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Capítulo Único

Esta historia le pertenece a Agido6 en AO3, quien me dio permiso de traducir esta hermosa obra al español.

Por favor, asegúrense de apoyar el fic original en inglés y leer sus otros trabajos. Es una escritora increíble, y todos los links están en la descripción de la historia.

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"Piensa en ello cómo... cuidar de niños, en serio."

Tzuyu se movió en su asiento, sin gustarle un poco el brillo en los ojos de Momo. Había trabajado con ella el tiempo suficiente para comprender los cambios en su expresión, las diferencias sutiles en los destellos de sus ojos. Este en particular indicaba una mezcla de diversión y un poco de exasperación. Tzuyu reprimió un suspiro. Cuando recibió la llamada para la reunión de esta mañana, pensó (esperó, en realidad) que sería algo parecido a una nueva y mejor tarea.

¿Hasta aquí? Parecía que no había tenido tanta suerte.

"Estoy haciendo de guardaespaldas para una de las personas de más alto perfil en el planeta, además de lidiar con posibles séquitos y groupies esperanzados." Tzuyu reflexionó, frotándose distraídamente la parte de atrás de su cabeza. "No creo que cuidar de niños sea el término apropiado."

La verdad, o al menos eso había escuchado Tzuyu de sus amigos en la fuerza que habían hecho su parte siendo guardaespaldas de celebridades, era que todo se redondeaba a algo muy parecido a cuidar de niños. Había escuchado las quejas de Dahyun de que a las estrellas del pop, los artistas de rock y a las personalidades de Internet les gustaba actuar como niños en estas excursiones, porque sabían que alguien sería el encargado de limpiar su desorden. Había escuchado las quejas de Chaeyoung sobre luchar contra multitudes de fanáticos obsesivos que de alguna manera lograban rastrear las ubicaciones de los hoteles y, pensando que eran más especiales que el resto, creían merecer algunos minutos de tiempo, una foto y una sonrisa a pesar de que estaban descaradamente invadiendo su privacidad.

Tzuyu no quería saber nada de eso. Otros en el departamento aprovechaban la oportunidad de estar cerca de personas tan prominentes, ansiosos por tener la oportunidad de vislumbrarlos cuando las cámaras estaban apagadas, pero la idea hacía que Tzuyu se sintiera un poco enferma. Las celebridades eran solo personas, al final del día, a quienes se les brindó la mano correcta en el momento exacto. No veía la necesidad de escudriñar, de obsesionarse, de indagar en algo que no tenía nada que ver con ella. Pero, después de todo, el chisme era la forma más antigua de entretenimiento.

Momo le dirigió una sonrisa tensa y torcida, empujando el horario hacia Tzuyu con un dedo. A Tzuyu le agradaba Momo como jefa, era lo suficientemente relajada como para que Tzuyu se sintiera cómoda, sabiendo cuándo voltear el interruptor y encender el profesionalismo, pero en este momento, Tzuyu deseaba estar en cualquier lugar menos aquí. Había algo en los ojos de Momo, en el fruncimiento de sus labios, que hacía que Tzuyu sintiera una vaga sensación de vergüenza al decepcionarla. Por supuesto, ella realmente no podía decir que no a este trabajo, no a menos que encontraran a alguien más para cubrirla, pero decepcionar a Momo parecía más vergonzoso de lo que debería haber sido.

"Mira, déjame decírtelo directamente." Momo dijo en voz baja. Juntó las manos, apoyó los codos en el escritorio, y Tzuyu se frotó la frente con los dedos.

"He sido parte de Sentinel Watch durante casi seis años y he visto miles de estos casos. Por supuesto, va desde políticos sarcásticos a personas influyentes y hasta estrellas de televisión desgastadas, pero todo llega a un mismo nivel. Éstas personas están rodeadas de glamour y atención todo el día, y luego vienen a los hoteles y beben hasta morir, tal vez se esnifan unas pocas líneas, se juntan con una cantidad de personas que no creerías, y luego entran sus mánagers, los meten en la ducha para que se laven todo, se despiertan, y lo hacen todo de nuevo. No es ningún secreto, sinceramente. Pero creo que la experiencia sería buena para ti."

Tzuyu volvió a mirar el horario, el nombre Im Nayeon leyéndose en negrita en la parte superior, y se mordió el interior del labio. No se mantenía al día con los sucesos actuales ni los tabloides, pero era casi imposible no saber quién era Im Nayeon. Todos sus cuatro sencillos se habían certificado como platino y acumulado decenas de millones de visitas en su canal de YouTube, que variaba entre videos musicales hasta videos de baile y vlogs sobre su vida diaria. Su rostro estaba enyesado en todo el mundo, desde vallas publicitarias de maquillaje hasta sesiones de fotos de moda y colaboraciones en los sencillos de otras personas. A veces, por la noche, cuando Tzuyu se estaba relajando, encendía su computadora portátil y miraba algunos de los videos, y una extraña sensación se agitaba en su estómago.

"Okey." dijo Tzuyu finalmente. Tomó el horario y lo dobló para deslizarlo en su bolsillo, pensando que al menos tendría una historia interesante para estar a la par con las de Dahyun y Chaeyoung por una vez.

Momo le sonrió y le guiñó un ojo mientras abría un cajón del escritorio y hurgaba en él.

"Confía en mí, Tzu, este es el tipo de cosas que se quedarán contigo. Unas pocas noches cuidando a esta chica, y comenzarás a comprender que debajo de todo el maldito maquillaje, los filtros, los seguidores y las tendencias y los titulares chisporroteantes..."

Una pesada insignia dorada fue colocada frente a Tzuyu. Grabado en la parte superior sobre un fondo azul audaz se leía Oficial de Seguridad Privada. Tzuyu lo tomó, frotando su pulgar sobre las letras y suspirando internamente.

"¿La mayoría de ellos?" Momo dijo, agitando una mano desdeñosa. "Son tan superficiales como pueden ser."

───────

"Realmente te vas a cambiar, ¿no? ¿No tengo que ir tras de ti?"

Nayeon le sonrió un poco a Sana, quien estaba de pie con una bolsa de plástico que sostenía el vestido del after party de Nayeon en una mano y una botella de champán de celebración en la otra. Se veía perfectamente arreglada, como siempre, su propio atuendo delgado y elegante y la cantidad justa de buen gusto y atractivo. Lo cual era el objetivo de una fiesta, por supuesto. No se trataba realmente de celebrar, sino de explorar la escena, hacer conexiones, siempre trabajar.

"Sí. Me cambiaré." Nayeon dijo, deslizando la parte delantera de su talón sobre la alfombra. Había un extraño zumbido en su cabeza, comenzando a bajar por su cuerpo, zumbando en sus venas, pero simplemente tragó y lo empujó hacia atrás. Como siempre.

Jeongyeon no levantó la vista de su teléfono, con sus pulgares volando por la pantalla, y Nayeon trató de no tomárselo como algo personal. Había gerentes mucho peores que Yoo Jeongyeon, quien ejecutaba un mejor control de daños que nadie en el negocio y al menos sabía cuándo era el momento de dejar de presionar a Nayeon antes de que colapsara. Nayeon debería estar agradecida, de verdad, Jeongyeon solo estaba pensando en su carrera, en oportunidades de negocios. ¿Y qué si estaba cansada?

"Confío en ti, Im." Sana la señaló con severidad, dejando la bolsa sobre la cama y luego sonriendo genuinamente. "¿No deberías estar un poco más alegre? Quiero decir, ¡acabas de ganar tus dos primeros premios Billboard, en tu era de debut! Eso es enorme, Nayeon-ah, tienes un atractivo cruzado internacional."

"Ella está en lo correcto." Jeongyeon estuvo de acuerdo, todavía sin levantar la vista de la pantalla. "Otros artistas trabajan durante años para aprovechar la oportunidad de este tipo de rumores. ¿Y tú? Capturaste un rayo en una botella con esta era, cariño."

Los ojos de Nayeon se desviaron hacia el tocador, donde los premios en cuestión fueron colocados, su brillo dorado bastante prominente bajo el brillo de las lámparas. Parecían majestuosos, encantadores y fuera de lugar. No se sentía conectada con estos, a pesar de que sonrió para las cámaras y posó para muchas fotos con Jennie y habló sobre lo agradecida que estaba de causar tanto revuelo con estos sencillos.

"Lo sé." Nayeon dijo en voz baja. Le dio a Sana otra leve sonrisa, quien parecía satisfecha, y luego le dio un codazo a Jeongyeon en el costado.

"Voy a adelantarme y ver quiénes estarán esta noche."

"Okey." Jeongyeon respondió. Finalmente apagó su teléfono y se lo metió en el bolsillo trasero, mirando a Nayeon a los ojos por primera vez desde que subió al escenario para recibir los premios. Parecía refinada como siempre: una chaqueta negra sobre una camisa blanca perfectamente planchada y pantalones de vestir negros habituales, y Nayeon se encontró estudiando las partes más vulnerables de Jeongyeon: los suaves rizos rubios que persistían en sus sienes, el punto del pulso de su cuello, el forma en que sus pestañas revoloteaban arriba y abajo.

"No creo que haya tenido la oportunidad de felicitarte adecuadamente." Jeongyeon le dijo. Una rara y completa sonrisa brilló en su rostro cuando se sentó al lado de Nayeon, descansando su mano sobre su rodilla desnuda por un segundo. A Nayeon no le había gustado esta elección de vestido, no le gustaba cómo apenas cubría su trasero y tenía el escote tan hundido, pero los ojos de Jennie se iluminaban cuando lo veía, y Sana le había prometido que ese era su estilo...

"Estás haciendo cosas importantes. Grandes olas. Estuve revisando las páginas de tendencias antes, y eres todo de lo que todos pueden hablar. ¿Esta actuación? ¿La química con Jennie en el escenario? ¿Y tu mirada?" Jeongyeon le dio un reconocimiento una vez más. "Deberías estar orgullosa de ti misma, cariño."

Nayeon retorció sus dedos juntos. Tal vez eso evitaría que Jeongyeon los viera temblar. "Lo sé."

Jeongyeon tarareó, mirando los premios Billboard y luego el vestido. Nayeon conocía esa expresión. No importa cuál fuera el logro, nunca era suficiente para Jeongyeon. Estaba constantemente pensando en el futuro, apuntando a obstáculos cada vez más grandes, más publicidad, más oportunidades. Ella fue quien propuso la relación de relaciones públicas de Jennie y Nayeon, argumentando que a la prensa y el público les encantaría un romance entre una rapera hardcore como Jennie Kim y una estrella del pop en constante evolución como Nayeon. Y tuvo razón.

Jeongyeon fue la que había luchado por esas sesiones de fotos. Nayeon pasó su pulgar por la sábana debajo de ella, recordando la incomodidad burbujeando bajo su piel todo el tiempo, cómo miraba hacia un lado cada vez que el director le pedía que se quitara la chaqueta o mostrara un poco más de pierna, buscando la ayuda de Jeongyeon. Y siempre estuvo bien. ¿Era tan malo que, solo una vez, Nayeon quiso que Jeongyeon dijera que no?

"Estás pensando sobre algo." Jeongyeon dijo. Su tono era contemplativo.

Nayeon se encogió de hombros, plasmando la sonrisa que sabía que Jeongyeon quería ver. "Hay mucho en que pensar. Fue una gran noche."

"No te sientes mal de nuevo, ¿verdad?"

Había una advertencia sutil en la voz de Jeongyeon.

Sólo una vez. Solo una vez, Nayeon trató de confiarle sus dudas sobre este estilo de vida a Jeongyeon, trató de explicarle que no creía que la relación de relaciones públicas con Jennie fuera correcta, que algunos de estos movimientos de baile se sentían tremendamente incómodos, que no se sentía tranquila en su propia piel.

Jeongyeon la había llevado a un lado, agarrado los hombros de Nayeon con demasiada fuerza y ​​bajó la voz para que solo ellas dos pudieran escucharlo.

"Mira a tu alrededor, cariño. Mira los números, los hoteles de cinco estrellas, la forma en que tu nombre está constantemente en boca de todos. Mira lo lejos que has llegado en tan poco tiempo y mira cuánto más lejos podemos llevarte. Todo es un juego, Nayeon, lo sabes tan bien como yo. Se trata tanto de la imagen como de tu música, incluso más. Quieren un enigma sexy y seductor con el que fantasear. Hay un millón de chicas que matarían por estar en tu posición."

Nayeon tragó saliva. No le gustaba la mirada de acero en los ojos de Jeongyeon. "Lo sé, pero-"

"Escúchame." Jeongyeon interrumpió bruscamente. "No puedes darte el lujo de dejar pasar estas oportunidades. Tu carrera no tiene tiempo para vacilaciones. ¿Entiendes eso?"

"Sí, pero esta... esta nueva imagen. No estoy segura de que sea yo."

Jeongyeon soltó sus hombros, dio un paso atrás y se pasó una mano por la boca. A su alrededor, había un flujo incesante de sonido: un río de obturadores de cámaras y carros que pasaban, gente gritándose órdenes unos a otros. Todo se mezclaba con el fondo del hielo en la mirada de Jeongyeon.

"¿Si quieres triunfar en la industria? ¿En esta disquera?" Jeongyeon finalmente dijo. "Más te vale asegurarte de que esa seas tú."

"No." Nayeon murmuró automáticamente. "Es solo que... normalmente no bebo. Me siento un poco fuera de sí."

"Oh, bueno, si eso es todo." Jeongyeon sonaba distraída, su teléfono zumbaba de nuevo y un dolor se hinchó en la garganta de Nayeon cuando Jeongyeon lo revisó. "Jennie ya está en la fiesta. Si nos damos prisa, podemos llegar en tiempo récord y obtener algunas fotos mientras los medios aún están alborotados."

"Jeongyeon-"

"¿Sí?" Jeongyeon ya estaba de pie.

