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advertencias/violencia familiar/violencia psicológica/violencia física.
🌿Gates of hell 🌿
Otra maldita noche en dónde todo parece arder en llamas, todo es tan oscuro, parece estar encerrado en una habitación húmeda y oscura, en dónde no hay puertas ni ventanas, en dónde no hay alguien a quién recurrir para pedir ayuda porque estaba solo, desde que su madre falleció quedó totalmente solo, su madre era su ángel, era la mujer que siempre estaba con él todas las veces que se enfermaba, ella estaba a su lado cambiando los paños de agua fría, cantando canciones de cuna para que pudiera dormir tranquilo, como extrañaba aquello, como quería despertarse con la voz de su madre diciéndole que era hora de ir a clases... Pero no todo es como uno lo desea.
──¿¡Cómo puedes ser tan irresponsable!? ¿¡Un cuatro!?.── Vociferó el hombre adulto el cuál tenía en mano aquel parcial de su hijo. ──Tienes una sola cosa que hacer, solo debes estudiar y lo haces mal, no trabajas, no debes madrugar para partirte el lomo y traer dinero a casa, desde que se murió tu madre te has vuelto un maldito incompetente.── Dijo aquellas frías palabras seguido de darle una bofetada al joven de ojos claros.
──Perdona papá... No tuve buenos días para estudiar pero voy a mejorar... L-lo prometo... Iré a clases particulares.── Comentó el muchacho tensando su mandíbula queriendo evitar llorar ya que si lo hacía todo sería peor.
──Mira Richard no deseo escucharte, vete a tu habitación sin cenar, eso te enseñará a no ser tan flojo.── Demandó el mayor lanzándole su parcial a la cara y se dirigió a la cocina.
El muchacho de ojos azules tenía un espantoso nudo en su garganta, se sentía impotente, insuficiente... Sentía que era un fracaso en absolutamente todo pese a que le gustara leer, escribir y ver películas Western las cuales eran sus favoritas en dónde su imaginación era totalmente estimulada y podía escapar un poco de su realidad la cual no era la que hubiera imaginado vivir tras el fallecimiento de su mamá.
Resignado y abordado por esos sentimientos negativos subió la escaleras hasta su habitación en dónde se encerró con llave para no ser molestado aunque su padre ni se tomaría la molestia de hablarle hasta el día siguiente. Arrojó sus cosas en la cama y encendió la radio para poder opacar sus llantos con la música que pasaba, Elvis Presley, le encantaba escucharlo, fue toda una sensación de su época y hasta el día de hoy se seguía escuchando, servía un poco de consuelo pero sentía como su corazón de destrozaba al ver aquel portaretrato con la foto de él y su mamá hace un par de años.
──Desearía que estuvieras aquí para cuidarme... Cuidarme de él... De las enfermedades... Decirme que voy a mejorar y que no debo distraerme para así llevarme al cine a ver una película para animarme.── Comentó mientras que gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas rojas por aquel fuerte sentimiento que le hacía doler el pecho.
Su madre era su verdadero ángel como muchas veces ya lo había dicho, no había mujer que se le pudiera comparar, era compasiva, amable, alentadora y consentidora al ser su único hijo, el perderla fue devastador, sentía que era un muerto andante, sentía que aquel brillo particular había desaparecido junto a su progenitora, es que ella era la verdadera razón de sus sonrisas con sus pequeños colmillos, la cual leía todos sus escritos y le compraba cómics para seguir alimentando su imaginación, era la única que le contaba un cuento antes de dormir de pequeño y cuando se enfermaba le cantaba suavemente para que se sintiera protegido.
Pero el ahora lo estaba matando, no era el cálido hogar que una vez fue.
Se levantó con pereza para acostarse en su cama y encoger su cuerpo agrupando sus rodillas contra su pecho pareciendo una bola de estambre y se cubrió con las mantas hasta su rostro para evitar enfermarse en aquellas épocas que independientemente de la estación siempre se enfermaba y le hacía sentir una carga como muchas veces su padre se lo dijo.
Las horas pasaban y veía su reloj de muñeca que marcaban casi las tres menos cuarto de la madrugada, esa hora en la cual su mente se quedaba en blanco y al estarlo buscaba toda forma de llenar su mente de recuerdos fueran tanto buenos como malos, pero mayormente eran malo y hacían que sus ojitos azules se llenaran de lágrimas.
