𝐏𝐑Ó𝐋𝐎𝐆𝐎 (2/3)
Querido Cupido - Soshiro Hoshina
"En busca de un corazón afligido".
[...]
Un mundo diferente.
Recuperamos la conciencia mientras éramos arrastrados por una corriente de escarcha azulada que nos guiaba hacia un portal perturbador. Gritamos por la adrenalina que nos invadió, producto de la anticipación de lo que nos esperaba al otro lado. Cerramos los ojos y todo comenzó a sentirse cálido.
El sonido era muy familiar, similar a los bosques en los que solía pasear en mis días libres. Observamos el lugar y no parecía muy diferente de la ciudad que conocíamos; gente instalada en campamentos y el sonido de los pájaros creando un ambiente de paz.
"¿Dónde estamos ahora?", preguntó el kaiju. Era sorprendentemente igual a mi país natal así que me quedé anonadado admirando el lugar. "No lo sé, tal vez, ¿regresamos a la ciudad?", dije con confusión. Me observé a mi mismo y seguía con la misma forma de mini cupido con alas, me preocupó que me quedara así por siempre.
El kaiju voló en silencio alrededor, creo que tenía la misma preocupación que yo. "Humano... ", me llamó con seriedad, "Aquí la gente se ve muy pacífica y no puedo sentir la presencia de ningún kaiju". Eso me dejó divagando por unos segundos.
"Entonces...", dije observando el entorno. "... Estamos en una especie de realidad diferente", concluí. Tenía la esperanza de que todo fuera un simple sueño, pero claramente ese no era el caso.
De repente, una especie de alarma sonó en el lugar llamando la atención de todos. "Ya va a cerrar el campamento, recojan sus cosas por favor", anunció una voz y todos siguieron su sugerencia.
El bullicio de las personas se hizo más alto, logrando irritarme un poco. Mi compañero kaiju se escondió detrás de mí. "H-humano, vienen hacia nosotros", susurró para mí. Las personas se dirigían pacíficamente hacia nuestra dirección.
Nunca pensé que podría ver tanta calma en sus rostros, ¿así era un mundo sin kaijus?
"Deja de ser tan cobarde No. 10. ¡Ellos no pueden vernos!", exclamé quitándomelo del hombro. Él forcejeó un poco conmigo, "Pero... ellos nos están mirando", susurró nervioso. Las personas no mostraban ni un signo de sorpresa, pero sí nos observaban fijamente. Cuando ya estaban lo suficientemente cerca, me quedé quieto para estar alerta a lo que harían...
Sin embargo, solo traspasaron nuestros cuerpos de una manera irreal.
Mi cabello cubría mis ojos mientras observaba el piso, dándome cuenta de mi situación con un sentimiento vacío. Por un momento, quise sacar mis emociones reprimidas durante todo ese tiempo desde que mi lectura se vió interrumpida por el ataque de las kaiju.
Probablemente nunca volvería a la tercera división, ni vería a mis conocidos de nuevo, eso lo sabía. Pero lo que más me dolía... es que probablemente jamás volvería a empuñar mi espada.
Sin embargo, no estaba dispuesto a dejar salir mis emociones en esos momentos. La frustración solo la concentré en una actividad casual para mí. "¡Ah!", suspiré, rompiendo el silencio. El kaiju dejó de mirar con confusión a las personas para observarme. "Lo que me faltaba... ", insinué con mi tono sarcástico habitual.
"... Tener que vagar con una esfera en faldita rosada", dije dispuesto a irritarlo. Necesitaba pelear con alguien de inmediato.
"¡Oye! Yo tampoco estoy contento con esto", se enfureció y una vena se le saltó. "Me agradabas más cuando eras el vicecapitán", eso hizo que se saltara una vena en mi frente.
"Todavía soy el vicecapitán", aclaré indignado. "Solo debemos pinchar el trasero de alguien y... ¡Volveremos!", aseguré. Sus palabras habían dado en uno de mis puntos sensibles.
"Solo eres un diablo con cosplay de ángel", señaló mi bata y mis alas. "¿Y cómo se supone que eso nos llevará a casa? Ella dijo que un corazón afligido y cansado; aquí yo no detecto ni uno", mencionó indiferente.
