Cena incomoda
Adriano tomo una decisión contundente para resolver las cosas en la selección Japonésa.
Durante once años noto como la relación entre los jugadores se habia roto después del mundial juvenil y esto se debia al cambió repentino de actitud de parte del diez de ese entonces. Estaba conciente que en todo este tiempo, Oliver se habia comportado como pedante con todos y su amigos decian que se le habia subido la fama a la cabeza, pero sentia que habia algo más que le pasaba que no les estaba diciendo. No por nada se veia que estaba muy deprimido como si le hubiera pasado algo realmente tragico y no creia que fuera solamente por el rechazo de su entorno.
Por eso organizo una cena en su casa para que tanto Oliver como ellos pudieran aunque sea tener un poco de cordialidad.
Al principio penso que el equipo llegaria acompañados de sus hijos, pero vinieron solos o en pareja y ahi estaba recibiendo a uno por uno.
-Buenas noches, Adriano-Saludo cuando abrio la puerta-Trajimos postre-Enseño la bolsa.
-Buenas noches, Andy y Armand. No era necesario, ya habia comprado un pudín para que compartamos luego de la comida.-Les explico.
-No es ninguna molestia. Ha Armand se le ocurrió traer un aperitivo, ya que pusiste la cena y la comida. No era justo llegar con las manos vacias.-Justifico amablemente.
-De todas formas, muchas gracias-Recibio lo que trajeron-Pero pasen, pasen. Estan como en su casa-Les ofrecio entrar a su hogar.
Asintieron con una sonrisa y ingresaron.
Pocos minutos después llegaron el matrimonio Price y Misaki.
-¡Adriano!-El castaño salto a sus brazos.
-Hola, Tom-Le sorprendio un poco el gesto, aunque ya era habitual porque siempre hacia lo mismo cuando lo veia.
-Antes de venir aqui, pasamos por una de las mejores tiendas de vino en Japón y trajimos este de la marca Sassicaia.-Mostro la botella.
-Vaya, se ve costosa―La agarro con mucho cuidado―Gracias, la guardare en la nevera con las demás.―Con todas las que les estaban dando habia hasta de sobra.
―No es nada.―Replicó modestamente, encogiéndose de hombros como si no fuera gran cosa.
―Pasen, no se queden ahí fuera.―Invitó mientras les hacía un gesto para que entraran, cerrando la puerta suavemente detrás de ellos.
―¿Necesitas ayuda con algo?―Preguntó, preparándose para echar una mano.
-No, gracias. Ustedes son mis invitados y deben estar comodos-Rechazo cordial.
-Yo insisto. Dejame ayudarte, aunque sea un poco-Ofrecio.
-De acuerdo, puedes encargarte de poner la mesa-Nunca viene mal algo de colaboración.
-Bien, lo haremos con Armand. ¿Sabes si y ya llego junto con Andy?-Le consulto.
-Si, estan en la sala-Le indico donde quedaba.
El diez japonés fue a buscar a su mejor amigo.
-¿Y los demás?-Puso sus manos en su cintura.
-Me avisaron que ya vienen-Mostró su telefono.
-Donde Steve comienze con sus cosas, me importara muy poco que estemos en una cena formal-Lo mal que se llevaba con el delantero alcanzaba niveles impresionantes.
-Benji, por favor. Estamos en casa ajena, intenta no pelearte con él.-Lo regaño, sabiendo que su marido lo que menos haria seria mantener la paz con el moreno.
-Benji, te pido 0 pleitos con Steve. Aunque te cueste la vida intentandolo.-Seguramente habra de todo, excepto tranquilidad esta noche.
Y sera tres mil veces peor una vez que apareciera él.
Se preguntaba si vendria...
Siguió recibiendo a sus inquilinos temporales.
Ajusto su corbata a su cuello.
Después de una semana volveria a ver al equipo y a su entrenador. Adriano lo habia llamado el dia anterior diciendole que lo invitaba a cenar junto con los muchachos, trato de justificarle que no podia porque ya no pertenecia a la selección Japonésa y no queria hacerles pasar un mal rato a sus ex-compañeros con su presencia. Este le expreso que no aceptaba un "NO" por respuesta y que queria tratar de apaciguar su conflictos con ellos, a lo que sin remedio tuvo que aceptar ir.
Seamos honesto. Lo que más temia no era la reacción de los que alguna vez fueron sus amigos, sino la de Tom. Lo conocia tan bien que sabia que con tan solo lo viera llegar, iba a desatar la tercera guerra mundial.