Nayeon la miró fijamente, realmente estudiándola, el brillo de sus zapatos y la energía fugaz y comportamiento sereno que siempre llevaba. Jeongyeon había sido su mánager durante casi dos años y sentía que no sabía nada sobre ella. Y si no podía reconocer nada en Jeongyeon, ¿cómo podría Jeongyeon entenderla a ella?

Jeongyeon, por favor, mírame. Mírame de verdad. Veme. Escucha lo que estoy tratando de decirte.

"¿Si, qué pasa?" Jeongyeon repitió con impaciencia, levantando la vista del teléfono.

"No es nada." dijo Nayeon. "No tienes que esperarme. Adelante, ocúpate de la prensa, si quieres."

Jeongyeon asintió distraídamente, ya a medio camino de la puerta antes de que Nayeon llamara.

"Jeongyeon-"

Jeongyeon se dio la vuelta, con las cejas arqueadas, y le hizo un gesto a Nayeon para que continuara.

Sus ojos estaban nublados y distantes.

Ella no me ve en absoluto.

"Maneja con cuidado." murmuró Nayeon.

Jeongyeon le dirigió una breve y pequeña sonrisa antes de salir rápidamente por la puerta.

Nayeon estaba sola, con un vestido increíblemente caro, una botella de champán y un par de premios que no creía merecer.

Por un momento, se quedó donde estaba, mirándose las manos. Las uñas postizas se veían perfectas, incluso tentadoras. Si fuera por ella, nunca la habrían alcanzado. Pero parecía que no podía decidir sobre nada en su vida.

Se levantó de la cama, se dirigió al baño y alcanzó el lavabo. El espejo tenía una lujosa banda dorada alrededor de los bordes, con rosas adornando las esquinas. Nayeon tragó saliva mientras lo miraba.

Su reflejo mostraba a una chica pálida, con sombra de ojos ahumada y delineador de ojos cuidadosamente aplicado, la cantidad perfecta de rubor. Se tocó distraídamente una de las extensiones de su cabello, el mechón rosa que Jennie elogiaba todo el tiempo, y pasó los dedos hacia arriba hasta que rozó su cabello real.

Tantos componentes estaban aquí. Piezas y fragmentos de una auténtica estrella del pop. De Im Nayeon.

¿Quién diablos era esa?

Las manos de Nayeon comenzaron a temblar, sus ojos se agrandaron hasta que pensó que las lágrimas podrían derramarse. Pero eso mancharía su maquillaje... mierda. Maldita mierda.

Desde la habitación, podía escuchar el zumbido de su teléfono en la cómoda, y se limpió rápidamente debajo de los ojos antes de apresurarse a agarrarlo. Había un texto de queja de Sana y un mensaje de Jennie.

¿Vienes esta noche? Esta fiesta no será ni la mitad de caliente sin ti 😉

Nayeon se hundió en la cama. Sin pensarlo realmente, cogió la botella de champán y tomó un sorbo con cuidado.

Jennie Kim era agradable. Debajo de esas frases que escupía como balas y toda la estética intimidatoria, había una persona que verdaderamente apreciaba su oficio, trabajando día y noche en sus raps y sus discos. A Nayeon le gustaba lo que aportaba a sus canciones, le gustaba la forma en que se comportaba con absoluta confianza en el set para el video musical que filmaron juntas, le gustaba cómo le sonrió a Nayeon y parecía haber algo más que puro deseo en sus ojos.

Entonces, cuando Jeongyeon le dijo que la agencia dejaría escapar a los medios que ella y Jennie estaban involucradas, Nayeon no se opuso por completo. No era la elección que hubiera hecho por sí misma, pero Jennie besaba bien, no le importaba que Nayeon permaneciera bastante callada, y siempre estaba dispuesta a trabajar en la música.

No había una chispa real entre ellas, al menos para Nayeon, pero Jennie era una especie de aliada, contra la prensa y las fauces de la industria, por lo que sintió un atisbo de culpa cuando le respondió.

Lo siento, no me siento de lo mejor 🙁

Aunque espero que la disfrutes sin mí.

Nayeon no esperó una respuesta, arrojó su teléfono sobre la cama y agarró la botella de champán antes de caminar mecánicamente hacia el balcón adjunto a su habitación.

Tanta vida bullía debajo de ella, las luces de la ciudad centelleaban y la gente deambulaba por las aceras.

Las declaraciones parpadearon de vez en cuando en la mente de Nayeon como un interruptor que se activa:

Cerca de 2.760.000 resultados...

Im Nayeon: valor neto, relaciones, edad, biografía completa y más.

Im Nayeon (@imnayeon)

10,5 millones de seguidores, 66 seguidos, 60 publicaciones...

Im Nayeon habla sobre su nuevo álbum, su primera gira nacional y las posibilidades del amor en una entrevista exclusiva....

Toda esta información girando en Internet sobre ella, y ellos no sabían nada real. Ni una sola cosa real sobre ella.

Nayeon avanzó poco a poco hacia el balcón. La barandilla era fría e implacable bajo sus palmas.

Soy un bache en el jodido universo. Nada de lo que tengo tiene sustancia para mí.

¿Qué estoy haciendo?

¿Qué mierda importa?

───────

Tzuyu respiró hondo por última vez cuando llegó a la última puerta del pasillo. Habitación 206, exclusiva de Im Nayeon y compañía. Se ajustó el cinturón, esperando que el nuevo uniforme se viera lo más profesional posible, y tocó la puerta.

Por unos momentos, no hubo nada más que silencio. Tzuyu frunció el ceño, jugueteando con sus manos. No quería asumir lo peor de inmediato, pero no ayudó con los consejos de Dahyun y Chaeyoung mientras se vestía para salir a su turno más temprano esa noche repitiéndose en su mente.

"La mitad de ellos están tan borrachos o drogados que ni siquiera te escucharán en la puerta. Simplemente desliza la tarjeta de acceso y échales un vistazo cada hora más o menos para asegurarge de que no se hayan desmayado en la bañera." instruyó Dahyun, trazando un patrón vago en el aire mientras se inclinaba sobre el costado del sofá.

"Y muchos de ellos serán completamente groseros si haces algo como hacer contacto visual por mucho tiempo. Espera lo peor." Chaeyoung agregó, rodando los ojos.

Tzuyu abrochó su cinturón utilitario y asintió con la cabeza mientras alcanzaba las llaves de su auto. "Me alegro de tenerlas a ustedes dos cerca para que siempre vean el lado positivo."

"¿Para que estan los amigos?" Chaeyoung se encogió de hombros.

Tzuyu miró el bolsillo superior de su uniforme, donde se guardaba la tarjeta de acceso de la habitación, pero algo en ella parecía tan invasivo. Tanto Momo como Dahyun le habían dicho que estaba permitido y, a veces, necesario, usarla como mejor le pareciera, pero para Tzuyu aún no se sentía correcto.

Justo cuando estaba a punto de alcanzar el botón de su bolsillo, una voz apagada gritó: "¡Un segundo!"

Tzuyu jugueteó ociosamente con la presilla del cinturón de sus pantalones, el pequeño hilo sobresalía de una de las costuras, y estaba en el proceso de alisar las arrugas inexistentes de su camisa cuando se abrió la puerta.

De pie allí estaba Im Nayeon, en toda su famosa y enigmática gloria.

El primer pensamiento en la mente de Tzuyu fue que es más pequeña de lo que parece en la pantalla. Supongo que es la presencia en el escenario.

El segundo pensamiento fue no parece borracha. O drogada. Sólo... melancólica.

Tzuyu se aclaró la garganta, juntó las manos detrás de la espalda y le dio a Nayeon un asentimiento y una breve sonrisa.

"Buenas noches, señorita. Me disculpo por la intrusión, pero quería presentarme como su oficial de seguridad para el próximo mes. Mi nombre es Chou Tzuyu."

"Hola." dijo Nayeon suavemente.

Su voz era muy diferente al tono elegante y ronroneante que goteaba por toda su música. Era suave y delicado, y Tzuyu se sorprendió de lo mucho que le atraía.

"Si hay algo que pueda hacer por usted, por favor no dude en preguntar. Estaré de servicio hasta las 2 a.m. justo afuera de la puerta."

Tzuyu esperaba que Nayeon asintiera distraídamente y le cerrara la puerta en la cara, pero Nayeon vaciló. Algo en la forma en que sus dedos se curvaron alrededor del borde del marco hizo que Tzuyu se detuviera y la mirara. Había oído de camino al hotel que había ganado sus dos nominaciones esta noche, y había visto destellos del discurso que ella y Jennie Kim dieron cuando aceptaron el premio, y las poses que tomaron en la alfombra roja, el brazo de Jennie cerrado y firme alrededor de la cintura de Nayeon. Entonces, ¿Nayeon no debería verse eufórica?

Ella solo parecía... pequeña. Frágil. Cansada.

Ese extraño zumbido despertó de nuevo en la base del estómago de Tzuyu.

"Hay un favor que me gustaría pedir." Nayeon finalmente dijo, casi inaudible.

Tzuyu esperó.

"Ven... ¿entra?" Nayeon se alejó del marco de la puerta.

"No se supone que debo hacer eso..."

"Lo sé, y sé que debería estar en la fiesta ahora mismo, pero..." Nayeon hizo una pausa. Hubo una sutil torsión en sus dedos, donde la mirada de Tzuyu se trabó, y notó una rigidez alrededor de sus uñas, furiosas medias lunas rojas en las palmas de sus manos. La vista envió una extraña punzada a través de ella.

"Yo solo..." Nayeon dejó escapar un pequeño suspiro, y cuando se inclinó hacia adelante para susurrarle a Tzuyu, su aroma se posó sobre ella en ondas suaves y ondulantes. Perfume caro y un toque de alcohol, pero algo más dulce debajo, algo genuino.

"Tengo miedo de estar sola. Mi mánager se fue, mi estilista se fue y Jennie ya está en la fiesta. Solo pido un poco de tu tiempo. Te prometo que serás bien recompensada."

Tzuyu miró hacia el pasillo vacío y volvió a mirar la expresión implorante de Nayeon.

"No quiero tu dinero extra." Tzuyu le dijo.

Momo, Dahyun y Chaeyoung no le habían advertido sobre la posibilidad de algo así, por lo que Tzuyu solo tendría que confiar en sus instintos. Y le decían que Nayeon estaba pidiendo su compañía, no Im Nayeon, la sensación del pop.

El rostro de Nayeon cayó un poco, pero Tzuyu le hizo un gesto para que se hiciera a un lado. El alivio que apareció en los ojos de Nayeon la tomó con la guardia baja. ¿Nayeon estaba tan asustada de hacer algo estúpido?

Cuidar de niños, la voz de Momo se burló en su cabeza. Tzuyu enganchó sus pulgares a través de las trabillas de su cinturón mientras entraba y Nayeon cerró la puerta detrás de ella, un presentimiento le decía que algo más profundo estaba pasando aquí.

"¿Quieres una bebida?" Nayeon señaló una botella de champán en el tocador, a unos centímetros de sus dos impresionantes premios Billboard. Parecía avergonzada por su presencia por alguna razón.

Tzuyu cruzó los brazos sobre el pecho, la incomodidad se apoderaba de ella cuanto más tiempo permanecía en la habitación. "No, gracias, estoy en trabajando, así que..."

"Oh, cierto, por supuesto. Bueno... me voy a cambiar, no me gusta mucho este atuendo..." Nayeon se miró a sí misma y luego a Tzuyu, un destello de alarma y algún tipo de expectativa brillando en sus ojos. La ceja de Tzuyu se arqueó. Nayeon parecía estar esperando que ella dijera algo. ¿Era esto habitual con las personas de alto perfil?

"Se ve muy... favorecedor." ofreció Tzuyu. De hecho, el vestido era halagador para la figura de Nayeon, mostrando curvas que hacía que las mejillas de Tzuyu se sonrojaran, pero no creía que fuera educado mirar fijamente. Sin importar el hecho de que Nayeon usaba mucho menos que este atuendo en algunos de sus videos, con las manos de Jennie deslizándose sobre su cuerpo, ahuecando, poseyendo.

Nayeon le dedicó una sonrisa suave y tímida antes de sacar algunas prendas de una maleta debajo de la cama y desaparecer en el baño. Tzuyu miró alrededor de la habitación más de cerca, apoyando la cabeza en la puerta e incapaz de ponerle un nombre a la extraña sensación que todavía se arremolinaba en su estómago.

En este caso, era diferente, decidió Tzuyu. En los videos de Nayeon y sus actuaciones, ella elegía mostrar gran parte de su cuerpo. Era una decisión activa, por el bien de su arte, y obviamente funcionaba a su favor. ¿Pero aquí? Esta pequeña y elegante habitación de hotel era el espacio de Nayeon, y Tzuyu era una intrusa en ese espacio, incluso si Nayeon la había invitado a entrar. Nayeon tenía derecho a vestirse como quisiera aquí. Tzuyu no tenía derecho de mirar.

Pasaron unos minutos antes de que Nayeon saliera del baño, ahora vestida con un simple par de pantalones de chándal grises y una camiseta sin mangas blanca. Tzuyu miró deliberadamente a cualquier lugar menos a su cuerpo, aunque había algo exquisito en la pendiente de su clavícula, en la piel bronceada de sus hombros desnudos.

"No tienes que quedarte ahí toda la noche." Nayeon le dijo. Metió su vestido en la maleta antes de dejarse caer en medio de la cama y alcanzar su teléfono.

"Es la posición apropiada para mí, señorita Im." respondió Tzuyu.

"Por supuesto." Nayeon dijo en voz baja.

Hubo un silencio momentáneo y prolongado mientras Nayeon miraba su teléfono. Tzuyu no pudo evitar mirarla, estudiando el surco en su frente, la forma en que se mordía levemente el labio inferior mientras sus pulgares golpeaban la pantalla, cómo su cabello, con sus atractivos mechones, caía sobre su rostro y la hacía parecer vulnerable.

