De tal palo
Advertencias: Ninguna.
¿Somos muy jóvenes para esto?
Siento que no puedo moverme.
–Softcore, TNBH.
~•~
Pasaron tres días desde que admitió haber recogido las llaves de Izumi sin darse cuenta y de que esta no le tomará mayor importancia considerándolo un descuidó por parte de ambos. Hace horas que el castaño dejó que su compañera saliera junto a Ranpo para ayudarle con un caso (dado que Atsushi estaba ocupado) y él bajó a la cafetería donde ya esperaba su acompañante.
—¿Es seguro platicar aquí? —la de cabellos azabache ya tenía una malteada frente a ella y un tiramisú a la mitad—. Deja que me acabe esto y podemos ir a un lugar más privado.
—No es necesario, las personas de esta cafetería nos cubrieron las espaldas durante la tragedia, confiamos en ellos —desvió la mirada a la mesera que le sonrió señalando a la mujer extraña—. Solo un café por favor, flor de loto.
—La señorita lleva tiempo esperando por tí, deberías invitarle algo más —burlona guardó su libreta y regresó a la barra para preparar su orden.
Dazai negó casi asqueado por la suposición errónea, mientras que la otra seguía disfrutando de su postre—. Una inesperada visita, creí que odiabas los edificios rústicos.
—Odio muchas cosas que aún visito —la de ojos verdes sonrió a medias—. La periodista que murió fue por culpa de la división de poderes, ¿Has hablado con ellos sobre el indulto?.
—No, aún no quieren dármelo. En caso de negarlo, ojalá se apruebe la pena de muerte en Rusia, haré que me lleves a verlo en primera fila — regresó el gesto contemplando como la otra jugueteaba con sus manos.
—Bien, no tengo mucho tiempo, el jefe me vigila porque sospecha que quiero cortarle la garganta —limpió sus labios con una servilleta y de paso sus manos para evitar alguna mancha indeseable—. Toma, es toda la información que pude investigar, algunos párrafos marcados con la letra "a" fueron responsabilidad de Akutagawa.
De una mochila negra sacó una pila de papeles, iban ordenados por capítulos, la fundación de su organización, nombres dentro del grupo criminal y asociados anónimos (que Akutagawa desenmarañó) y donde claramente la lista era liderada por el padre de Izumi.
—¿No conoces la palabra resumen, o es un concepto nuevo? —repasó rápidamente las hojas deteniéndose en las partes que tenía una "a" encerrada en un círculo.
—Te estoy ayudando, no me des quejas —clavó su cubierto alzando la vista ante la mesera que llevaba la taza de Dazai—. Disculpa, ¿Puedes poner dos para llevar?.
—Enseguida —asintió y volvió a su puesto.
—Tu falta de miedo a la diabetes me producen mariposas en el estómago —murmuró con una sonrisa plana en el rostro.
—Hablando de asco, ten. Mi amiga me dió su contacto y dijo que él puede ayudarte a localizar a esa persona —estiró una hoja pequeña con números y un sobrenombre.
—Marquemos ahora —estiró la mano casi desesperado—. Préstame tu celular.
—No quiero, tienes el tuyo —estiró su malteada bebiendo frenéticamente del popote ahuecando las mejillas.
—Los celulares de los mafiosos no tienen registro de llamadas, ni son rastreados en conversaciones nacionales —clamó con obviedad, una vez avergonzó mínimamente a la otra le dió lo que pidió—. Espero que no sea una trampa de tu supuesta amiga.
—Tiene motivos de sobra —alzó los brazos y siguió degustando su postre.
La llamada entró y la voz le era familiar al castaño, en realidad ya sospechaba de la identidad del hombre con apenas oír su jadeo de acento americano.
—¿Eres la belleza de la que habló Fletcher? —no había duda, seguía siendo un criminal aún sin trabajar para Guild.
—Soy Jane Austen —contestó ella en lugar del muchacho.
—Ah, esa Jane Austen —su voz se llenó con extraño veneno—. Linda, no tengo interés en hablar contigo, no vuelvas a llamar…
—Te pagará mucho dinero por algo mínimo, escucha nuestra oferta —el suicida tuvo que intervenir antes de verla perder la paciencia—. Necesitamos que investigues todo lo que puedas del paradero actual de Kuta Tenda.
—¿Quién eres? —su tono levemente cambiaba a uno más exasperado.
—Un detective de Yokohama. Jane te enviará el adelanto en una hora —planeaba terminar la llamada pero la otra parte lo hizo antes—. ¿Tienes su número de cuenta?.