Cuando toda la institución educativa se enteró del fallecimiento de su madre muchos mostraron compasión pero no eran amigos, el único amigo era el rebelde sin remedio de John Lennon el cual era menor que él por un par de meses, pero estaban en diferentes clases y al estar solo sin amigos era un objeto de burla, era pequeño, bajito, débil y enfermizo, muchos lo golpeaban o se burlaban de él por su apariencia.
"Nariz de trombón"
"Eres un rarito deforme"
"No tiene mamá"
"Tu madre está muerta y estás solo"
"Miren como llora el maricón"
"Siempre está solo... Se nota que no tiene amigos"
"Se junta con Lennon, terminará preso"
"Eres un desperdicio"
"Muérete de una vez deforme"
Todas aquellas palabras le dolían muchísimo, no tenía la culpa de que su madre falleciera, no era su culpa ser bajito y enfermizo, no era su culpa tener esa espantosa nariz enorme, no era su culpa no tener amigos... Nada de eso era su culpa... Pero se sentía solo y se sentía mal cada vez que John lo defendía porque supuestamente él era el mayor, pero John era lo opuesto, era extrovertido, directo, rudo, alto y fornido, era todo aquello que admiraba y aspiraba a ser... Pero en cambio tenía ese cuerpo enfermizo y débil... Era un recipiente vacío el cuál todos podrían patear y pisotear hasta que se rompiera definitivamente y ya no funcionara más.
Definitivamente el día siguiente estuvo tranquilo, su padre se había ido temprano a trabajar así que tenía la fortuna de no tener "tiempo de caridad" con él. No era una familia de clase alta así que se conformaba con lo que tenía, comer unas galletas de arroz junto a un café sin azúcar mientras miraba de forma distraída por la ventana en dónde muchos niños de escuela iban apresurados a su día de clase mientras que él entraba una hora más tarde por ausencia de su profesor de lengua española, no le gustaba mucho aquella materia así que era su pequeña victoria del día, quería ver lo bueno en cada cosa pequeña y con ello poder levantar su propio ánimo ante toda aquella adversidad.
Pero su atención fue llamada por el canto de un ave la cual se posó en el marco de la ventana y abrió sus alas para acicalarse seguido de emitir aquel canto, ahí supo que ave era y una sonrisa tonta se dibujó en sus labios.
──Un ruiseñor... Hola amiguito ¿Tienes hambre?.── Preguntó el muchacho tomando unos pedacitos de su gallera dejándolas un poco lejos del ave para no asustarla. ──Buen provecho... Espero que alguna hembra acepte tu cortejo y tener varios pichones de ruiseñor.── Dijo soltando una pequeña risa infantil.
Tras decir aquellas palabras se encaminó para limpiar su taza en la cual había tomado su café caliente y comenzó a lavar los platos de la noche anterior, no quería más enojos por parte de su padre, ya tenía bastante con aquel puñetazo que le dió en el ojo tras haber llegado tarde de sus clases cuando debía llegar temprano para ir hacer algunos recados.
Mierda, aún le dolía la cara de aquel puñetazo en dónde arrimó su dedo por debajo de su párpado y volvió a quejarse, las atenciones médicas de la enfermera le ayudaron a bajar la inflamación al usar cubos de hielo envueltos en un paño varias veces y una pomada para lo mismo. Ahí era cuando pensaba la fortuna que tenían las mujeres de poder maquillarse, lo sabía por su madre la cual le dijo que el maquillaje borraba toda imperfección del rostro de una persona y capaz podía borrar aquel moretón grosero.
Al volver al marco de la ventana vió que su pequeño amigo había abandonado aquel lugar, seguramente ya había encontrado a una hembra que aceptara su cortejo, pensó gracioso y quitó los restos de migajas para no levantar sospechas y cerró la ventana para luego ir a tomar sus cosas para las clases.
