Juego con el tirante del overol que traigo puesto. Estoy muerta de nervios, ni idea de como me atreví a proponer esto y como ellos lo aceptaron.

Es un plan de doble filo. O conseguimos lo que deseamos, o ellos terminan juntos.

De verdad que Pycrot me hizo falta cuando Uraraka comenzó a soltar todo lo que al parecer había espiado desde su habitación, sin embargo mi querida calabazita ya no se apareció en todo el día después de esa pequeña laguna mental que tuve.

Veo de nuevo los zapatos que traigo, no puedo creer que Aoyama-kun me haya convencido de usar botines con tacón, y aunque en el camino hasta la entrada de los dormitorios pase a doblarme el pie como cinco veces, a decir verdad, me gustan como se ven en mí.

—¿Maykō? —Tu suave voz me tomo por sorpresa, y lentamente me volteé para verte a través de los ojos de Pycrot.

—Ho-hola Todoroki-san. —Saludé nerviosa acomodando algunos mechones de mi pelo algo esponjado que caían delante de mis hombros.

Debía hacerme un recorte pronto, ya que una de las dificultades de tener una calabaza todo el tiempo en la cabeza, era que es algo bochornoso, así que, mientras menos pelo, menos calor tendría.

—Te ves bien. —Fue lo único que dijiste con tus ojos estudiandome de pies a cabeza, haciéndome temblar ligeramente.

—¡Oh! Ahm... Muchas gracias. —respondí no muy convencida.

Aunque sabía que lo habías dicho por educación, no pude evitar decepcionarme ante tus simples palabras sin ninguna emoción.

—¿Dije algo malo? —Preguntaste y, a decir verdad, me diste un poco de miedo, ¿acaso también podías leer mi mente? Jaja, eso sería muy malo porque...— Evitas la mirada cuando algo te molesta de la persona. ¿Te molestó?

Frunci el ceño y ahora sí, te vi a los ojos. 

—¿Cómo sabes? —El único que me lo ha dicho es Pycrot, y él no se puede mover por su cuenta a menos que vaya conmigo, así que ¿quién le dio aquél dato?

—¡Hola chicos! —Una voz amigable nos hizo voltear hacia el pasillo que llevaba a los elevadores —Waoh, Maykō-san, te ves muy bien, casi nunca te veo con ropa linda, jeje. —Habló Midoriya mientras se acercaba con una sonrisa amable en su rostro y un muy tenue sonrojo en sus mejillas pecosas.

Y por alguna razón, sus palabras me dolieron un poquito. "Ropa linda", jaja. Yo siempre parezco un alma en pena con mis ropas de dos tallas más grandes, colores otoñales o invernales. Nada en mí resaltaba aparte de Pycrot.

—Jaja, gracias Midoriya. —Agradecí intentando ocultar mi incomodidad

—No es nada. —Asintió sonriente.

—¡Hola! —La voz alegre de tú castaña resonó detrás nuestro.

Uraraka se colocó enseguida a tu lado y meció su corta falda que dejaba resaltar sus bellos muslos. Entonces la envidia me llegó.

Con esa mini falda acampanada color maní, esa blusa rosa pastel, acompañado de un lindo chaleco se veía como toda una señorita. Mientras que yo solo era un chiste de chica intentando parecer una adolescente medianamente atractiva a su lado.

—U-uraraka-san, ¡estás guapa hoy! — Midoriya se exaltó y termino gritando mientras apretaba sus puños—. Quiero decir, siempre lo estás, pero hoy lo estás más, no es que no lo seas pero... —Tenía que callarlo o si no terminaría avergonzando el solito.

—Ehm, Midoriya, creo que entendimos la idea. —Coloque mi mano en su fuerte antebrazo cubierto por un suéter amarillo.

—Oh, perdón. —bajo su mirada apenado.

—Jeje, gracias Deku-kun, pero deberías halagar a tu cita. —Río nerviosa rascándose su mejilla sonrojada

—¿Mi cita? —Pregunto confundido, y entonces lo captamos: Uraraka definitivamente, absolutamente, y contundentemente iría con Todoroki Shotō.

Ella quería ir contigo, y tú solo la veías atento, observando cada movimiento que su perfecto y lindo rostro angelical hacía.

Mi corazón se estrujaba cada vez más. ¿En serio tendría que soportar todo el maldito día viéndote con ella?

Quería huir, aún con los pequeños tacones alternativos que traía, aún con la idea de que Pycrot me regañaría yo quería huir.

Y quizá lo hubiera hecho, inventar alguna excusa o algo, de no ser por qué diste el paso adelante y hablaste mientras me veías a los ojos.

—Entonces, ¿vamos?

