Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝙄𝙑. the past hurts

𔐬 𝆬 ,𝙁𝙄𝙍𝙎𝙏 𝘼𝘾𝙏 ៹ . .
𝐑 𝐔 𝐌𝐈𝐍𝐄

❪⚔️❫ ━━「YOUR MAJESTY ━
BOOK ONE」━━

I am strong ▬▬▬▬ ⟆ ❪ OO ❫.
episode 🪞 fanfiction
❛ you owe me ; twenty dollars ❜




EL CAMPO PARECÍA UNA CUADRÓ PINTADO CON LA DELICADEZA DE. mano divina. La brisa cálida acariciaba el océano verde del pasto y las rosas, mezclándose con la vibrante presencia de amapolas que salpicaban el terreno como diminutos soles anaranjados. Cada flor era una declaración de vida que iluminaba el ambiente, creando un paisaje casi etéreo, inmune al paso del tiempo. Megara caminaba entre la serenidad del lugar, sintiendo el cálido peso del brazo de Hércules sobre sus hombros. Su tacto transmitía protección, un escudo contra el mundo. Una sonrisa dulce se dibujó en sus labios mientras mantenía su atención en sus hijos, que jugaban no muy lejos. Pero, como una sombra que se niega a desaparecer, la amenaza de las arpías rondaba en su mente, un recordatorio constante del peligro que acechaba. Megara apartó esos pensamientos con esfuerzo; debía disfrutar el presente, por efímero que fuera.

Sus ojos se detuvieron en Alysia, la mayor, un reflejo de Hércules en versión femenina. Su piel era tan pálida como la nieve bajo un cielo invernal, y sus ojos, un azul profundo, parecían contener la fuerza de los mares. Ágil, segura y valiente, Alysia era un prodigio en combate, y su cabello sedoso, apenas rozando sus hombros, bailaba al compás del viento. Por otro lado, Demian era una réplica de Megara. Sus rizos oscuros enmarcaban un rostro que irradiaba determinación, mientras que sus ojos oscuros eran espejos de una fortaleza interna inquebrantable. A pesar de sus diferencias, ambos hermanos compartían un vínculo único, un amor que trascendía cualquier obstáculo.

Alysia, con sus catorce años recién cumplidos, se inclinaba hacia su hermano menor, de tan solo ocho. Estaba enseñándole a manejar un arco, un arte que ella dominaba con destreza. El arma, elegante y cuidadosamente tallada con símbolos griegos y grabados de flores, reflejaba la herencia de su linaje.

───¿Estás segura de esto? ───murmuró Demian, con un hilo de voz cargado de incertidumbre. Sus dedos temblaban mientras sostenía el arco, y su mirada se deslizaba hacia su hermana en busca de consuelo.

───Claro que sí ───respondió Alysia con una sonrisa alentadora, ajustando sus manos antes de dar un paso atrás───. Confío en ti. Solo concéntrate.

El niño respiró hondo, sus labios se curvaron en una expresión de duda, pero tensó la cuerda del arco con todas sus fuerzas. La flecha voló, un susurro cortando el aire antes de desviarse del objetivo. La frustración invadió a Demian; sus cejas se fruncieron, y un gemido escapó de sus labios. Sin embargo, el toque suave de Alysia en su cabello calmó su enojo.

───Hiciste lo mejor que pudiste, y eso es suficiente ───le aseguró ella, inclinándose ligeramente para que sus ojos se encontraran con los de su hermano.

Demian, aún sintiendo el peso del fracaso, se arrojó en un abrazo que reflejaba la profunda conexión que compartían. Por un instante, todo parecía estar bien. Sin embargo, al abrir los ojos, el mundo se desmoronó.

De repente, la calidez fue reemplazada por un vacío aterrador. Estaba solo, perdido en la oscuridad, mientras imágenes fragmentadas de su pasado lo asaltaban. Vio su hogar, un refugio de madera acogedor lleno de recuerdos. Pero algo estaba mal. Grietas comenzaron a expandirse en las paredes, cada crujido un presagio del caos. Las grietas se abrieron bajo sus pies, y Demian cayó. La sensación de vacío era interminable, el aire rugía en sus oídos, y el miedo le oprimía el pecho.