"Ah, me van a regañar más tarde. Pero, oh, bueno." Nayeon suspiró, se estiró en la cama y apoyó las manos detrás de la cabeza.

"¿Por qué?" preguntó Tzuyu.

"Se supone que debo estar en esa fiesta." Nayeon se frotó distraídamente debajo del ojo izquierdo. "En este momento debería estar sobre Jennie, usando ese vestido exorbitante, tomando un montón de carretes para Instagram, fingiendo encanto..."

Dejó que la frase se apagara entre ellas.

Tzuyu no pudo resistirse a ver el final.

"¿Por qué no lo estás?"

La cabeza de Nayeon se inclinó hacia un lado, sus ojos entrecerrados y exhaustos. No se había quitado el maquillaje, para curiosidad de Tzuyu, y se preguntó cómo se vería Nayeon sin él. ¿Con quién se sentía lo suficientemente cómoda como para estar completamente limpia?

"Estoy cansada." Nayeon susurró.

Había tanto peso en esas dos simples palabras que a Tzuyu se le cortó la respiración. Quería continuar, quizás quería ofrecerle a Nayeon un poco de consuelo, cualquier tipo de alivio de esta situación, pero los rostros de Dahyun y Chaeyoung parpadearon en su visión. Eso estaba fuera de la descripción de su trabajo. No se suponía que debía preocuparse.

Tzuyu simplemente asintió y volvió a concentrarse en la habitación, mirando al balcón y las cortinas ondeando frente a él. La atmósfera volvió a establecerse en un tenso silencio, y estaba empezando a pensar en maneras de entretenerse sin molestar a Nayeon cuando Nayeon habló.

"¿Te importa si yo, um, pongo algo de música?"

La mirada de Tzuyu se dirigió a Nayeon. Ahora estaba sentada, con el teléfono colgando ociosamente en la mano, y había una verdadera preocupación concentrada en su expresión. Como si realmente importara lo que pensara Tzuyu. Casi la hizo sonreír.

"Señorita, esta es su habitación" respondió Tzuyu. "Está en su derecho de hacer lo que quiera."

"¿Pero te molestaría?"

Tzuyu la miró, sus cejas se juntaron. Im Nayeon era todo un rompecabezas, ¿eh?

Cuando quedó claro que Tzuyu no iba a responder, Nayeon se desplazó por su teléfono, con el pulgar vacilando sobre la pantalla antes de presionar algo. Tzuyu la vio saltar de la cama, ir al mini refrigerador y sacar un sándwich envuelto y una botella de agua.

Algo suave y melódico, y un poco inquietante, comenzó a reproducirse desde el teléfono de Nayeon. La curiosidad de Tzuyu parpadeó cuando Nayeon se acomodó con cautela en la cama de nuevo.

Happiness hit her like a train on a track / coming towards her, stuck still, no turning back / she hid around corners and she hid under beds / she killed it with kisses and from it she fled...

Nayeon parecía más contenida ahora de lo que había estado toda la noche, con los ojos cerrados mientras tomaba pequeños bocados de su sándwich y se balanceaba ligeramente en su lugar con la música.

Tzuyu estaba familiarizada con la canción, pero por alguna razón, la imagen frente a ella la estaba alucinando. El tipo de música que hacía Nayeon, con esos ritmos de trap y los versos cargados de Jennie, no daba ninguna indicación de que estaría interesada en este tipo de cosas.

Estás juzgando sin conocerla en absoluto.

Tzuyu permaneció en silencio mientras la canción se reproducía, sintiendo una vaga e inexplicable sensación de alivio cuando Nayeon terminó el sándwich y el agua en lugar de alcanzar el champán. Nayeon presionó el botón de apagado de su teléfono y lo dejó en la mesita de noche al lado de la cama, dándole a Tzuyu una mirada un poco culpable.

"Lo siento si eso fue raro. Simplemente me gusta calmarme después de los eventos de esta manera. Es uno de los únicos momentos que tengo para mí misma."

La pregunta brotó de debajo de la lengua de Tzuyu antes de que pudiera detenerse. "¿Te gusta Florence and the Machine?"

Nayeon debió haber escuchado la incredulidad sofocada en el tono de Tzuyu, pero no pareció ofenderse por ello.

"Parece extraño que a alguien que hizo una canción como Masterpiece le guste, ¿hmm?"

Cuando Nayeon la miró, a Tzuyu le recordó una escena del video musical de la canción antes mencionada: Nayeon, con uno de esos atuendos de cuero negro que habían enloquecido a Internet, arrastrándose hacia la cámara con una sonrisa sensual, y la siguiente toma consistía en ella recostada sobre Jennie, el brazo de Jennie enganchado con fuerza alrededor de su cintura mientras ella recitaba su verso con incluso menos ropa que la escena anterior.

Una oleada de náuseas se desplegó dentro de Tzuyu, a pesar de que millones de personas habían visto el mismo video. Había sido aprobado por el equipo de Nayeon. Seguramente Nayeon tuvo una mano en su creación. ¿Por qué la hacía sentirse vagamente enferma?

"Yo... se le permite escuchar cualquier música que le guste, señorita Im." Tzuyu murmuró.

Nayeon sonrió un poco. Jugó con la envoltura de plástico de su sándwich, las migas atrapadas en los pliegues.

Había algo tan delicado al respecto. La garganta de Tzuyu se apretó.

"¿Te gustaría el otro sándwich? ¿Cenaste esta noche?" Nayeon ofreció.

"No, está bien, señorita Im. Se supone que tampoco debo comer cuando estoy de servicio."

Nayeon frunció el ceño. Sus labios se pusieron tiernos y lindos cuando lo hizo. Parecía abruptamente mucho más joven y, por un segundo, mucho menos agotada. Tzuyu tragó con dificultad.

"Pero necesitas energía para tu turno..."

"Estaré bien, señorita." Tzuyu dijo con firmeza. La verdad era que solo había tomado una bebida energética en el apartamento, a pesar de la reprimenda de Chaeyoung, pero estaba demasiado nerviosa por la noche como para molestarse en tratar de forzar lo que sea que Dahyun había cocinado.

Nayeon siguió haciendo pucheros, haciendo que el corazón de Tzuyu tartamudeara con éxito, y se levantó para caminar hacia la nevera de nuevo. Antes de que Tzuyu pudiera protestar más, Nayeon caminaba hacia ella, tendiéndole otro sándwich y una botella de agua.

"¿Como un favor para mí?" Nayeon pidió en voz baja.

Tzuyu la miró fijamente, la sinceridad en sus ojos cansados ​​y la carnosidad de su labio inferior y la forma en que los huesos de su muñeca parecían sobresalir más de lo normal. Ya estaba presionada contra la puerta, pero la necesidad de retroceder era casi abrumadora.

"Si te hace sentir mejor, señorita Im." Tzuyu tomó las ofrendas.

"No tienes que seguir llamándome así." Nayeon rió dolorosamente. "Tengo un nombre."

"Y yo tengo respeto a mis clientes." Tzuyu le dijo, desenroscando el agua y tomando un trago ausente. El curso a través de su sistema fue casi sorprendentemente fortalecedor. Realmente necesitaba mantenerse más hidratada.

No podía estar segura, pero pensó que escuchó a Nayeon exhalar un suspiro que se parecía a un sollozo.

───────

"Está bien, quítate la chaqueta."

Nayeon miró al fotógrafo, sin saber si había escuchado correctamente. Su mirada se deslizó hacia donde su madre estaba de pie a un lado, con los brazos cruzados con fuerza sobre su pecho, y simplemente asintió hacia Nayeon, con los ojos brillantes.

"Pero... está expuesto..." dijo Nayeon con incertidumbre.

"Sabías cómo iba a ser esta sesión cuando llegaste, ¿correcto?" él preguntó, mirando con impaciencia alrededor del trípode.

"Yo..."

Nayeon ni siquiera estaba del todo cómoda con el concepto de desnudez todavía. Era diferente en el baño de su casa, pero solo había estado en la industria durante unos meses y todavía se estaba acostumbrando al hecho de que los cuerpos se usaban como un arma aquí, como incentivo e incluso como pago, de alguna manera. Era sencillo: el sexo vende. Cuanta más piel muestres, más llamarás la atención.

Pero ella no era una veterana. Todo lo que tenía era un sencillo exitoso en su haber y los comienzos de una presencia en línea. ¿Se esperaba que todas las jóvenes de 18 años fueran tan descaradas con sus cuerpos? Hacer un seguimiento de todas las reglas era jodidamente difícil.

"Mira", dijo el fotógrafo en voz baja, acercándose a ella y juntando las manos. "Llevo mucho tiempo en el negocio. Sé lo que te dará la publicidad que deseas. Se trata del poder de la sugestión. No les muestras exactamente lo que se mueren por ver, sino pequeños vistazos de ello, para que anhelen más. Estas tomas a los hombros los volverán locos, lo prometo. Eres una estrella en ciernes, Nayeon. Déjame ayudarte en el viaje."

Nayeon dudó, mirando de nuevo a su madre.

Ella asintió, los labios fruncidos pero con una determinación en sus ojos.

Nayeon gradualmente dejó que el material de mezclilla se deslizara de sus hombros, atribuyendo la codicia en los ojos del fotógrafo al interés profesional, porque eso era lo que tenía que ser. ¿Verdad?

"¿Arquearías un poco la espalda? Exactamente así. Precioso. Inclínate hacia mí, sí."

───────

"¿Entonces, cómo estuvo?"

Tzuyu dejó caer las llaves en el plato y se frotó la cara con las manos antes de caminar hacia el mostrador de la cocina y quitarle la taza de café de la mano a Chaeyoung. Chaeyoung le dirigió una mirada mientras Tzuyu tomaba un largo sorbo. No es que necesitara más zumbidos en su sistema.

"Estuvo bien." Tzuyu se encogió de hombros, apoyó el codo en el mostrador y arqueó una ceja hacia Chaeyoung. "Pensé que te habías ido hoy."

"Momo necesitaba un par de manos extra. Hoseok llamó." Chaeyoung le arrebató la taza y la vació antes de dejarla en el mostrador. "¿De verdad no vas a decirme cómo es Im Nayeon en privado? ¿O pasó todo el tiempo en esa fiesta? Escuché que fue salvaje."

Tzuyu hizo una pausa. Pequeños detalles de su turno seguían apoderándose de su mente: el hábito de Nayeon de clavarse las uñas en la palma de la mano, la tensión evidente en sus hombros, la preocupación que seguía mostrando por Tzuyu, como si cualquier cosa que Tzuyu pensara importara en esta situación.

Tenía ganas de guardárselos para ella. Nayeon ya había mostrado lo suficiente para que todo el planeta lo viera.

"Fue un turno normal, y eso es todo lo que puedo decirte." Tzuyu golpeó a Chaeyoung en la frente y bostezó. "Está bien, me voy a dormir. Buena suerte cubriendo el trasero de Hoseok."

Chaeyoung se quejó, tomó sus propias llaves y agitó una mano a modo de despedida.

Tzuyu podía escuchar los ronquidos de Dahyun desde la rendija de su puerta mientras caminaba por el pasillo hacia su propia habitación, se dejaba caer en su cama y miraba los números verde neón de su despertador.

2:45 a. m.

Su mente no se apagaba.

"¿Pero te molestaría?"

"Pero necesitas tu energía para tu turno de esta noche..."

Tzuyu negó con la cabeza, volteándose boca abajo y colocando su almohada en su posición, y cerró los ojos.

Se quedó dormida, soñando con los labios carnosos y ojos cansados ​​de Nayeon.

───────

"Estás muy callada esta noche, Nayeon-ah."

Nayeon tarareó en respuesta, dándole a Jennie una mirada de disculpa y una sonrisa antes de tomar un trago de las rondas que Jeongyeon había pedido. Habían pasado por un exitoso día de promociones: filmaron varias entrevistas, Nayeon visitó a algunos fanáticos para sorprenderlos e hizo una presentación en un programa de entrevistas con Jennie. Ahora estaban sentadas en un exclusivo club nocturno, el destello de las luces de neón lastimaba los ojos de Nayeon y el hedor a humo, alcohol y sexo quemaba sus pulmones.

"Lo siento." Nayeon frotó el antebrazo de Jennie.

Jeongyeon estaba parada en la esquina, hablando por teléfono con quizás un fotógrafo, o alguien de la disquera... A Nayeon realmente no le importaba en este momento. Pasó el día dando el doble de sí misma para apaciguar a Jeongyeon después de que no fuera a la fiesta. No le quedaba energía para invertir en cosas que no le importaban.

"Está bien, muñeca. Simplemente no me gusta verte de esta manera." Jennie se tomó una foto antes de echar los hombros hacia atrás, girando en su asiento para examinar la pista de baile con aprecio. "¿Quieres bailar?"

Eso sería bueno para las promociones, por supuesto, pero cuando Nayeon miró los cuerpos sensuales y las parejas sinuosas, todo en lo que pudo pensar fue en Tzuyu.

A decir verdad, Tzuyu había sido la única persona en su mente durante todo el día. Cuando Jennie se reía y sostenía su mano durante su entrevista conjunta, la mente de Nayeon volvía a Tzuyu y la forma en que la había mirado. Realmente mirado.

Nayeon no se había sentido vista por nadie en años.

Tzuyu la asustaba tanto como la intrigaba.

"¿Nayeon?"

Nayeon parpadeó, consciente de la mirada de Jennie clavada en ella ahora, y se encogió de hombros con otra sonrisa de disculpa.

"No por el momento, Jennie, lo siento."

"Está bien. ¿Te importa si tomo prestado a alguien más, entonces?" Jennie señaló a la masa de personas, levantando las cejas y sonriendo un poco.

"Está bien."

Nayeon debería haber sentido algo al ver a Jennie moverse sin esfuerzo entre la multitud, inclinándose para susurrarle al oído a una chica, y cómo bailaba con ellas tan fácilmente. Si nada más, se sintió un poco melancólica por no poder desempeñarse tan bien.

