hielo y Maturín lanzaba esferas de arena mojada, ambos riendo y jugando como dos niños chiquitos.
Nadaban entre los cuerpos de las ballenas y cetaceos, jugando con los espiraculos de las ballenas y persiguiendo y asustando a los delfines.

Al cabo de unas horas, ambos acabaron sentados en la orilla de la costa, con Maturín escondiendo sus patitas en su caparazón y apoyando su cabeza vieja y cansada en las piernas de Mamacocha quien le daba leves caricias amorosas.
Ambos miraban tanto al océano como al cielo, ensimismados en la hermosa vista.

- Deberías ir con calma, Maturín; ya no eres tan joven - Dijo ella.

- Soy lo suficientemente joven como para jugar con mi hija, así que no te preocupes por mi.- Respondió él, levantando su cabeza para ver a Mamacocha quién le devolvió la mirada.- Eres tú quien debe ir con calma.

Mamacocha ladeó levemente la cabeza, y en ese momento volvió a su realidad, volvió a tierra y supo que tenía que contarle a Maturín lo que estaba sucediendo en su reino.
Después de una larga explicación en la que desahogó todo lo que tenía en su mente y corazón, desde sus sentimientos hacia Viracocha y su hermana, hasta el conflicto que se estaba formando entre los Chinos y el imperio Inca, Maturín escuchó atentamente sin perderse ningún detalle, pues sabía que está situación era muy importante para ella.

Mamacocha finalmente terminó su explicación, sintiéndose más ligera al no tener todos esos pensamientos rondando su cabeza, pues ya los había expresado.

- No puedo permitir que Wiracocha acepte el trato, esta situación y ocupación China es una invasión y no quiero que destruyan nuestra tierra.- Exclamó ella.- Por eso quería hablar con Viracocha pero mis hermanas me detuvieron, las traté mal y fuí grosera con ellas.

- Puedo entender tu sentimiento hacía el rieno y tú sentimientos hacía Viracocha, realmente no te equivocas en lo que dices y tús hermanas tampoco; ambas tienen en común la idea de no vender la tierra a los Chinos, pero tú problema no es como tal esa alianza... Tu problema es que estás enamorada.-

¿Su problema era su enamoramiento? No podía negarlo o ocultarlo enfrente de Maturín, ella estaba locamente enamorada de Viracocha.

¿Pero como podría su amor ser su problema exactamente? Podía verlo ligeramente pero Maturín continúo con su explicación antes de que ella pudiera siquiera hacer una pregunta al respecto.

- Estás tan enamorada de Viracocha que no aceptas la idea de que aún es joven y tiene ideas frescas y tiernas; tus hermanas tienen razón en ese punto, él es muy joven para tomar una decisión sabía y honesta.

» Por otro lado, estás tú; tienes razón, Viracocha no es un pelele que necesite estar siendo mimado y cuidado como un bebé, es el joven mas valiente, responsable y sereno que he podido conocer. Si bien es joven e inexperto, él debe tener la autoridad y la confianza de sus allegados en que sabrá elegir. En un todo, Viracocha los necesita para no dejarse llevar por su corazón y al mismo tiempo ustedes necesitan su liderazgo y valentía para no quedar expuestos ante una situación que los supere.

» Pero hay algo que todos ustedes no han parecido notar, y es la Carga de Viracocha.

¿Carga, Viracocha estaba cargando con algo? Llevaba muchísimos años gobernando el reino y siempre se veía calmado y tranquilo. Pero Maturín sabía bien lo que decía, pues Viracocha era un joven que llevaba en su espalda la responsabilidad de cuidar y proteger el Imperio más grande de lo que más tarde sería América.
Maturín miró hacía el cielo y sonrió.

- Así como yo viajo por todo el universo, moviendome sin descansar y explorando los confines del cosmos con ustedes a mis espaldas, Viracocha carga con el peso de ser un rey, un amigo, un hermano, un aliado y un hijo también.
» Fallar en su deber, lo llevaría a perder aquello que más ahora y ama en este mundo, su hogar. Siempre debe tomar las decisión perfecta, siempre deber ser el líder perfecto, él amigo perfecto, el hijo perfecto y el Dios perfecto que inspire confianza y respeto.