Cuando finalmente el mundo se estabilizó, Demian se encontró frente a una escena que desgarró su alma. Hércules, de pie con su espada dorada, yacía inmóvil mientras Megara lo observaba con una mezcla de horror y resignación. Demian intentó moverse, pero sus pies parecían clavados al suelo, y el aire se volvía irrespirable. Cada movimiento de la espada hacia Megara era como un golpe directo a su corazón. Lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas mientras su hermana tiraba de él, intentando sacarlo de allí. Pero era inútil. Estaba atrapado, condenado a revivir ese momento.

Cuando la espada de Hércules descendió para acabar con Megara, Demian despertó de golpe. Su pecho subía y bajaba con violencia, y sus manos temblorosas buscaban el refugio de las sábanas. Las sombras de la cabaña eran lo único que lo acompañaban, junto con la tenue luz de la luna que se filtraba por la ventana. Llevó una mano a su pecho, intentando calmar los latidos frenéticos de su corazón. La paz, aunque débil, finalmente lo envolvió, pero sabía que aquella pesadilla lo perseguiría para siempre.

Oscuridad que duele, recuerdos que matan.

El sueño era un espectro persistente, una niebla oscura que se aferraba a su mente incluso horas después de haber despertado. El impacto había sido tan intenso que, con solo recordarlo, Demian sentía cómo su respiración fallaba, un ahogo que le apretaba el pecho sin tregua. Permanecer en su cama, sintiéndose vulnerable y derrotado, no era una opción. Decidió salir de la cabaña temprano, antes de que el sol rompiera por completo el horizonte.

Sabía que no pertenecía a la cabaña de los hijos de Apolo, donde los colores dorados y cálidos contrastaban con la frialdad que llevaba dentro. Era un intruso, un extraño; su verdadera cabaña estaba abandonada, olvidada. Las torres de mármol blanco estaban cubiertas de plantas, la naturaleza reclamando lo que los dioses habían ignorado. Nunca volvería a ese lugar. Desde el primer día en el Campamento Mestizo, había sentido que era un exiliado, alguien que nunca encajaría.

Los recuerdos lo atormentaban, esos que había intentado bloquear con cada fibra de su ser. Pero no podía evitarlo; en ellos estaba Alysia. El filo de su espada se clavó de nuevo en el viejo tronco frente a él, el ruido sordo reverberando en el aire, una sinfonía de furia contenida. La espada, brillante y dorada, se sentía como una extensión de su propio dolor. Cada golpe era un intento de apagar el ardor en su pecho, una quemazón provocada por el recuerdo de su hermana y la traición que aún dolía como si hubiera ocurrido ayer.

Recordó cómo, siendo solo un niño de diez años, había hecho lo imposible por encontrarla. Era el hijo de Hércules, un linaje que venía con un peso aplastante, pero nada de eso importaba. Alysia era su única familia, la persona que le había prometido estar a su lado, apoyándolo contra el mundo. Cuando ella desapareció del campamento sin dejar rastro, Demian había seguido sus pasos, consciente de que el viaje podía costarle la vida. Pero cuando al fin la encontró, la verdad fue un golpe más cruel que cualquier espada: ella había elegido al enemigo. La había visto en una visión del Oráculo, trabajando con Cronos, y ese conocimiento destrozó todo lo que había creído sobre ella. Las promesas de Alysia no eran más que mentiras que ahora lo atravesaban como cuchillas.

Un jadeo escapó de sus labios mientras lanzaba otro ataque al tronco, sus nudillos enrojecidos por la presión con la que sujetaba la empuñadura. Su respiración era pesada, su sudor goteaba de su frente y se deslizaba por sus mejillas. Sus rizos estaban pegados a la piel húmeda, pero no le importaba. Su mirada permanecía fija en el tronco, que ahora tenía marcas profundas de los innumerables cortes. Era un desahogo silencioso pero efectivo.

Entonces, un sonido sutil rompió el silencio: pasos que crujían sobre las hojas secas. Demian tensó su postura y giró rápidamente, levantando su espada con un movimiento fluido. Sus ojos, oscuros y llenos de furia, se encontraron con una figura conocida.

───Whoa, tranquilo, soy yo ───murmuró Percy Jackson, alzando las manos en señal de paz.

