Advertencias: Violencia típica del canon.

Mira arriba y date cuenta que
todo está en el pasado.
Demasiado rápido, estamos
casi destrozados.
-MIYAVI, Flashback

~•~

La azabache miraba al hombre de ojos azules con detenimiento esperando algún movimiento agresivo—. Señor Grimm, le pido que suelte el arma y ponga sus manos en la nuca…

—Érase una vez dos niños abandonados que se comieron al mundo, lo llenaron de sangre y lo moldearon a su gusto —sonrió con soberbia—. Una mocosa como tú no arruinará mis planes, ni ese dios Arahabaki.

—Pero un demonio es distinto. Es la última vez que te lo diré civilizadamente, suelta el arma niño abandonado —sus dedos presionaron el gatillo un segundo después rozando el hombro del mayor—. No seas una molestia.

El de ojos azules ni se inmutó a su acción, inclinó la cabeza levemente—. Yo creo mucho en el optimismo, pero ¿por qué crees que puedes vencerme?, recibí entrenamiento militar y tú solo eres alguien común. Es lo malo de que todos los dotados se sientan especiales —alzó una de sus manos y la puso al frente de su pecho—. Érase una vez…

La menor retrocedió unos metros aún siendo cautelosa—. Tachihara, no tardes mucho —con su arma apuntó a las piernas del mayor dando justo en su dorso del pie, pero el dolor de su propia extremidad la hizo flaquear. Antes de poder formular una palabra, sintió intensas ganas de vomitar y así lo hizo, una mala cubierta de sangre salió de sus labios.

—Todos podemos soñar, pero no todos somos especiales —apuntó a la mujer con su arma y una sonrisa de oreja a oreja—. Conocerás el verdadero vudú, zafiro. No importa tu habilidad, el tipo ucraniano dijo que es del tipo física por contacto, mientras no te toque estoy a salvo.

Desconcertada limpió sus labios—. Una conexión intramuscular conectada a mis nervios por medio de tu habilidad. Solo eres un muñeco vudú mediocre —el dolor de su pie se intensificó conforme pasaba el tiempo, la muchacha abrió el cartucho de su pistola sin apenas tiempo de revisar sus tiros.

—Acabemos con esto, debo volver antes de la cena —dijo divertido. Pese a ser el más maduro entre él y su hermano, era un completo arrogante cuando se trataba de ganar. Disparó en su propio hombro sin sentir malestar.

La azabache ahogó un grito al mismo tiempo que otra bala salía de su boca cubierta de sangre. Perdió la fuerza en su mano, y soltó el arma cayendo unos pasos lejos, antes de poder recogerla otra explosión la hizo temblar y después llegó el dolor en su antebrazo, aún así se estiró para sostener su pistola.

—Yo lo tengo todo, no puedes ganar, mi unión bilateral es perfecta. Así que te haré una propuesta, quédate quieta y dime todo sobre el Arahabaki, o mejor dicho A5158 —su sonrisa se desvaneció cuando la vió llevar la pistola a su propia palma de la mano contraria para después detonarla. El dolor se extendió por la extremidad de Grimm siendo un dolor punzante.

—¿Bilateral? —movió su mano con tranquilidad notando que sus nervios no se vieron afectados y sintió más soberbia al verlo vomitar una bala—. Quitarte de mi camino no es ganar, matarte no me hace una ganadora —”Si no me pongo de pie, tu pie estará en mi cuello” pensó mientras se hincaba—. Y no tengo idea de que me hablas, yo no conozco ningún A5158, supongo que la inteligencia la tiene tu hermanito.

El de ojos azules intercambió una mirada furiosa con ella—. Nada cambia si lo sabes, no eres tan fuerte…

—Yo tengo un umbral más alto del dolor, veamos quien aguanta más, o rompe la conexión de tu habilidad —se puso de pie tambaleante y puso el arma cerca de su boca—. ¿Quieres sentir como es la muerte?.

—No tienes las agallas —murmuró con gracia—. No quieres morir. Te investigué, eres una mujer tonta que finge ser intimidante, pero eres débil. Ríndete.

—Tu hermano morirá, y tú lo harás después —La azabache sacó la lengua para tener completamente el cañón dentro de ella, se aseguró de no haber cerrado el gatillo y tirar de él.

El de ojos azules siseó desactivando su habilidad justo antes de escuchar el disparo, pero nunca llegó. La menor ya corría en su dirección con la mano extendida, pero fácilmente la esquivó—. Eres una desgraciada.

La de ojos verdes se movía libremente sin tener conciencia del dolor propio por la adrenalina. Juntó sus palmas en dirección al hombre. Jacob giró notando una pequeña distorsión en la realidad haciéndolo retroceder solo para ser pateado por Jane directamente en su abdomen.

