Rocma miraba con tranquilidad el amanecer.
Ella se encontraba ahí, en la orilla observando las olas del mar. El agua se veía cristalina, el color azul resaltaba demasiado bien, el cual al verlo así daban ganas de darse un clavado a disfrutar de la vista del amanecer. El sol se encontraba a punto de esconderse para dar paso a la noche
El atardecer siempre era hermoso de ver, era algo que Rocma podía disfrutar con tranquilidad.
Esto lo hace a escondidas.
No quiere que nadie se entere.
¿Por qué?
No lo sé, cosas de osos polares supongo.
En cualquier caso, su tranquilidad no le iba a durar demasiado.
—bonitas vistas.
Rocma se sobresaltó ligeramente al escuchar a la persona que tenía a lado, cuando se giró rápidamente para comprobar quién era, resulta ser que era ese esqueleto enano.
—''¿Como diablos llego a colocarse a mi lado sin darme cuenta?'' -Ella pensó con algo de incredulidad, solo que lo oculto con rostro estoico.
—lo siento que haya interrumpido tu tiempo libre, pero no pude evitar ir a saludarte.
Sans comentó mientras se giraba a verla.
En cuanto a la osa, esta sola suspiraba. Tanto que se medio esforzaba para que nadie la viera de este modo y llega este tipo de la nada, colocándose a su lado con tanta confianza como si fueran amigos cercanos... Al menos no era tan desagradable como aquella peste marina. Ella lo miró de reojo, estaba alerta con cualquier mínimo movimiento que haga el esqueleto, preguntaras ¿Porque?
Es cierto que él cuidó a Mafuyu, pero incluso con eso, sus instintos le decían que tenía que estar precavida con Sans. No sabía la razón, sólo podía sentir un aura misteriosa alrededor de Sans.
—¿sabes? tus vigilancias me recuerdan a lo que yo hago.
Rocma arqueo una ceja ante ese comentario.
—¿De qué hablas?
—ya sabes, estar en varios puntos, vigilar que no haya nada sospechoso. todo eso lo hacía.
Ella parpadeó sin saber qué responder, ¿Por qué de repente le esta diciendo eso?
—en donde yo vivo, el poder ver el sol a todo su esplendor... era imposible. al igual que observar las estrellas en la noche. -Sans empezó hablar al ver que la osa no respondía.
—¿Eh?
—hehehe era lo malo de estar encerrados.
Rocma lo miró confundida, no entendía muy bien de lo que estaba hablando.
—''¿Encerrados?'' -Ella pensó con varias dudas.
Prefirió guardar silencio y dejar hablar a Sans.
—¿de casualidad no has oído sobre una guerra entre humanos y monstruos?
—¿Humanos? ¿Monstruos? ¿Guerra? -Ella dijo cada pregunta frunciendo el ceño.
Sans al escuchar el tono de voz de la protectora de la isla, cerró los ojos dejando escapar un largo y perezoso suspiro. Ya sabía que la osa no iba a saber nada sobre la guerra, en el tiempo que lleva viviendo en este iceberg se dió cuenta que los conocimientos que él conocía, no existían aquí.
De todas formas, tenía que intentarlo, no le hacía daño preguntar.
Creo que ya es obvio decir que no estaba en su "mundo"
Recordó haber oído sobre los universos alternos.
—"supongo que debe ser el caso." -Sans pensó abriendo un ojo, mirando el extenso océano que lo rodeaba.
—Hey
El esqueleto volteo al llamado, viendo a la señorita osa cruzada de brazos y mirándolo en busca de respuestas.
—¿De qué rayos estás hablando? ¿Guerra de humanos y monstruos? No he escuchado algo así en mi vida.
—no es nada importante, es una larga historia que me da pereza explicar hehehe.
Rocma aún conservaba su expresión estoica, este tipo era un vago en toda regla. Además... ¿Humanos? ¿Qué se supone que son? La misma duda con el término monstruos, ¿Acaso se refería a monstruos como la estúpida orca?
—¿te preocupan las personas de aquí, no?
