d i e c i s i e t e
El trayecto fue corto. La compra de boletos también, pero a la hora en la que comenzamos a caminar en la suave oscuridad buscando los asientos para ver la película se me hizo eterno.
Nada salía como lo habíamos planeado. Tú terminaste sentado a lado de Uraraka, luego seguía Midoriya, quién por cierto tuvo suerte de al menos sentarse cerca de su chica, y hasta lo último estuve yo.
Ni con toda la sangre que en la pantalla se derramaba pude concentrarme en la película.
Cada tanto veía de reojo la situación, y fue justo en el momento menos indicado que yo volteé a ver.
Uraraka estaba viviendo su triángulo amoroso en todo su esplendor. ¡Un cliché puro en vivo!
Ambos le estaban tomando de la mano, uno en cada reposabrazos, pero de los dos, tú eras el que tenía sus dedos entrelazados.
El rostro de tu ángel están colorado mientras sentía como apretaban más su agarré.
Eso fue todo. El corazón me dolió horriblemente.
Yo era el extra en esa escena, alguien invisible que solo había tenido la suerte de haber captado tu atención por unos breves segundos.
Me levanté con intenciones de irme, ustedes estarían bien sin mí.
Salí por el otro lado de la fila de asientos, pasando completamente desapercibida por el triángulo amoroso.
—Jaja, ¿qué esperaba? ¿Vivir lo que ella está experimentando? —Hablaba conmigo misma mientras me volvía a colocar a Pycrot, ya que al entrar a la sala me pidieron que lo quitará para no estorbar la visibilidad.
—No debiste salirte. —Habló mi amigo justo antes de que me lo colocará.
—¿Querías que siguiera sufriendo? —Lo puse delante mío mientras caminaba por el pasillo solitario para salir a la dulcería y boletería del cine.
—Quería que fueras feliz.
—¿Viendo como Todoroki-san está perdidamente enamorado de su ángel? —Pregunté con ironía, tan concentrada en la charla que no me fijé que alguien venía en sentido contrario—. ¡Ay! —Me queje al caer de trasero, perdiendo a Pycrot por los aires —. ¡PY! —Grite saltando en seguida para tomarlo y que no se estrellara en el suelo.
Pero parece que era la misma idea del desconocido que también había caído el ayudarme a cachar a mi amigo naranja, porque extendió sus manos y lo atrapó justo en el momento en qué volvimos a chocar.
Y ahora estaba sobre un joven extraño que tenía sus manos alzadas sosteniendo a la calabaza mientras yo descansaba en su pecho.
Un raro aroma a humo y licor llenaba su cuerpo, el cual estaba bien dotado y cuidado de músculos, cómo también de quemaduras graves y costuras.
—Como lo siento, de haber sabido que lo tomarías no me hubiera lanzado. Mil disculpas. —comencé a hablar avergonzada mientras me sentaba, quedando entre sus largas piernas abiertas.
—Ya déjalo así. —Habló con voz ronca y cansada mientras se sentaba lentamente—. Esta peculiar calabaza es tuya, ¿no? ¿O la estabas robando?
—¿Eh? No, es mía. Muchas gracias por atraparla.
—¡No soy solo una calabaza, pelado quemado! —Pycrot le gritó furioso—. ¡¿Cómo te atreves a tocarme con tus sucias manos?!
—Jaja, vaya vaya. ¿Quizá debí estrellara contra la pared? —Vió a mi amigo en sus manos con una sonrisa sádica—. ¿Qué es esta cosa?— lo tomó del tallo pero Py no se dejó y le dio un latigazo con una de sus hebras—. ¡Ey! —Se quejo soltandolo en mis piernas.
Será mejor que me vaya. No parece ser alguien normal del todo.
—Bu-bueno, gracias por atraparlo, y dis-disculpa una vez más por la caída. Yo me retiro. —Comenzé a retroceder para salir de entre sus piernas pero sin perderlo de vista, ya que él mantenía sus agudos ojos sobre mi con esa sonrisa maliciosa.
Me sentía pequeña ante él, como ave frente a un gato feroz.
—Oye, interesante quirk. —Él también comenzó a avanzar aún en el suelo, pero hacia mí, como un gato queriendo acorralar a su presa, intimidandola primero antes de dar el primer zarpazo—. Lindos colmillos. — sonrió aún más maniaco atreviéndose a estirar su mano y tocar la comisura de mis labios cerca de mi oreja—. ¿Qué tanto pueden desgarrar?
—Se-señor por favor retroceda o gri-gritaré.—me arrastraba hacia atrás con las piernas temblando y Py desde un costado viéndonos preocupado, ya que en algún momento de distracción, el de costuras le había dado un manotazo que lo hizo rodar a unos metros de mí.
—¡Ayuda hay un loco aquí! —Pycrot sé ánimo a gritar, lo que me sorprendió, ya que su orgullo le prohibia pedir auxilio en cualquier situación.
Aquello me hizo reaccionar, ¿que hacía yo muerta de miedo en el suelo actuando como una tonta? ¿Así pensaba llegar a ser un héroe?
—¡No me toques! —Grite firme dando un manotazo a su mano, seguido de una patada en su estómago, lo que lo hizo retroceder lo suficiente para levantarme e intentar llegar a Py.
O esa era mi intención, pero tomó mi muñeca antes de que pudiera comenzar a correr y me estrelló con fuerza contra la pared.
