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El doble negro

Advertencias: Violencia típica canónica.

Tengo este sentimiento, si lo sabes
donde estoy perdiendo todo el control
porque hay magia en mis huesos
-Bones, Imagine Dragons.

~•~

Wilhelm regresó más apurado que antes para sacar a la muchacha que sería custodiada por dos de sus militares—. Si trata de escapar, pueden disparar —buscó algo entre el laboratorio cercano con desesperación, al no encontrar nada se contactó con su hermano mayor—. ¡Jacob! ¡¿Dónde demonios está el expediente Arahabaki?!, ¡Ese tipo está aquí!.

"Lo tengo conmigo, es nuestra carta de salida si esto sale mal, también tengo la mayoría de fondos" respondió desinteresado "¿Necesitas que vaya para allá? Puedo retrasar la salida de los somníferos".

El de ojos grises apretó los labios evitando insultarlo—. ¡Puedo hacerlo solo! —suspiró tratando de calmarse—. Mierda, no creo que las ilusiones lo detengan, quizá solo debería tomar a la mocosa y detonar el búnker con el detective aquí dentro...

"Wilhelm, hemos ganado las peores guerras. A la mierda el deseo de William, sé que puedes ganar, eres un ganador desde que naciste" expresó su hermano mayor "Solo necesitas esperar a que la habilidad inutilice a las demás antes de que soltemos los somníferos de la mocosa albina y la ciudad dormirá por horas, lo suficiente para que yo vaya por tí para irnos y dejar a los ingleses entrar libremente a Yokohama".

El menor de los Grimm asintió—. De acuerdo, lo haré. Si morimos, te mataré — y así colgó decidido a ganarle tiempo al plan de William. Señaló el pasillo del costado para que los sujetos que llevaban a Izumi tomaran el elevador—. Apurense, liberaré a los Urpir en cinco minutos.

El más alto arrastraba a la castaña que aún pataleaba—. Deja de moverte, pasaremos un rato agradable fuera de aquí.

Las pupilas de la muchacha eran casi invisibles, totalmente expuesta al peligro. Bajaron en la planta de arriba cuando escucharon un montón de gruñidos saliendo de habitaciones contiguas, Izumi solo apretó los dientes cuando una de las puertas metálicas que contenían a las bestias se aboyó levemente.

No podía moverse, no podía pensar con claridad, solo existía porque no podía dejar de hacerlo, no era más allá de la víctima, el papel que alguna deidad le hizo tomar. Para cuando estaban cerca de la entrada todo el piso tembló haciendo que la joven se cayera lastimando sus rodillas.

—¡Wilhelm! ¡Usó la entrada principal! —advirtió el de cabellos rubios antes de que fuera golpeado por una roca del tamaño de un melón. El otro hombre apuntó con su metralleta y abrió fuego retrocediendo sin importarle la seguridad de la joven, su destino fue el mismo.

Izumi lo vió, de verdad era un dios, uno cruel y frío—. Oe, ¿Ya mataron a la maldita caballa? —le preguntó en un gruñido—. Además, se supone que ella te sacó del país…ya no importa.

La de ojos ámbar no podía respirar adecuadamente, señaló el lugar de donde venía con la mano temblorosa. El joven asintió y aún con las manos en los bolsillos siguió caminando sin mayor inquietud, cuando pudo formular una palabra él ya estaba unos metros lejos—. ¡Oye!...

—Vete de aquí, ya no hay nadie afuera ya me encargué de ellos —fue entonces que regresó la vista a la mujer con las rodillas sangrando—. Sé una cobarde y ponte a salvo.

Tenda dejó de escuchar lo que dijo después de eso, ahora tenía la oportunidad de irse, de estar a salvo pero no podía simplemente dejar a Dazai si estaba ahí—. Debes vivir, debes tener una vida, este ni siquiera es mi problema —gimió en la oscuridad bajando por las escaleras que eran la ruta de evacuación de vuelta al piso de donde la sacaron.

Con más miedo que antes abrió la única puerta revelando parte de un laboratorio espacioso, se acercó a uno de los estantes buscando algo útil, había un arma de bajo calibre con tres municiones, y a su lado un montón de hojas con el título "clasificado". Los tomó dándoles una ojeada hasta que el nombre de su padre la obligó a ser minuciosa en su lectura.

