Agencia
Advertencias: Ninguna.
~•~
Me haces maldecir la luz del día.
-Harry Styles.
Osamu era extraño, claro que la mayoría culpaba a su pasado, pero incluso desde antes él sobresalía de otros niños por su rareza. Y entonces llegaron dos personas a su vida, que lo llevaron al nirvana. Mori Ōgai, y Jane Austen. Así que sabía controlar a mocosas torpes que lloran hasta tener lo que quieren.
“Solo es otra niña de papi” pensó mientras tocaba la puerta hasta que sintió los pasos acercarse—. ¡Buenos días! ¿No es una mañana hermosa?.
Claro que nunca se despertaba temprano, ni llegaba puntual al trabajo pero él se ofreció por una sola razón: un indulto para conseguir la reducción de una condena por terrorismo mundial.
—¿Qué haré en su agencia?— cuestionó la más baja.
—Te presentamos con todos, y después decidimos lo siguiente— sonrió observando su vestimenta, toda ella aún lucía como una niña adinerada y consentida.
—Pero nadie me ha dicho…
—La paciencia es una virtud— alzó su mano para sostener la suya—. Vamos, señorita Izumi.
—De acuerdo— ignoró su gesto para cerrar la puerta.
—¿Qué te pareció tu vivienda?— bajó las escaleras dando largas zancadas—. Debe ser raro dormir sola…
—La habitación está bien, gracias— sonrió nerviosamente antes de alcanzarlo—. ¿Su agencia está cerca?.
—Si, también la vivienda de otros compañeros— metió sus manos en los bolsillos de su abrigo—. No te sientas nerviosa, no es una entrevista, de todas formas nosotros nos haremos cargo de tí.
—¿Por qué?— sus ojos claros brillaron con curiosidad—. Solo debería esperar a que el abogado de mi padre aparezca y…
—No me lo tomes a mal, pero creo que hay mucho que no sabemos sobre el caso de tus padres…¡Ya sé, hay que resolverlo!.
—No quiero hacer eso, solo espero que la situación se esclarezca.
“No puedo desperdiciar la vida que ellos me dieron” apretó los labios antes de ser detenida por el castaño.
—Yokohama es una ciudad transitada, no te distraigas— apretó su espalda hasta que sintió el pecho del contrario—. Debes mirar a ambos lados.
Una motocicleta pasó a escasos centímetros de ambos. La muchacha asintió con vergüenza.
—Bueno, dame la mano— la estiró pensando que aceptaría.
—Tendré más cuidado— dijo bajito antes de avanzar nuevamente.
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—Aquí están los héroes que salvaron la ciudad y a todo el mundo— abrió la puerta dejando impaciente a la menor.
—Dazai-san, Kunikida-san te matará— dice Atsushi casi motivándolo a saltar del edificio.
—¡Desperdicio de vendas!— grita el rubio—. No hiciste tú papeleo, eso retrasa los informes de otros.
—Es muy temprano para los gritos, ¿Sabías que gritar tanto puede causar disfunción eréctil?— dijo con tanta seguridad que el otro lo anotó—. No es cierto.
—¡Desgraciado!— sus manos terminaron alrededor del cuello de Dazai.
—¡Pero tengo un casi que sostiene mi teoría!— respondió casi morado.
—¡Kunikida-san, no lo mates!— gritó un muchacho de cabellos negros—. Al menos no frente a la clienta.
El de chaleco baja la vista encontrando a una mujer un tanto asustada pegada a la puerta.
—No diré nada, lo juro— trató de abrir pero Dazai la jaló al momento de quedar libre.
—Naomi-chan, dile al presidente que ya estamos aquí— el castaño la guía hasta un sofá dónde la obliga a sentarse—. No te pongas nerviosa.
—Trataron de matarte— volteó en todas direcciones buscando una ruta de escape en caso de ser necesaria.
—Yo trató de matarme, tal vez si Kunikida-kun no fuera tan violento lo dejaría asfixiarme— sonrió antes de enderezarse para ver al hombre mayor acercarse.
—Es un gusto conocerla, y le doy mis condolencias por lo sucedido con su familia— dijo el de vestimentas verdes—. La agencia armada de detectives cuidara de usted hasta que pueda acceder a la herencia que sus padres han dejado.
—Gracias— trató de ignorar la mirada tan estoica del hombre—. ¿Serán una especie de guardaespaldas?.
—No te confundas, señorita, no hacemos ese trabajo— interrumpió el muchacho de ojos verdes que estiraba sus pies en el escritorio—. En todo caso debería ser prioridad de Dazai, él les hizo el favor a la división, así que eres su responsabilidad.
—De acuerdo, si solo me llamaron para eso creo que ya...
—¿Y si trabajas mientras cuidamos de tí?— preguntó Dazai con una sonrisa plana—. El gasto de tu estadía puede ser pagada de esa forma, y sería emocionante tener a una mujer como tu trabajando con nosotros.
—No, yo no soy un detective— frunció el ceño.
—Sigma tampoco lo era— alzó el pulgar en dirección a un muchacho de cabellos bicolores—. ¿No sería un buen trabajo de vacaciones?.
"No son vacaciones, es algo temporal"—. Solo serán poco días, así que si no es peligroso podría ayudarles a cosas mínimas, después de todo son los únicos que me han ayudado.
—¿Vieron eso? Soy el pilar de la agencia— exclamó haciendo que el de cabellos plateados suspirase.
—Soy Yukichi Fukuzawa, presidente de esta agencia. Si necesita algo, hágamelo saber— dió la vuelta para volver a su oficina.
—Bien por Sigma, ya no es el novato— felicitó el de capa café—. Soy el gran detective, Edogawa Ranpo, el placer es tuyo, Izumi-kun.
"Un narcisista" dirijo su vista al rubio que parecía muy concentrado en su trabajo.
—Te recomiendo alejarte de Dazai unos veinte metro como mínimo, y que hagas todo lo contrario a ese idiota.
"¿No están siendo muy duros con él?"—. Ha sido amable conmigo, en realidad...
Una carcajada los interrumpió—. Dazai siendo amable, que curioso. Por cierto, soy Yosano Akiko, si te sientes mal dime para que te revise.
—¿Es doctora?— cuestionó al ver su bata blanca—. Mi padre también lo era, un neurocirujano.
—Excelente, parece que no te cuesta trabajo hacer amigos— la empujó levemente para ponerla de pie—. Ahora, te asignaremos una tarea sencilla.
—¿No necesito capacitación?.
—Eso es para tontos...
—¡A mí me dieron capacitación!— el de cabellos bicolores se quejó.
—Sigma-kun, asustas a la señorita— se excusó el suicida—. Nuestros antecedentes son variados, no te preocupes, no necesitas ser muy inteligente para esto.
"¿Me estás diciendo estúpida? ¿O su agencia es muy negligente?"—. Espero hacer un buen trabajo.
Notas:
Abro cadena de oración para pedir por el bienestar de mi esposo Chuuya, la ansiedad me está matando.
Wey, literal la agencia es bien negligente, Kenji ni sabía el valor monetario y ya resolvía casos. Ni un curso les dan.
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