- Maturín...- Susurró ella, escondiendo sus ojos en su cabello negro y largo, sintiendo sus mejillas arder y su corazón latir mientras derramaba lágrimas pequeñas.- ¿Está mal que quería cargar con eso? ¿Llevar la carga de Wiracocha?

La Tortuga sonrió con ternura, acercándose más y más a Mamacocha y pegando su cabeza de reptil con la frente de Mamacocha.
En ese momento, por un instante, Mamacocha sintió una enorme calma y felicidad, un sentimiento de emoción que inundó todo su cuerpo.

- Te concedo mi sabiduría, haz lo que dejas hacer y haz lo que es correcto; no puedes llevar la carga de Viracocha pero puedes ser el pilar de su mundo, como tú papá, te doy mi bendición.- Y estas palabras fueron suficientes para que Mamacocha se pusiera de pie de un salto, sonriendo con emoción y abrazando a la Tortuga.

- ¡Gracias gracias gracias! ¡Iré en este momento con él y hablaré con él! - Exclamó ella mientras daba pequeños brincos.- ¿Me veo bien, me veo bonita? - Preguntó a lo que Maturín respondió con una sonrisa.

- Vé, él te estará esperando.- Y con esto, ella asintió y corrió hacia el oceano, entrando en él y desapareciendo.

Maturín simplemente se sentó en la arena y ocultó su cabeza en su caparazón; niños, crecen tan rápido.

[...]

Viracocha suspiró, tirado en su cama aún vestido con sus ropas ceremoniales y aún sin quitarse la corona y con la cabeza a millón.
Antes de darle una respuesta a Gong Gong, tuvo una reunión con Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y con Kukulcan (Diosa gobernante de los Maya) pues ellos habían aceptado la alianza con China de una manera algo sospechosa a decir verdad.

La conversación había sido infructuosa por no decirlo menos, pues eran tres en contra de uno y todos con un punto de vista similar y muy parecido. Le dolía la cabeza, pensar en que él no tenía una extraña e inteligente respuesta estaba haciendo tambalear sus emociones.
Se sentó mientras miraba a la ventana, podía ver los barcos Chinos en una especie de celebración, como si algo grande estuviera a punto de suceder.

En ese momento, una nube de neblina entró por su ventana, haciéndolo dar un brinco de sorpresa pero rápidamente se tranquilizó pues sabía perfectamente de quién se trataba. Mamacocha materializó su cuerpo enfrente de él, esbozando una sonrisa por conseguirlo despierto y en su habitación.
Echó una mirada rápida, estaban solos.

- Mamacocha, sabes que debes tocar mi puerta antes de ingresar.- Regañó él, sin mucha dominancia ni rigidez como tal.

- Tengo algo muy importante y vital que decirte, no había tiempo de andar tocando la puerta.- Y esta respuesta hizo que el joven abriera sus ojos de par en par, no era propia de Mamacocha.

- Está bien, entonces dime; estamos solos en mi habitación, nadie se va a enterar de lo que sea que tengas para mí.-

Y en ese momento, el cerebro de Mamacocha hizo click. Al oír las palabras "Solos" y "en mi habitación", el color rojo invadió su cara poco a poco y comenzó a temblar.

« -...¡Kyaaahhh! - Y este grito interno fue tan fuerte, que juró que todo el universo pudo oírla.- ¡E-E-Es verdad, acabo de irrumpir en la habitación de Wi-Wi-Wiracocha! ¡Creerá que soy una mujer cualquiera o una irrespetuosa que irrumpe en habitaciones!

» ¡Su habitación su habitación! ¡Aaaaa! -

En ese momento, los chasquidos de Viracocha la trajeron de vuelta a la realidad, pues se había quedado un largo rato paralizada, temblando como gelatina, con la cara roja y los labios apretados.
Viracocha soltó una risa que casi hace desmayar a la Diosa pero pudo sobreponerse a tiempo antes de caer.

- ¿Ehh? ¿Q-Que, dónde estoy? - Balbuceó ella.

