Especial
• AU apocalíptica, no se relaciona con la trama original.
Aviso: El dibujo de arriba esta hecho por mí, estare subiendo unos del anime por si les interesa pasarse por mí twitter y pronto abrire mí instagram.
Ya casí tres meses luego de la caída de Tokio y todo Japón.
Su destrucción fue muy rápida y la extinción de los humanos igual como en todo el mundo; la enfermedad comenzo al parecer en América, pero otros medios dicen que fue creada en el medio Oriente, incluso algunos dicen que fue un castigo para la raza humana para eliminarla. El egoísmo y propia avaricia de la gente hizo que se propagara más rápido el virus, pronto eso llegó a Japón empezando su condena.
Paso en un día habitual donde todos iban a sus trabajos o a salir con sus amigos, el anuncio de las noticias sobre la gran pelea que se formaba en otros países por exterminar aquel mal se anunciaba por todos los medios de comunicación de redes, ya hace dos días de que lo llegaron a presentar y no le tomaban mucha importancia, pues la ignorancia los hacía creer que no pasaría en esos lados.
Mientras los inteligentes actuaban para prepararse, los pobres ignorantes seguían con normalidad sus tareas cotidianas.
Y llegó esa mañana.
Empezando precisamente en la ciudad de Tokio.
La gente corría en desesperación empujandose unos a los otros, los gritos de dolor y chillidos se camuflejaban con los gruñidos de la gente infectada, podías ver todo el sufrimiento del mundo en menos de un segundo, niños perdidos llamando a sus padres siendo empujados por la multitud de adultos, ancianos en el piso siendo aplastados por no resistir estar de pie, el sonido de autos chocando o pitando las bocinas, todos sumergidos en el terror y la esperanza de poder salvarse.
Pronto se fue recorriendo.
Ese fue el peor día de todos.
Menos para cierto par de jóvenes, ellos pasaron esos meses en el lujo de su casa, gozando de muchos alimentos enlatados, agua y energía. Un par de hermanos locos que se habían visto muchas películas y actuaron de inmediato, pero no fue suficiente para toda la vida, sí, almacenaron comida, pero no había pasado ni tres días cuando vieron la noticia y ya había gente comiéndose a otra.
Tendrían que salir al nuevo mundo.
No era agradable la idea pero debían hacerlo, luego de meses estaban listos de ver la realidad.
Se podría decir que eran dos pájaros dando su primer vuelo.
Claro, no fue sencillo, la calle donde vivan estaba con manchas de sangre por doquier y tuvieron que salir corriendo cuando se encontraron con los muertos persiguiendolos por un pedazo de su carne.
—¡Corre más rápido!—le grito Ran a su hermano, había empujado a un zombi con su cuerpo.
Estaban en desventaja por vivir en una ciudad grande y con tanta gente muerte persiguiendolos, los estaban alcanzando por que igual corrían, habían pensado que eran como en las películas y caminaban solamente, equivocados estaban.
—¡MIERDA RINDOU!—bramo el mayor que regreso para salvar a su hermano, pateando al muerto que tenía encima, ayudándolo a levantarse y correr juntos, pero apesar de ser perseguidos se reía como un loco por la adrenalina—¡Esa muerta quería darte un beso!
—¡No digas idioteces!—exclamo acelerando sus pasos; el plan era ir a buscar comida, no morir.
Pronto se escucho una fuerte alarma en otro lado que llamó la atención de los infectados ya que era muy alto, los Haitani siguieron corriendo hasta que oyeron un chiflido.
—¡Por aquí!—una voz los llamó, provenía de las escaleras de emergencia de un mediano edificio de departamentos, la escalera metálica bajo de repente—¡Suban rápido!
Se acercaron y antes de que Ran pudiera tocarlo su hermano lo detuvo tomando su muñeca.
—No sabemos quien es—murmuro controlando de apoco su respiración agitada—Dejame subir primero y si me ataca golpealo.
Asintió de acuerdo sacando su bastón que utilizaba antes de todo eso. Rindou subió las escaleras escuchando como la otra persona iba un piso más arriba igual subiendo, parece que irían hasta el techo así que lo siguió.
Las pisadas del desconocidos eran ligeras y apenas ruidosas, hasta llegar al final se encandiló por la luz del sol, viendo la silueta de la persona en frente suyo que lo miraba intensamente apuntándole con una pistola.