"¿Por qué tendrías que detectarlo tú?", dije confundido, aún con enojo. El kaiju me miró cansado y cruzó sus brazos, "Esa cosa lo dijo, genio... ", respondió con sarcasmo y continuó:
"... Soy tu radar", explicó, provocando que abriera los ojos ante su comentario.
El silencio era presente mientras lo observaba detenidamente por su declaración y al kaiju se le salió una gota de sudor por mi concentración. "¿¡Qué miras tanto!?", preguntó ansioso por el peso de mi mirada.
"Entonces... ", solté . "¡¡Sirve para algo y dime a quién tengo que pinchar!!", grité, tomándolo sigilosamente con mis manos para agitarlo con fuerza. Eso hizo que se irritara, "¡Quítame las manos de encima!", dijo y me pellizcó con la cola, luego se elevó más alto.
"Ya me cansé de esto... ", dijo mareado. "... Por tu culpa estamos aquí, por decirle fea a esa cosa".
Esto ya no era divertido para mí...
"¿Mi culpa? Tú no te arrodillaste primero, seguro eso la molestó", me excusé. "Además, eres un kaiju, debiste advertirme para esquivar ese ataque, inservible", lo acusé, refiriéndome a las ondas de las kaiju. No sé en qué momento mis palabras comenzaron a tomar rienda por sí mismas.
"Ni como kaiju ni como mascota sirves, eres un fracasado", hice énfasis en la última palabra.
Un signo de dolor se hizo presente en sus ojos por unos instantes, sin embargo, cambiaron a uno enojado de inmediato. "Tú también eres un fracasado que solo empuña cuchillos", hizo una mueca mientras decía lo último.
Eso fue suficiente para que la ira me dominará.
"¿Sabes qué...?", pronuncié con todo el enojo. "¡No te necesito, volveré por mi cuenta!", le aseguré. No controlé la gravedad de mis palabras.
El hizo una mueca sin estar muy convencido de mi declaración, "¿Ah si?, pues yo tampoco", me imitó. "Verás que volveré antes que tú, solo sabes usar cuchillitos", aseguró yéndose con indignación.
"¡Bien! Veamos quién gana", dije yéndome en la dirección contraria, haciendo una mueca de desprecio y él solo volteó su rostro en señal de desaprobación hacia mí. En medio del campamento nos separamos.
Esta vez estaba solo.
Mientras volaba por la ciudad noté que habían varias cafeterías perfectamente decoradas. No pude evitar observarlas con nostalgia, extrañaba ese hábito mío de tomar café hace 24 horas. Mi cuerpo no me hacía sentir cosas básicas como hambre, sueño o sed; si lo pensaba bien, por más que quisiera, no podría pedir un café para probar su sabor.
Mientras pensaba en silencio, me causó curiosidad el porqué nadie me veía; la entidad me dijo que me vería quien yo quisiera, pero nadie me había visto hasta ese momento.
Estaba cansado y no había encontrado a nadie que desprendiera un signo de falta de amor. Entonces me rendí, sentándome en una mesa mientras todos seguían pacíficamente sus vidas, ignorando el hecho de que yo estuviera entre ellos.
Ciertamente me hacía falta discutir con el No. 10.
Apreté mis puños decidido, "Esa esfera... Ya verá que regresaré primero". Miré a todas las personas del lugar y las pinché, con la esperanza de que alguna tenía que cumplir con las características. Sintieron un leve mareo pero por alguna razón solo se portaban más amables...
No veía ningún signo de enamoramiento.
"¿Qué diablos? ¡Esa bruja mintió, esta cosa no sirve!", exclamé tirando la aguja con frustración, había usado la misma para pinchar a todos. "¿Cómo se supone que volveré así?", me pregunté mirando la enorme ciudad a través del vidrio de la cafetería, mientras, una sensación indescriptible me invadía.
¿Ninguna de estas personas les hace falta amor en su corazón?.
[...]
"Humano desagradecido", refunfuñé para mí, mientras recorría un parque que era usado por niños. Ellos jugaban despreocupados, logrando sorprenderme de vez en cuando con su energía.
"¿Cómo se supone que haré esto sin sus agujas?", me pregunté. En el momento que discutimos no lo pensé, recientemente pude ver el porcentaje de amor de algunas personas y me aturdí por tantos números. Sin embargo desaparecieron a los 10 minutos, dejándome en paz.
