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*1*

Es un día hermoso haya afuera, los pájaros cantan, las flores florecen.

En días como estos, un esqueleto caminaba tranquilamente explorando el pueblo del Iceberg. Desde que Yukisada, aquel búho que transmite una confianza y una calidez inexplicable, se ofreció a darle un hogar temporal hasta que arregle su inesperada llegada.

Sans después de hablar con Shiro y Yuki, apodos que usara de ahora en adelante y varios chistes que provocan que el lobo no sepa reaccionar ante ello. Decidió explorar la nueva zona en la que se quedaría, tenía que adaptarse de alguna manera.

Eso sí, varios de los habitantes le lanzaban miradas curiosas. Si bien habían especies conviviendo entre sí, no era muy común ver a un esqueleto caminar como si nada por ahí.

-"Creo que es obvio que algo anda mal, no hay humanos. Me atrevo a decir que algunos podrían ser hasta monstruos del subsuelo." -Pensó Sans mientras acariciaba su barbilla.

El esqueleto se quedó parado mientras miraba el cielo despejado, el sol iluminando y transmitiendo calor hacia la tierra.

-"Je, es raro poder ver el sol. Papyrus le fascinaría poder ver esto" -Él soltó unas risas.

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Peraco se encontraba jugando con sus 3 hermanitos y con Mafuyo, la "hija" de Rocma.

Los 3 pingüinos pequeños jugaban con la nieve, mientras que con la niña foca hacía muñecos de nieve.

-...🎶 -Mafuyu tarareaba mientras ponía la cabeza de nieve al muñeco.

-Me pregunto si realmente las orcas ahorcan con una horca...

Peraco susurro, ya es costumbre en ella pensar en cosas que no tienen ningún sentido. La chica pingüino tenia la tarea de vigilar a las crías, había invitado a Rocma a venir, pero ella se negó porque necesitaba vigilar la isla en la cima del Iceberg.

Y por tener su mente en puras tonterías, Peraco no se dio cuenta que Mafuyu se iría caminando alegremente hacia otro lado.

En un santiamén, la niña foca se esfumó, como si la nieve se la hubiera tragado.

Los pingüinos al percatarse de eso, la buscarían con la mirada. Pero no había señales de ella, por lo tanto corrieron rápidamente como sus piecitos le permitían alcanzar a su hermana mayor.

-¿Uh? -Peraco miró hacia abajo para ver a sus hermanos sacudiéndola levemente.

-¡Mafuyu no está!

-¡Ella desapareció!

-¡No sabemos a dónde se fue!

Los 3 hablarían casi al mismo tiempo, con algunas lágrimas que amenazaban con salir. Peraco al escucharlos, giraría su cabeza en todas las direcciones en busca de la pequeña foca perdida.

-Estoy muerta... -Peraco confirmó sin duda alguna.

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Mafuyu se quedó atascada entre un pequeño hoyo en la nieve.

Tal vez no fue buena idea caminar hacia otro rumbo sin supervisión de un adulto. Pero la curiosidad de la foca en explorar era más fuerte.

La niña intentaba salir con sus pequeñas garras pero no podía, giró su cabeza para mirar si había alguien quien pudiera ayudarla. Pero nada, estaba completamente sola.

Las lágrimas ya estaban apareciendo, iba a llorar si no fuese porque escuchó unos pasos cerca suya.

-Vaya, pero mira quién está aquí.

Una voz desconocida se hizo presente, la niña foca volteo para ver quién era.

-Hola niña. -Sans la miró con esa sonrisa característica suya.

Mafuyu al verlo, alzó sus brazos con inocencia hacia él.

-¿Mmm? Ah ya veo, déjame ayudarte.

El esqueleto se acercó y tomó los brazos de la foca, con un jalón sacó a la pequeña para después dejarla en el suelo.

-Ahí estás, ¿Mucho mejor, no? -Sans soltó una risa.

La pequeña foca se quedó mirándolo curiosa, ladeando su cabeza en el proceso.

-¿Qué pasa? ¿Acaso nunca has visto un esqueleto por ahí? -El guiño el ojo.

Ella negó con la cabeza, en un momento a otro, Mafuyu se puso a jugar con la nieve a pesar de estar delante de un desconocido.

-"Extraño, ella no parece tener miedo al verme. Creo que no le asustan los desconocidos." -Pensó el esqueleto sin darle mucha importancia.