Con su arma logró aislarla por reflejo, aunque su habilidad detuvo la bala a unos centímetros de su rostro—. Pensé que tenías todo de tu lado.

El mayor apretó los dientes posicionando sus manos como antes de activar su habilidad, pero su radio vibró llamando su atención—. No es el mejor momento para hablar, estoy encargándome de la mocosa, ¿Estás bien? ¡¿Qué ocurre?! ¡Wilhelm!.

De pronto todo fue oscuridad, no había nada, no estaba Wilhelm. Entonces Jacob fue capaz de escuchar sus latidos, de sentir las vibraciones de sus cuerdas vocales desgarradas por el alarido de dolor y se quedó quieto. Su mayor miedo era perder a su hermano, su única familia, pero tomó todo ese miedo y lo atravesó.

Jane estaba de frente a él con las palmas enrojecidas, y vió a un hombre tan humano que mostraba la verdadera tristeza sin una pizca de pudor. Sintió lástima y melancolía, pero aún así tocó su pecho con su mano caliente y el vacío se encargó del resto.

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Tachihara corría a la cabina con balas entre las manos que arrojaba con su habilidad a los pocos guardias que quedaban, sus habilidades físicas lo ponían en clara ventaja contra cualquiera de sus oponentes. Una vez entró a la cabina revisó los botones de expulsión, y la ruta marcada por el propio avión.

—Jefa, tenemos un problema —suspiró frustrado—. Está programado para seguir su ruta, puedo darle la vuelta. Pero la expulsión es controlada por algún dispositivo ajeno, probablemente caigan antes de lo previsto.

“¡Evita que caigan!” pudo escuchar a la mujer quejarse. Intrigado cubrió su otro oído para escuchar mejor—. ¿Estás llorando?.

"Tachihara, si logras sostenerlas con tu habilidad, te daré un premio, lo que me pidas. Sé un buen chico y haz lo que te pido”.

—Estás desesperada…Bueno, veamos que se puede hacer —su entrenamiento junto a los perros de caza lo volvió un experto en soluciones rápidas y eficaces para casos de terrorismo. Usó alguno de los comandos que recordaba para corregir la ruta, y él se encargaría del resto.

Los latidos acelerados detrás de él lo hicieron esquivar un golpe con un tubo de metal—. Eso pudo ser fatal —con su poder atravesó la cara del sujeto con el mismo tuvo—. Ahora estoy trabajando.

Redirigió su misión a sostener la estructura de metal del avión, pensando que sería imposible pues pesaba más que cualquier cosa que antes hubiera podido cargar—. Me debes un bono extremadamente bueno.

Jane se paseaba por el avión sosteniendo un arma y con la otra mano apoyándose en la pared metálica, su visión era borrosa pero aún con el dolor estaba dispuesta a recuperar lo que por derecho era de ellos.

Abrió una puerta encontrando a una muchacha delgada de cabellos blancos como la leche temblando sin poder liberarse de las esposas que la retenían—. Estos tipos estaban locos…¿Cómo te llamas?.

La de ojos rubí tartamudeo bastante antes de poder decir algo—. Fumiko.

La azabache buscó algo con que cubrirla, hallando solo una sábana sucia, pero eso serviría—. Los hombres ya decidieron mucho por tí, si quieres salir será mejor que lo hagas por tu cuenta con la frente en alto…

—¡Mi madre murió! ¡No tengo a nadie! —sollozó aferrándose a su pierna mientras la otra la cubría.

Jane la observó con desaprobación—. Nuestras cicatrices nos hacen saber que nuestro pasado fue real. Te dejaremos ir, si aún quieres algo a qué aferrarte, entonces te daré la bienvenida a la mafia —cuando fue soltada giró a un estante buscando algo en particular—. Los hombres creen que son mejores que yo, pero afortunadamente soy la que va un paso adelante.

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Extra:

El pelirrojo salió de la cabina con los labios manchados de sangre, él mismo los mordió hasta lastimarse de ese modo—. ¡Ahí estás! ¡Me debes una!.

La de ojos verdes ya señalaba las cajas bajaban. Su punto de aterrizaje era un terreno cercano al territorio de la Port Mafia, aprovecharon la confusión del gobierno para quedarse con una parte considerable de los materiales de las arañas—. Estás bien, me alegro.

—¿Cuándo me darás mi bono? —la ayudó a enderezarse con cuidado del contenedor en el que estaba sentada—. Te ves peor que yo…

La azabache dió media vuelta para abrir la caja de metal mostrando un montón de billetes—. Son parte de los fondos que robaron, toma lo que quieras.

Notas de la autora:

Me hice tiempo para revisar este capítulo (probablemente mal redactado) pero aquí está.

El siguiente capítulo será publicado la semana que viene (fin de semana) porque la escuela me tiene loca, tengo un examen el lunes departamental, así que prefiero estudiar que escribir como torturan a Jane.