No tengo idea de cómo funciona mi habilidad.
Había pasado una tarde horrible, odio hablar con los humanos pero ninguno me escuchaba esta vez. Hace unas horas me hubiera parecido divertido no tener que lidiar con humanos y habría intentado golpear enemigos fuertes para deleitarme con sus reacciones, pero ahora me sentía completamente solo.
Ahí estaba, observando el atardecer sentado en un columpio de niños.
Odio decirlo, pero sin el humano lo tendré difícil.
Realmente él podía haberse ido sin mí si hubiera pinchado a alguien y funcionaba. La sola idea de que me haya dejado aquí ciertamente me entristecía. Después de todas las batallas que luchamos juntos cuando éramos un equipo.
No sabía qué hacer a partir de ese momento.
Vagué por la noche sin rumbo, la luz de la luna disipaba mis pensamientos. Finalmente, cuando giré por una calle luminosa y silenciosa; habían faroles decorativos con estilo floral... pero eso no fue lo que me hizo detener a medio camino...
Lo que realmente me sorprendió fue encontrarme cara a cara con ese cupido.
Él abrió sus ojos sorprendido, podía ver el cansancio en ellos, parece que él tampoco había tenido éxito. Guardamos silencio por mucho tiempo mientras nos mirábamos arrepentidos, reflexionando por nuestra estupidez. Sin embargo, las palabras no querían salir.
"Escucha... ", el humano rompió el incómodo silencio. "... Esta ridiculez no tiene caso, estamos pasando por la misma situación", susurró e hizo una breve pausa. "Sé que tal vez estás molesto, pero aunque no nos guste... nos necesitamos", aclaró con dificultad en su voz.
Se notaba que estaba luchando contra su orgullo.
"Así que te propongo algo...", continuó. "Hagamos una tregua temporal". El hecho de que no me haya dejado solo me hacía sentir mejor en medio de tantas dificultades.
"Lamento haber dicho todo eso, sé que te gusta tu espada", pronuncié con sinceridad, el humano sonrió con vergüenza y respondió: "Yo también lamento no haber medido mis palabras, me dejé llevar", mencionó con dificultad.
Otro incómodo silencio se hizo presente y el humano levantó su mano a modo de disculpa. Siguiendo su acción, me dispuse a estrechar su mano; esto significaba que llevaríamos a cabo la tregua en paz.
Lo mejor era trabajar en equipo si queríamos salir de esa realidad.
Una sensación recorrió mi cuerpo y la falda que llevaba se abrió en la parte delantera, asustando al humano. "¡¿Y ahora qué carajos estás haciendo?! ¡Qué clase de perversidad es esa!", dijo y quitó su mano disgustado.
De repente, una pantalla se proyectó de mi falda y el contenido nos llamó mucho la atención. El humano y yo nos miramos decididos para proceder a leer con cautela.
[...]
- Has desbloqueado la ayuda de cupido -
[Reglas de las agujas de amor]
1. Para que surja el efecto, debe usarse la misma aguja para pinchar a dos personas.
2. A diferencia de las flechas, estas agujas solo funcionan en personas que no hayan sentido un alto porcentaje de amor en su corazón.
3. Si el porcentaje de amor no es lo suficientemente bajo, el afectado podría sentir un leve mareo y ver las cualidades de la persona con la que comparte la aguja de amor, pero no será más que eso.
4. Si la persona ya está enamorada, ninguno de los puntos anteriores funcionará.
5. Si nunca se ha enamorado, corre el riesgo de sentir un amor temporal en el caso de que el amado no sea su tipo ideal.
6. El pequeño cupido de agujas solo podrá ver el radar con un diámetro de 4 kilómetros cada 24 horas a través de su compañero guía.
- Puedes leer esto en cualquier momento -
[...]
"¡Qué lista tan compleja!", dijo el humano. Yo todavía estaba incómodo de que la luz saliera de mi falda, hasta que se apagó.
Suspiramos al mismo tiempo mientras pensábamos en el nuevo descubrimiento; debíamos planear bien qué haríamos. "No. 10, la única salida que veo es observarlos hasta encontrar a alguien deprimido", me dijo mientras, con una mano en su barbilla, voló más adelante dejándome atrás.
