El poeta ambiguo
El hilo de luz
atravesó la ventana,
iluminó tus letras,
tus sonetos.
Desnuda toqué el arpa,
el frío erizó mi piel
con mentiras.
Las hojas de papel
que dejaste,
eran mi mundo,
profundo.
Desvaría cada tres días
y cambia de posición.
¡Alaben al poeta de la luz!
El me dejó encadenada
a sus pronombres,
a sus verbos y nexos.
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