—¡Ayuda! ¡Auxilio! —Grite pero me calle en seguida cuando vi abundante humo venir de la zona del cine a dónde me dirigía.
Las alarmas de fuego se encendieron y comenzaron a sonar estruendosamente por doquier mientras los gritos en el área del recibidor comenzaron a hacerse oír.
—¿Qué está...? —Ni siquiera termine de formular la pregunta antes de sentir como el loco ponía una de sus manos en mi mandíbula, ejerciendo presión para obligarme a abrirla.
—¡Sí! ¡Mira esos colmillos y esa lengua larga contenida! —Exclamó emocionado—. ¡No la guardes! ¡¿Que tanto puedes hacer con ella, preciosa?! —Preguntaba con fuerza, como si estuviera emocionado por la situación.
¿Con qué quería ver mi lengua?
—¡Pues tenla! —le grite como pude y lo ahorque con ella, alejándolo lo más que su fuerza me permitía.
Con brusquedad y sin cuidado, lo estrellé contra un extintor que colgaba de la pared, aturdiendolo por un momento.
Corrí a buscar a Py justo al momento en qué una multitud salía corriendo de las salas de cine.
—¡Pycrot! —grite preocupada de que lo fueran a matar con tantos pies pisándole.
No lo veía. ¡No veía a Py!
—¡Pycrot! —Mi voz salió aún más desesperada yendo contra la estampida humana, y no fue hasta pasar junto a una sala que comprendí porque todos salían aterrados.
Las salas también estaban llenas de humo y llamas azules.
—¡Pycrot! —Seguí gritando hasta que sentí una mano tomarme con brusquedad.
Me gire lista para darle una patada en la la costillas al sujeto extraño de las costuras, pero no era él.
—¿PY? —pregunté si aliento viéndolo sobre el cuerpo de un joven desconocido.
—¡Solo corre! —me jalo.
—¡Espera! ¡Todoroki! ¡No he visto salir a Todoroki y a los chicos! ¡Tengo que ir a buscarlos!
—¡Ellos estarán bien! ¡Corre! —Comenzó a jalarme con fuerza.
—¡Pero Shoto...!
—Su quirk es hielo, ¿lo olvidas? ¡Puede arreglarselas bastante bien!
Cedí a sus palabras y corrí con el resto de la gente.
—Tú podrías ser muy útil. —Alguien susurro en mi oído mientras seguía la corriente de personas corriendo despavoridas.
Ví de reojo asustada como el extraño nos seguía corriendo mientras quemaba las paredes con llamas azules.
—¡DETENTE! —Frene perdiendo a Py de entre la multitud.
El overol se partió a la mitad... Había roto mi linda prenda de vestir dejando ver mi vientre con mi larga lengua saliendo de la segunda boca.
—¡Estás dañando a la gente! —Alterada, trataba de atraparlo, pero él se movía más ágil y atinaba a lanzar pequeñas llamas a mi segunda lengua.
—¡Pero qué diamante en bruto encontré! ¡Jaja! —Río como loco saltando en las paredes divirtiéndose—. Tomura deberá ascenderme cuando le cuente de ti, primor.
—¡Demente! —Por fin, logré atrapar un brazo suyo, ejerciendo gran presión en él con la intención de quebrarlo.
—Agh...—Se quejo lanzando una llama a mi lengua, pero lo solté y la retire antes de que me diera—. ¿Qué otra sorpresa cargas, linda? —No perdía la calma ni un segundo.
Sí, mi segunda boca tenía un pequeño plus, era tremendamente áspera, como una lija, y si ejercía presión con ella sobre una persona, podría llegar a hacerle pedazos la piel.
—Las necesarias para que te largues. —Volví a intentar atraparlo mientras esquivaba las lenguas de fuego que me lanzaba. Él solo estaba jugando conmigo mientras el oxígeno se me acababa por el humo que comenzaba a nublar todo el cinema.
—¿Sabes que yo también tengo lo necesario para conseguir lo que quiero? —Lanzo una bola de fuego al suelo, incendiándose por completo, viéndome rodeada por las llamas azules que me bloquearon cualquier escape.
Comienzo a toser, el humo me empieza a asfixiar, y lo único que puedo pensar es en dos personas.
Pycrot, y por supuesto, mi bello ángel.
—To-todoroki. —Caigo de rodillas, y las risas locas del costurado se detienen—. Todoroki. —Repito luchando por respirar.
Te llamó como si tú nombre fuera un amuleto de buena suerte.
Una silueta cruza el fuego. Él está de pie delante de mí.
—¿Qué dijiste? —Muy diferente a unos segundos atrás, el villano ahora está serio, con una expresión gélida, viéndome de pie.
—Todor——
—¡Kitāi-san! —Una ráfaga helada detuvo de golpe el fuego.
—Es hora de desvanecerse. —El azabache te vió de reojo, se agachó y me tomo del mentón mientras recuperaba desesperada el aliento—. Nos veremos muy pronto, two languages. —Sonrió con coquetería pero también con un toque de victoria. ¿Que tramaba?
Mil disculpas por no haber actualizado está historia. De verdad, como lo siento, pero si siguen por aquí, no saben cuánto se los agradezco ^^
Espero hayan disfrutado el capítulo, ¿qué les pareció?
Si les gustó, no se olviden votar. Esta vez les prometo que la próxima semana habrá capitulo nuevo.
Sin más, Liian se despide, ¡linda noche! ¡Cambio y fuera!
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