Percy sintió un nudo en el estómago al tener la espada de Demian tan cerca de su garganta. Tragó saliva, nervioso, pero se mantuvo inmóvil. Cuando Demian finalmente reaccionó y bajó la espada, clavándola con suavidad en el tronco, Percy dejó escapar un suspiro de alivio.

Percy lo observó con detenimiento: la respiración agitada de Demian, el sudor que caía por sus mejillas, sus rizos desordenados. Había algo en su expresión──esas cejas fruncidas, ese perfil endurecido──que lo inquietaba y fascinaba al mismo tiempo.

───¿Estás bien? ───preguntó Percy, aunque inmediatamente se dio cuenta de que era una pregunta absurda. La respuesta era evidente.

Percy había notado el cambio en Demian desde hacía días. Había estado distante, ausente en las actividades del campamento, incluso en "Atrapa la bandera", donde solía brillar. Percy recordaba cómo había esperado ansiosamente ese día para formar equipo con él, pero en lugar de eso, terminó bajo el mando de Annabeth, enfrentando a Clarisse y cometiendo errores que todavía lo avergonzaban. Lo peor de todo fue la sensación de vacío al no verlo allí, la frustración de no entender por qué Demian lo evitaba.

La preocupación lo había llevado incluso a preguntar a los hijos de Apolo sobre Demian, pero solo obtuvo miradas hostiles de Nicolás y respuestas evasivas de Marcus. Según Marcus, era normal que Demian necesitara tiempo a solas, pero Percy no podía aceptar eso. No podía simplemente quedarse al margen.

───Estoy bien, solo... ───masculló Demian, dejando caer el peso de sus palabras en un suspiro. Se sentó en un tronco cercano, evitando la mirada de Percy.

Percy lo imitó, sintiéndose torpe e inseguro. Quería hablar, pero no encontraba las palabras adecuadas. Finalmente, decidió romper el silencio con una sonrisa cálida.

───Está bien si no quieres hablar de ello. Podemos cambiar de tema ───ofreció, su voz suave y tranquilizadora.

Demian rodó los ojos, pero había una ligera curva en sus labios que Percy no pudo evitar notar.

───Si te atreves a hablar sobre ese tal hombre murciélago, te juro que te estrangulo ───lo interrumpió Demian con un tono ligero, apuntándolo con un dedo.

Percy rió, sacudiendo la cabeza.

───Oh, vamos. Sabes que me soportas, diga lo que diga.

El silencio que siguió fue cómodo, casi íntimo. Ojos azules contra oscuros, dos fuerzas opuestas que, sin embargo, encontraban una extraña armonía en ese momento. Percy extendió una mano y la colocó suavemente sobre el hombro de Demian.

───Me hiciste mucha falta ───admitió en voz baja, sus palabras cargadas de sinceridad.

Demian no respondió de inmediato, pero en su rostro se dibujó una sonrisa cerrada, cargada de nostalgia. Por un momento, la presencia de Percy pareció disipar la tormenta que llevaba dentro. Y aunque no podía admitirlo, escuchar las historias interminables de Percy le daba algo que valía la pena. Entre ellos, eran como el mar y el fuego: una combinación que no debería funcionar, pero que, de alguna manera, lo hacía.














────author's note. HOLAAA I'M BACK!! Estuve dándole muchas vueltas a este capítulo hasta que al fin pude desarrollarlo, como décadas pasaban.NWKSKSKQK, voy a tener que pagar terapia por haber hecho sufrir al niño. Sorry, un capítulo algo corto comprado con los demás, solo que está vez queria mostrarle más al fondo la vida Demian y su pasado. Es de suma importancia para la trama. Ojo pirojo.

Además que al fin tenemos primera aparición de la familia de Demian, no le de muy bonita manera, but. Habrá más apariciones solo que serán más como recuerdos o pesadillas, pero quién sabe no? Guiño guiño.

Percy ya mismo caía en decadencia si Demian lo evitaba, NQMSNWOS, espero que les haya sido de su agrado este capítulo de hoy, háganmelo saber. Comenten muy importante, no olviden votar y dar su lindo apoyo, no les cuesta mucho, no al lector fantasma. Se los agradecería mucho así como les doy las gracias nuevamente por el apoyo que le están dando a la historia, me hace muy feliz que mi trabajo sea relevante 😭💗💗.

Sin más que decir, nos leemos, tengan una linda mañana/tarde/noche. Besos 💗✨✨🫶

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro