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❝ v e i n t i u n ø ❞

  Mi corazón rehusaba a aceptar lo que mi cerebro le estaba casi gritando. Había resultado ser una tonta todo este tiempo. Ridícula, patética y fracasada, todas esas descripciones a mí persona ahogaron mi cabeza.

Todoroki no podía ser mío porque ya era de alguien más.

Todoroki nunca sería mío porque él ya había elegido a quién pertenecer.

Todoroki tenía lo que quería. A su ángel. Y Uraraka tenía lo que merecía y quizá hasta más, a mí angel.

El de cabellos bicolor se separó de la castaña. Retiro sus manos de su cintura y las llevo a las de ella que rodeaban su cuello para alejarlas de él. Todo eso en una expresión serena.

—Te queda bien. —Me dedico una ligera sonrisa genuina mientras se acercaba hasta mí—. ¿Quieres que traiga a la calabaza?

Solo asentí sin poder verlo directamente a los ojos. Esos ojos que me hacían sentir fuegos artificiales dentro de mi cuerpo cada que me encontraban.

Él se marchó después de dar ese sencillo comentario acerca de mi apariencia. Mis ilusiones fueron aplastadas cómo una vil cucaracha crujiente y escurridiza.

Era muy diferente al chico sonrojado, nervioso y dulce que me había ofrecido el vestido minutos atrás. Como si fuera otro.

Todas la reacciones que mi mente maquinó mientras caminaba hasta aquí, ese escenario en el que me lo imaginaba sorprendido por verme arreglada de tal manera, incluso quizá sonrojado; todo eso se esfumó.

Que ridícula al pensar que podría significar algo para él.

—Te queda lindo el vestido, Kitāi-san. —Uraraka me halago con una sonrisa muy diferente a la que le había visto hasta ahora. Había algo raro en ella. Se veía forzada, muy forzada y falsa.

❝ ¿Puede un ángel ser falso? Jaja, no lo creo. Quizá solo es mi errónea idea como simple mortal.❞

—Gracias. —Conteste sin mucho entusiasmo—. Todoroki lo eligió para mí. —Agregue sin dobles intenciones, solo con el simple fin de que no quedará un silencio incómodo en lo que el susodicho regresaba.

—¿Ah, sí? —Respondió incómoda—. Jaja, ya lo creo. Él adora escoger mi ropa, dice que es como si estuviera vistiendo una muñeca. No conocía ese lado atento de él. —Y seguido de su tono presumido, soltó una risa tan engreída que por un momento creí que un demonio se había apoderado del cuerpo de un ángel.

❝ ¿Será qué el ángel siempre fue un demonio? ¿Acaso existe la posibilidad de que un ángel se deforme a un mortal? ¿O el mortal fingió ser un ángel?❞

Quizá todo eran simples ideas mías.

Debería dejar de comparar a las personas con seres espirituales. Síp, eso debería hacer.

—Wow... Creo que si fuera humano podría decir sin vergüenza que me enamoré.

Esa voz me saco de mi pequeña depresión para hacerme sonrojar hasta las orejas.

—Pero como ya me gustas así como eres, entonces he quedado doblemente enamorado, jaja.

Estaba bromeando, ¿verdad? Pycrot siempre supo cómo aliviar un ambiente tenso, pero está vez solo logro cargarlo más.

Me quedé sin palabras al ver a mi amigo en las manos de mi ángel, digo, de Todoroki, con esa característica sonrisa ladina que lo hacía ver como un ser perverso, pero que en realidad era mi apoyo moral, emocional y mi mejor amigo, aunque recién me haya enterado que me manipulaba de vez en cuando.

—Vale, te regreso al maniquí, verdura parlanchina. —Con semblante serio y frío, Todoroki se dio la vuelta para regresarla a dónde estaba.

—¡Oye, yo tuve que decir lo que tú cobardía no te dejó! —Las protestas y revelaciones poco cuidadosas de Py lo hicieron detenerse en seco.