Todo lo que podía sentir era la urgencia de ver a Tzuyu, y un silencioso alivio cuando Jeongyeon regresó y le dijo a Nayeon que necesitaban irse.

───────

Nayeon no era un enigma sexy.

Tampoco era la provocación ahumada y sórdida que su música y sus videos la hacían parecer.

Ella era solo... una persona, como Tzuyu estaba aprendiendo rápidamente.

Cada vez que llegaba para su turno, Nayeon la invitaba a pasar a la habitación y Tzuyu pasaba la mayor parte del tiempo en silencio, observando a Nayeon moverse y acomodarse.

Después del tercer turno, Nayeon le había dado a Tzuyu su número de teléfono para facilitar la coordinación, o esa era su excusa de todos modos, y Tzuyu pasó muchas noches al tanto de los dígitos ubicados dentro de su teléfono. ¿Era esto parte del protocolo? No quería preguntarle a Dahyun o Chaeyoung, y sintió la necesidad de ocultárselo a Momo.

Nayeon era simplemente... suave. Lo que parecía temer, observó Tzuyu, era que la dejaran sola con sus pensamientos. Tzuyu tuvo la impresión de que Nayeon no tenía a nadie en su vida, al menos alguien con quien confiar, y eso la entristecía.

A menudo reproducía música en su teléfono, con una amplia gama de artistas que Tzuyu no esperaría pero que casi siempre disfrutaba, y le ofrecía comida cada vez. Tzuyu dejó de beber bebidas energéticas y café por las noches, y comenzó a esperar con ansias las pequeñas comidas que Nayeon preparaba, incluso si pasaba más tiempo observando a Nayeon sobre su comida que concentrándose realmente en lo que estaba comiendo.

Algunas noches eran duras. Esas eran las noches en que Nayeon dejaba entrar a Tzuyu en la habitación pero permanecía casi en completo silencio, acurrucada en su cama y de espaldas, con las piernas dobladas debajo de ella y el teléfono en la mano. Tzuyu estaba casi segura de que pasaba esos momentos mirando cosas sobre sí misma en Internet, hiperconcentrada en las redes sociales, y ella luchaba contra el impulso de arrancarle el teléfono a Nayeon y decirle que no era real. Que esas personas no importaban.

Esta parecía una de esas noches.

Tzuyu, que se había cansado de estar de pie contra la puerta durante cuatro horas y eligió sentarse en el sillón junto a la cama de Nayeon, se mordisqueaba impotente la uña del pulgar mientras estudiaba la espalda de Nayeon. Sus omóplatos eran evidentes a través de su delgada camisa de dormir, y Tzuyu quería calmarla, quería sacar a Nayeon de sus pensamientos aunque eso no tuviera nada que ver con su trabajo.

Acababa de descansar la cabeza en el respaldo de la silla y cerró los ojos cuando Nayeon finalmente habló. Era lo primero que decía desde que Tzuyu llegó hace 45 minutos.

"¿Qué piensas de mi música, Tzuyu?"

Tzuyu miró hacia arriba, un poco sorprendida. Nayeon todavía no la miraba. Insegura de cuán honesta debería ser, Tzuyu finalmente fue con la verdad.

"Es un poco demasiado para mi gusto. Pero la producción es pegadiza."

Nayeon soltó un suave resoplido.

"Pegadiza." ella murmuró.

Tzuyu no respondió, sin saber a dónde se dirigía Nayeon con esto.

"Es gracioso." Nayeon continuó. "Jeongyeon me habla de los números todo el tiempo, dice lo bueno que es que casi siempre estoy en la página de tendencias, que tengo la atención del público y que debería aferrarme a ella tan fuerte como pueda. Con mi música. ¿Pero sabes qué?"

Nayeon se volteó.

Sus labios estaban temblando. Los puños de Tzuyu apretaron los reposabrazos.

"No puedo ayudar en nada de eso. No he escrito ni una sola letra. Apenas estoy en la sala cuando se desarrolla la discusión. ¿No es eso tonto? O supongo que así es como lo hacen en la industria." Nayeon resopló amargamente de nuevo.

Se incorporó gradualmente, girando la cabeza hacia el baño y miró a Tzuyu. El corazón de Tzuyu se apretó por lo perdida que parecía. Se suponía que Im Nayeon estaba en la cima del mundo. Se suponía que todos debían comer de la palma de su mano. ¿Por qué parecía que el mundo se la estaba comiendo viva?

"¿Puedo decirte algo, Tzuyu-ah, y que quede entre nosotras?"

Los ojos de Nayeon estaban tan desesperados. Tzuyu se preguntó si siquiera se daba cuenta, se preguntó qué tan natural se había vuelto para Nayeon deslizarse entre sus dos personajes.

"Okey." susurró Tzuyu.

"Me veo a mí misma en el espejo. Me veo fugazmente en un monitor y no reconozco a esa persona. Quién- ¿Quién diablos soy yo? ¿Quién es Im Nayeon?"

Tzuyu no estaba segura de si se suponía que debía responder, pero se aseguró de mantener el contacto visual con Nayeon. Nayeon, que parecía aún más pequeña que la noche en que se conocieron, se acurrucó en su pijama holgado y parecía una mujer asustada y perdida. Nada como el símbolo sexual que su etiqueta la retrataba.

Nayeon se llevó la mano a la boca, mordisqueando la piel alrededor de las uñas, y Tzuyu notó lo desgarrada que se veía la piel, lo irregular, roja y dolorida que estaba.

"Leí estos comentarios sobre lo perfecta que soy, cómo la gente moriría por parecerse a mí, por sonar como yo, lo increíble que es mi voz, lo encantadora y dulce que soy como persona, cómo nunca me debería pasar nada malo. Y pienso, ¿cómo lo sabes? ¿Cómo alguno de ustedes sabe cómo soy cuando ni siquiera puedo reconocerme en un espejo? Ven lo que se supone que deben ver, o lo que quieren ver. Quieren que sea sexy y adorable a la vez, amable y divertida, juguetona y perfecta, así que eso es lo que soy para ellos. Incluso Jeongyeon. Jeongyeon me dice eso todos los días, que tengo una imagen que mantener-"

"Nayeon, detente."

La piel estaba sangrando ahora, y Nayeon no parecía darse cuenta en lo más mínimo. Tzuyu se levantó de la silla en segundos, se acercó a la cama y apartó la mano de Nayeon de su boca. No estaba bien, no era apropiado, pero no podía soportar ver a Nayeon destruir pedazos de sí misma por otro momento.

Nayeon la miró, con los labios entreabiertos, y Tzuyu pudo ver un toque de rojo en la parte inferior, la honesta conmoción en los ojos de Nayeon y su garganta apretada, soltando instantáneamente la mano de Nayeon y poniendo espacio entre ellas en la cama.

"Lo siento, señorita Im. Eso fue inapropiado. No debería haberte tocado sin tu permiso."

"La gente hace lo que quiere con mi cuerpo todo el tiempo." Nayeon dijo suavemente. "Eres la primera persona en considerar lo que quiero en... años."

Los propios dedos de Tzuyu temblaron contra su regazo. Ahora había un pequeño hilo de sangre corriendo por el costado de la uña de Nayeon, y ella no podía soportar mirar esto. Ella no podía-

"Aquí." Tzuyu sacó algunos pañuelos de papel de la caja en la mesita de noche y se los entregó a Nayeon.

"Es un mal hábito." Nayeon murmuró, frotando delicadamente. "Jeongyeon me regaña todo el tiempo. Necesito parar."

Mechones de cabello se estaban soltando de la cola de caballo de Nayeon, rozando la nuca de su cuello, y verla de esa manera estaba calentando el pecho de Tzuyu, esa agitación en su estómago se estaba volviendo más persistente y evidente.

"Necesitas hablar con alguien."

Nayeon levantó la mirada sorprendida. Tzuyu se sonrojó y apartó la mirada, saltando de la cama y volviendo a la silla.

"No debería haber-"

Los dedos de Nayeon se cerraron alrededor de su muñeca antes de que Tzuyu supiera lo que estaba pasando, girándola de espaldas hacia Nayeon, y por una vez, Nayeon no parecía exhausta ni falsa ni curiosa. Había algo más profundo ardiendo en sus ojos.

"¿Hablar con alguien sobre qué?" Nayeon preguntó en voz baja.

Tzuyu miró su muñeca, el contraste de los dedos de Nayeon allí. Eran suaves y cálidos contra la piel de Tzuyu, y tuvo la necesidad de deslizar los suyos a través de los de Nayeon, solo por un momento abrumador.

"Tú, todo esto, la industria." estalló Tzuyu. "No puedo soportar ver-"

"¿Ver qué?"

La expresión de Nayeon era tan sincera y clara que estaba poniendo los nervios de punta a Tzuyu. De todas las veces que Nayeon se concentraba en ella. Mierda.

"Señorita Im." respondió finalmente Tzuyu. "Ya es tarde. Debería estar descansando."

Algo parpadeó en los ojos de Nayeon, algo que parecía crudo y doloroso, y Tzuyu casi se retractó de las palabras a pesar de que todas eran ciertas, y Nayeon se apartó, soltando la muñeca de Tzuyu. Su piel latía con calidez donde Nayeon la había tocado.

"Está bien." dijo Nayeon. Se acurrucó en el colchón y se alejó de Tzuyu.

Ocultándose de nuevo. Tzuyu no podía soportar verlo ahora.

Justo cuando estaba a punto de retomar su posición en la silla, la voz de Nayeon se deslizó entre ellas.

"¿Podrías sentarte conmigo?"

"¿Qué?"

"Siéntate conmigo hasta que... hasta que me duerma. Por favor."

Sonaba menos como su personaje que nunca. La garganta de Tzuyu se tensó con la amenaza de lágrimas.

Sin responder, caminó lentamente hacia la cama y se sentó junto a Nayeon. Su corazón latía positivamente ahora, sabiendo muy bien que esto estaba desdibujando las líneas de su trabajo, pero Nayeon lo había pedido, y no era como si alguien más estuviera cuidando de ella, y, ¿qué está pasando?

La mano de Nayeon se deslizó sobre el colchón hasta que rozó la de Tzuyu, extendiendo un hormigueo por todo su cuerpo. No se giró para mirar a Tzuyu, y Tzuyu no se acercó más, temerosa de llevarlo demasiado lejos.

Pero los suaves dedos de Nayeon se estaban entrelazando con los de ella ahora, la palma de su mano presionada contra la de Tzuyu, y Tzuyu se sentó así, escuchando la respiración de Nayeon volverse gradualmente más lenta y uniforme.

Tzuyu miró sus manos unidas, la mancha de sangre seca junto a la uña de Nayeon.

Mirando a Nayeon para asegurarse de que permaneciera dormida, levantó sus manos con mucho cuidado hasta que pudo presionar un beso en sus nudillos.

Nayeon merecía al menos un poco de afecto genuino.

───────

"Nunca le he mostrado esto a nadie."

Tzuyu levantó las cejas cuando Nayeon deslizó una caja negra larga y delgada hacia ella. La portada era lisa y estaba en blanco, casi completamente normal. Cuando alcanzó la caja, Nayeon parecía más nerviosa que de costumbre, con las uñas a medio camino de la boca otra vez. Tzuyu le dio una mirada mordaz y Nayeon las dejó caer de nuevo en su regazo, la timidez parpadeando en sus ojos. Siempre que no usaba uñas postizas, Tzuyu se había dado cuenta, automáticamente intentaba quitarse la piel alrededor de las reales. Era desconcertante. ¿Cómo es posible que nadie en su equipo haya notado las costras o la piel desgarrada?

Tal vez simplemente no querían verlo.

"¿Qué es?" preguntó Tzuyu, estirando las piernas frente a ella en la cama. Nayeon le había enviado un mensaje de texto en una noche en que Tzuyu estaba libre, sorprendiéndola en medio de un maratón de películas con Dahyun y Chaeyoung, y le preguntó si Tzuyu podría reunirse con ella fuera del turno habitual del hotel. Jeongyeon había preparado un lugar para Nayeon mientras estaba de gira durante las próximas semanas, y Tzuyu nunca había visto un lugar tan enorme y costoso. Las paredes tenían algunos carteles de las sesiones de fotos de Nayeon y las placas de platino de sus sencillos.

Era espacioso, con un toque moderno en la cocina y una enorme ventana corrediza de vidrio en la parte trasera de la casa con vista a la piscina, pero mientras Tzuyu caminaba de una habitación a otra en el recorrido de Nayeon, viéndola señalar las cosas distraídamente, nunca consiguió una sensación de comodidad. Cierto, no era una residencia permanente, pero un lugar donde Nayeon se quedaría cuando no tuviera que actuar o estar con fans debería ser más... hogareño. Tzuyu sintió que podía pincharse en la mitad de las superficies de este lugar.

"Es algo personal para mí." respondió Nayeon. Estaba sentada junto a las piernas de Tzuyu, hacia el centro de la cama, pero cuando Tzuyu quitó la tapa y la dejó a un lado para examinar el contenido, se deslizó hacia las almohadas. Tzuyu se dio cuenta de lo cerca que estaban, de cómo pudo haberse acercado un poco y tomar la mano de Nayeon.

Pero ella no lo haría. No a menos que Nayeon se lo pidiera.

La caja estaba llena de trozos de papel, algunos de diferentes colores, todos con una letra cuidadosa y precisa. Tzuyu miró a Nayeon, quien solo asintió levemente y sacó una de las piezas. Parecían letras, algunas terminaban en mitad de una frase, otras eran canciones completas.

"¿Son tuyas?" Tzuyu cuestionó.

Nayeon asintió, levantando las rodillas para envolver sus brazos alrededor. "Solo cosas que vienen a mi cabeza todo el día. Si no lo escribo, me vuelve loca. Jennie dice que a ella le pasa lo mismo..."