Fue entonces que notó lo mucho que lloraba, el ardor en su garganta, el dolor en sus piernas, la sensación de estrés. Cargó las hojas en su mano izquierda mientras que con la derecha apuntaba sin saber bien el funcionamiento de una pistola. Caminó durante unos metros hasta que vió a su compañero simulando estar dormido mientras que un hombre de baja estatura y bigote singular guardaba cosas al azar en una maleta.

—Ni siquiera quería venir a este maldito país, les dije que debían planearlo mejor antes de hacer algo…—intercambió miradas con la castaña que le apuntaba—. Baja eso…

—Sácalo de ahí —respondió a su petición moviendo el dedo al gatillo haciendo una pequeña presión.

El mayor apagó el botón que accionaba el mecanismo de inyección a los minerales subterráneos—. Listo, voy a sacarlo, solo no me apuntes con esa cosa —notó que Wilhelm dejó una pequeña pistola sobre la mesa cercana y trató de alcanzarla en un movimiento desesperado.

Los ojos de Izumi siguieron sus acciones y antes de que la tomará siguió sus instintos y sus falanges actuaron por cuenta propia disparando. La bala atravesó el hombro de Fischer derribándolo. La menor aún con el pánico corriendo en sus venas disparó a la esquina del tanque quebrándose por la presión del agua.

—¡Dazai! —Tenda corrió a auxiliarlo tomando su rostro entre ambas manos. Recordaba vagamente lo básico que su padre le enseñó acerca del rcp, y lo imitó. Cuando ya estaba cansada de darle masaje cardiaco el suicida escupió el agua que había ingerido en su estado de coma—. ¿Estás bien?.

El mayor se abrazó a ella quitando el arma de sus manos—. No voltees —el sonido de un disparo tenso cada fibra de Izumi que entendió la situación—. ¡Lo tengo todo al aire!.

—Te buscaré algo para que te cubra —no tenía cabeza para sus bromas, aún así sonrió a medias. Se pudo de pie tambaleando alcanzando una bata médica—. Debemos salir de aquí, llegó un tipo extraño y…

El mayor soltó una risita apoyándose en una silla cercana para ponerse erguido—. Vamos a ver a la babosa, quiero ver como se autodestruye.

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Wilhelm estaba de pie junto al doctor que trataba de accionar algo, el de ojos grises apretó la radio con su mano libre—. ¡¿Para qué era esto de todos modos?!.

—Era el chivo expiatorio, creerán que él estuvo coludido con las arañas en caso de que esto salga mal. Tranquilo, haré que funcione en un segundo y así será sencillo que lo atrapes —presionó un botón que encendía el mecanismo. Se extendía por cada mineral del suelo y cualquiera que estuviera de pie en el piso sería afectado por el poder de Dazai, lo dejarían funcionar casi cinco minutos para poder encargarse de Chuuya.

El ruido de algunos metales doblarse hizo temblar al doctor, todos sabían que aunque Nakahara Chuuya no entrará en las diez calamidades de la humanidad, fácilmente haría arder el mundo sin apenas esfuerzo real—. Fischer, quédate aquí, iré antes de que se ponga peor, liberaré a los Urpir así que trata de no morir.

El más alto apuntaba mientras caminaba hasta el elevador, subió sintiendo todos sus músculos tensarse ante el estrés de cuidar la base hasta que todo terminará “Cuando el cielo se caiga, podré ir a casa. Cuando el cielo se rompa, iré con Jacob al campo a escribir un libro hermoso de nuestras vidas, como ganadores, como seres superiores” pensaba. Cuando llegó al siguiente piso abrió las puertas dejando salir a tres de las bestias (antes humanos) que sobrevivieron la experimentación con el suero.

—Solo pido que no me maten a mí —pasó entre ellos dejando caer una gota de sudor—. El intruso es su presa, cortenlo, usen sus habilidades, dovorenlo, no me importa. Sé que sus traumadas mentes no procesan del todo la información, pero hagan un intento.

El techo se rompió y de él saltó un joven de sombrero y gabardina—. Quizá deba empezar contigo.

El mayor retrocedió unos metros dejando que las bestias se abalanzaron sobre Chuuya—. Ya que estás aquí, déjame mostrarte lo que hay en tu mente, Arahabaki.

Ese solo nombre fue suficiente para que Nakahara hundiera los pies en el concreto y uno de los Urpir fuera presionado contra el suelo aplastando su cabeza—. Si, definitivamente acabaré contigo, bastardo.

Wilhelm juntó ambas manos como si rezará y pronunció algo—. Érase una vez —y alteró la sala convirtiéndola en un espacio más amplio donde las otras bestias pudieran correr con rapidez—. Tengo el presentimiento de que no entiendes lo que sucede, Arahabaki.