—¿Ah? —Uraraka se giro a ver al naranja con el ceño fruncido.

—Desde dónde estaba pude ver qué tragaste saliva a penas verla, y no me dirás qué miento, traumadito.

—¡Pycrot! —Lo reprendí por el apodo que le había dicho varias veces que no mencionara y por el montón de cosas sin sentido que escupía.

—¡Deja de regañarme! ¡Todos pudieron ver qué le gustó lo que vio como para que solo dijera un soso: te vez bien!

—¡Todoroki es novio de Uraraka! —Exclame exasperada y en un vano intento de calmar las aguas. Aguas agitadas por el rostro cada vez más molesto y rojo de la morocha que tenía clavados los ojos en él, así como también Shoto que estaba congelado con los ojos sin parpadear y apretando un poco a mi amigo.

Mis propias palabras pegaron como puñalada a mí corazón.

Quería huir de ahí al darme por enterada de que mi ángel nunca podría ser mío.

Tomé mi bolso de la sillas que estaban para los acompañantes y me acerque a Todoroki para tomar a Py.

—Disculpa las inconveniencias, y gracias por hoy. —Agache mi cabeza a modo de disculpa y me dirigí a la caja para pagar el vestido.

La cajera se mostraba incómoda por el alboroto que habíamos causado en la tienda, en la cual todos los visitantes se habían dado por enterados del chisme. No podía creer que incluso, al gritar, todo este tiempo no traía ni un mísero cubre bocas, y todo eso lo había visto él.

Salí casi corriendo del lugar con Py en mis brazos.

Él no dijo nada, y en silencio tomamos el bus a la escuela.

Entre a mi habitación, lo deje en mi escritorio y enseguida me arrojé a mi cama. Llore toda la tarde.

Hice el ridículo intentando conquistar a quien ya pertenecía a alguien más.

Pycrot no dijo nada, pero podía sentir observándome en silencio. Sé que, si pudiera, él me abrazaría con fuerza y me acompañaría durante toda la noche para consolarme. Sin embargo no tengo la fuerzas para ponerme de pie y traerlo a mi lado.

Toc, Toc.

Alguien llama a mi puerta y yo respondo débilmente: —¿quién?

—Midoriya. —Responde sin muchas ganas.

Me levanto arrastrando mis pies y abro una rendija, exactamente para ver con un ojo.

—¿Qué quieres? —No tengo ganas de ver a nadie.

—Hablar.

—¿De qué?

—Jaja... —rie con decepción—. De lo que los dos ya sabemos.

—¿Si ya lo sabemos entonces para que lo recalcamos?

—Porque necesitamos desahogarnos. —Alzo su mirada y entonces es que puedo ver qué él también tiene sus ojos rojos y su nariz congestionada.

Termino de abrir la puerta, cediendo el paso.

—¿Midoriya-kun? —Su voz en el pasillo me paraliza, y cuando escucho que se acerca apresurado a mi puerta, cierro de golpe, viendo por la sombra que hace la luz del pasillo sus pies enfrente de mi habitación, como esperando a que le abriera.

Escucho que deja algo en el suelo y luego se marcha.

—Al menos él todavía muestra interés en ti. —comenta desanimado el peliverde, esperando a que le dé asiento.

—Jaja, que va. Es solo un buen compañero nada más. —Abro la puerta y veo una charola con un plato de carne asada, casi quemada, y un jugo de uva—. Un muy buen compañero.

—No lo entiendo. —Con total confianza, un frustrado Midoriya se sienta en mi cama con las sábanas desarregladas.

—¿El qué?

—Yo-yo... Yo de verdad creí que le podía interesar a Uraraka. Me sonreía mucho, se sonrojaba cuando estaba a solas conmigo y siempre estábamos nerviosos. ¡Sentía la química! —Exclamo.