- Estás en mi habitación e ibas a decirme algo sumamente importante.- Respondió el rey, sonriendo.

Mamacocha no podía con tanto, bajó la cabeza y suspiró.- S-Siento mucho haber entrado en su h-habitación sin permiso...quería decirle que-- - Pero el ruido de afuera la hizo callar. El ejército Chino era escandaloso, muy salvaje.

Viracocha se puso de pie y caminó hasta uno de sus enormes ventanales, para poder observar todo lo largo y basto de su hermoso Imperio. Cuando el padre creador los trajo a la vida, le otorgó este territorio para crecer y expandirse, para dominar las tierras y domar a los animales salvajes que en ellas habitan; él estaba cumpliendo la voluntad de su padre y su madre, la tarea de proteger.
Pero sentía sobre sus hombros una inmensa carga que no podía soltar por más que así lo quisiera.

Mamacocha recordó las palabras de Maturín. La carga posaba sobre Viracocha, nadie podía entenderla.

Se acercó a él y colocó una de sus manos en su hombro, esto hizo que Viracocha se diera la vuelta y la mirara levemente mientras ella apoyaba su mentón en el mismo lugar.
El calor de ambos hacía la situación mucho más amena.

- Te necesitan, Wiracocha.- Susurró ella, haciendo que el rey se tensara un poco.

- Ya lo sé, ellos dependen de mí y yo no sé cómo actuar en esta situación; no tengo una respuesta, cuando yo más que nadie debería tenerla.
»Pero no la tengo. No quiero vender mi tierra pero tampoco quiero ir a disputas con Quetzalcóatl y Tezcatlipoca; serían un molesto dolor de cabeza.

»Desearia crear un mundo sin reyes o gobernantes, donde todos sean libres y reine la paz; la paz universal...¿Que tontería verdad?

Mamacocha se alejó de golpe, Viracocha se volteó rápidamente para verla con un gesto de confusión y tristeza en su hermoso rostro, Mamacocha sintió su corazón encogerse. Ella le miró fijamente, llevó sus manos a su pecho y abrió ligeramente sus labios para hablar.

- No, no es una tontería. Un sueño jamás será una tontería y menos si el sueño es tuyo; yo también quiero la paz y libertad de mi reino y del universo.
» Si mi rey no es capaz de vivir y morir por su sueño, por más tonto que sea... entonces yo tendré que abandonarlo.

- Mamacocha...

- Escúchame, Wiracocha, eres el mejor Dios que ha existido y no quiero volver a oírte decir que tú sueño es una tontería.- Sentenció ella y no se percató de lo cerca que estaban ambos, tan cerca que podían sentir sus alientos.

Viracocha sonrió y sus mejillas se cubrieron de rojo, Mamacocha también se sonrojó fuertemente y se alejó un poco de él. Había invadido su espacio personal, un terrible error que no podía suceder.
Pero el rey le sujetó la mano y esto hizo que ella volviese a verlo, y ahí pudo apreciar mejor su rostro joven y masculino, él solamente tuvo una pequeña petición.

- Llévame a conocer la libertad, quiero ser libre contigo y que soñemos juntos.-

Ella no podía más, estaba a nada de caerse desmayada, maldijo a Viracocha por hacerla sentirse tan tonta y debil. Pero desechó ese pensamiento rápidamente y volvió su vista a Viracocha.

- ¿Estas seguro? Podría ser contraproducente que el rey desaparezca de su habitación tan repentinamente y a vísperas de una importante decisión.

- Lo estoy, se que encontraré la respuesta a mi cuestionamiento si voy contigo a la libertad.- Respondió él con seguridad y demostró no estar abierto a discutirlo.

Mamacocha suspiró y asintió con la cabeza, tomó las manos de Viracocha y en voz baja comenzó a hacer uso de su magia y poderes divinos.

Yaku Tusuy - ukhu pachaq wiñay qhapaq suyun

[Danza del Agua - Reino eterno de las profundidades]

En ese momento, el agua del aire formó una cúpula alrededor de ellos, cubriendo ambos cuerpos y brillando intensamente en hermosos tonos azules y blancos como el propio oceano.
Viracocha miró con asombro y al mismo tiempo su corazón latió con fuerza al apreciar las hermosas y bellas facciones de Mamacocha mientras llevaba a cabo su hechizo, sus cabellos negros y sus joyas eran tan hermosas como ella sola.

