pijamada
El equipo del Nankatsu se reunió en la sala de su hotel, listos para analizar su próximo partido. El entrenador, con una mirada seria en su rostro, les recordó a todos la importancia de este encuentro.
― Chicos, este partido es determinante para nuestro equipo. Según la tabla, no clasificaremos con un empate. Nuestro único objetivo en el juego de mañana es vencer al Naniwa. ¿Alguna sugerencia? ― pregunto al unisonó.
Genzo, levantando la mano, tomó la palabra.
― Creo que el punto fuerte del Naniwa es su portero, Nakanishi. Debido a su estatura, le resulta muy fácil mantener su portería en cero ― explico serió.
El hombre asintió, reconociendo la observación del menor.
― Tienes razón, Genzo. Tenemos que pensar en un plan para anotarle al Naniwa. Nuestra clasificación depende de ello.
Observo primero al capitán.
― Tsubasa.
― ¡Si, señor! ― dijo firme.
Luego a su compañero de oro.
― Taro.
― ¡Si, señor! ― replico como su amigo.
― tengo una misión especial para ustedes dos.
Se miraron con curiosidad, preguntándose qué les esperaba.
El entrenador les explicó su misión especial, con un tono de seriedad en su voz.
― Quiero que trabajen juntos en una estrategia para superar a Nakanishi. Necesitamos que encuentren la manera de anotarle. Ustedes son nuestro dueto dorado, confío en que pueden lograrlo.
Asintieron, sintiendo la presión pero también la determinación de cumplir con la misión encomendada.
― No lo defraudáremos, entrenador. Haremos todo lo posible para encontrar la forma de superar a Nakanishi ― le aseguro el castaño.
― ¡Absolutamente! Pondremos todo nuestro esfuerzo en ello ― lo apoyo el pelinegro
El adulto sonrió, sabiendo que podía confiar en el talento y la determinación de sus jugadores estrella.
― Eso es lo que quiero escuchar. Confío en ustedes, chicos.
Con un nuevo objetivo en mente, Tsubasa y Taro estaban listos para enfrentar el desafío que les esperaba. Sabían que no sería fácil, pero estaban dispuestos a darlo todo por el equipo y por la oportunidad de clasificar.
A la noche los niños se encontraban en la alcoba reflexionando un poco.
― Es mucha responsabilidad ― rompió el silencio Yoshida.
― Si ― coincidió Misaki ― pero creo, que eso es lo mejor si queremos ganarle a ese equipo. Asi que cuento mañana contigo, Taro.
― Igualmente ― le sonrió ― no podran sorprendernos jamás.
Inesperadamente algo les golpeo la espalda haciendo que se asusten. Al voltear vieron que se trataban de Ryo y Shun riéndose.
―¿Ha que se espantaron? ― se burlo Harper.
― Siempre ahi que estar alerta ― lo secundo Everett.
Pero algo también golpeo al defensor. Los infantes no entendia lo que ocurría al principio pero al ver cojines volando por los aires, entendieron.
― ¿Pelea de almohadas? ¡de acuerdo! ― acepto el diez con diversión.
Ambos lanzaron las que habian llegado a ellos, pero cuando el pelón la esquivó fue otro el que lo recibió.
― Auch, ¿porque mi cabeza? ― se sobo el lugar afectado.
― Ahi, Shingo, perdón ― se disculpo el once.
Mientras que el otro para reia.
― ¡Gol! ― celebro con malicia el vampirito.
― Ese fue un golazo del capitán, Shingo ― levanto los brazos.
― ¿Si?, ¡pues aqui va mi contraataqué! ― se la lanzo.
El niño la atrapo con facilidad.
― ¿Viste Denver? me dicen el portero estrella.
― ¿Si?, pues dile a Genzo a ver que opina.
El ojiverde se la tiro con fuerza al otro.
― ¡Cierra la boca, mono! ― lo amenazo.
― ¡Ahora me toca a mi! ― tomo otra almohada Shingo y se la lanzo a Tsubasa que la atrapo.
― ¡Aqui voy! ― corrió hacia ellos quitandose sus pantuflas en compañia de su mancuerda.
La volvió a lanzar a su agresor y este volvió a atraparla.
Una batalla se desato en la habitación de Jun y Genzo que es donde se hacia la pijamada. Era todos contra todos, cojines iban y venian por dondequier.
― ¡Amigos, escuchenme! ― les llamo la atención el jugador del psg después de atrapar una almohada ― ¡ganáremos mañana!.
― ¡SIIII! ― levantaron los puños en señal de motivación y confianza.
Volvieron a su guerra y atacarse mutuamente. Asi fue que pasaron una agradable noche llena de diversión y amistad, donde no habian pleitos ni conflictos entre ellos, solo importaba pasarla bien.
Lastima que no se puede decir lo mismo de sus padres...
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