—Quimica, jaja. Solo era nuestra idea Midoriya. Nuestro iluso cerebro que sobre gregaba dopamina cuando estaban a nuestro lado, y que nos hizo creer que ellos se sentían igual. Eso fue todo.

Me senté a su lado con la comida en mis piernas. Tomé un trago del jugo y guardamos silencio por un buen rato. Me gire en mi mismo sitio para comenzar a comer. Mi compañero no dijo nada, solo veía sus manos con intensidad.

—¿Y? ¿Cómo te enteraste? —Pregunte curiosa.

—Todoroki-kun nos mandó a casa y se marchó corriendo. Entonces la tomé de la mano creyendo que seguía nerviosa por la situación, pero solo estaba así porque sabía que él iba a por ti. Se arrebato y dijo que la dejara en paz.

Trague en seco mientras oía su historia.

—¿Uraraka te lo dijo así o tú le estás agregando dramatismo? —Cuestione incredula.

—No. Tal como te lo digo.

—Pe-pero ella es... ¡Ella no diría algo así! Es más del tipo que contestaría algo como: " estoy bien, quiero estar sola", ¡o yo que sé! ¡Cómo sea que se expresen los angeles!

—¿Angeles?

—Digo, como comúnmente se exprese ella

—Tambien a mí me sorprendió bastante, nunca la había visto actuar tan ansiosa como hoy porque Todoroki este con alguien más. Fue tan confuso. —Se dejó caer en la cama y se tallo el rostro—. Creía conocer sus sentimientos, pero me doy cuenta de que es casi como una desconocida para mí.

Deje mi charola sobre el buró a lado de la cama y también me recosté a su lado, con nuestras miradas al techo.

—Vamos, todo un año de amistad no puede resumirse en "desconocidos". Un amor como el que sientes no puede ser tan superficial.

—¿Cómo sabes? —Volteo a verme mientras yo seguía viendo mi techo.

—No lo sé. Es solo que te he visto desde lejos como para saber que eres muy noble y sincero en todo lo que haces. Ya verás que, tarde o temprano, alguna chica te amara tanto como tú lo haces ahora. —Vire mi rostro para ofrecerle una sonrisa cálida a sus ojos llorosos.

—Kitāi-chan. —su voz tembló y cubrió su cara.

Estaba llorando de nuevo. ¿De dónde saca tantas lágrimas?

—Gracias. Eres una gran amiga.

—Mas que nada, buenos cómplices, jaja. —Lo codee juguetona para que no se centrará tanto en cosas negativas.

—Perdon por haberte juzgado mal todo este tiempo. No te merecemos. —Sollozo.

—La verdad es que no eres el primero, ni serás el último. Y no es que sea la gran cosa, solo soy un humano más al que le queda humanidad por dar. —Comente divertida.

—Ya lo sé. Pero eso no quita que hayamos ignorado todo lo bueno que Todoroki-kun nos decía de ti. —Busco en su bolsillo papel higiénico para sonarse los mocos mientras se sentaba.

Al parecer venía preparado para llorar.

Eh, espera un momento, ¿que acaba de decir?

—¿Cómo? —Me senté de golpe como muerto regresando a la vida para verlo mejor.

—No es secreto para nadie que él te ve como su primera amiga. Después de todo, a kilómetros se notaba que, de alguna extraña manera congeniaron desde el inicio de clases, mientras que para Uraraka y para mí nos costó hasta después del festival deportivo.

—¿Y que decía de mi?

—Que eras como un ángel.

Sentí mi boca secarse.

¡Mil disculpas por la demora! Pero, ¡hey! Mejor tarde que nunca ¿no? Jaja... Ok, no, eso dicen los irresponsables, y no es sorpresa que su escritora aquí presente lo sea ^^"

¿Que les pareció el episodio? Estaré leyendo sus comentarios ^^ siempre logran sacarme una sonrisa o hasta carcajadas, jaja.

En fin, linda semana!

Liianshi, ¡cambio y fuera!

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