Tzuyu no quería pensar en Jennie. Jennie, cuyo nombre solo era superado por el de Nayeon en la industria en este momento, con su carisma y su control sobre Nayeon. Le producía esa sensación incómoda, diferente a las demás, aquella que no tenía cabida en su trabajo. Así que hizo a un lado el pensamiento y levantó uno de los papeles.

"¿Jeongyeon sabe sobre esto?"

Los ojos de Nayeon se apretaron, mirando hacia abajo y lejos de Tzuyu. Cada vez que Tzuyu mencionaba partes de su trabajo, específicamente Jeongyeon, Nayeon se volvía más retraída. Tzuyu tenía la sensación de que Nayeon nunca confiaba en Jeongyeon, no sobre asuntos personales e importantes. La impresión la entristecía y despertaba un poco de furia que la sorprendió por su fuerza. Nayeon era considerada, amable e inteligente. ¿Por qué parecía que nadie a su alrededor entendía eso?

"Jeongyeon tiene las mejores conexiones. He trabajado con todos los productores más talentosos y los compositores más exitosos. Soy afortunada, de verdad."

Nada de eso sonaba sincero, más como si Nayeon estuviera repitiendo las palabras que alguien le dijo que dijera. Todavía tampoco miraba a Tzuyu, frunciendo el ceño mientras pasaba el dedo por la sábana.

"¿Trabajaste con ellos?" preguntó Tzuyu, volviendo a colocar la letra y empujando la caja hacia Nayeon.

"No escribí ninguna de mis canciones." Nayeon se encogió de hombros, un gesto claramente destinado a ser casual pero que resultó rígido. "No importa, de todos modos. A nadie le importa lo que tengo que decir."

Tzuyu esperó hasta que la mirada de Nayeon volvió a la de ella antes de hablar.

"Te escucho."

Nayeon pareció quedarse sin palabras por un momento, con los labios entreabiertos, y los ojos de Tzuyu se lanzaron entre ellos, en lo cerca que estaban sus manos juntas, y en todo lo que podía pensar era en lo mucho que deseaba tocar a Nayeon. Pero no era correcto que ella lo persiguiera. Nayeon merecía tomar al menos una decisión en su vida.

"No recuerdo la última vez que alguien me dijo eso." Nayeon dijo en voz baja.

El cuerpo de Tzuyu zumbaba positivamente cuando Nayeon se acurrucó más cerca de ella, su respiración se aceleró simultáneamente cuando Nayeon apoyó la cabeza en su hombro. Se quedó perfectamente quieta, preguntándose si el pulso de su corazón era tan audible como parecía, y luego los dedos de Nayeon se unieron con los de ella.

Era notable, realmente, lo rápido que Tzuyu se relajó con ese simple toque. Pareció calmar a Nayeon también, quien se presionó aún más al costado de Tzuyu y dejó escapar un pequeño suspiro.

"Mereces que te escuchen." Tzuyu respondió, igual de tranquila.

Ambas sabían lo que ella quería decir.

Ninguna habló durante un largo momento, y luego Tzuyu no pudo evitarlo. La pregunta le dolía bajo la piel, la irritaba como una astilla, y si no la soltaba, nunca la dejaría en paz.

"Tú y Jennie... ¿realmente son...?"

La vergüenza se apoderó de ella cuando Nayeon se removió a su lado, flexionando los dedos alrededor de los de Tzuyu.

"Lo siento, señorita Im." Tzuyu murmuró. "No quise entrometerme. Eso fue irreflexivo."

"No, está bien. Eres la única con la que me siento cómoda siendo honesta." dijo Nayeon.

Antes de que Tzuyu pudiera preguntar más sobre eso, Nayeon envolvió un brazo alrededor del suyo, metiendo su cabeza en el hombro de Tzuyu nuevamente.

"Somos lo que la disquera quiere que seamos. Fue idea de Jeongyeon, para la reputación de ambas. Y al público parece encantarle. Pero si me preguntas si tengo sentimientos genuinos por ella, la respuesta es no."

Tzuyu asintió, cerró los ojos y apoyó la cabeza en la cabecera, un poco avergonzada de lo aliviada que se sentía. ¿Por qué importaba si Nayeon estaba con Jennie o con alguien más? Ella era una superestrella destinada a cosas mucho más grandes, y Tzuyu era solo una oficial de seguridad. No era factible.

"Tzuyu." Nayeon susurró.

Tzuyu esperó un momento antes de responder, levantando sus manos para descansarlas en su regazo, gustándole la forma en que se veían juntas.

"¿Sí?"

"Te aprecio."

Tzuyu no respondió. Tenía miedo de derramar sus entrañas en un momento de debilidad y arruinar las cosas por completo, pero esperaba que Nayeon no se diera cuenta y aún así encontrara consuelo en estos momentos.

───────

"Entonces, ¿cómo le va a la actual reina del pop en este momento?"

Tzuyu evitó la sonrisa torcida de Momo y levantó las cejas mientras pasaba junto a ella hacia su cubículo. Últimamente no pasaba mucho tiempo en las oficinas de seguridad, demasiado distraída para concentrarse cuando no estaba de servicio. Dahyun y Chaeyoung parecían preocupadas y le preguntaron a Tzuyu si estaba segura de si no necesitaba a nadie que la cubriera, pero ella las rechazó rotundamente.

"Bien." respondió Tzuyu, mirando a su alrededor en busca de su acollador y deslizándolo distraídamente sobre su cabeza. Técnicamente no estaba de servicio esta noche, pero estaba preocupada por Nayeon. Incapaz de evitarlo, había pasado las últimas horas viendo sus entrevistas, las actuaciones, incluso algunos de los videos de conciertos que subieron los fanáticos y uno de los vlogs de Nayeon.

En cada video, Nayeon estaba sonriendo, jugando ligeramente con su cabello o coqueteando con Jennie, de nuevo con esos atuendos que no dejaban casi nada a la imaginación. Pero Tzuyu ya sabía cómo se veía cuando Nayeon sonreía genuinamente, sabía cómo se veía cuando estaba fingiendo. No hacía falta mucho para darse cuenta, si sabías prestar atención.

Ella estaba realizando el mejor espectáculo de todos, todos los días frente a la cámara. Tzuyu no pudo dormir después de ver los videos.

"¿Bien? Pensé que ya tendrías un montón de historias para compartir." Momo tomó un sorbo de su vaso, sin apartar la mirada de Tzuyu.

Tzuyu jugueteó con un bolígrafo en su escritorio, moviéndolo de un lado a otro entre sus dedos antes de dejarlo caer y ponerse de pie. La nariz de Momo se arrugó con sorpresa cuando Tzuyu se inclinó hacia adelante, la agitación era evidente en cada línea de su cuerpo.

"Ella no necesita esto. Este psicoanálisis que todos le están dando. Ella necesita ayuda, no estar frente a otra cámara." Tzuyu le dijo con voz profunda.

Las cejas de Momo se arquearon, pero Tzuyu se dio cuenta de inmediato de que no estaban en la misma página cuando Momo bebió otro sorbo antes de responder.

"Y lo sabes por ser su guardia de seguridad en la puerta de su hotel todas las noches, ¿no?"

Tzuyu se retorció. "Hemos estado hablando... ella quería que me quedara, y al principio pensé que era sólo otra parte del trabajo, ¿sabes?"

"Tzuyu, sabes que eso no es parte de la descripción-"

"Ese es mi punto. Está tan desesperada por que alguien la escuche, que la ayude, que tuvo que recurrir a mí. Alguien a quien ni siquiera conocía hace unas semanas. ¿No lo ves? Ella... Ella se está autodestruyendo, y a nadie parece importarle. ¿Cómo es eso posible?" Tzuyu siseó.

Momo dejó su taza y le dio a Tzuyu una mirada larga e insondable. La mandíbula de Tzuyu se apretó, sabiendo que estaba sobrepasando los límites con su jefa, pero inquebrantable en sus pensamientos.

"Es una celebridad." Momo finalmente dijo.

"Sigue siendo una persona."

"Pero tiene un equipo a su alrededor." Momo interrumpió. "Recursos y acceso a cosas con las que el resto de nosotros solo podemos soñar. Estoy seguro de que si ella realmente está en un espiral, uno de ellos se encargará. No te preocupes demasiado por eso, Tzu. Eso no es lo que debemos hacer."

Tzuyu la miró con dureza, abriendo y cerrando las manos. Con un enorme esfuerzo, respiró hondo y cruzó los brazos sobre el pecho.

"Entonces, porque es una celebridad, ¿no merece cortesía y decencia?"

"Perdóname si mis simpatías se limitan a las celebridades." Momo espetó. "Mira, ves lo mejor de las personas, y me encanta esa cualidad en ti. La mayoría de las personas no son del todo malas o del todo buenas, pero según mi experiencia con ellas, la fama las tuerce. Estar rodeado de todo ese dinero, reservas de drogas duras y alcohol y cosas por el estilo, cambia a una persona, ¿sabes? Algunos de ellos ni siquiera se dan cuenta de que todavía están aquí en la Tierra, al igual que el resto de nosotros, porque siguen sus propias reglas."

Tzuyu negó con la cabeza lentamente. Una desesperación que goteaba lentamente se abría paso a través de su sistema, llenándola de tristeza por cómo tantas personas podían ser tan ciegas y juzgar a alguien por un personaje que ni siquiera entendían completamente.

¿Era así cómo se sentía Nayeon todos los días?

"Gracias por la charla." dijo Tzuyu, deslizando su placa del escritorio y asintiendo con la cabeza a Momo. "Estaré en mi puesto por si me necesitas."

"Tzuyu-"

Tzuyu no miró hacia atrás mientras salía de la oficina, preguntándose si Momo podía ver lo mucho que le temblaban las manos en este momento.

───────

"No entiendo por qué estás tan obsesionada con esta guardia de seguridad." Jeongyeon se quejó.

Nayeon tamborileó con los dedos contra el tablero mientras Jeongyeon conducía, el corazón comenzaba a trepar por su boca a medida que pasaban los números.

"Ella es diferente a los demás." Nayeon respondió con cuidado. Había aprendido a ser particular con los sentimientos que liberaba alrededor de Jeongyeon, las emociones que dejaba salir. Era más probable que Jeongyeon la tomara en serio si tenía que ver con una oportunidad, y Nayeon no estaba dispuesta a dejar pasar una oportunidad como la de Tzuyu. Solo pensar en ella hacía que la cabeza de Nayeon se sintiera un poco menos confusa, por una vez.

Jeongyeon le dirigió una larga mirada antes de girar a la izquierda en una calle. "¿Diferente en qué sentido?"

"Inspiradora." Nayeon respondió, disparándole a Jeongyeon una brillante y juguetona sonrisa.

Tzuyu era inspiradora, pero no en la forma en que Jeongyeon asumió que Nayeon se refería. Lo cual era exactamente lo que Nayeon buscaba. Ocultaría la forma en que se sentía, la forma en que comenzaba a sentirse por Tzuyu, para sí misma. No podía arriesgarse a perder algo tan puro como esto. No después de sentirse positivamente entumecida durante tanto tiempo.

Cuando llegaron al edificio de apartamentos en cuestión, Nayeon no pudo negar cómo su corazón dio un vuelco cuando Jeongyeon salió del auto y le lanzó a Nayeon una última mirada de mártir antes de entrar. Proponer que Tzuyu continuara como su seguridad personal durante el día había sido un poco arriesgado, pero sabía cómo desempeñar el papel que buscaba Jeongyeon. ¿Y si le daba lo que realmente quería? Nayeon actuaría mientras Jeongyeon quisiera que lo hiciera.

Pasaron unos minutos antes de que Jeongyeon apareciera. Tzuyu la seguía con el ceño fruncido y ropa informal con la que se veía demasiado adorable. Una sonrisa automática apareció en el rostro de Nayeon cuando Jeongyeon hizo un gesto hacia el asiento junto a Nayeon y volvió a subir al auto.

"Hola, oficial." Nayeon dijo amablemente, inclinando la cabeza hacia un lado y bajándose las gafas de sol para mirar a Tzuyu.

Tzuyu levantó las cejas mientras se abrochaba el cinturón. "¿Realmente me contrató para todo el día, señorita Im? ¿Sólo a mi?"

"Por supuesto. Quiero la mejor seguridad, y no hay nadie en quien confíe más para protegerme." Nayeon tocó el brazo de Tzuyu juguetonamente, sonriendo más cuando las mejillas de Tzuyu se sonrojaron y un hoyuelo se asomó.

"¿Qué vamos a hacer hoy?" Tzuyu preguntó en voz baja, mirando hacia la parte delantera del coche. Nayeon no entendió bien lo que estaba buscando hasta que su mano se deslizó entre sus asientos y se unió a la suya. Un zarcillo de calor comenzó a desplegarse dentro de su pecho, pero antes de que pudiera hablar, Jeongyeon respondió por ella.

"Visitar a algunos fans necesitados y una sesión de fotos. Entonces, si todo va según lo planeado, la tarde es tuya, Nayeon. Pero trata de mantenerte fuera de los ojos de la prensa."

Los dedos de Tzuyu se flexionaron alrededor de los de Nayeon, y cuando levantó la vista, ella se sorprendió al ver la mirada dura en el rostro de Tzuyu. Parecía defensiva, protectora. Nayeon no podía recordar la última vez que alguien realmente quiso cuidarla.

"Afirmativo, jefa." Nayeon murmuró y se inclinó para descansar su cabeza en el hombro de Tzuyu.

───────

Tzuyu suponía que este no era el peor trabajo del mundo.

Era agradable ver a Nayeon ir de habitación en habitación en un hospital infantil con animales de peluche y carteles firmados. Las sonrisas en los rostros de los niños eran motivadoras, había un cierto brillo en sus expresiones cuando Nayeon se sentaba en el borde de sus camas y escuchaba sus historias. Ella nunca interrumpió, mirando a cada uno de ellos como si fueran la persona más importante del mundo, y Tzuyu estaba un poco asombrada por la cantidad de carisma que brillaba en ella.