Sans sintió que le jalaban suavemente su brazo, miró para ver qué era la foca que le hacía señas para que se acercara.

Al hacerlo, pudo ver que en la nieve había una figura que había hecho Mafuyu con su cuerpo. Sans solamente la miro.

-Eres toda una artista, ¿Eh?

Mafuyu lo miró con esa carita de gato, tarareando en respuesta.

-¡MAFUYU! ¡¿Dónde estás?!

A la lejanía, la silueta de un pingüino se iría acercando poco a poco. Peraco al ver a la niña foca se acercaría rápidamente.

-¡Mafuyu! Me tenías preocupada ¿En dónde te metiste? -La pingüino humanoide habló preocupada, aunque luego de unos segundos noto al esqueleto que estaba a lado de la niña.

-Esqueleto. -Ella le apuntó con su aleta.

-pingüino.

Sans contestó.

-¿Quién eres? -Peraco pregunto.

-Solo soy tu amigable y vecino Sans el esqueleto. -El guiño el ojo.

-¿Qué clase de nombre es "Sans"? -Ella preguntó con su aleta en la barbilla.

-Bueno, ¿Cómo te llamas tú?

-Peraco.

-¿Qué clase de nombre es "Peraco"? -Sans le mandó una mirada divertida.

La pingüino humanoide solo se rio mientras se encogía de hombros.

-¿Sans, eh? Nunca te he visto por aquí, ¿Eres nuevo en la isla? -Peraco lo miro de arriba hacia abajo.

-Sip, llegué de casualidad, es una larga historia que en realidad es corta. Hasta que me encontré con la niña de aquí. -El esqueleto miró de reojo a Mafuyu, ella entre mirando a Sans y a Peraco.

En eso, la pingüino emperador recordó porque estaba ahí.

-Mafuyu, no debiste irte así como así. Si te hubiera pasado algo Rocma me hubiera dado como alimento para orcas. -Peraco la regañó ligeramente.

La niña foca solo bajó la cabeza avergonzada.

-Jejeje, parece una niña divertida ¿Eh? -Sans le pareció divertido, soltando unas pequeñas risas.

La pingüino suspiro.

-En fin, vámonos Mafuyu. Rocma no tardará en venir a buscarte. Es mejor que dejes al señor esqueleto en sus asuntos.

Lo que no se esperaba es que la pequeña foca se acercaba hacia Sans para tomarlo del brazo, quería que él fuera con ellas.

-¿Huh? -Sans la miro

Mafuyu jalaba suavemente, tenía la intención de llevarse al esqueleto. Lo que provocó que Sans caminara junto con ella antes de que se cayera por la fuerza de la niña.

Peraco se quedó confundida al ver las acciones de la foca.

-Mafuyu, ¿Qué haces?

La niña foca tararea felizmente mientras se lleva al esqueleto con ella. Peraco suspiro ante eso, sabiendo como es la actitud de Mafuyu.

-Lo siento por eso, ella a veces no se controla. Pero ya que estás, ¿Vienes?

La pingüino se dirigía a Sans preguntando despreocupada.

Con respecto al mencionado, él simplemente no le dio tanta importancia. Encogiéndose de hombros hablo.

-Eh está bien, no tengo mucho que hacer igualmente.

Y así nuestro querido Sans, el esqueleto de huesos anchos, sigue conociendo de poco a poco a los habitantes de esta curiosa e interesante isla iceberg.

Luego de un rato el grupo conformado de un esqueleto, una foca y un pingüino. Llegarían a donde estaban los hermanitos de Peraco.

Antes de ir a buscar a Mafuyu, Peraco dejó a sus hermanitos al encargado de Yukisada, lo cual éste aceptó con gusto.

Al tocar la puerta de la casa del búho, el mencionado se mostró abriendo la puerta por completo.

-¡Peraco! ¡Mafuyu! Me alegra que las dos estén bien. -Yukisada sonrió cálidamente, para después notar a alguien familiar detrás de las chicas. -¡Oh, Sans!

-Hola Yuki -Sans saludo amistosamente.

Peraco levantó una ceja.

-¿Yuki? ¿Ya se conocen?

Yukisada solo sonrió ante ese apodo.

-Veo que ya conociste a Peraco y a Mafuyu. -Luego se dirigió a la pingüino. -Shiro se encontró con Sans y lo llevó a conocer al pueblo. De ahí que lo conozco

-Ya veo. -Peraco solo asintió.

