Lamentablemente los Udai junto a su padre tuvieron que regresar a Canadá, donde trabajaba y estudiaba los mayores.

La única razón de por que iban a Japón era para ver a Oyuki, quedándose varios días en un hotel o renta cerca de la menor.

Esta noticia destrozó a todos, pero más a su mejor amigo quien había estado presente cuando se fue.

Dejándole muchas de sus cosas a todos.

Incluso le vendió su moto a Shinichiro para comprarle un celular a Baji y darle el dinero restante para los gatos que alimentaba en la calle o para que se compre algo bonito.

Recordaba como Mikey estaba pegado a ella sin querer soltarla, mientras los chicos intentaban apartarlo, estaba haciendo una escena enfrente de su padre y hermano.

Ya casí un año desde que pasó eso....

Con el celular en mano marco al número de su amor platónico inalcanzable, el mayor se los Sano.

Shinichiro.

Le atraía mucho desde la primera vez que lo vió de niña, siempre tan atento con ella y cabarelloso. Nada que ver con los dos salvajes que competían constantemente en el dojo y fuera de este.

No tardo mucho en que atendiera a su llamada.

—¡Oyuki-chan!—exclamo sorprendido, pues sabia que no había agarrado su celular después del accidente de su madre por lo que tenía entendido.

—Es bueno escucharte Shinichiro-san—comentó suspirando.

—Creo que eso lo debería decir yo, si que te desapareciste por un tiempo.

—Voy a regresar de vista...

La albina guardo silencio mordiendo sus uñas inquieta para proseguir.

—¿Podemos salir...?—susurro sonrrojandose, estaba agradecida que no la viera. Pero se arrepintió de inmediato—Para hablar, claro.

Se escucho la ronca risa poniéndola más nerviosa de lo que estaba—¿Si sabes que horas son aquí en Japón, pequeña?

—¡Perdón!—chillo comenzando a caminar en círculos en su habitación.

—Acepto, pero también hablaras con Manjiro—propuso detrás del aparato—Desde que te fuiste a estado muy inestable y gruñon, es más, si se entera de que fui el primero al que llamaste me matara de una patada.

Por su cabeza paso la idea de confesarse, era tentador, aúnque muy en lo profundo de su corazón dudaba en hacerlo.

—Shinichiro.... Tú me-

—Detente—la corto soprendidendola.

—Pero-

—Lo sé—confeso dejándola confundida—No creo que sea bueno que salgamos como pareja, soy mayor que tu y prácticamente tienes la edad de mis hermanos menores.

Solo eran diez años de diferencia....

Eso había dolido. La albina un poco desconcertada se lanzó a la cama y con pesadez suspiro dejando el celular a un lado de su oreja. Si que dolió, pero no tanto como pensó que sería.

—Qué listo—soltó relajando sus hombros y cuerpo en general—¿Desde cuándo?

—Desde el comienzó.

—Mmm....

—Se positiva, aún tienes muchas opciones—dijo animado.

—¿Y cuales son esas opciones?

—Podrías... Salir con mi hermano—mencionó como propuesta—Sería un sueño hecho realidad para mí.

Lo pensó seriamente. ¿Salir con Manjiro Sano alias Mikey? El chico infantil pero a la vez protector con sus amigos.

No sonaba mal y también era muy lindo con ella; bueno, todos sus amigos lo eran.

Incluso Baji quién también era un salvaje como lo es Manjiro.

—Me tientas Shinichiro...

—Ese es mi objetivo—río pero se detuvo al escucharse algo de fondo.

—¿Todo bien?—cuestionó sería. Era su primera llamada luego del accidente, no quería escuchar otro de la misma manera.

—Llama a la policía, creo que entraron unos rateros—mencionó en voz baja dándole su dirección—Los voy ha ahuyentar.

—¡Espera Shinichiro!—le llamó en pequeños gritos desesperada. La había dejado sola en la llamada.

—Carajo—susurro corriendo a la sala donde estaba el teléfono inalámbrico y marco de inmediato a la estación de policías.

Nerviosa y con los dos teléfonos en cada oreja por si alguna de las dos líneas decía algo anotó en un papel la dirección del muchacho antes de que la olvidará.

—¿Oyuki?

Volteo de inmediato viendo a su padre con traje. Le vendría una regañada segura por no estar en las clases extra que tenía esa tarde.