La mujer de pelo blanco callo todo pensamiento al escuchar esa pregunta de parte de él. Ella desvió su mirada al sentir los ojos de Sans en ella, no lo hacía por pena ni nada por el estilo. Solo no quería admitir que... En verdad se preocupaba un poco por todos los habitantes de esta isla.
—Solo hago un favor de proteger a los que me ayudaron, nada más eso. -Rocma hablo de manera cortante, sin dar muchos detalles.
Sans ladeo la cabeza.
—¿solo eso?
—Si.
El silencio reinó una vez que la osa contesto con un rotundo ''Si'' dejando a un esqueleto con la curiosidad en la boca. Este mismo se encogió de hombros sin la intención de seguir con esa conversación.
Por parte de Rocma, parecía no estar afectada por el silencio, solo tenía la mirada perdida hacia el extenso océano. La noche empezaba a iniciar, ya que el sol estaba a poco tiempo de ocultarse.
Está por instinto, girará su cabeza hacia el esqueleto, notando una acción inusual que la dejará pensando durante días. Sans se encontraba peinando su ''Gran melena digna de los Dioses'' con un peine que de quien sabe de donde saco, pero este estaba concentrado en eso que no se percató de que la osa lo estaba viendo.
Fueron los segundos más largos que verías en tu vida, ya que la peliblanca estaba con la mirada perdida observando cómo Sans se peinaba elegantemente su cabellera. Era una escena ridículamente cómica de ver.
Rocma sacude la cabeza rápidamente, gruñendo en el proceso, provocando que Sans terminara de hacer lo que estaba haciendo. El esqueleto guardaría en su bolsillo el peine, para después dirigir su atención a la mujer a su lado, él se rió por ello.
—Voy a fingir que no vi eso... -Murmuró entre dientes, volviendo su mirada al horizonte.
Había una tensión ligera, casi cómica, no era incómodo como en otras ocasiones.
—¿no ver que?
Para su mala suerte, Sans lo escuchó decir eso. Rocma dejó escapar un suspiro y con un gesto de su mano, apuntó a su propio cabello blanco como la nieve.
—Peinarte... Tu no tienes.... -Guardó silencio, esperando a que el esqueleto entendiera a lo que se estaba refiriendo.
Sans la miro por unos segundos, entrecerrando los ojos con cierta diversión en ellos. Su mirada fue directa al cielo, observando las nubes con formas curiosas.
—bueno, que no lo veas no significa que no tenga. -Respondió con un tono enigmático, como si de verdad pensaba que tenía cabello en aquel cráneo resplandeciente.
La peliblanca ya no se lo tomó en serio, pensando que es una de aquellas bromas que hace. El solo debe estar jugando como lo hace con el resto de los demás. Aun así eso no le gustaba para nada, de por sí tolerar a una orca acosadora, un muñeco de nieve parlanchín con tendencias a abusar verbalmente a quien sea, a un lobo cobarde, y ahora a un esqueleto enano con pinta de un payaso.
Quien sea que estuviera allá arriba, la odiaba al parecer.
—dejando las bromas de un lado, tengo que decir que se me hace curioso las personas de este lugar.
El comentario de Sans hace que la mirada de Rocma regrese hacia él. Más que nada por saber qué es lo que dirá a continuación.
—ustedes tienen un aspecto humanoide, puedo decir que serían humanos... si no fuese porque tienen características de animales. -Comentó el de suéter azul. —conocí a alguien que me hizo prometer cuidar a un niño humano, que lo vigilara en que no le pasase nada.
Él continúa hablando al ver el silencio de la osa polar, que lo estaba mirando con expresión de no entender a qué viene eso.
—¿Una promesa? ¿De quién? —Ella preguntó, con una pizca de curiosidad en su voz.
—oh, solo a una compañera de chistes. -Respondió el esqueleto agitando su mano como si fuera algo sin importancia. —¿qué tiene que ver con esto? bueno... se que ustedes no son humanos pero... ¿Quieres saber qué pasaría si simplemente rompo esa promesa justo ahora?
Rocma se giró por completo para estar cara a cara con el sujeto que tenía a su lado, en ese momento dejó sus brazos caer hacia sus costados sin darse cuenta. El tono relajado de Sans no estaba coincidiendo con lo que estaba diciendo, es como si hubieran segundas intenciones ante eso.
