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advertencia/ninguna
🌿American Coffee🌿
Era una tarde lluviosa como todo Reino Unido, jamás se iba acostumbrar aquello ya que en Estados Unidos el calor era lo que predominaba, haber vivido en Minnesota, New York y California, el calor era el factor principal pero el haber estado tanto tiempo ahí le costaba amanecer con el cielo nublado y gotas cayendo con demencia.
── Hamlet, ven, vamos a comer.── Habló el americano caminando hacia el comedor para rellenar el plato de comida al can.
Ante ese llamado el canino soltó un ladrido seguido de aparecer en el comedor casi abalanzandose sobre su comida cosa que hizo reír al americano.
── Quisiera comer así de rápido como tú, provecho amigo. ── Sonrió de forma cerrada acariciando la cabeza del perro sacudiendole las orejas.
Tras aquello se acercó al mesón de la cocina para tomar su taza con café, un café americano, que irónico sincerame.
No era un sujeto que amara comer, hacía, bebía y comía lo necesario para vivir, podía pasar un día entero sin ingerir líquidos o comida como tal, razón evidente de porque estaba tan delgado.
Tras encender la televisión para ver las noticias pero no duró mucho, su crítica respeto a los noticieros amarillistas era una crítica dura y sarcástica con la mera intención de dejarlos en ridículo cuando daba conferencias, detestaba las noticias falsas o tergiversadas así que tras cinco minutos viendo aquel canal presionó el control remoto para poner una película Western, amaba las películas de ese género, le recordaba tanto América y ya quería volver.
Estaba tan sumergido en aquella película en dónde veía cómo unos vaqueros perseguían a los apaches a caballo saltando en sus caballos por pequeños ríos y disparando con sus armas de fuego, por suerte no tenía que trabajar ese día pero el sonido de su celular le hizo dar un sobresalto.
── ¡Mierda!... Habla Bob Dylan ¿Quién pregunta?.── Contestó aquella llamada tras soltar un gruñido molesto por el susto que se había dado.
── ¿Profesor Dylan?. ── Se escuchó un tono de voz ronco y bajo.
Al escuchar aquel barítono el hombre de veintiseis años sintió un pequeño escalofrío y sus ojos azules con tonos verdes y grises se dilataron, sinceramente no esperaba recibir su llamada a esa hora de la mañana, aunque no era fanático de madrugar ya que sufría de insomnio, la llamada le resultó extraña.
── Hola joven Starkey ¿A qué se debe la llamada?. ── Inquirió de forma intrigada mientras bebía su café.
── Oh bueno... Yo... Usted me dió su número de teléfono. ── Respondió sintiendo como le temblaba la voz aún cuando sus gallos habían desaparecido.
── Te he dado mi número para cuando decidieras a que Universidad ir, así que asumo que ya sabes a dónde, estoy en lo correcto ¿No?. ── Comentó teniendo una pequeña sonrisa.
Dylan deseaba con todas sus fuerzas que el menor de edad le dijera que quería ir a la Universidad, quería que le dijera que ya comenzara a mover sus hilos ya que al joven le quedaba un año más en esa institución educativa pero corría el riesgo que Harrison lo pudiera manipular y hacer que desistiera de su decisión autónoma.
── No, no se esquivoca usted, señor... Yo... Yo deseo ir a la Universidad de Minnesota. ── Se escuchó la voz soltando un suspiro afligido.
── Starkey, sabe usted que no es una decisión que deba tomar a la ligera, es una decisión importante, es tu futuro académico, tu futuro laboral y si vienes América, como sabrás, deberás imigrar, no es algo sencillo. ── Comentó seriamente el americano mientras le bajaba el volumen a la televisión para escuchar mejor al estudiante.
── Lo sé, estuve leyendo los folletos y busqué la universidad en internet, tiene muchas cosas que me gustan y si... Si me dan la beca podré hacer la carrera completa. ── Quizo justificar aquello mientras se removía sobre su cama. ── Quiero ir... ¿Usted puede hacerme entrar ahí?. ──
── Me conforta saber que has investigado... Claramente puedo hacer que entres a la Universidad... Soy un hombre muy persuasivo. ── Musitó con aquella voz nasal mientras rascaba su mentón.
── Por favor, quiero que usted lo tome en cuanta porque sinceramente yo quiero entrar, se lo ruego. ── Suplicó a través de la línea.
── Tranquilo, ya comenzaré con mis contactos, pero ahora que me dijiste ésto no te puedes retractar ¿Entiendes eso Starkey?. ── Dijo soltando un gruñido, odiaba que jugaran con él.
── Lo entiendo, gracias profesor. ── Musitó antes de cortar la llamada.
Cuando se cortó la llamada el americano dejó el celular boca abajo en la mesa y continuó con su desayuno sabiendo que debería comenzar a mover hilos para sacar a ese niño de ahí, alejarlo de Harrison y que tuviera un futuro fructífero, muchas veces ese tipo de amor impide que uno pudiera ver más allá que un tonto y falso sentimiento de enamoramiento.
Aquello lo trastornaba, le hacía recordar cuando era mucho más pequeño, estaba en la misma posición que Starkey, era un niño herido, tímido e inocente que había creído en las tontas palabras que un profesor le dijo, la forma en la cual lo envolvió en una burbuja haciéndole creer que era su chico especial y que lo amaría siempre... Luego se enteró que no era más que un tonto juguete sexual, que ese profesor lo usaba para satisfacer sus sucios fetiches homosexuales y nada le dolió más que eso.
Y ahora parecía ver lo mismo con Starkey y Harrison, quería salvarlo, quería sacarlo de ahí, quería que tuviera una buena vida lejos de los abusos domésticos y educativo, el bullying y la evidente manipulación por parte del profesor titular de literatura.
──Yahvé... Hagamos ésto.── Gruñó ciertamente molesto volviendo a tomar su celular.
"Señorita Noznisky o Lownds, no sé que apellido otorgarle ya que siempre la he tratado por Sara, quería comunicarle que todo está en marcha, el niño ha decidido ir a la Universidad de Minnesota, es hora de mover hilos.
Atentamente: Robert Zimmermann
" Bobby"
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