Se acostumbro al sol y miro a la persona.... Era una jóven que cubría su rostro con un pañuelo y tenía varias manches de sangre sangre en su ropa, vistiendo peculiarmente para una situación como esa.
—¿Ishikawa?—la reconoció por el peculiar color de su cabello y ojos verdes. Una chica con la que llegó a chocar miradas en la escuela y sinceramente imagino que sería de las primeras en morir en un apocalipsis, esa chica los había salvado, una gran sorpresa.
—¿Haitani?—pregunto igual recordando su apellido.
Era bueno ver caras un poco conocidas, solo tenía a su hermano después de que todo empezó.
—Si, soy yo—respondió aún sorprendido por verla—Gracias por salvarnos, yo, no se que decir.
Antes de que pudiera decir otra cosa la chica cayó y el la atrapó en sus brazos, Ran le había dado un golpe en su cabeza dejando a la fémina inconsciente.
—¡Que mierda hiciste!—soltó asustado por la sangre que de la cabeza de la jóven.
—Te apuntaba con una pistola—se excusó con obviedad tomando el arma de fuego en sus manos para analizarla, notando que tenía el seguro puesto—Ups.
—Matamos a mi compañera de química—susurro con nerviosismo Rindou.
No sabían que hacer con la chica y dejarla no era opción, por milagro respiraba luego de tremendo golpe.
—Podemos usar su cuerpo como escudo humano—comentó pero se arrepintió al ver el gesto de su hermano—Era broma, debemos llevarla con nosotros.
Esperaron un rato a que fueran los muertos, Rindou acosto a la de menor estatura dejándole su mochila como almohada y su suéter para protegerla de la brisa, se sentía mal por como la dejaron luego de salvarles la vida. Ran por otro lado revisaba la maleta de la peli cobrizo, sacando un chocolate para comerlo y darle la mitad a Rin, aunque tenía muchas ganas de comerse el ramen instantáneo.
—Mira Rin—lo llamó mostrando unos reloj y pequeñas bocinas, cuerdas y cosas de primeros auxilios—Hay que llevarla con nosotros.
—Luego de que casí la matas no creo que quiera—susurro retirando sus lentes para limpiarlos—Aun no despierta, eso es malo.
—Nos vamos a tener que dormir aquí—declara mirando el cielo y asomándose por la orilla del edificio.
El de mechas azul esta de acuerdo, aun cuidando de la chica que dormía y su hermano trataba de matar el tiempo jugando.
Esperaron y esperaron hasta quedarse dormidos.
A lo lejos una persona los observaba furiosa, aprovechando la noche para acercarse saltando los edificios casí pegados.
....
Al ser de día Ran despertó adolorido, viendo primero que nada a su hermano sujetado con cuerdas tratando se llamarlo, arriba de él estaba el cuerpo de la pequeña peli cobriza con un cuchillo en su garganta, pero se veía.... Nerviosa.
—Buenos días perra—lo saludo otra voz femenina.
Caía en cuenta que estaba igual como su hermano, atado, pero con una arma pesada que no conocía apuntándole, detrás de ella una joven alta de cabello gris y una paleta en la boca, presionando su abdomen con su zapato.
—Naoko-chan... No creo que esto sea correcto—susurro la contraria que parecía conocer a la nueva persona—No me hicieron nada malo.
—Este hijo de puta te golpeo, ¿y si te hubiera matado?—con eso hizo que guardara silencio su amiga—Vamonos, que ellos se liberen sólos—les lanzo una pequeña navaja.
La peli gris alejo el arma de la cara de Ran, y bajo su pie, tomando su propia mochila y la de su amiga para ayudarla a cargar, esperando que no se sintiera mal por el dolor de cabeza.
El de trenzas no podía dejarlas ir, llevan demasiadas cosas que les servirían a ellos, logró liberarse corriendo para tomar la navaja que ellas mismas le dejaron, tomando de rehén a la de menor estatura; la chica de nombre Naoko reaccionó apuntándole a su hermano menor.
—Sueltala imbécil o mató a su hermano—amenazó con dureza y sin titubear en sus palabras.
—Entonces veamos quien es más rápido—siguió acercando más el filo al cuello de la Ishikawa que no se movió.