Después de eso fue la sesión de fotos, y Tzuyu tuvo más dificultades para ocultar su aborrecimiento por la industria mientras miraba. Toneladas de personas se quedaban en los bordes: maquilladores, una chica muy bonita que Nayeon le informó que era la estilista, Minatozaki Sana y los fotógrafos, y Tzuyu se estacionó en la esquina trasera izquierda.

Nayeon estaba vestida con nada más que diminutos pantalones cortos negros y una chaqueta de cuero que mantenía envuelta alrededor de sí misma en diferentes poses, algunas con el hombro al descubierto, otras mirando al fotógrafo con ojos sensuales, y el estómago de Tzuyu seguía revolviéndose mientras los fotógrafos gritaban instrucciones.

"¿Puedes quitarte la chaqueta?" finalmente preguntó uno de ellos, bajando su cámara y arrodillándose en el suelo para capturar a solo unos metros de Nayeon.

Los ojos de Nayeon se posaron en Jeongyeon, solo por un segundo, y Tzuyu siguió su mirada. No entendía la expresión de Nayeon: había una pizca de súplica en sus ojos, una cierta urgencia que hizo que la garganta de Tzuyu se apretara.

Jeongyeon asintió, dándole a Nayeon una sonrisa tensa y breve, y Nayeon inhaló sutilmente, dejando caer la chaqueta al suelo.

Tzuyu miró hacia otro lado inmediatamente, la repugnancia latía en sus venas, aunque no estaba segura de por qué. No había nada de malo en estar orgulloso de la propia sexualidad, nada de malo en querer exponer tu cuerpo, nada de malo en estar lo suficientemente cómodo en tu piel como para mostrarla así. Y no habría pensado en nada en absoluto, si Nayeon pareciera al menos un poco cómoda con ello.

Había pasado suficiente tiempo con Nayeon para notar los cambios en su expresión, reconocer cuándo estaba volviendo a su personalidad y cuándo era genuina. Todo el día, incluso cuando habían estado con esos niños, Nayeon parecía artificial. Al igual que ahora, haciendo movimientos simples, sonriendo cuando lo necesitaba, moviéndose de un lado a otro, como si estuviera siendo dirigida por cuerdas de marionetas. Era desconcertante de ver.

Tzuyu retrocedió hasta que ya no estuvo a la vista de la sesión de fotos. Solo necesitaba un poco de aire, tragando contra la náusea dentro de su estómago.

"Es hermosa, ¿verdad?"

Tzuyu miró de mala gana. Jeongyeon se acercaba a ella, con los brazos cruzados sobre su pecho, la misma sonrisa tensa de antes aún grabada en su rostro. Había algo más al respecto ahora, como una advertencia. Tzuyu le devolvió la mirada. Se negó a dejarse intimidar por el propio titiritero.

"¿Así es como lo llamas?" respondió Tzuyu. Ella agitó una mano desdeñosa hacia las luces intermitentes, la manada de personas que rodeaban los bordes de la escena como lobos hambrientos. "¿Llamas a esto belleza?"

"¿Tú no?" Jeongyeon cuestionó. "Pero ella impresionante, ¿no crees? No es de extrañar que tenga el mundo entero comiendo de su palma."

Tzuyu no respondió, las palabras que ansiaba decir ardían bajo la superficie, burbujeando en su garganta. Esto no le haría ningún bien a Nayeon. Jeongyeon estaba tratando de incitarla, aunque no estaba segura de por qué exactamente.

"Escucha." Jeongyeon continuó, inclinándose más cerca y bajando la voz a un mero murmullo. Tzuyu se cruzó de brazos con determinación, concentrándose en el brillo de las luces que se encendían y apagaban.

"Me entretuve con todo esto porque parecía estar haciendo que Nayeon se concentrara con más energía de lo que la había visto en mucho tiempo. Y eso solo puede ser bueno para su productividad. ¿Pero ahora? Voy a cortarlo de raíz."

Tzuyu tuvo que mirarla ahora, frunciendo el ceño cuando los ojos de Jeongyeon se endurecieron. A diferencia de muchos de los otros involucrados aquí en la industria, Jeongyeon no era estúpida. Era brillante, lo cual era parte de lo que atraía a los clientes hacia ella como mánager, pero debajo de esa brillantez había un impulso feroz y consumidor. Pero, ¿qué pasaba cuando ese impulso de ser el mejor dominaba todo lo demás, incluso el bienestar de sus clientes?

Esa pregunta no necesitaba ser respondida. Nayeon era la prueba viviente.

"¿Cortar qué de raíz?" Tzuyu preguntó en voz baja.

Jeongyeon hizo un gesto entre Tzuyu y la sesión de fotos. "Esto. Tú, y lo que sea que creas que se está desarrollando entre tú y Nayeon."

La mandíbula de Tzuyu se apretó, sus puños se apretaron involuntariamente, pero antes de que pudiera respirar para hacer la pregunta, Jeongyeon se estaba riendo de manera oscura.

"Oh, no te preocupes, Nayeon no me ha dicho nada sobre sus pequeñas noches juntas, pero no necesitaba hacerlo. Es mi trabajo mantenerla a raya, asegurarme de que tenga lo que necesita, y tú no eres parte del plan. Eres exactamente lo que se supone que eras, Oficial Chou, solo una oficial de seguridad. Cualquier cosa más allá de eso es imposible, me temo."

"¿Hablas por ella ahora?" espetó Tzuyu. No pudo evitarlo, no pudo evitar erizarse ante la mirada en el rostro de Jeongyeon, la superioridad y el aire farisaico como si realmente supiera lo que era mejor para Nayeon, como si no fuera una de las personas responsables de que ella se consumiera ante sus propios ojos.

"Bueno, creo que estoy un poco más calificada en ese frente que tú." Jeongyeon la miró de arriba abajo con desdén.

"¿Y crees que lo que ella necesita es que la hagan desfilar frente a estas cámaras, en posiciones que ni siquiera quiere, en lugar de obtener ayuda real?" Tzuyu respondió.

Los ojos de Jeongyeon se oscurecieron. Tenía un aspecto casi peligroso. Tzuyu casi dio un paso atrás antes de recordarse a sí misma.

"Im Nayeon," dijo Jeongyeon lenta y claramente. "es la chica, la estrella que todos quieren, cuyo nombre permanece en la mente de todos, la que todas desearían poder ser. Esa es su imagen. No esta estética oscura y triste que pareces pensar que le queda mejor."

"¿Hablas jodidamente en serio?" Tzuyu preguntó con incredulidad. "¿Incluso la miras? ¿Verla realmente, más allá de verla solo como un producto de mercado? ¿La escuchas? ¿O solo escuchas lo que quieres escuchar?"

"No te metas en cosas que no entiendes." Jeongyeon advirtió. El acero en su voz era cortante. "Mantente fuera de sus asuntos si sabes lo que es bueno para ti."

"¿Y lo que es bueno para ella es estar boca abajo con el culo expuesto en el escenario a lado de Jennie Kim en lugar de recibir terapia, permitiéndole el espacio para tener un problema?" replicó Tzuyu.

"Pasas un rato en su habitación de hotel y crees que ya sabes quién es, ¿no?" Jeongyeon resopló.

Tzuyu la miró pétreamente. "¿No me crees? Mírale las uñas alguna vez."

Antes de que Jeongyeon pudiera responder, Nayeon estaba saltando hacia ellas, con un brillo en sus ojos que Tzuyu no había visto en todo el día, sonriendo de verdad mientras se acercaba a ella.

"La sesión terminó, y estaba pensando que podríamos comer algo. ¿Está bien, Jeongyeon, si Tzuyu viene?"

El brazo de Nayeon se enganchó con el de Tzuyu antes de que cualquiera de ellas pudiera responder, su cabeza descansaba sobre el hombro de Tzuyu, y se le escapó un pequeño suspiro mientras revisaba su teléfono. Tzuyu miró deliberadamente a Jeongyeon, apretando suavemente el brazo de Nayeon.

"Sí." Jeongyeon finalmente respondió, girando sobre sus talones y alejándose de ellas. "Sí, claro, lo que quieras."

"¿Dije algo malo?" preguntó Nayeon, con los ojos muy abiertos y rompiendo el corazón de Tzuyu con su confusión.

"No lo hiciste. No es sobre lo que hiciste o qué dijiste." Tzuyu suspiró. "Es solo que nadie aquí está escuchando."

"¿Qué?" La nariz de Nayeon se arrugó adorablemente.

"Vamos, señorita Im." La mano de Tzuyu se deslizó por su brazo para entrelazar sus dedos, sin importarle un carajo si Jeongyeon las veía. "Vamos a buscarle algo de comida."

───────

Tzuyu ya no estaba encargada de la seguridad de Nayeon, informó Momo tan pronto como entró en la oficina el lunes por la mañana, pero esto no le dio ningún tipo de alegría, ninguna una sensación de alivio por haber sido liberada de su 'carga', como Momo lo describió.

En cambio, solo encendió una especie de ardor urgente y persistente en su estómago, un pánico persistente que la volvió completamente inútil. No pudo concentrarse en su trabajo en todo el día, ni en ninguna de las reuniones, y Momo le preguntó unas doce veces si se sentía bien.

Nayeon está sola en las fauces de la industria y no estoy segura de si es lo suficientemente fuerte como para salir.

Permaneció en su ensoñación hasta que llegó a casa, sin prestar atención a lo que estaba haciendo mientras barría distraídamente la cocina para preparar la cena, y fue solo cuando Chaeyoung la interceptó y casi activó la alarma de humo que Tzuyu disminuyó la velocidad y se dio cuenta.

"¿Qué te pasa esta noche? Has estado como un zombi desde que llegaste a casa. ¿Recibiste una nueva tarea extraña?" Chaeyoung preguntó, dejando caer la taza de medir de la que Tzuyu había derramado agua sobre el mostrador.

Tzuyu negó con la cabeza, jugando con la caja en sus manos y miró a Chaeyoung vacilante. Ella y Dahyun habían dejado en claro cómo se sentían sobre las celebridades que cuidaban, pero también estaba segura de que ninguna de ellas había conocido a una persona como Nayeon. Eran sus mejores amigas.

"Yo solo... he estado pensando." Tzuyu dijo en voz baja.

La expresión de Nayeon en su cena juntas seguía destellando en su visión interna. Las sonrisas y risas genuinas, la forma en que se acurrucó al lado de Tzuyu y se quedó somnolienta y contenta después de que terminaron su comida, la forma en que miraba a Tzuyu primero para todo, a pesar de que Jeongyeon estaba allí. Parecía lo más cercana a feliz que Tzuyu podía recordar haberla visto.

Y ahora, Tzuyu ya no era su guardia de seguridad. ¿Cuánto tiempo le tomaría a Nayeon volver a encerrarse en sí misma y perder ese brillo en sus ojos?

"¿Sobre qué?" Chaeyoung preguntó.

"Nayeon." Tzuyu dijo, sin mirar a Chaeyoung.

"¿Qué hay de ella?"

"¿Alguna vez has sentido que estás sola, pero estás rodeado por una multitud de personas? ¿En una fiesta, o saliendo con amigos, o lo que sea?" Tzuyu aventuró, vacilante.

Chaeyoung se encogió de hombros, tomando la caja de las manos de Tzuyu y vertiendo el arroz en la taza para ella.

"Algunas veces."

"Nayeon es así." Tzuyu dijo en voz baja. "Pasé el viernes con ella, porque me contrató como su guardia personal, y estuvo rodeada de gente todo el día. Sonriendo y autografiando y posando, pero realmente la miré mientras la estaban maquillando. Deben haber sido tres o cuatro personas diferentes trabajando en su cabello, aplicando rubor o lo que sea, pero ninguno de ellos la veía, ¿sabes? La expresión de su rostro era tan vacía."

Chaeyoung no dijo nada. Podía escuchar los sonidos de Dahyun corriendo por el pasillo, probablemente despertada por el olor a comida, pero Tzuyu continuó.

"Y todas las veces que me senté y la escuché hablar sobre su vida, prácticamente se apresuraba en sus palabras, como si las hubiera estado conteniendo durante años. Y si sabes qué buscar, si prestas suficiente atención, puedes verlo en cualquier parte de ella. Sus actuaciones, sus vlogs, todo eso."

Tzuyu miró a Chaeyoung desesperadamente, deseando que ella entendiera, que la tomara en serio sobre esto. Ninguna de las dos se movió cuando Dahyun entró, vestida con una camiseta negra holgada y pantalones de pijama, bostezando y despeinándose.

"Ella no es feliz." susurró Tzuyu. "¿Cómo soy yo la única que lo ve?"

"¿Quién no es feliz?" preguntó Dahyun, hurgando en los gabinetes. No estaba prestando atención a sus expresiones, pero Tzuyu vio algo parpadear en los ojos de Chaeyoung.

Hubo unos insoportables momentos de silencio, en los que Tzuyu miró suplicante a Chaeyoung y Dahyun frunció el ceño confundida mientras las miraba a ambas, y Chaeyoung finalmente suspiró.

"Mira, te voy a decir dos cosas. No me siento completamente calificada para dar consejos en este frente, especialmente porque no la conozco personalmente, pero ten paciencia conmigo, ¿de acuerdo?"

Tzuyu asintió mientras las cejas de Dahyun se juntaban.

"¿A quién no conoces?" preguntó Dahyun.

"Im Nayeon es el tipo de persona que interpreta papeles para todos. Es parte de su trabajo, Tzuyu-ah." Chaeyoung dijo, ignorando a Dahyun mientras se marcaba los dedos. "Estoy segura de que tiene una personalidad diferente para cada persona que conoce, y probablemente lo haga sin siquiera darse cuenta. Incluso probablemente para ti."

"No- no fue así." Tzuyu murmuró. Había verdad en las palabras de Chaeyoung, pero no creía que nadie pudiera fingir la vulnerabilidad en la voz de Nayeon cuando le admitió a Tzuyu que ni siquiera podía reconocerse en el espejo, o el orgullo inestable en su caja de letras.