En ese momento, ambos desaparecieron de la habitación, dejando el suelo empapado de agua luego de desaparecer.

Aparecieron en una Isla lejana, la misma Isla que hoy sería llamada: "Islas Galápagos".
Aparecieron en la playa, con el agua llegando aproximadamente a sus rodillas, Viracocha no pudo evitar mirar con asombro y emoción; jamás pensó que Mamacocha tuviese este tipo de habilidades, aunque incluso él se sorprendía por sus propios poderes.

- ¡Mamacocha, estamos en--! - Pero no pudo terminar, una ola lo golpeó y lo tiró de cara al suelo de la playa.

La misma ola había atravesado limpiamente el cuerpo de la Diosa, pero ella soltó un chillido de sorpresa al ver cómo Viracocha caía como saco de papas.
Ella se acercó a él rápidamente, asustada y avergonzada de que esto hubiera sucedido y ayudando a que se pusiera de pie.

El Dios se puso de pie y miró a la Diosa, parpadeando ligeramente.

- ¡Pffft! ¡JAJAJAJAJA! - Mamacocha no pudo evitar soltar una carcajada al ver qué el Dios tenía una barba hecha de arena y que el agua había quedado con un agujero del rostro del Dios.

Viracocha la empujó a ella también, y ella cayó al agua pero rápidamente su cuerpo se deshizo en el agua como si se hubiese esfumado. Viracocha comenzó a buscarla con la vista hasta que decidió cerrar los ojos y hacer uso de una de sus habilidades para localizar el calor de su cuerpo y así encontrarla.
Pero antes de poder hacerlo, Mamacocha estaba parada enfrente de él, encima de una ola que estaba suspendida en el aire como si fuese un muro de concreto y antes de poder hacer algo, la misma ola le dió de lleno a Viracocha y lo enterró nuevamente en la arena.

Mamacocha estaba aullando de la risa mientras se revolvía encima del agua como si esta fuese un suelo de concreto.
Viracocha se levantó y con una expresión de risa y desafío, dió un salto y apoyó su pie en el agua para caminar sobre ella al igual que Mamacocha.
Mientras la Diosa reía y reía, Viracocha tocó su medallón del sol el cuál cambió de forma y se convirtió en una hermosa ocarina dorada.

La acercó a su boca y comenzó a tocar una melodía sumamente rápida, alegre y armoniosa.

Inti Taki - Yuraq enano quyllurkuna rupha

[Canción del Sol - Brillo estelar de la enana blanca]

Y de la ocarina brotaron dos serpientes luminosas, las cuales se trataban de dos enanas blancas que eran moldeadas y manipuladas libremente por el Dios, quien las usó para atrapar a Mamacocha con ambas como si fuese dos brazos.
Estos fueron lentamente congelando el cuerpo de Mamacocha mientras ella luchaba por zafarse.

- ¡Hey, esto es trampa! - Exclamó ella, viéndose atrapada.

- ¿Cómo que trampa? Usaste tus poderes del agua para atacarme y yo uso mis poderes de estrellas para atraparte a ti - Respondió él y luego soltó a Mamacocha quién cayó en el agua fuertemente con un fuerte chapoteo.

La Diosa salió del mar riéndose, mientras volvía a atacar a Viracocha quién se defendía también atacando de manera juguetona a la Diosa.
Comenzaron a perseguirse de un lado a otro, mojandose con agua o usando sus poderes para tener pequeñas riñas.

Viracocha salió del agua y camino lentamente hacia la arena seguido de Mamacocha, ambos riéndose de sus juegos en el agua.
El Dios observo que a la lejanía, los animales que suelen jugar con Mamacocha estaban viéndolos desde hacia un rato, criaturas que muy pocas veces había visto en su vida al dios y el a ellos.

- ¿Ellos son tus amigos? - Pregunto el Dios, viéndolos y caminando lentamente hacia los animales quienes se ocultaron rapidamente.