Rindou quería hablar desesperado, teniendo cinta en la boca.
—¿No me crees?—alzó la ceja disparándo al cielo y luego regresando al rubio—El próximo será tu hermano.
La tensión se sentía.
—¡Paren porfavor!—los regaño Rumi asustada, el ruido de la bala atraía a los infectados—¡Debemos irnos pronto!
—¡Ran ella tiene razón!—se unió Rindou que se había libera donde la cinta.
Los gruñidos parecían tratar de subir.
Él mayor soltó a la chica y la peli gris bajo el arma del chico de anteojos.
—Rumi, ¿esta bien?—quizo saber preocupada la chica, yendo con su amiga mientras Ran desataba a su hermano.
—Perdón por haberte perdido de vista cuando dijiste que no lo hiciera—la abrazo disculpándose.
—No te preocupes, me alegra que estés bien.
Su descanso no duro, por la escaleras se oía como los zombies querían subir.
—Vamonos—les habló a los chicos empezando a correr con Naoko que salto al próximo edificio.
Los Haitani no dudaron en seguirlas, ahora con los cuatro saltando los techos hasta llegar al último donde no había escaleras y la puerta no habría.
—¿Y ahora que?
—El camión de basura—dijo Rumi mirando al de mechas, tirando su mochila y saltando del edificio.
—Apuren el paso gallinas—la siguió Naoko igualmente saltando.
—¿Piedra o papel o tijera?—le preguntó Ran a su hermano para ver quien se tiraba primero.
Rindou no lo pensó y salto golpeándose contra las bolsas de basura asqueado, peor cuando Ran cayó en su espalda.
No se separaron, en cambio caminaron juntos por las calles luego de a ver escapado con éxito.
—Entonces están huyendo—reafirmó Rindou al estar platicando con la chica que una vez fue su compañera en la escuela, ella era más agradable para platicar.
—Si, nos robamos estas dos armas y escapamos, varias resistencias de soldados, mafiosos y ciudadanos aun prevalecen, los más fuertes lograron sobrevivir...—dice tomando equilibrio ya que estaba arriba de un tronco caído—Estoy viva gracias a Naoko, ella me cuida y dice que no es necesario ser fuerte físicamente para sobrevivir—le susurra sabiendo que la mencionaba caminaba atrás junto al hermano de quien la acompañaba.
—¿Donde estabas cuando todo paso?—pregunto tomando una pequeña flor que crecía de la tierra para dársela a la chica.
Rumi aceptó la flor con las mejillas coloradas—Me encontraba con Naoko-chan y su hermano mayor, él nos había invitado a salir y aceptamos, estábamos juntos.... Pero lo perdimos.
—Oh.... No debí preguntar.
—No está muerto—se apresuró a decir avergonzada por no haberlo aclarado—Solo lo perdimos y pues terminamos con los chicos que le robamos las armas, les teníamos miedo y preferimos huir, ahora nos dirigimos al sur donde existe el rumor de que hay un pequeño refugio.
—Están buscando a el hermano de tú amiga, eso es genial... Nosotros sólo salimos por comida y terminamos acompañandolas—comenta siendo breve—Es un gusto ver otra cara conocida, eras muy notable en la escuela.
La chica se avergonzó al saber que el chico si conocía su existencia—Yo no era notable.
La ligera risa del chico de lentes llamó la atención de la peli cobriza bajando la mirada a sus zapatos, pensando lo lindo que era, recordando que en la escuela siempre se mantenía serio y se veía molesto con todos; una lastima que no tuvo el valor para acercarse antes.
Más atrás venían los mayores dándose miradas discretas vigilando a los dos adolescentes más adelante platicando muy animados pero sin ser ruidosos.
—Esas es una arma muy pesada y grande—trata de ensamblar conversación Ran, fijando su vista en los dibujos llamativos e infantiles en ella. Enredando el bastón en su trenza.
La peli gris le dió una mirada afilada mordiendo el palillo de su paleta.
—Pesa lo necesario y no es muy grande, de seguro te impresiona por que estas acostumbrado a ver cosas tan pequeñas—sonrio al ver que el chico noto el doble sentido—Es más increíble que ese bastón que no sirve contra los muertos.
—No es para ellos.
Ya no hablaron.