Los 3 pingüinitos salieron detrás de Yukisada para reunirse con su hermana. Una linda escena de ver para todos.

-Peraco.

Una voz se hizo presente, todos se dieron la vuelta para ver a una osa polar conocida para ellos menos para el esqueleto. Este mismo miraba a la recién llegada con curiosidad.

-Oh, Rocma. Buenas tardes. -Yukisada saludo amablemente como ya es costumbre en el.

La osa polar ''Rocma'' solo asintió como manera de saludo, iba hablar hasta que sus ojos fruncidos se clavaron en el individuo desconocido que estaba ahí. Sans le devolvió la mirada, solo que el saludo casualmente con su mano, sin saber cómo reaccionaría la nueva persona que está enfrente suya.

Se puso más alerta al ver como Mafuyu estaba a lado suya agarrada del brazo del esqueleto desconocido. Eso provocó que sus manos de osos aparecieran unas largas y afiladas garras, listas para despedazar a quien sea.

-Oh oh -Peraco sudo frío ante eso, sabía muy bien lo que iba a pasar después.

Rocma se lanzó para atacar pero Yukisada se interpuso haciendo que la osa parará al instante.

-¡¿Qué estás haciendo?! ¡Quítate de en medio! -Rocma exclamó con enojo, lo cual el búho se le puso el plumaje de punta pero aun así se mantuvo firme.

-¡E-Espera, Rocma! ¡No lo ataques, él no es peligroso! ¡D-Déjame explicarte! -Yukisada hablo con nerviosismo, poniendo sus alas de forma protectora.

La osa polar solo gruñó, pero aun así se calmó levemente, sus garras ya no eran tan largas pero aún las tenía por si acaso. Yukisada solo pudo escapar un suspiro, aliviado de que no pasara una tragedia.

-B-Bien...

-Estoy esperando, ¿Quién diablos es el? -Rocma miro de mala manera al esqueleto.

-E-El es Sans, acaba de llegar hace unas horas a la isla. Shiro lo encontró en medio de la nada y él no sabe como llego aquí. -El búho explicó más calmado.

La mirada de Rocma se dirige entre Yukisada y Sans, cayendo en el último.

-Heya. -El esqueleto saludo sin preocuparse mucho por el asunto.

En el ambiente había una tensión inexplicable, Yukisada solo sudaba mientras Peraco solo miraba un poco divertida la situación. Los niños junto a Mafuyu estaban confundidos, sin entender nada de lo que estaba pasando.

No duró mucho hasta que la osa polar se cruzó de brazos ocultando sus garras en el proceso.

-Tch... Si es así cómo pasó. Te tendré vigilado, no me des razones para despedazarte.

De un momento a otro, ella se acercó rápidamente para tomar a la niña foca y separarla del esqueleto, yéndose de la escena sin decir nada.

Yukisada solo pudo sonreír nerviosamente mientras veía como se alejaban. Mafuyu se despidió de todos con su pata de foca.

-Woah, tiene su carácter. -Sans miró divertido al lugar de donde se fue la osa polar.

Luego sintió un pequeño golpe de parte de Peraco.

-¡Tonto! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? Conociste a Rocma y no de la mejor manera. -Ella miró al esqueleto.

-Parece divertida.

-Como sea, debo irme. Gracias por cuidar a mis hermanos Yukisada, nos vemos Sans. -Ella se despidió de ambos, alejándose con sus hermanos hacia su hogar.

Tanto Sans como Yukisada se despidieron respectivamente para después entrar ambos a la casa.

-Perdón por lo de Rocma, ella es muy desconfiada cuando llegan desconocidos al iceberg.

-El búho le ofreció una sonrisa nerviosa.

-Nah, parece una persona interesante. Tendrá sus razones para estar así.

-Ella es la protectora de la isla, por ende es precavida con quien ingrese en su zona. -Yukisada explicó mientras acomodaba la mesa, poniendo los platos. -¡Pero es seguro que una vez te conozca Rocma, los dos podrán llevarse bien!.

Sans solo rio por lo positivo que puede llegar ser Yukisada.

-Eso espero, si no tendré que enseñarle lo senSANSional que soy.

-....

-....

-....

Yukisada solo pudo reír ante ese mal juego de palabras.






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No tengo nada que decir.

Solo que este Fanfic no es tan serio como se puede esperar. Bye

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