Mamacocha lo siguió, el corría emocionado como un niño pequeño viendo tantos animales hermosos y exóticos. Cuando llego a los arboles, comenzó a buscarlos con la vista pero estos estaban bien escondidos.

- ¿Que paso, porque se esconden? - Sonaba triste y decepcionado, a Mamacocha le palpitaba muy rápido el corazon.- ¿Hice algo malo?

- No, no es eso; No te conocen asi que están un poco desconfiados, debes ganarte su confianza.- Señalo ella, extendiendo su mano hacia los arboles y consiguiendo que una enorme iguana verde subiera su brazo y hombros.

- ¡Yo también quiero jugar con ellos! ¡Enséñame por favor! - Pidió dando saltitos de alegría.

Mamacocha asintió, aunque no sabia exactamente que hacer para ayudarlo a ganarse la confianza de los animalitos ya que ella simplemente lo hizo cuando vivió un tiempo a solas en la isla, pero estaba teniendo una buena idea.
Tomo aire en sus pulmones y junto sus manos, entrelazando como si estuviese rezando y comenzó a cantar.

De manera lenta y rítmica, sus palabras inundaron el bosque y cientos de animales e insectos llegaron hasta el punto donde estaban. Muchas especies nuevas, coloridas e interesantes llegaron hasta ella, muchos viéndola a lo lejos, ocultos entre los arboles y la maleza.
Viracocha tuvo una idea y saco nuevamente su ocarina, comenzó a tocar, siguiendo el ritmo y el tono de la canción de su acompañante.

La melodía de la ocarina y la voz de Mamacocha hicieron que algunos animales se sintieran mas seguros. El primero en acercarse a Viracocha fue un pequeño mono de pelaje gris y con la cara rosada, este extendió su mano hacia el cuerpo del Dios y acaricio las telas de su vestimenta.
Enseguida se fue acercando mas y mas hasta que salto encima de Viracocha y trepo hasta sus hombros para sentarse en el.

- Parece que le agradas - Murmuro la Diosa al detener su canto.

- Es muy bonito, jamás había estado en contacto con estas criaturas.- Respondió el, llevando su mano hacia el lomo del pequeño mono quien se dejo acariciar.

La diosa soltó un risa cuando vio al mono golpearse el pecho y hacer fuertes ruidos, entendió perfectamente lo que el animal quiso decir y es que estaba dándole la aprobación a los demás de acercarse.
Lagartos, insectos, aves y animales terrestres se fueron acercando mas y mas hasta que todos hicieron contacto con aquel que seria su Dios.

- Te adoran, sabia que te llevarías bien con ellos fácilmente.- Dijo ella, sonriendo.

- Gracias, esto es muy hermoso.- Respondió mientras jugaba con el alegre mono que se había acercado a el.

Viracocha lo llamo "Huira" y desde ese entonces, se hicieron los mejores amigos.

En un momento determinado, él estaba persiguiendo a Mamacocha por la playa mientras ella estaba riendo como una niña pequeña y risueña que está jugando con un amigo. Finalmente Viracocha la atrapó por la cadera y la alzó por los aires fácilmente, haciendo que ella soltara un gemido bajo de sorpresa.
Pero él la mantuvo en lo alto hasta que Mamacocha cambio la forma de su cuerpo a líquida para escurrirse de sus dedos y escapar.

El Dios vió como ella se materializó enfrente y se detuvo, pues ella estaba parada de puntillas enfrente de él con una expresión de victoria y desafío.

- Es inútil, no puedes capturarme; siempre estoy huyendo de tu control.~ - Canturreó ella como un gato meloso.

- ¡No tan rápido, ven aquí! - El Dios usó sus manos para controlar la arena de sus pies y usarla para atraer a Mamacocha hacía él como si fuese una caminadora eléctrica.

Finalmente la tuvo nuevamente entre sus manos, abrazando sus caderas y pegando ambos cuerpos jóvenes uno con el otro mucho más de lo apropiado.
Ella sonrió y de manera atrevida le abrazó el cuello con los brazos ahora ambos viéndose fijamente como si estuviera danzando un vals.
El Dios daba pequeños giros y con cada paso, sus pies dejaban salir un poco de fuego.