Caminaron tomando una ruta subterránea que los llevaría al supuesto refugio, viendo las paredes con grafitis y sangre, incluso decía haber un refugio a unos kilómetros, cubierto por otro mensaje de auxilio con sangre.
Los hermanos decidieron seguir a las dos chicas con más experiencia, las alarmas de los despertadores ayudaban mucho y todo lo que llamara la atención de los muertos.
Caminaban durante horas y descansaban en ratos, al ser más bocas la comida término pronto; el nuevo problema? Conseguir comida.
La Ishikawa saco un mapa de su mochila viendo las posibilidades.
—Evitaremos tiendas grandes, normalmente están llenos de esas cosas, en cambio, recuerdo haber visto una pequeña tienda por aquí—apuntó con el dedo Naoko, marcando el camino con un plumón rosa de su amiga.
—Esta demaciado lejos y nos aparta del camino original, vayamos al supermercado.... Mejor dicho a la bodega—opinó Rindou como la voz de los demás, estaban cansados de caminar.
La chica no muy convencida habló—Tienes un plan?
—¡Yo tengo uno!—sonrió Rumi levantando la mano.
.....
Ambos menores caminaban agachados por los autos hasta llegar a metros de la entrada de la gran tienda, dejando unos cuantos despertadores que se activarian en unos minutos, todos con tiempos distintos; primero irían al auto más cercano, luego el que este más lejos y así hasta que todos estuvieran muy lejos hasta que llegará al último, un vez que todos pararan de sonar esperaban ya estar afuera del súper muy lejos en su punto de reunión.
Un plan que fue muy ingenioso para tan poco tiempo para la más pequeña del grupo.
Rumi y Rindou estaban dejando el despertador adentro del vehículo, siendo cuidadosa de no activarlo antes, teniendo las manos temblorosas.
—¿Todo bien?
—Miedo, nadie quiere morir y confiaron sus vidas en mí—responde en un susurro dejando el despertador—Si falla moriremos.
—A mi no me importa morir.
—No digas eso....—le da un suave golpe en el hombro del chico, jugando con sus manos bajo la cabeza—Se que no es el momento adecuado para decirlo pero, yo quería confesar mis sentimientos hacia tú persona antes de que todo esto pasará.
—¿En serio?—pregunto impresionado, no esperar escuchar eso de las chicas más agradables de la escuela.
—Si.... Lo quería hacer la siguiente semana, pero como vez paso esto.
—Yo hubiera aceptado.
Se sonrojaron sonriendo en silencio, apenados por el descubrimiento.
—Terminemos aquí, y si algún día todo vuelve como antes te invitaré a salir—dijo Rindou apretando el agarre de la hacha que tenía en su mano, avergonzado por sus palabras.
—Acepto la cita, no podemos morir, ¿okey?
Ese fue el acuerdo, no morir en el supermercado para un día salir, aunque el mundo ahora era una mierda eso no impedía que pudieran darse miradas y sentir cariño entre ellos, funcionaria si ambos lo deseaban.
Los dos regresando al punto con Ran, los tres en la parte trasera del súper esperando la primera señal para comenzar.
Y ahí estaba. El primer sonido de alarma, los gruñidos se fueron alejando para ir a donde provenía la ruidosas música, los Haitani se miraron y patearon la puerta hasta romper el candado, entrando corriendo con las mochilas para actuar rápido.
Cada quien tomó un camino para buscar cosas que les servirá más adelante, siendo silenciosos y matando a uno que otro infectado en el proceso que quedó en cerrado en el lugar.
La chica guardo unas latas en su mochila hasta que vió una rodando cerca de la puerta que llevaba a la otra entrada del súpermercado, Rumi se colocó en cuclillas agarrando la lata, esta tenía unas gotas de sangre, al alzar la mirada se encontró con ese conocido chico de cicatrices en la comisuras de sus labios, sonriendole de una manera no muy amigable y con la katana desenfundada.
—Nos volvemos a ver pequeña escurridiza—habló intimidante el chico de cabello rosado, se veía herido de su pierna—¿Sabes cuanta falta nos haces?—se burló fingiendo preocupación.
Quizo gritar o llamar a los chicos, pero solo pudo ver al joven que amenazaba con cortarle la cabeza
—Sanzu—tartamudeo en bajito temblando.