Hoy por desgracia no tenía literatura con el profesor Harrison, amaba sus clases, eran increíbles y bajo su criterio era el que mejor enseñaba demostrando toda la pasión que tenía, que esa profesión era verdaderamente su vocación y se le hacía un hombre atractivo, no tenía un rasgo particular cómo ojos verdes, cabello rubio o pelirrojo, era bastante común pero lo que le hacía particular eran sus enormes colmillos que se notaba cuando sonreía entusiasmado a parte de darse cuenta que debido a ellos hacia una pequeña mueca al hablar, era intrigante a la vez que su acento pero supo que tenía descendencia irlandesa así que podría ser de ahí ese acento particular sumado aquella manía que tenía de aflojar el nudo de su corbata cada vez que hablaba.
Parecía un joven adolescente hormonal cuando ni siquiera había dado su primer beso ni había tenido sexo con alguna mujer, cosa por la cual también lo molestaban pero tampoco entendía la razón de excitarse con las mujeres, había visto revistas como la de Conejitas Playboy por nombrar alguna conocida entre otras revistas para adultos pero ni una sola mísera erección lograba tener para poder masturbarse. Pero cuando una mañana de invierno torrencial vió entrar a su profesor de literatura empapado llevando su cabello oscuro hacia atrás y aflojando su corbata sintió un temblor en su vientre bajo y un dolor en su pantalón que al bajar vió que tenía una maldita erección.
Débil, sin madre, flojo y ahora maricón ¿¡Algo más Dios!?
El pensar en su profesor le hacía sonreír, recordar como le felicitaba al ver sus escritos libres en dónde dejaba fluir toda su imaginación, su preocupación cuando le vió aquel ojo morado y la forma en la cual le susurró que no estaba solo, de solo pensarlo ya tenía una sonrisa muy tonta y un calor particular en su pecho, un calor que hace meses no sentía y era el de ser protegido y respaldado por alguien.
Su profesor le alegraba el día con solo pensar en él, esa desolada y desorganizada casa parecía tomar color junto a la desaparición de la deprimente y violenta aura que su padre dejaba, gracias a él y a sus palabras era lo que era a día de hoy y lo odiaba tanto, odiaba ser tan débil pero era su padre y debía agachar su cabeza y obedecer.
Con ello tomó su mochila junto a las llaves de la casa para irse de aquel lugar para tener otro día en la bendita institución educativa que tanto amaba en dónde esperaba encontrar a John porque las materias que tenía el día de hoy eran aburridas y tontas.
El camino aquél lugar fue calmada en dónde escuchaba a Elvis, Little Richard, Bruce Springsteen entre otros grandes cantautores que solía oír mientras hacía tareas domésticas o bailaba en la sala imaginando cómo sería ir a un baile y poder sacar alguna chica a la pista y dislumbrarla... O a su profesor, pero lo dejaría para alguna de sus fantasías seguramente.
Al llegar aquel lugar se apresuró para dejar las cosas en su casillero en dónde revisó sus horarios viendo que tenía clases de química en el laboratorio, maldita sea... Que aburrido y no había traído una bata porque su hermoso y adorado padre no quiso comprarle una al considerarlo un gasto innecesario.
──Mierda... No me dejaran entrar.── Dijo algo abarrotado y para peor fue empujado contra su casillero.
"¡Quítate fenómeno!"
Los mismos de siempre otra vez, nunca fallaba la rutina de joderle la vida a los demás.
Desanimado tomó su libro de química y fue a subir los escalones hasta aquel laboratorio de forma desinteresada, sabía que no lo dejarían entrar así que se quedaría sentado afuera estudiando y sacando apuntes de lo que pudiera escuchar desde adentro.
──Con más cuidado pequeño ángel... Tu ojo se ve mejor, te dije que la enfermera haría maravillas.── Dijo aquella voz con acento particular el cuál tomó el libro de química de Richard y se lo entregó. ──Ten una buena jornada y nos vemos mañana en clases.── Comentó con una pequeña sonrisa y siguió su camino bajando las escaleras.
Richard no pudo evitar sonrojarse por la acción de aquel profesor que fue atenta y afectuosa, pero no sabía que tan normativo era que le llamara por aquel apodo y no por su nombre como se hacía normalmente... Pero que no se detuviera que sonaba demasiado bien viniendo de él y volvía hacerse presente ese calor en su pecho en dónde su vida oscura parecía tener un foco de luz.
🌿Gates of hell 🌿
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