El baile se tornaba caliente, literalmente, pues ahora Mamacocha (quién se apartó de él) se movía en una danza libre haciendo bailar con ella el agua del aire y el océano. Viracocha la seguía, moviendo sus pies y haciendo que el fuego fuese más intenso y subiera por su cuerpo como si fuese una antorcha personificada.
Mamacocha daba giros y movimientos de cadera, mientras varias serpientes y figuras de agua se movian con ella.

El suelo se congelaba y el aire incluso hacia caer algo de nieve.
Por su parte, Viracocha estaba en llamada y la arena y la tierra se movian con él en el baile.

- ¡Nada mal, Diosa del agua! - Exclamó él acercándose a ella.

- Y tú no eres tan malo, mi rey.~ - Y ante estás palabras, ella dió un giro bastante fuerte.

Dando vueltas y vueltas como una rueda, Mamacocha hizo que un enorme pilar del océano la rodeara y este adoptara diferentes formas y figuras a su alrededor.
Viracocha le miró muy sorprendido y extasiado.
En ese momento, Mamacocha giró hacia él y dejó caer su cuerpo en los brazos del Dios.

Ambos dejaron de danzar por unos segundos, respirando con agitación y sonriendo.
La mirada azul penetrante de Mamacocha y la mirada brillante y candente de Viracocha eran tal para cuál.

- Aún sabiendo que puedo cambiar la forma de mi cuerpo, pusiste tus brazos para atraparme; ¿Tanto deseas hacerme tú prisionera?~ - Musitó, tan cerca de él que sus alientos chocaban.

Viracocha no respondió en el momento, pero luego pudo hacerlo: - No, quiero atraparte pero para que hacerte ver qué aún estando en mis brazos, eres un alma libre y cuando caigas, siempre estaré para atraparte.-

Y no pudo simplemente soportarlo, no podía más, no debía aguantar más.

Mamacocha lo besó y Viracocha le devolvió el beso.

Estaba en un sueño, no quería despertar nunca, no quería abandonar los brazos de Viracocha en ningún momento, no quería irse de Galápagos; quería quedarse ahí con él para siempre y ser feliz a su lado.

Pero no, no podía suceder ni ser posible pues Viracocha era una figura muy importante en su reino y...

¿Saben? Mejor olvidemos esto por un segundo, Mamacocha está cumpliendo un sueño y ahora quiere ser feliz únicamente con el hombre que la hace completamente feliz.
La pelea con sus hermanas pasó a un segundo plano, aunque aún debía conversar con ellas más tarde para contarles esto; después de todo, había algo entre MamaQuilla y Viracocha.

Al separarse, ambos se vieron fijamente por un largo rato más.- Wow...eso fué, mágico.- Dijo el Dios.

Mamacocha se sonrojó.- MamaQuilla se enojará mucho cuando sepa que esto sucedió, no quisiera qué--

- ¿MamaQuilla, que tiene lla que ver en esto? -

- ¿Que...? ¿A-Acaso ustedes no...? -

- ¡No, no no para nada! ¡Ella y yo jamás! - Exclamó Viracocha divertido, pero Mamacocha se quería quitar la vida.

Pero por otro lado, estaba inmensamente feliz.

Al cabo de un rato, estaban sentados en la arena viendo hacía la capital del reino. Nags importaba, solamente estaban ellos dos ahí sentados, ella apoyó su cabeza en el hombro del Dios.
Ya estaba muy claro, pero tenía que decírselo ahora mismo.

- Estoy enamorada de tí, desde hace muchísimo tiempo.- Confesó finalmente y se sintió un poco más aliviada.

Viracocha soltó una pequeña risa y esto hizo enojar a la Diosa, pensaba que se estaba burlando de ella.
Enojada, se subió sobre él y lo empujó contra la arena para darle ligeros golpes en el cuerpo.

- ¡Idiota, si una mujer se te confiesa, no deberías reírte! - Rugió ella, alzando su puño para darle otro golpe.