Yo estaba de acuerdo con él, esta situación podía volverse desesperante. Ante esta nueva sensación de desesperanza, bajé un poco al suelo y pensé cuál podría ser la solución.
Pero cuando iba a avanzar, sentí que una fuerza jalaba mi falda. Volteé a ver a mi espalda y era un felino mucho más grande. "O-oye, ¿por qué me muerdes...?", dije nervioso y no pude terminar. El felino corrió más rápido llevándome en su boca. "¡Humano! ¡Me secuestran!"
"¡No. 10!", volteó y comenzó a volar rápido en mi dirección, pero el felino era muy rápido. Mientras me llevaba, traté de dialogar, "Oye, sé que estoy pequeñito, ¡pero no soy un juguete!", dije tratando de zafarme, pero su agarre se hacía más fuerte y no vi su disposición en soltarme.
"¡Criatura infeliz, te arrepentirás de hacerme pasar esta vergüenza cuando me sueltes!", grité exasperado. Sin embargo, en el momento que mencioné eso, el felino se detuvo y me soltó.
Caí desorientado por su acción y me senté en el suelo. "Sí que tiene fuerza...", suspiré y la sombra del felino me cubrió. Cuando levanté la vista, me dedicó una mirada muy perturbadora. "¡Espera! No lo decía en serio", dije con nervios, no sabía de lo que era capaz pero lograba causarme escalofríos.
De repente, sentí que me levantaron y esta vez era el humano. "¡Oye, pequeño gato travieso! ¿Qué le pensabas hacer a la pobre esfera?", dijo el humano aún sosteniéndome en sus manos. Mi pánico se fue cuando me sacó de su rango de ataque.
El gato gruñó muy fuerte, como si entendiera lo que decía el humano, "¡Oye! ¡Cómo te atreves a ser grosero!", dijo y le apuntó con los dedo, luego empezó a hacer movimientos con la misma para tratar de ahuyentar el felino.
Irónicamente, él me había salvado del susto. Sin embargo, un sonido nos quitó la poca valentía que teníamos. "¿Qué carajos son ustedes?", preguntó de manera incrédula hacia nosotros.
El vicecapitán Hoshina y yo hemos enfrentado y vencido innumerables kaiju...
No debíamos tenerle miedo a nada.
Miramos con cierta duda a la puerta y había una chica con cara de pocos amigos sosteniendo una escoba en su mano derecha. "¡¿Qué le piensan hacer a mi bebé?!", preguntó y levantó la escoba soltando un aura aterradora.
Sin aviso se dirigió hacia nosotros... dispuesta a hacernos daño. "E-espera, ¡no es lo que crees!", el humano colocó sus manos como defensa y yo me cubrí con mi cola. Esa humana daba miedo.
"¡Ya verán, bichos voladores!", dijo dándonos ataques fuertes mientras nos perseguía. Me quedé paralizado por su ferocidad; hasta rompió una botella de vidrio por la fuerza que implementaba.
El humano me jaló del ala y me sacó volando de ahí. "Dios, qué mujer tan agresiva", se quejó. Podía verse un arañazo de la escoba en su rostro.
Ella realmente nos podía ver...
[...]
Mientras ellos se iban, la chica los observó incrédula. "No puedo creer que haya luchado contra esas cosas raras", dijo nerviosa. Ella temblaba y soltó la escoba, dejando ir toda su valentía de hace unos instantes.
"Pero no me lo habría perdonado si te hubieran hecho algo", confesó mientras abrazaba a su gato. Suspiró dejando salir el shock de su mente.
"¡___________! ¿qué fue ese ruido?!", se escuchó desde adentro de la casa.
"No pasó nada, mamá, ¡solo fue una rata!", mintió para no preocuparla.
Ella levantó la vista al cielo pensando en lo que había ocurrido. "Creo que ya necesito ir al psicólogo", dijo reflexionando sobre toda esa situación.
Porque a cualquiera que le diga lo que vio esa noche, la tacharía de loca.
PRÓLOGO (2/3)
- UN MUNDO DIFERENTE -
"Hay que seguir las reglas
del juego"
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro