
31
Terminar con los ojos vendados y atada a una silla no estaba en sus planes, aún así se mostraba tranquila enfrente de los dos muchachos que muy posiblemente checaban la mochila de la albina.
Podía escuchar los murmullos de ambos.
El clik de una fotografía había sido tomada.
Descubrir que fue engañada fue un golpe duro para Oyuki, pero no se arrepentía, el solo pensar que tenían a Baji supero todos sus límites de razonamiento.
Y aunque le hayan quitado sus pertenencias no se atrevieron a tocar sobre su ropa, dejando su celular en su bolsillo del pantalón.
—Regresa el teléfono a su dueño, no olvides mostrarle lo que tenemos aquí y que venga—ordenó Mucho a su compañero—No tarden. Los estaré esperando.
Los pasos alejándose confirmo que solo estaban ellos dos presentes.
—Bien, iniciemos de nuevo—habló el mayor bajando la venda para que pudiera verlo—Por que no me cuentas sobre tu relación con el traidor.
Parece que no hubo necesidad de decir quien era el "traidor", Oyuki lo entendio muy bien.
—Mmm... Todo comenzo por una mujer que se hizo amiga de otra mujer, se conocieron desde la infancia y se apoyaron toda su vida hasta que una de ellas de ellas se embarazo y a los meses la otra también anuncio su-
—No tan atrás.
—Somos amigos.
El chico parecía exasperado.
—¿Qué haces con estas fotos?—mostro las imágenes de su cámara donde salía Hanma junto a los de Valhalla.
—Investigación del enemigo principal, ¿pues de que bando estamos, Mucho-san?—contestó sarcástica levantando una ceja—No veo la necesidad de atarme por que tu piensas cosas raras de Baji-kun y de mí.
—¿Piensan traicionarnos?—pregunto evitando todo lo que dijo la albina.
Indignada fruncio el ceño—Oh por favor, prácticamente también ayude a formar Touman, yo tuve la idea de buscar personas y tu fuiste una de las seleccionadas a mi lista.
—¿Entonces donde estuviste todo este tiempo?—azotó la mesa en donde estaba sentado.
El papel de policía malo le quedaba.
Saber que ella fue quien pensó en ese puesto para la pandilla sonaba increíble en su momento, pero ahora estando ella en el medio ya no era tan divertido como cuando lo propuso.
—Me mude del país por temas personales.
—Volvamos al tema principal.
—Con todo el respeto que no te tengo, quiero solicitar una llamada a mi abogado y padre—exclamo volteando a todos lados, intentando ver donde estaba.
Esperaba que a quien le haya llegado su ubicación se dignara a buscarla o tarde o temprano Mucho llegaría a su límite.
—No puedes demandar tal cosa, esperemos a que llegue Baji y terminaré con mi trabajo—suspiro tomando asiento a unos metros de distancia.
Podía ver su frustración.
Había adoptado una actitud molesta al no tener lo que quería, juraba que esos dos amigos estaban involucrado en algo y como su posición era investigar posibles traidores le demandaba hacer esas cosas sin tener autorización, pero sabía que podía meterse en serios problemas por la chica, pero ella también era sospechosa para los ojos de Mucho, navegaba en mares peligrosos y lo tenía en cuenta.
Oyuki tarareaba el ritmo de una canción mientras esperaba junto a Mucho, ambos irritados.
—¿Sanzu es guapo?—pregunto la chica curiosa, dejando al contrario desconcertado—Lo digo por la mascarilla; me gusto mucho su cabello y sus pestañas, pero quiero saber que esconde debajo de la mascarilla.
—Que te interesa.
—.... Mucho-san, ¿eres gay?—abrió la boca sorprendida para luego cerrarla—No le diré a Sanzu, es una promesa.
Él más alto iba a quejarse pero fueron interrumpidos por el sonido de la puerta metálica abriéndose, mostrando a Sanzu algo golpeado junto a Baji, quién le quito la mano del chico de la mascarilla de su hombro con molestia y avanzara por su cuenta hasta plantarse delante del más alto.
—Ya estoy aquí imbécil—exclamo enojado—Libera a Uki-chan.
—Como que se hablan con demaciada confianza, ¿no?—divago acercándose a la chica.
—Ella no tiene nada que ver con Touman—siguió el de cabello negro apretando los puños.
—Dice que somos traidores, ¿puedes creerlo Kei-chan?—rió burlesca la chica metiéndose a la conversación.
—Claro que te creo.
La femenina nunca había visto tan enojado a su mejor amigo, le sorprendía que aun no se haya lanzado a puños contra esos dos, pero todos estaban en la misma pandilla, o eso parece.
Tensión. La tensión estaba en el aire.
—Baji, cuando algo esta sucediendo yo soy el primero en enterarme—habló tranquilo el mayor que tocó la cabeza de Oyuki para acariciar sus cabellos albinos.
—Quitale tus manos de encima—gruño Keisuke. Las cosas no estaban tomando un buen camino—¿Crees que puedes amenazarme con tener aquí a Oyuki y querer salir ileso? Por que estas equivocado maldito infeliz.
Estaba más violento de lo normal.
Keisuke solo quería sacar de ese lugar a la chica y llevarla a casa.
Cuando le mostraron la imagen de su amiga amordazada la sangre le hervió, sabiendo que por esa razón no quería involucrarla.
Una quinta persona apareció pateando la puerta, destruyéndola a su paso, detrás de eso se encontraba Mikey que tenía sus manos en sus bolsillos y una pierna alzada por el golpe que le dio a la puerta metálica.
—Mikey... —susurro la chica al verlo.
Nadie esperaba que apareciera de imprevisto.
El rubio camino entre todos e ignoro olímpicamente a Mucho para llegar frente la albina, la miraba serio, se inclinó para acariciar su mejilla con delicadeza.
—¿Te hicieron algo?—su voz pasiva se hizo escuchar como un eco en el lugar abandonado.
—No pero-
—Shh—la calló con suavidad para volver a preguntar otra cosa—¿Te tocaron?
—No.
—Esta bien, vámonos, Baji—le habló al chico que rápidamente se acercó a la albina para desatarla y abrazarla por los hombros, caminando a la salida sin antes tomar la mochila de la chica—Hablaremos después... Mucho, Sanzu.
—¡Esperen!—regreso la chica a donde estaba el culpable de todo—Disculpate.
El mayor no tenía intenciones de hacerlo, volteo a ver a Mikey que lo estaba observando con intensidad.
—Cielos... Esta bien, es tu trabajo, pero por favor no lo vuelvas a hacer—le extendió la mano.
Mucho la aceptó sin más y recibió un descarga eléctrica por parte de la fémina quien tenía un aparato en la palma de su mano.
—Quería patearte donde más les duele a los hombres, pero una pequeña descarga no le hace tanto daño a nadie—sonrió dando vuelta para ir con Baji que reía orgulloso.
Los tres salieron hasta toparse con la motocicleta de Mikey tirada en el suelo a una distancia considerada, como si la ubiera dejado caer sin importarle, algo impactante en el rubio que la cuidaba con su alma.
Mientras la Udai notaba ese detalle, Keisuke la revisaba por todos lados preocupando que estuviera bien y sin heridas.
—Baji... Estas expulsado temporalmente de la Tokyo Manji hasta que yo diga lo contrario—menciono Mikey dejando completamente sorprendidos a ambos amigos—Me permites hablar con Oyuki un minuto.... Será rápido.
El chico fruncio el ceño queriendo protestar pero la albina lo detuvo negando con la cabeza, dándole a entender que iría en un segundo con él.
Dándoles privacidad, la fémina pudo notar la respiración agitada de Mikey.
¿Qué tanto lo había preocupado?
—¿Segura que estas bien?—le preguntó sin verla a la cara.
—Fue un intercambio de palabras tenso, solo eso.... ¿como te enteraste de nuestra ubicación?—la idea de que tenía un rastreador o un sensor de peligro en su cuerpo ya no sonaba tan alocado.
—Tú la mandaste.
—Entonces, con que a tí fue a quien le llegó—sonrió aliviada—Que suerte la nuestra.
No era incómodo hablar con el rubio como lo había pensado Oyuki, era como si regresaran al pasado donde eran amigos.
—¿Me odias Uky-chan?
Algo egoísta para la chica.
Literalmente él fue quien la dejo de una forma tan cruel e hiriente para que venga con su "me odias Oyuki" como la víctima.
Pero no podía odiarlo.
Era un niño destruido por dentro que necesitaba atención.... Solo que estaba vez ella ya no podía dársela.
—Me dio miedo saber que podria significar ese mensaje de tu ubicación—prosiguió hablando—No quería que te pasará nada.
—¿Por que sacaste a Kei-kun de la pandilla?—ignoro lo que dijo.
Le había dolido a Mikey pero muy en el fondo sabía que se lo merecía.
—Puedes tomarlo como un descanso para los dos, yo controlare a los de la quinta division para que ya no te molesten.
—Gracias por todo, creo—susurro abrazando a Mikey como agradecimiento.
Él más alto se tenso pero se relajo correspondiendo con cierto temor la muestra de afecto de la chica. Respirando una última vez el agradable aroma de la fémina, queriendo esconder su rostro en su cuello como lo hacía antes, pero se resistió aceptando el abrazo y poder oler la fragancia de la Udai.
Al fin y al cabo, Oyuki era el lugar seguro de Mikey.
«𝘉𝘢𝘫𝘪, 𝘥𝘦𝘣𝘪𝘮𝘰𝘴 𝘢𝘱𝘳𝘰𝘷𝘦𝘤𝘩𝘢𝘳 𝘮á𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰 𝘦𝘹𝘱𝘶𝘭𝘴𝘢𝘥𝘰𝘴... 𝘗𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘩𝘢𝘣í𝘢𝘯 𝘮á𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘣𝘭𝘦𝘮𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘳𝘦𝘴𝘰𝘭𝘷𝘦𝘳»
Perdón la tardanza, estoy teniendo dolores musculares o de ligamentos en las manos, no se que es exactamente pero eso.
¡Gracias por leer!
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🔥
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