El miedo que le tenía era grande, a principios del apocalipsis Naoko y ella se encontraron con unos chicos; al inicio era normal y agradable pero al poco tiempo todo se fue abajo y quien se oponía a la palabra del Rey sufría las consecuencias, dicen que era la preferida por Mikey, ella siempre lo alimentaba con dulces que ella misma hacía con gusto al tener un amigo como el rubio, pero este se cerró y quedó en manos de Sanzu, la mano derecha.
Le ponía pesados trabajos y siempre la amenazaba, él se alimentaba de su miedo y sufrimiento psicológico, desarrollando una ligera obsesión hacía ella por haber tenido tan cerca a su rey. Aprovechaba de su buena mano para crear objetos y cosas que le servían a todos, la mantenía cerca para que viera como mataba a personas que los traicionaba por comer un poco más o no hacer sus tareas, nunca se sobre paso, pero siempre le daba bruscos besos repentinos como si fuera una necesidad.
Para su buena suerte logró escapar junto a Naoko que no las dejaban acercarse mucho.
—¡Si me recuerdas!—exclamó más contento, como si hubiera olvidado que se encontraba herido.
—¿E-estas bien?
Maldijo su personalidad por preocuparse por personas que le hacían mal, era instintivo preocuparse por todos.
—Estoy mucho mejor ahora que te veo, Mikey estará complacido cuando te lleve, conseguir dulces ya no es sencillo—se hizo a un lado dejando ver una caja de una marca de dulces vacía.
—Ishikawa-chan debemos irnos—la gruesa voz de Rindou sonó como en un susurro formando eco.
Sanzu puso el dedo en su boca para que guardara silencio.
—Si, en un momento voy—le contestó lo más normal posible, sin apartar sus ojos del chico de largas pestañas
No podía escapar, si le disparaba tardaría y ya tendría la garganta cortada por la hoja de la katana, aumentando que él era mucho más fuerte en cuanto fuerza....
¿Su única manera de sobrevivir era ser llevada?
Tampoco podía poner en riesgo a los chicos y Naoko se encontraba lejos por si el plan fallaba, ella crearía otra distracción, ahora estaba en lo alto de un edificio siendo la francotirador.
—¿Me engañaste con otro chico?—formó un puchero acariciando la mejilla de la chica con cierto toque cariñoso a su manera—Creí que teníamos una buena química.
—Sanzu.... Te tengo miedo—sus ojos se aguadaron, ya no quería volver a las personas morir a manos de otro humano.
Él lo sabía, le gustaba ver ese sentimiento en esa cara tan pura e inocente, cosa que fue evolucionado ahora en un mundo que era matar o vivir, pero él lo disfrutaba.
—Te llevaré conmigo como lo era antes, cuidare de tí por que tú no puedes hacerlo sola.
¿Siempre necesitó ser cuidada? Quería ser fuerte como todos los sobrevivientes, ¿acaso no podía?
Levanto el arma temblando, enfrentando a la pesadilla que la molestaba, nunca llegó a matar a un humano apesar de que Naoko siempre le decía que unas veces era necesario.
El peli rosado ni se inmutó por su reacción conociendo que no jalaria el gatillo.
—¡Dejame en paz!—le grito tomando el valor para disparar.
Pero la bala no dio al chico sino a los artefactos de incendios, haciendo mucho ruido y dejando caer agua, las voces de Rindou y Ran igual se oyeron buscándola.
Rumi corría siendo perseguida por Sanzu como un juego, riendo.
A las afueras del súper mercado los zombies se dividieron en dos partes, unos caminando a los autos y otros regresando al súper, Naoko noto de inmediato que algo estaba mal.
La luces amarillas de la misma alarma ayudaban para correr por los largos pasillos
—¡Rumi!—la llamaba el peli rosado diviertondose con la mencionada, aun sin poder creer que si disparó.
Todo se sentía como esa primera vez en la que vió los muertos comiendo a la gente, persiguiendolos y como se fueron infectando. Era la misma adrenalina.
Rindou salió de unos de los costados tirando a Sanzu, Rumi por otro lado resbaló por tratar de frenar y regresar.
Los chicos forcejeanban entre golpes.
La jóven levanto su arma queriendo dispararle por primera vez al chico de cabello rosado, pero giraba mucho con el rubio que podía matarlo a él por error.
—Deja a mi hermano idiota.