"Y dos." Chaeyoung continuó. "Ella tiene un equipo a su alrededor todo el tiempo, y está con esa rapera. Si realmente estuviera tan desgastada, alguien se habría dado cuenta."

"¿Quién?" estalló Dahyun.

"Ese es mi punto." Tzuyu se pasó las manos frustradas por el cabello. "Es como si no quisieran ver, todos quieren mirar hacia otro lado hasta que ella se recupere y vuelva a ser su muñeca."

Chaeyoung la miró inquisitivamente, ambas aún ignoraban a Dahyun que prácticamente vibraba en su agitación, y finalmente se acercó para colocar sus manos sobre los hombros de Tzuyu.

"Te preocupas por ella."

No era una pregunta.

Tsuyu asintió.

"¿Has hablado con ella recientemente?"

"Estuvo ocupada todo el fin de semana." Tzuyu murmuró. "Y no puedo esperar que pueda hacer tiempo para mí. No... no somos nada."

"¿Todavía tienes su número?" Chaeyoung preguntó.

Dahyun dejó escapar un enfadado "¡Oh!" de realización detrás de ellas, saltando sobre el mostrador.

"Sí, pero como dije, ella está ocupada, no puedo esperar-"

"Creo," dijo Dahyun esta vez, hablando con la boca llena de papas fritas, "que Im Nayeon haría tiempo para ti, Tzuyu-ah."

Tzuyu miró a Chaeyoung, quien no se sumó, sino que simplemente le dio a Tzuyu una pequeña sonrisa con hoyuelos, apretando su hombro ligeramente antes de volverse hacia la estufa.

Tzuyu pensó en ello durante el resto de la noche, durante la cena que finalmente prepararon, durante una ronda de mala televisión con Dahyun y Chaeyoung, mientras contemplaba el techo en la oscuridad y pensaba distraídamente en las uñas maltratadas, en los ojos marrones vacilantes y en las suaves manos que se deslizaron en las suyas.

Antes de que pudiera estirarse para tomar su teléfono de la mesita de noche, se iluminó en la oscuridad de su habitación, zumbando contra la madera. Tzuyu reprimió un bostezo mientras intentaba agarrarlo, entrecerrando los ojos ante el texto.

Nayeon: Rompí con Jennie

Tzuyu parpadeó sorprendida.

Debía haber sucedido apenas, ya que ella había estado en las redes sociales hace solo media hora y no había rastro de que algo saliera mal con la pareja. Entonces, ¿Tzuyu era la primera persona a la que Nayeon le contó? Aparte de Jeongyeon, probablemente.

Tal vez Tzuyu era la primera persona a la que Nayeon quería contarle. El pensamiento hizo que su estómago se retorciera.

Tzuyu: ¿En serio?

Nayeon: Si

Tzuyu: ¿Fue tu decisión o la de la disquera?

Los tres pequeños puntos parpadearon burlonamente hacia Tzuyu, y de repente le preocupó haber sonado demasiado presuntuosa. Justo cuando estaba a punto de emitir una disculpa, llegó otro mensaje de texto.

Nayeon: No, fue la mía. Ya era hora, de verdad, creo

Nayeon: No tengo nada en contra de Jennie, ella es genial, pero necesitaba ser honesta conmigo misma. Sobre lo que quiero y lo que me conviene, ¿sabes?

Tzuyu no estaba muy segura de por qué su corazón comenzaba a tartamudear de esa manera, pero se tragó los nervios.

Tzuyu: Entiendo

Hubo una pequeña pausa, con la decepción floreciendo en el pecho de Tzuyu, y luego respondió Nayeon.

Nayeon: Sé que ya no eres mi guardia de seguridad, pero ¿te importaría verme mañana? Podría enviarte un auto, para que no tengamos que lidiar con los paparazzi

Nayeon: Realmente me gustaría verte, Tzuyu

Nayeon: Honestamente, necesito verte.

Tzuyu miró fijamente su pantalla, respirando con dificultad, una extraña especie de adrenalina bombeando a través de ella, como si hubiera estado corriendo en lugar de simplemente sentarse aquí, leyendo mensajes de texto de Im Nayeon. Textos vulnerables. Nayeon confiaba en ella lo suficiente como para ser vulnerable con ella.

Tzuyu: ¿A Jeongyeon no le importará?

Nayeon: No tiene nada que ver con Jeongyeon jaja. Es mi decisión, puedo ver a quien quiera en mis días libres, y quiero verte

Los pulgares de Tzuyu recorrieron la pantalla, imaginando el dulce rostro de Nayeon, la curva hacia adentro de sus hombros mientras estaba rodeada por todas esas malditas personas, y esta vez no dudó en su respuesta.

───────

"Ni siquiera sabía que podías tocar un instrumento."

La voz de Tzuyu era ligera, sin burlas, y extendió la mano para pasar el dedo suavemente por la parte posterior del brazo de Nayeon, solo porque podía, para asegurarse de que Nayeon estaba aquí. Que todavía estaba bien. Tzuyu le había mirado sutilmente las uñas cuando llegó, y no tenían costras, solo un poco de enrojecimiento alrededor de ellas para indicar algún daño.

Había mantenido una mano en la de Nayeon durante todo el tiempo que estuvo aquí. Sólo para estar segura.

Nayeon se rió mientras tocaba una de las teclas del teclado, encogiéndose de hombros con facilidad antes de deslizarse más cerca del lado de Tzuyu y acomodar su cabeza en el hueco de su hombro. Esa parecía ser su posición favorita, cada vez que tenía la oportunidad o bajaba la guardia. Tal vez le gustaba que Tzuyu fuera más alta que ella. Tal vez le gustaba cómo Tzuyu podía protegerla de más formas además de mantener alejados a los indeseables.

"No soy muy buena, es solo algo que aprendí entre sesiones de grabación. Deberías ver a Jennie haciendo música. Ella puede tocar cualquier cosa."

Había un toque de asombro en la voz de Nayeon, pero nada que indicara que era algo de lo que Tzuyu tuviera que preocuparse. No como si tuviera algo de qué preocuparse. Se regañó a sí misma por ir en esa dirección cuando Nayeon estaba así. Las relaciones debían ser la prioridad más baja en su lista. Incluso si no podía superar el olor de Nayeon y lo bien que se sentía acurrucada junto a ella.

Tzuyu le apretó la mano ligeramente, tarareando mientras Nayeon apartaba el teclado. Estaba más que un poco sorprendida cuando Nayeon levantó su brazo para ponerlo alrededor de sus hombros, presionándose contra su costado y suspirando de satisfacción mientras apoyaba la cabeza en su pecho.

Lentamente, todavía vacilante, Tzuyu rodeó por completo a Nayeon con sus brazos. Se sentía sólida así, presente en los brazos de Tzuyu de una manera que nunca parecía en ningún otro lugar. El pensamiento tiró de las fibras del corazón de Tzuyu, y apoyó la mejilla contra la parte superior de la cabeza de Nayeon.

Estuvieron cómodamente tranquilas por un rato. Tzuyu hubiera estado bien si se hubieran quedado así toda la noche, sin presionar a Nayeon para que llenara el vacío del silencio y simplemente dejándola estar. Cerró los ojos, trazando patrones vagos en las muñecas y manos de Nayeon, y estaba arrullándose cerca de algún lugar parecido al sueño cuando Nayeon habló.

"Tuve una pelea con Jeongyeon."

Tzuyu se puso rígida ante la mención de Jeongyeon. Estaba segura de que no se le escapó a Nayeon, a juzgar por el apretón que Nayeon le dio a su rodilla y el beso de mariposa que dejó contra su cuello. Tzuyu se obligó a relajarse, permitiendo que Nayeon se enterrara más en el calor de Tzuyu.

"¿Por qué?"

"Yo, um, le dije que quería escribir un par de canciones para el álbum. Dijo que el álbum está en sus etapas finales y que costaría una fortuna retractarse de todo ahora. Le pregunté si era posible hacer un relanzamiento especial después de que el álbum saliera con mis canciones como bonus tracks, y ella se opuso a la idea. No podía entender por qué. Le pregunté si no confiaba en mi habilidad artística."

"¿Y qué te dijo?" preguntó Tzuyu, forzando un esfuerzo para evitar que sus puños se apretaran.

"Te lo dije, Tzuyu-ah." Nayeon murmuró contra su piel. La sensación de su aliento envió un profundo escalofrío por la columna vertebral de Tzuyu. "A nadie le importa lo que tengo que decir."

"Oye." Tzuyu apretó su costado, esperando hasta que Nayeon la miró, parpadeando con incertidumbre.

"Eso no es cierto. A mí me importa. Creo que tus letras son maravillosas, y creo que tu mente es maravillosa. Jeongyeon no entiende qué tipo de talento tiene a su disposición. Eres una estrella, pero no por las razones que ellos creen. Eres reflexiva y brillante y tan, tan encantadora, y simplemente... si no se dan cuenta, entonces es su culpa."

Los ojos de Nayeon se agrandaron mientras Tzuyu seguía hablando, haciendo que su rostro brillara con una cierta luz frágil que hizo que el corazón de Tzuyu se contrajera.

"¿Por qué no me ven, Tzuyu?" Nayeon preguntó en voz baja.

No había desesperación detrás de la pregunta. Sólo una curiosidad sincera y dolorosa. Tzuyu se tragó el nudo que crecía en su garganta, levantando las manos para sujetar suavemente el rostro de Nayeon entre sus manos.

"No entienden lo que están mirando."

"¿Recuerdas la noche de los Premios Billboard?" Nayeon susurró. "¿La noche que nos conocimos?"

Tsuyu asintió.

"Estaba en ese escenario, mirando a todas esas personas, aplaudiendo y sonriendo mientras aceptaba mi premio con Jennie, y estaba confundida. La multitud parecía interminable y, sin embargo, no parecía que ninguno de ellos me estuviera mirando realmente. Y antes de eso, en la alfombra roja, debo haber hablado con cuatro o cinco entrevistadores diferentes, y aunque me hicieron preguntas, nunca tuve la sensación de que alguno de ellos me escuchara. ¿Por qué no pueden oírme? ¿Por qué no escuchan?"

Sonaba tan, tan perdida. Tan genuinamente desconcertada de cómo estaba completamente sola entre un equipo de tantas personas, entre todos los fanáticos adoradores que veían lo que querían ver. Tzuyu podría haber llorado.

"¿Puedo decirte algo más?" Nayeon susurró de nuevo.

"Sí." Tzuyu susurró de vuelta.

"Esa noche, veinte minutos antes de que llegaras, estaba en el balcón de mi habitación. Y pensé en saltar. Consideré seriamente caer doce pisos, allí mismo, en la cima de mi carrera."

Tzuyu se había quedado completamente inmóvil, el miedo apretando dentro de ella, formando una dura bola de plomo en la boca de su estómago. No estaba segura de cuán fuerte estaba sosteniendo la cara de Nayeon, preguntándose si la estaba lastimando, pero otra parte de ella mucho más apremiante le gritaba que mantuviera a Nayeon aquí, con ella, a salvo y... ¿y qué?

"Miré los autos que pasaban debajo de mí, la gente en las aceras y las luces de la ciudad, y quería ser una de ellas. Quería devolverlo todo: el puto dinero, la ropa, la fama y los seguidores. Solo quería mezclarme, no sobresalir más. Y luego pensé en Jeongyeon, en mi madre, recordándome que no estaba en posición de sentir lástima por mí misma."

Soltó una risa amarga, apartando la mirada de la de Tzuyu, y Tzuyu notó que sus dedos temblaban. Dejó caer sus propias manos de la cara de Nayeon, entrelazando sus dedos con fuerza.

"Tienes permitido sentir dolor, Nayeon. Tienes permitido no estar bien. Cuanto más intentes aplastarlo, suprimirlo, negar tu dolor, entonces te paralizará más. Y no te mereces eso. Tú-"

Tzuyu se interrumpió por la frustración, por la incredulidad de cómo todos los que rodeaban a esta maravillosa chica estaban eligiendo hacer la vista gorda ante su sufrimiento porque ella era un producto para ellos. La ira se hinchó dentro de su pecho, expandiéndose como un globo, pero cuando Nayeon apretó su mano, sus ojos se suavizaron y la ira se detuvo.

"Amo eso de ti." Nayeon murmuró, levantando una mano para pasar la punta de su dedo por el pómulo de Tzuyu.

"¿Qué cosa?" Tzuyu tartamudeó. Su atención se enganchó en esa palabra, mucho más de lo que debería.

"Tu fe en mí. Ha sido innegable desde el principio. Crees en mí, no en lo que puedo hacer por la empresa o mi cuerpo..." Nayeon se desvaneció, enterrando su rostro en el cuello de Tzuyu. El corazón de Tzuyu saltó cuando Nayeon besó su punto de pulso, solo un suave roce de sus labios contra su piel.

"Por supuesto que lo hago." Tzuyu dijo en voz baja.

Cuando Nayeon la miró esta vez, no había frustración ardiente en el estómago de Tzuyu, ni ira punzante, sino solo un zumbido a su alrededor, una electricidad que Tzuyu inhaló. Tragó saliva cuando el pulgar de Nayeon rozó su pómulo.

Sus ojos se cerraron automáticamente cuando Nayeon se inclinó hacia ella, jadeando contra la boca de Nayeon mientras la besaba, con los dedos agarrando la manga de Nayeon inesperadamente fuerte. Nayeon era suave y cálida, con un sabor fresco y ligeramente dulce, y Tzuyu solo quería seguir besándola, descubrir exactamente cómo le gustaba a Nayeon que la tocaran, pero no era ella quien debía decidir.

Se trataba de la comodidad de Nayeon.

Así que dejó que Nayeon tomara la iniciativa, permitió que las manos de Nayeon se deslizaran alrededor de su cuello y rozaran suavemente el cabello allí, permitió que Nayeon mordiera suavemente su labio inferior y sintió que Nayeon sonreía cuando Tzuyu dejó escapar un suave suspiro de placer, tirando de ella más cerca sin pensar.