Iba a decir algo pero lo silencio al ser atendida por la línea de los policías, dando de inmediato los datos preocupada. Su padre se acerco rápido a ella quitándole el teléfono para dejarlo a él hablar, la menor hablaba demaciado rápido y tartamudeaba cada palabra sin entenderse algo con claridad.

El albino fue dando sus datos y los de la calle del muchacho que no conocía pero le decía su hija que estaba en posible peligro.

Colgaron apenas confirmaron que irían.

—Ya va la policía, deberias descansar un rato—aconsejó el mayor acariciando el cabello de su hija que se encontraba alterada.

—No puedo—contestó pegando el celular a su pecho.

—Entonces puedo esperar contigo hasta que todo este bien—le dio una pequeña sonrisa, algo extraño en él—Prepararé un té.

—Quiero café.

—¿Tomas café?

—A mamá le gustaba mucho el café, y me pegó su gusto.

La miro en silencio asintiendo con la cabeza, caminando a la cocina para preparar las bebidas.

Tenía el teléfono pegado a su oreja, esperando cualquier cosa o palabra del mayor.

No lograba escuchar nada, así estuvo un rato más hasta que la llamada simplemente se corto al terminar el límite de línea.

Aún preocupada marco desde el teléfono inalámbrico a su segunda opción para saber que sucedía, esperanzada de que no ubiera pasado nada malo.

—¡Mikey!—exclamo cuando dejó de sonar el aparato.

—¿Tú papá es abogado?

Extrañada y con el ceño fruncido volteo a ver a su padre que leía tranquilamente enfrente suya con la tasa en una mano y en la otra el libro.

—Si...

—Baji necesita un buen abogado en estos momentos—dijo con seriedad—Kazutora y Baji golpearon a mi hermano en la cabeza y ahora va al hospital... Y se los llevaron la policía.

Su mundo se caía a pedazos. No entendía que había sucedido del todo y el rubio le había colgado de golpe.

—Papá... —le habló poniendo el teléfono en su lugar—Tienes que defender a Baji y Kazutora, o los van a mandar a la cárcel.

—¿Hablas de tu mejor amigo?—fruncio el ceño bajando el libro para verla mejor—¿Qué paso con él otro chico?

—¡Papá!—grito apretando su playera—Tenemos que defenderlos, tú tienes que hacerlo.

Le dolía. Le dolía mucho. Baji y Kazutora había.... Lastimado a Shinichiro unos minutos después de que ellos hablaran; quería protegerlos a todos pero no podía.

Y aunque amaba mucho al mayor, Baji era su mejor amigo al igual que Kazutora que conoció un poco más tarde.

Solo podía defender a uno utilizando a su padre. Ella estaría de espectadora sin poder hacer nada por las personas que más quería en el mundo.

Obligada a escoger un bando.

Viéndose como la mala para cualquiera que escogiera.

—No podemos ir a Japón ahorita... Pero llamaré a una persona de confianza para que lleve el caso de ambos chicos—anuncio el mayor regresando a su habitación.

Ahora se sentía peor por utilizar el título de su padre para defender a sus dos amigos idiotas. Temblaba; ejerció fuerza en sus puños hasta volverlos blancos para calmarse, pasando su temblorosa mano por su cabello.

No podía volver a caer luego de que Baji la ayudará a levantarse.

«𝘊𝘰𝘮𝘦𝘵í 𝘮𝘶𝘤𝘩𝘰𝘴 𝘦𝘳𝘳𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘦𝘴 𝘮𝘦 𝘢𝘳𝘳𝘦𝘱𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰. 𝘔𝘦 𝘶𝘣𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢𝘥𝘰 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘶𝘯 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘮á𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪𝘳𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘢𝘭 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘥í 𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘪𝘳 𝘴𝘶 ú𝘭𝘵𝘪𝘮𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘦ó. 𝘠 𝘯𝘰 𝘮𝘦 𝘢𝘳𝘳𝘦𝘱𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘭𝘰, 𝘧𝘶𝘦 𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘦𝘳𝘮𝘰𝘴𝘢 𝘦𝘹𝘱𝘦𝘳𝘪𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘢 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘥𝘰𝘭𝘰𝘳𝘰𝘴𝘢 𝘺 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘷𝘢»

Ya me adaptare al anime y manga, el siguiente capítulo ya será en la actualidad.

Quiero aclarar que estoy pasando por un bloqueo pero ya tengo unos capítulos preparados...

Espero que les guste 😔✌🏻

¡Gracias por leer!

Ayame🔥