—''¿Qué...? ¿Qué significa esto?'' -Ese fue el pensamiento de la mujer albina, ella olfateó en un intento de saber que es aquella sensación inquietante que emanaba alrededor suya.
—oh chica....
Sans giró su cuerpo lentamente hacia Rocma, éste tenía los ojos cerrados, como si estuviera reflexionando sobre algo. Los segundos fueron eternos para la osa polar, que por alguna razón estaba inquieta.
—t o d o s u s t e d e s e s t a r i a n m u e r t o s j u s t o e n e s t e m o m e n t o.
La atmósfera de tranquilidad que había en ambos, se rompió abruptamente en el momento en que aquel esqueleto pronunció esas palabras. Sans abrió sus ojos, dejando ver que sus cuencas estaban vacías, sus iris blancas desaparecieron para ser reemplazados con una oscuridad como la de un agujero negro. Todo eso, junto con su sonrisa escalofriante, le daban un aspecto aterrador e inquietante en todos los sentidos posibles.
Rocma, quien era conocida por no tener miedo, ser alguien imperturbable ante cualquier situación... Sintió un escalofrío que recorrió de pies a cabeza, tanto así que por instinto dio un paso hacia atrás alejándose brevemente de ese sujeto. Ella se mantuvo erguida, colocando sus brazos arriba de la cintura, su expresión corporal indicaba que estaba apunto de atacar...
Pero no pasó eso.
La osa polar se quedo inmóvil, las iris de sus ojos se encogieron a tal punto de que se podía interpretar de que casi imita a Sans, pero era todo lo contrario. Una gota de sudor recorrió toda su sien hasta llegar a su barbilla, deteniéndose para finalmente caer a la suave nieve.
La tensión se volvió muy pesada, las olas del mar habían parado y el viento que hacía se detuvo de inmediato... Es como si el tiempo se hubiera parado sin motivo alguno.
—¡oye! solo estoy bromeando, relájate. —Finalmente Sans habló, soltando unas leves carcajadas. En un parpadeo, sus cuencas regresaron a la normalidad, sus iris ahora hacen su aparición.
Aun con eso, Rocma se mantuvo firme en su posición. Ese tono tranquilo y relajado chocaba con la seriedad que había demostrado hace unos segundos, dejándola perpleja.
—en fin, fue una buena charla, me quedaría pero yuki se preocupa de que esté afuera a estas horas. así que nos vemos, Rocma.
Y con eso dicho, Sans se dio media vuelta para retirarse como si nada hubiera pasado, agitando su mano despidiéndose de la albina.
Hablando de la mencionada, esta al ver que la silueta de Sans se iba poco a poco, es ahí donde pudo soltar un suspiro tembloroso que guardaba en su garganta.
—¿Qué fue eso...?
Ella preguntó en voz alta, sin importarle si alguien la escuchara, tenía su mente en otro lado como para preocuparse por otra cosa. Solo bastaron unas palabras para dejarla en ese estado tan lamentable.
Ella no podía tener miedo, no podía, eso era imposible, tuvo muchas peleas a muerte con muchas especies, en ninguna de ellas llegó a sentir miedo o dejarla en un estado como lo estaba en ese instante. Se enfrentó a esa escoria marina en múltiples veces, un tipo que salió de la nada con un aspecto de debilucho no debería ser la gran cosa.
—Entonces... ¿Por qué reaccioné de esa forma?
Apretó sus patas de oso con fuerza, su mandíbula está tensa, no pudiendo relajarse. En su interior algo le decía que Sans no parecía bromear, ese comentario suyo era sombrío para alguien como él.
Esta noche tenía muchas cosas que pensar, de eso estaba segura.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Lo se, me tarde en publicar el sig cap y todavía uno corto. No me maten plis
Lo que sucede es que entre a clases y pues, las tareas me consumieron. Así que mi cerebro tendrá que trabajar doble pipipipipi.
¿Tardare mas de la cuenta? No lo se, igual intentare no sacar caps cada un año. Tampoco quiero pasarme.
En fin, con una pregunta me despido (Si es que no me dejan en visto) ¿Qué opinan de este cap?
Bye bye.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro