Minho estaba en su oficina firmando algunos papeles.

Soltó un suspiro cansado, lo único que quería era ir a casa para estar con su pequeño novio.

No le gustaba dejarlo solo, pero tenía que trabajar.

Estaba concentrado, solo para irse a su casa lo más rápido posible.

Cuando escucho voces afuera de su oficina, soltó un suspiro y se puso de pie para dirigirse a ver que pasaba allá afuera.

Cuando abrió la puerta encontró a su pequeño novio con toda su carita roja y un puchero.

Jisung se dio cuenta que había una presencia más y cambió su puchero a una sonrisa.

— Papi, ella no me deja pasar. — dijo en un susurro.

Nayeon su secretaria se giro a ver su su jefe.

— Jefe, yo  solo le pregunté que si tenía cita y el me dijo que no, entonces yo que dije que no podía pasar sin una cita . — dijo con un puchero.

Minho soltó un suspiro. — No te preocupes Nayeon, solo que cuando venga mi novio lo pases cuando llegue.

Jisung se acercó a Minho y se puso de puntillas para poner dejar un beso en el cachete.

— Papi, te tengo una sorpresa. — dijo soltando una risita.

MinHo dejó un beso en la cabeza y soltó un risita.

— ven, bebé — dijo Minho poniendo una mano en la espalda baja de Jisung.

Jisung asintió y caminó hacia la oficina de su novio.

[...]

Había pasado treinta minutos desde que estaban en la oficina del pelinegro, Jisung estaba sentado en su regazo.

— Bebé, cual era la sorpresa que me tenías. — pregunto con una sonrisa.

Jisung sonrió y soltó una risita.

— Papi, como me veo. — dijo el castaño parándose de su regazo.

Minho se le quedó viendo de arriba hacia abajo su niño se veía tierno.

— Muy tierno, bebé. — dijo sonriendo.

— ¡Papi!. — exclamó Jisung.

El pelinegro soltó una risita como le gustaba escuchar que su pequeño novio le dija así.

— Que, si te vez tierno con lo que traía puesto. — dijo soltando una risita y encogiéndose de hombros.

— No, no, yo me veo sexi con mi ropa. — dijo serio el castaño.

Aunque era mentira el castaño se veía tierno y Minho podía morir de tanta ternura.

Jisung traía un suéter amarillo y un overol negro.

— ¿Por qué lo dices?. — le pregunto Lee con una ceja alzada.

— No me veo sexi, papi. — dijo casi en un susurro.

Minho sabía que Jisung estaba a nada de llorar.

— No, bebé, saben a mi me gusta lo que traes puesto  y eso es lo único importante, no quiero que te veas sexi, por que tu eres más de la ropa holgada no pegada. — dijo abrazando por la cintura a Jisung.

Jisung asintió con un puchero y se voltio para quedar cara a cara con Minho y dejar varios besos en los labios del anterior mencionado.

El castaño brinco para que Minho lo hagara por los muslos y el anterior mencionado se dirigió hacia el sillón.

Estaban en un silencio, Jisung tenía su cabeza recargada en el hombro de Minho.

— ¿Papi?. — pregunto Jisung y Minho hizo un sonido de que lo estaba escuchando. — ¿Cuando nos vamos a casar?.

Cuando Minho escucho eso empezó se hago con la saliva.

— ¡Cómo!. — exclamo Minho y después se aclara su garganta. — Digo tu te quieres casar conmigo.

A Jisung le brillaron los ojos y asintió rápidamente.

— Si, papi.

— Bueno, eso lo vemos después, vale.

Jisung solo asintió con un puchero que fue besado por Minho.

— Bebé, te dijo algo. — pregunto MinHo.

— Que es papi.

— Me gusta que me digas papi. — dijo degando un beso en los labios de Jisung.

Jisung se sonrojo y se acurruco más con Minho.

Ese día Jisung terminó siendo mimado y con muchos besos por toda su carita.

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