Nakahara sonrió casi burlándose de su habilidad—. Ilusiones no te salvarán, hundiré tu cabeza en el puto pavimento.

Uno de los Urpir era el usuario que condensaba el nitrógeno, lo cual aprovechó para hacer una carga potente similar a una bomba que explotó junto al de baja estatura. El usuario de fuego también trataba de hacerle daño, lágrimas gruesas caían por los "rostros" de esas cosas.

Por primera vez en mucho tiempo, Chuuya se sentía un tanto acorralado, no solo por eso, también por la habilidad del menor de los Grimm, no sabía cuándo cambiaría, cuáles eran las condiciones para que tuviera efecto, era una habilidad casi desconocida.

El de ojos grises hizo realidad una de sus peores pesadillas, sus compañeros de la mafia yacían muertos en el piso, cubiertos de sangre. Pero Chuuya ni se inmutó, mientras Wilhelm observaba el reloj de compulsivamente, ya era hora de que anularan las habilidades, pero no sucedió.

—Estás muerto, hijo de puta —Nakahara habló calmado, sin perder la clase quitó sus guantes y sombrero—. Oh, otorgantes de la desgracia oscura, no me despierten de nuevo —y una luz roja emanaba de su piel destruyendo gran parte del búnker.

—¿Qué es eso? —murmuró el de ojos grises encendiendo la radio—. Jacob, eres un idiota, y te quiero.

No es el mejor momento para hablar, estoy encargándome de la mocosa” era obvio que jadeaba “¿Estás bien?”.

Las pupilas de Wilhelm se contraían ante tal bestialidad—. Siempre quise ser maestro, de niño fantaseaba con eso, pero claro que te hubiera ayudado a escribir un libro contigo, “Los hermanos Grimm” era nuestra redención.

“¡¿Qué ocurre?! ¡Wilhelm!“ el de ojos azules prestó toda su atención tratando de escuchar algo, hasta que la comunicación se rompió. Murió a las 11:16 pm.

El de marcas rojas reía usando una de las bombas formadas por gravitones lanzando varias incluso cuando todos sus enemigos ni siquiera estaban completos. Dazai era apoyado para caminar por Izumi, llegado el momento en el que lo vió se separó de la menor.

—Quédate aquí, no quiero que te hagan daño —besó su frente y tocando la pared terminó frente al dios Arahabaki, sin dudar dió un puñetazo en la cara del otro desactivando la habilidad—. Causaste conmoción, Chuuya.

El de ojos azules cayó de espaldas escupiendo sangre—. Ya sabía que eras demasiado obstinado para morir, que mala suerte.

Osamu reprimió una carcajada—. ¿Por qué es tan entretenido?.

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Extra:

——11:10 PM——

Jacob supervisaba los últimos detalles de su expedición, al igual que sus subordinados usaba un traje hecho con un material similar al látex cubierto de una armadura en color verde—. ¡Todos reúnanse en el pasillo!.

La mayoría usaba máscaras por lo que apenas podían intercambiar miradas vacías entre ellos. Una vez llegaron al pasillo el soldado más bajo se asomó por la ventanilla sorprendido por la luz roja que emanaba del suelo hasta el cielo.

—¡Tachihara! —su voz era tan femenina que fácilmente sería reconocida como una mujer. Sostuvo el arma que cargaba en su traje disparando a sus “compañeros”, varios de ellos regresaron la agresión—. ¡Esta cosa me sofoca!.

—¡Te dije que cortarás más tu cabello! —Tachihara quitó la máscara en un rápido movimiento—. Quítate esa mierda, te cubriré.

La femenina lo hizo revelando que era Jane. Se escondió junto al joven detrás de un contenedor—. Vé a la cabina, yo limpiaré esta parte —al ver que se acercaba el mayor de los hermanos Grimm y el pelirrojo se quejaba, recargó la mano en el hombro de Tachihara—. Mientras yo sea capaz de cuidarte, lo haré. Los niños deben hacer caso a sus mayores.

—No eres una maldita anciana —suspiró frustrado—. Si te dan, tendré que cargarte hasta la sede, procura que no lo hagan.

Notas de la autora:

Ajale jalea, está medio decente este capítulo (probablemente tiene faltas de ortografía).

Traumar a mis ocs es lo que mejor me sale, pobre Izumi, no es la mejor guerrera de dios. El siguiente capítulo es enfocado en el avión que lleva a Jacob y Jane.

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