—Todo ese dinero saldrá de tu cuenta en Manila —guardó su dispositivo con rapidez y buscó su cartera para pagar su consumo.
—¿Tenía una? —recargó su barbilla entre sus palmas dando una mirada inocente—. Por cierto, ¿Por qué Mark Twain te odia?.
—No tengo idea, algunas personas simplemente no me soportan. Debo volver al trabajo, espero que tengas una linda tarde revisando papeles y estés más dispuesto a contarme de tus impulsos por tomar un caso así —dejó el pago de ambos y la propina en la mesa, estiró la mano y la mesera llevó su pedido que fue introducido a la mochila con sumo cuidado.
—¿Vas a caminar? —preguntó desganado recibiendo una palmadita en su hombro.
—Algo así, el chófer me espera a unas calles de aquí —salió del local a paso apresurado, en lugar de tomar el ascensor caminó a las escaleras por dónde subían dos detectives. Intercambio miradas incómodas con los ojos esmeralda de Ranpo, e Izumi tratando de ser discreta la siguió hasta perderla de vista.
—¿Será otro cliente? —preguntó la castaña.
—Sinceramente no me importa, debería haber una regla para que Dazai no traiga más conocidos a la agencia.
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—¿Entonces no hicieron nada? ¿Ni tomar un café juntos? —preguntó Dazai con agresividad—. Nunca he conocido a una conquista de Ranpo-san...¿Serás la primera?.
—No era necesario que me acompañaras, de verdad puedo ir sola al supermercado —la castaña caminaba por los pasillos empujando un carrito nerviosa por las palabras del más alto.
Negó mientras corría detrás de ella—. Siempre será un honor acompañarte. Izumi, ¿puedo preguntarte algo?.
Era una nueva faceta que Tenda quería descubrir, pues verlo dudar era un milagro—. Lo que quieras.
—¿Eres una buena persona? —detuvo sus pasos alarmando a la muchacha para hacer lo mismo—. ¿Crees que tu padre lo era?.
—No lo sé, pero fue un buen padre —sus miradas se encontraron, pero la joven volteó a otro lado para evitarlo—. Ranpo-san dijo que él hacía cosas ilegales, e inhumanas, pero incluso si lo hizo, sigue siendo un buen padre para mí.
—¿Cómo puede ser posible eso? —el de vendas retomó sus pasos ahora guiando el carrito para alejarse un poco de la joven castaña—. Escuché una vez que media cebolla podrida sigue estando podrida sin importar la cantidad del hongo.
Izumi asintió siguiéndole el paso—. Pues quizá solo ví la parte estética de mi padre, y por eso no puedo juzgarlo.
—No te pido eso, solo fue curiosidad. Pero aún no me respondes la otra pregunta, ¿Eres una buena persona?.
Pudo ver la sonrisita del mayor, así que dedujo estar jugando una broma con Dazai—. Tampoco lo sé, cuando me enteré te lo diré.
—Una chica astuta, eso me gusta —su sonrisa se ensanchó apreciando como el color rojo se intensificó en las mejillas de su compañera—. ¡Rebajas en vendas! ¡Llevaré diez!.
Dazai Osamu resultaba ser más apuesto cuando la alegría se extendía por cada parte de su cuerpo. Subió los pies a la parte inferior del carrito para deslizarse como lo haría un niño, metió todas las vendas que pudo dispuesto a gastar lo que oficialmente era para sus deudas.
—Corre Izumi-chan, vamos a la caja —desapareció entre los pasillos dejando a la muchacha con la lista incompleta, pero el pecho agitado.
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Extra:
El detective descansaba en su sala leyendo los documentos obtenidos por la Port Mafia. Cada párrafo era peor que el anterior. El padre de Izumi no sólo desarrollaba drogas, también experimentaba en animales cantidades crueles de nuevos sueros.
“Las personas con habilidades son dioses, como fieles devotos debemos colaborar a su grandeza” era lo que dijo para un periodico local hace años.
—Con que un buen padre…de tal palo tal astilla.
Notas del autor:
Sentí que Izumi casi no aparece en este episodio O.O (¡y es la protagonista!), ya en el siguiente tocan escenas bien lindas de ella.
Mark Twain no será tan relevante, pero me gusta la referencia de que criticaba la escritura de Jane Austen en la vida real. Necesito que este hombre haga otra aparición, es bellísimo.
Gracias por leer.
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