Ran había llegado golpeando a Sanzu en la cabeza con su bastón, no fue suficiente para dejarlo inconsciente pero si para dejarlo aturdido, entre el mayor y la Ishikawa jalaron de los brazos de Rindou para alejarlo del otro chico.
—Perdón chicos—se disculpa la peli cobriza mientras salían del supermercado, sintiéndose culpable de que el plan fracasara.
—¡Eso no importa ahora!—bramo Rindou siendo el segundo en salir y ser atacado por el cuerpo de un muerto—¡Mierda!
Lo detenía con las manos para que no mordiera, Rumi tomó su hacha y se la insertó al zombie para matarlo.
—Miren el lado bueno, tenemos comida y un loco con katana siguiendonos—vocifero Ran tratando de animar a la chica deteniendo la puerta con un carrito de compras mientras veía a la fémina dándole múltiples hachazos al zombie con su mayor fuerza—Técnicamente todo salió bien.
—¡Rumi!—Sanzu gritaba su nombre empujando la puerta que detenia Ran—¡Dejame salir!
—Ya guarda silencio—le pidió el de trenzas regresandole el golpe a la puerta, como si eso fuera a callarlo.
—Chicos.... Se nos acabo el tiempo desde hace rato—informó mirando el reloj de su muñeca, el último despertador tiene que haber dejado de sonar, lo que significaba que irían todos los zombies contra ellos.
La horda venía cerca corriendo a ellos, no podrían escapar.
Un auto más atrás apareció dando un gran giro y por la puertilla en el techo de auto se asomó Naoko con otra arma.
—Bajen las cabezas—le dijo abriendo fuego contra todos los muertos, no los mataría a todos pero les daría tiempo.
En el asiento piloto la puerta se abrió mostrando a un delgado chico de cabello entre rubio y blanco, Wakasa.
—¿Qué esperan? ¡Suban!
—No podemos dejar morir a Sanzu—comentó Rumi.
—Por mí qué se muera—gruño Rindou viendo la cara de la chica—Nunca lo llevaremos.
Habló de más.
Entres los hermanos y Wakasa sujetaron al peli rosado y lo encerraron en la cajuela, subiendo al carro y acelerar.
—¡Tomen mierdas!—los insulto la chica peli gris lanzando una bomba molotov casera que había hecho, haciendo explotar al estar saliendo del lugar, afectando igual al súper que se fue quemando de apoco.
Tomaron carretera sin camino fijo, resultó que él hermano mayor de Naoko venía del refugio al que iban el cual término destruido.
No tenian a donde ir.
—Estamos jodidos—habló la peli gris estando como copiloto y los pies en arriba—Secuestramos la mano derecha de Mikey.
—Deberíamos regresarlo con una nota pidiendo perdón—propuso Rumi qué estaba acariciando el cabello rubio con mechas qué se encontraba acostado en su hombro tratando de dormir.
—O matarlo—agregó Ran sacando su mano por la ventana para sentir lo fresco—Si lo llevamos con nosotros puede que nos corte el cuello mientras estemos dormidos.
—Quizá pueda convencerlo de no hacerlo.
—Ni de broma—respondieron todos en el auto negando que Rumi se viera o compartiera aire con Sanzu.
—Esta muy callado—Rindou llamó la atención de todos, tenía razón.
—Se asfixió de seguro—río Ran sin darle mucha importancia.
Se estacionaron en la carretera para estirarse y confirmar la salud del chico peli rosado, estaba vivo así que le dieron comida y agua para volver a encerrarlo.
—Oye Rumi—le susurro haciendo señas para que acercara a lo que ella le hizo caso viendo unas cuantas margaritas en manos del chico que se las extendía—No es mucho pero...
—Ooh Rin, que lindo—sonrojada tomó las margaritas.
—Me alegra haberte conocido.
Especial por que me gustas las películas de muertos vivientes.
Me aplicaron la misma que a Isayama, si yo mato un personaje de pedazos de mi cielo mi pareja me va a dejar de hablar por una semanas y se va a enojar. 🚶♀️
Gracias a ella les dejaré por el momento estabilidad emocional.
El siguiente especial será por el 14 de febrero, puede que vayan a ver unas cuentas manoseadas. Pero lo subiré unos días después por que será mi cumple años.
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎☁
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