"Eres muy tierna, Tzuyu-ah." Nayeon susurró, besando la punta de su nariz.

Tzuyu frunció el ceño, sonrojándose automáticamente cuando Nayeon le sonrió, y hubiera protestado más si no le hubiera gustado ver a Nayeon tan feliz. Realmente feliz.

"No hice nada." Tzuyu se quejó.

Nayeon lo consideró por un momento antes de besar a Tzuyu nuevamente y después recostó su cabeza sobre su hombro.

"Si lo hiciste."

Hubo silencio por unos segundos más, Tzuyu apretó sus brazos alrededor de Nayeon y deseó tener la fuerza suficiente para mantenerla así.

Nayeon rompió el silencio.

"Necesito ayuda."

Tzuyu presionó un suave beso contra la línea del cabello de Nayeon.

"El primer paso es admitir que tienes un problema, Nayeonnie. Estoy orgullosa de ti."

───────

"¿Quieres hacer qué?"

La mano de Nayeon se apretó alrededor de su vaso, lleno de un rico y costoso alcohol que no quería pero que Jeongyeon insistió en servirle, y se concentró con determinación en la lujosa alfombra de Jeongyeon, en los hilos dorados, las esquinas deshilachadas, en lugar de la acero en la voz de Jeongyeon.

"Quiero internarme en un centro de salud mental."

Jeongyeon la miró fijamente, como si no estuviera muy segura de haber escuchado bien a Nayeon. Nayeon se recostó en el sofá, presionándose contra los cojines en caso de que Jeongyeon tuviera uno de sus arrebatos, pero estaba sorprendentemente tranquila, frotándose la barbilla con la mano antes de sentarse en el brazo de uno de sus sillones.

"¿He hecho algo?"

La frente de Nayeon se arrugó. "¿Qué?"

"Sé que han sido unas últimas semanas ocupadas, y tal vez no he estado tan cerca como debería, y me disculpo por eso. Eso es mi culpa." Jeongyeon la miró de cerca. Nayeon no estaba segura de lo que estaba tratando de encontrar. "Pero este- este grito de ayuda, ¿es eso lo que es? Nayeon, no podemos permitirnos este tipo de mancha, no cuando estamos tan cerca del lanzamiento del álbum. ¿Te das cuenta de lo que las ventas de la primera semana harán por tu carrera? Con la canción de Jennie y..."

Nayeon estaba agarrando su vaso con tanta fuerza que temía que pudiera romperse. Concentrándose en estirar cada dedo uno a la vez, lo dejó sobre la mesa de café y miró fijamente a Jeongyeon, dura y concentrada hasta que las mejillas de Jeongyeon se sonrojaron.

"¿Realmente estás tan concentrada en las ventas? ¿En las listas?" Nayeon estalló. "¿Qué tengo que hacer para que entiendas que estoy mal? ¿Tengo que cortarme, Jeongyeon? ¿Hacer que me descubras con un sistema lleno de pastillas? ¿Encontrarme colgada de las vigas? ¿O sería solo otro grito de ayuda?"

A pesar de que decía en serio cada palabra, algo en la forma en que el rostro de Jeongyeon palideció la satisfizo y la vigorizó.

"Nayeon-" comenzó Jeongyeon, pero Nayeon levantó una mano.

"Te lo dije antes, y te lo digo ahora, y todavía no estás escuchando. Te niegas a escucharme, y nada duele más que saberlo. A la persona en la que se supone que debo confiar más le importa una mierda mi forma de pensar, solo el próximo marketing que se le ocurra. Confié en ti, Jeongyeon. Confié en que cuidarías de mi carrera y de mí, y me dejaste fuera."

"¿Qué estás diciendo?" exigió Jeongyeon.

Nayeon se puso de pie, mirándose las uñas (no se había mordido la piel en casi dos días, todavía cálida por su visita a Tzuyu) y respiró hondo.

"Estoy diciendo que me voy a internar. Necesito hacer esto, por mí, incluso si no lo entiendes. No necesito que lo entiendas más. Voy a hacer una declaración pública."

"¿Vas a-?"

"Y tú." Nayeon la miró directamente. "Estás despedida."

Las cejas de Jeongyeon se arquearon, disparadas hacia la línea de su cabello, y Nayeon tragó mientras le daba a Jeongyeon una última mirada. Todo en ella estaba tan sereno, tan controlado. Le gustaba tener a Nayeon bajo su control, a todos sus clientes, en realidad. Ahora que Nayeon, su superestrella, se estaba separando, ¿qué haría?

"¿Qué?" Jeongyeon se rió, una risa aguda, fría y mordaz.

"Me escuchaste." Nayeon dijo claramente. "Estás despedida. El álbum todavía va a salir y lo promocionaré, pero no contigo. Voy a ser una artista independiente. Pero, en mis términos, cuando esté lista."

Sin decir una palabra más a la expresión atónita de Jeongyeon, Nayeon giró sobre sus talones y salió de su apartamento.

Fue lo más liberada que se había sentido en años.

Era hora de poner a Im Nayeon primero.

───────

"¡Tzuyu-ah, te llegó una carta!" Dahyun gritó desde el pasillo.

Tzuyu gruñó, rodando de su intento de siesta y caminando para tomar el sobre del mostrador. Chaeyoung estaba recostada en el sofá, jugando videojuegos con Hoseok a todo volumen en sus auriculares, y la expresión de Dahyun era extrañamente calculadora mientras tomaba un sorbo de café. Tzuyu había estado pasando mucho más tiempo con ambas desde que Nayeon le había dicho que se internaría en un centro de salud mental, cuidando de ella, y Tzuyu apreciaba su amistad incluso si ellas no entendían completamente su situación.

La frente de Tzuyu se arrugó, sin reconocer la fuente elegante o el papel rígido, y lo sacó.

Querida Tzuyu,

Apuesto a que no esperabas esto de mí, ¿verdad? Supongo que pensaste que te llamaría de nuevo o te enviaría un mensaje de texto, y tenía la intención de hacerlo cuando estuviera mejor, pero... algo sobre escribir cartas parecía mucho más personal. No te preocupes, me aseguré de que esto tuviera entrega para el mismo día. No quería esperar para hablar contigo y ver cómo te va.

Estoy segura de que has estado pateando traseros en tu trabajo, ¡aunque espero que no hayas encontrado ningún cliente tan genial como yo! Quiero saberlo todo cuando nos reunamos. Si todavía quieres hacerlo, por supuesto... todavía puedes usar mi número si quieres. Eres la única con la que realmente quería hablar mientras estaba mejorando.

Quiero agradecerte apropiadamente por lo que hiciste por mí. Puede parecerte algo insignificante estar allí todas las noches y escuchar, pero en realidad... cambió mi vida, de formas que tal vez nunca te des cuenta por completo. Me sentía como si me estuviera sofocando en medio de una calle llena de gente y nadie, ni una sola persona, se detuvo para ayudar. Nadie se detuvo para notarlo. Excepto tú. Y creo que ni siquiera me di cuenta de lo fuerte que estaba siendo sujetada hasta que me sacaste. Así que... gracias.

Sé que han pasado semanas desde que hablamos por última vez, y me tomé unos días para mí misma después de salir para asegurarme de que estaba bien conmigo misma, pero me gustaría verte más que nada. Me encantaría contarte sobre las canciones que he escrito, sobre el álbum independiente que planeo lanzar, sobre todo, en realidad, y decirte en persona exactamente cuánto te extrañé.

¡Espero tener noticias tuyas pronto!

Con amor,

Nayeon.

Tzuyu no se dio cuenta de las lágrimas que caían de sus ojos hasta que las manos de Dahyun se cerraron sobre las de ella, quitándole suavemente la carta y colocándola sobre el mostrador.

"¿Estás bien? ¿Qué ocurre?"

Tzuyu asintió apresuradamente, limpiándose los ojos mientras Chaeyoung miraba por encima del respaldo del sofá con una mirada preocupada.

"Está bien. Estoy bien. Es solo que- es de Nayeon." Tzuyu señaló la carta. "Y está bien. Ella... ella está mejorando."

Tzuyu podía escuchar a Chaeyoung diciéndole a Hoseok que necesitaría tomarse un descanso y que podría continuar más tarde, pero la mayor parte de su atención estaba en Dahyun, en sus manos pequeñas y cálidas que frotaban los brazos de Tzuyu y la mantenían en la tierra. Tzuyu le sonrió un poco, frotando la palma de su mano contra el rastro de lágrimas que se escapaban.

"¿Irás a verla?" Dahyun preguntó en voz baja.

Chaeyoung se había unido a ellas, apoyando la cabeza en el brazo de Tzuyu y tomando su mano ligeramente.

"Ella quiere que lo haga."

"¿Pero qué quieres tú?" Chaeyoung cuestionó.

Tzuyu miró sus dedos entrelazados.

"Quiero... necesito verla." susurró Tzuyu.

───────

El corazón de Tzuyu estaba en su garganta mientras miraba hacia el frente de la casa. Era un edificio mucho más pequeño que el último en el que había estado viviendo Nayeon, pero Tzuyu podía imaginarla aquí. Podía ver indicios de Nayeon en el pequeño jardín exterior, en la alfombra de bienvenida en el porche, en la elección del color de las cortinas corridas. Todas estas cosas la tranquilizaron y le dieron el coraje para apagar el motor y caminar hacia la puerta.

Respiró hondo, entrelazó los dedos y golpeó la puerta varias veces. Sus nervios saltaban y se disparaban ahora, el sudor se acumulaba en sus palmas mientras las limpiaba en sus pantalones. No había ninguna necesidad real de estar nerviosa. Era Nayeon. Una Nayeon que tal vez no reconozca, pero aun así-

La puerta se abrió.

A Tzuyu se le cortó la respiración.

Era Nayeon, pero Nayeon como Tzuyu nunca recordaba haberla visto antes. No llevaba ni rastro de maquillaje, sus ojos eran más brillantes y hermosos, y vestía un atuendo que realmente parecía adecuado para ella. Sin tela ajustada sobre sus curvas, solo un simple logotipo de Florence and the Machine y los mismos pantalones de pijama a cuadros que Dahyun solía usar.

Y sus uñas estaban desprovistas de cualquier daño.

"Nayeon-ah..." dijo Tzuyu en voz baja.

"¡Tzuyu!" Nayeon chilló, lanzándose a los brazos de Tzuyu con tanta fuerza que Tzuyu casi se tropieza. Las enderezó a ambos, apretando la cintura de Nayeon mientras Nayeon hundía su rostro en el hombro de Tzuyu, pareciendo estar inhalando profundamente.

Pasaron al menos dos o tres minutos antes de que Nayeon retrocediera, sus ojos brillaban un poco mientras miraba a Tzuyu, sin soltar los hombros de Tzuyu ni por un instante.

"Te extrañé." Tzuyu murmuró. Se le hizo un nudo en la garganta por la emoción, pero necesitaba decirle estas palabras a Nayeon, porque se merecía escucharlas. "P-Pensé en ti todos los días."

Nayeon se puso de puntillas y besó a Tzuyu, con mucha más fuerza que su último beso en la cama de Nayeon, y esta vez Tzuyu pudo sentir la confianza que irradiaba en su cuerpo. Tzuyu sonrió ante el beso, ahuecando el rostro de Nayeon, pasando su cabello entre sus dedos, tomando notas mentales de lo que le gustaba. Los ruidos que hacía, la forma suave en que parecía fundirse con Tzuyu cuando Tzuyu chupaba suavemente su labio inferior, los pequeños murmullos que emitía cuando las manos de Tzuyu vagaban.

"Yo también te extrañé." Nayeon respiró. "No tienes idea de cuánto."

"Probablemente deberíamos entrar. No quiero darles a tus vecinos un espectáculo gratis." Tzuyu dijo, sonriendo incluso cuando Nayeon hizo un puchero y besó sus labios por última vez.

Nayeon no soltó su mano cuando entraron, donde la habitación del frente era tan acogedora y parecida a Nayeon como Tzuyu la había imaginado. Nayeon la empujó hacia un futón de aspecto cómodo y se subió al regazo de Tzuyu, presionando su rostro contra su cuello nuevamente y suspirando.

"Te extrañé." murmuró Nayeon.

Tzuyu acarició su cabello. "Lo sé."

Nayeon se sentó después de unos segundos, mirando a Tzuyu con ojos serios, pero por una vez estaban claros y no inseguros. Tzuyu tomó su rostro entre sus manos y besó la punta de su nariz, simplemente porque podía. Nayeon sonrió un poco, pero la seriedad permaneció.

"Todavía no estoy cien por ciento bien." Nayeon dijo claramente. "No sé si alguna vez lo estaré."

"Lo sé." Tzuyu dijo en voz baja, echando hacia atrás un mechón de cabello de Nayeon.

"Pero di ese primer paso. Por mí." Nayeon continuó, alcanzando las muñecas de Tzuyu, deslizando sus dedos hacia abajo para unirlos con los de Tzuyu. "Y tú me ayudaste a hacerlo. Solo quiero decir-"

"No tienes que agradecerme."

"Te escribí una canción." Nayeon le dijo, con una amplia sonrisa mientras Tzuyu parpadeaba sorprendida.

"Yo-"

"¿Te gustaría leerla?"

"S-sí. Eso me gustaría mucho. Pero primero... ¿te quedarías conmigo?"

Nayeon no hizo más preguntas, reacomodándose en el regazo de Tzuyu hasta que estuvieron de vuelta en su posición. Tzuyu se estiró a lo largo del futón hasta que Nayeon pudo meter la cabeza debajo de la barbilla de Tzuyu, envolviendo sus brazos sobre los hombros de Nayeon.

Lo último que escuchó Tzuyu antes de que ambas sucumbieran al sueño fue un suave susurro.

"Creo que podría enamorarme de ti, Chou Tzuyu."

Creo que yo también podría amarte.

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