Viracocha se reía más y más, sus golpes le estaban dando cosquillas.- ¡No! No me estoy burlando, es solo que...yo también estoy enamorado de tí.

Y ante esto, Mamacocha juró suicidarse cuando llegará al reino nuevamente, su cara estaba hirviendo. Se sentó en el regazo del Dios quién se acomodó, no le molestaba la cercanía de la Diosa en lo absoluto. Viéndose fijamente, ella preguntó.

- ¿Desde cuándo, porqué nunca me lo dijiste? -

- No lo sé exactamente...¿Desde que Yahve nos trajo aquí? Ahora que lo pienso, era muy joven en ese momento.

» Nunca lo confesé porque no quería asustarte, no sabía si tú sentías lo mismo hacía mí y no quería dañar mi relación contigo y tus hermanas.

Buena respuesta, si se le hubiese confesado sin ella sentir nada, habría sido incómodo y molesto para ambos; no, no quería que él pasara por esa situación.
Mamacocha suspiró y se bajó de las piernas del Dios, ambos ahora viendo al océano y al reino.

- ¿Y ahora qué hacemos? - Preguntó ella con timidez.

- Podemos...estar juntos, hasta que sea el momento ideal.- Respondió él, también estaba sonrojado.

- ¿"Momento ideal"? ¿Para que? - Quiso saber.

Viracocha estaba tan sonrojado que escondió su cara entre sus piernas y desvió ligeramente la cabeza.- P-Para casarnos y formar una familia.

Mamacocha terminó haciendo lo mismo, esas palabras la hicieron sentirse avergonzada.
Ambos ahora estaban ahí, sus manos se encontraron tímidamente en la arena pero aún no podían verse a los ojos.

- S-Su-Supongo que mis hermanas deben enterarse, estarán contentas.-

- Estoy seguro que sí.-

- No quiero que MamaQuilla vaya a tu habitación, no si están los dos solos.- Exigió ella, con tanta seriedad y firmeza que Viracocha sintió algo de miedo.- No es que desconfíe, pero no me siento cómoda con eso.

- Está bien, supongo que es justo.- Respondió.- Muchas gracias, Mamacocha, por enseñarme lo que es la libertad.

Mamacocha simplemente le dedicó una sonrisa. Estaba feliz por él, aunque sea por un segundo, Viracocha dejó de ser un rey y se convirtió en un joven libre y alegre que disfrutaba de cosas sencillas como jugar en la playa, reírse y bailar.
Por un segundo, Viracocha estuvo libre de su carga.

A la lejanía, Maturín sonrió y asintió ligeramente. La enorme Tortuga dió la vuelta y regresó de vuelta al bosque de de la Isla, este momento era de su hija y su amado Viracocha.

- Ya tomé una decisión....

SNVLOR

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Finalmente hemos llegado hasta este punto, un punto sumamente importante que nos ha servido para conocer un poco más en profundidad a Mamacocha y su extenso Lore pasado.
Ha sido muy bonito para mí escribir está relación de Dioses, por poco y desecho esta hermosa historia con potencial para explotar.

¿Que les puedo decir? El romance me encanta, el amor está en el aire.

*Tira a la basura su idea original de un Viracocha tóxico y malvado y la idea secundaria de shipear a Poseidon con Mamacocha*

En fin espero que hayan disfrutado mucho este capítulo y estén realmente preparados para lo que se viene en los capítulos siguientes.
Muchas gracias por haber llegado hasta acá y siempre seguir apoyando esta historia con sus votos y comentarios. No olviden comentar su parte favorita del capítulo y especular libremente lo que sucederá más adelante en la trama.

Y sin más que decir, les dejare una serie de pistas y palabras claves que servirán para que puedan crear sus teorías fumadas UwU

1.- Luz, fuego y metal ... el horror y el terror en el aire

2.- El color carmesí baña el universo, la copa es alzada al cielo.

3.- Los grandes se reúnen, por primera vez en millones de años.



Estare encantado de leerlos UwU
Quiero leer sus teorías más paranoicas posibles.

Muchas gracias una vez más, los quiero muchísimo.💞

Publicado el 26/05/2024

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