—¡Sí! ¡Andando! —Uraraka dio un cortito saltó de felicidad y tomó tu brazo, echando a andar.

¿Por qué sentí que esa pregunta era una invitación directa? ¿Podía tener una cita contigo... a distancia?

—Vamos, Midoriya. —Le hable sonriendo al peliverde que veía triste como se alejaba su chica amada.

Ambos caminamos a las afueras de los dormitorios a la parada de autobús, el cuál no tardó en llegar. Subimos y nosotros dos solo pudimos ver cómo te fuiste con Uraraka casi a los asientos finales del bus.

Suspiré algo desanimada, pero sentir la mano de Midoriya dándome un leve apretón y ver sus ojos esmeraldas animandome me dio fuerza para seguir y no bajar corriendo.

Nos sentamos en los lugares de la otra fila, para quedar a su lado. Yo me quedé del lado del pasillo, porque no soportaba ir junto a la ventana cuando había alguien más, me sofocaba y terminaba casi sacando mi cabeza por la ventana para poder respirar, y teniendo en cuenta que traía a Pycrot, pues ésto no se podría, ya que una calabaza no da por la ventanilla de un bus.

—¿Y a dónde iremos? —Preguntó la castaña.

Era hora de llevar a cabo el plan que habíamos hecho con Momo y Pycrot.

—Tenía planeado que fuéramos al cine, ¿qué les parece? —planteo Midoriya sentándose de lado, para verlos mejor.

Por el contrario, yo estaba tensa, sentada con las piernas cerradas y rígidas, con mis manos en mis muslos, apretando la falta de mezclilla en mis pálidas manos con mis guantes negros.

Odiaba quedar en medio de las conversaciones, y más si Py estorbaba un poco para que Midoriya pudiera hablar bien con ellos.

—¡Buena idea! ¿Alguna película en especial?—Solo ellos estaban hablando, tú y yo estábamos intentando no estorbar en su plática.

No pude más con la incomodidad que sentía, así que me levanté bajo la atenta mirada de todos y me senté un lugar atrás.

—Oh, no sé preocupen por mí. Continúen, yo les escucho. —Intenté sonar despreocupada

Entonces Midoriya se corrió al lugar donde yo estaba antes, quedando así Uraraka en medio de ustedes dos, y yo siendo el mal ¿tercio? ¿O sería cuarteto? El punto es que yo sobraba.

—Entonces, ¿cuál? —Volvió a preguntar la de ojos redondos.

—Hay una nueva de zombies. —hablamos al unísono y nos sorprendimos.

Me volteaste a ver y, aunque se que mi Pycrot no te dejaba ver mi sonrisa de disculpa por interrumpirte, aún así lo hice. Y tú lo entendiste, porque viste mis ojos enchinarse y la imitaste, pero más discreto.

—¿Cuál dices? —Preguntaste girando en tu asiento para verme mejor.

—Es coreana, pero les prometo que está buena, vi el tráiler y me encantó, ¿qué les parece?

—¿Tren a Busan? —Cuestionaste y yo asentí.

—¡Sí! Amo las películas con esa temática. ¿Qué opinan? ¿Vemos esa?

Tus ojos bicolor se enfocaron en tu cita, la cual debía ser yo, pero no... Era ella la que te haría compañía el resto del día.

—¿No es... No es muy terrorífica? —Midoriya indagó nervioso.

—Me parece bien. —Uraraka te sonrió emocionada.

Y teniendo su aprobación, solo faltaba el peliverde que se mostraba nervioso ante la idea de zombies.

—Va-vale. —acepto bajando la mirada, viendo sus dedos con cicatrices.

Pude sentir los ojos de la castaña mirándome. La ví, y con la cabeza me señaló a Midoriya, ¿que quería decir?

—Vamos, haz algo. —movió sus labios, y yo la entendí perfectamente.

¿Hacer algo? ¿Qué más iba a hacer?

❝Tu eres el ángel. Has algo tú.❞

Quería decirle, pero no pude, porque tus ojos me observaron, como esperando que actuará.

Suspiré y coloque mi mano sobre las del peliverde, quién me vio sorprendido.

—No estará tan... ¿Sangrienta? —Dije en un torpe intentó por calmarlo—. No creo que den tanto miedo. Todo estará bien.
—Le consolé algo forzada.

—Jaja. —una tenue, muy suave y tranquila risa llamo mi atención. Te habías reído de mi acto y me veías sonriendo levemente de lado.

Uraraka te volteó a ver enseguida, pero al estar casi detrás de ustedes, no pude ver qué cara fue la que puso la castaña, solo se que al parecer no le gusto, porque apenas viste su rostro, la sonrisa de tus labios se borró inmediatamente.

❝¿Los angeles se puede poner celosos? ¿Estaría mal celar a un angel?❞