Debia admitirlo. En los ultimos años, su amor adquirio un fuerte caracter que hasta el criminal más peligroso del mundo lo hacia temblar. No es para menos, estaba consiente que el responsable de que su angel se volviera asi, fue él.
¿Encerio pensaba que luego de todo lo que le hizo seguiria siendo el mismo? Ni él mismo se perdonaba su error de hace once años.
Era un cobarde por no quedarse con su familia y no evitar que Haydee le hiciera tanto daño.
Recordo un poema que leyo en internet un dia.
En un mundo de hierro, de fuerza y poder,
donde el hombre es roble, que no puede ceder,
nos enseñan de niños que llorar es de flacos,
que mostrar emociones es rendirse ante el miedo.
Nos inculcan ser duros, de rocas el alma,
no mostrar la tormenta que dentro nos calma.
Nos forjan en fuego, nos templamos en guerra,
en la lucha constante que endurece la tierra.
Nos dicen que el llanto es la espada vencida,
que el hombre que siente pierde la partida.
Que el dolor es un yugo que no se ha de mostrar,
que el sentir es un lujo que hay que ocultar.
Pero en noches de luna, cuando el mundo descansa,
el corazón se desgarra en una silenciosa danza.
Y aunque el alma se rompa, el rostro es de piedra,
porque un hombre, nos dicen, no siente ni sueña.
Así cargamos pesos que no se han de ver,
callando los gritos que nos hacen caer.
Y al final, en silencio, en la soledad sin luz,
nos quedamos callados, sin mostrar la cruz.
Porque un hombre, al fin, no debe llorar,
ni mostrar debilidad, ni al mundo contar,
sus penas profundas, su amor, su lamento,
porque un hombre, nos dicen, debe callar lo que siente.
Aquellos versos contaban lo que era cierto. Un hombre no debe mostrar fragilidad, ni dejar al mundo ver su tormento.
La sociedad cree que un hombre debe ser siempre fuerte, imperturbable, y proveedor, ocultando sus emociones y vulnerabilidades para cumplir con un ideal inalcanzable de masculinidad.
Por desgracia, él era un hombre...
Justo porque es un "hombre" nadie le creeria lo que le paso y mucho menos que era causante una mujer de su dolor.
En un mundo donde el abuso sexual hacia un hombre es ignorado y minimizado, la voz de una mujer, sin importar su veracidad, siempre encuentra apoyo y solidaridad. Eso lo tenia muy en claro.
El machismo no solo oprime a las mujeres, sino que también encierra a los hombres en un rígido estereotipo que les exige ser siempre fuertes, insensibles y dominantes, negándoles la libertad de expresar sus emociones, mostrar vulnerabilidad y vivir una vida plena y auténtica.
Para su desgracia, su país era el que más imponia esos estereotipos anticuados.
El machismo en Japón es una cuestión compleja y profundamente arraigada en nuestra cultura y sociedad. Históricamente, la estructura social japonesa ha sido patriarcal. Desde la era samurái hasta la posguerra, los roles de género han sido claramente definidos y perpetuados. La influencia del Confucianismo, que llegó a Japón desde China hace siglos, puso mucho énfasis en la obediencia y la jerarquía, lo que consolidó aún más los roles de género tradicionales. A los hombres desde jóvenes, se les enseña a no mostrar debilidad, a ser siempre fuertes y silenciosos. El estrés y la presión de ser el sostén económico pueden ser aplastantes. La tasa de suicidios entre hombres sigue siendo alarmantemente alta, en parte debido a estas expectativas inhumanas.
Todos esos patrones en su nación también los afecta profundamente a ellos, imponiéndoles rígidos roles de género y expectativas que limitan su bienestar y desarrollo personal. Desde una edad temprana, los hombres japoneses son socializados para ser los proveedores económicos de sus familias, lo que les lleva a asumir trabajos con largas horas y gran estrés, muchas veces sacrificando su vida personal y salud mental. Este estereotipo del "salaryman" (hombre de negocios que trabaja largas horas) es un reflejo de estas expectativas.
Además, el machismo impone la idea de que los hombres deben ser emocionalmente fuertes y no mostrar vulnerabilidad, lo que dificulta la expresión de sus sentimientos y la búsqueda de apoyo emocional. Esto puede contribuir a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, que a menudo no son tratados adecuadamente debido al estigma asociado con la búsqueda de ayuda.
Si, todo eso era una reverenda mierda.
Estaba cansado de seguir con ese modelo que le impuso la sociedad.
Él era un chico sensible que le gustaba ayudar a los demas y ser un caballero tal como le habia enseñado su mamá desde pequeño. ¿Por qué debería conformarse con ser solo una sombra de lo que se espera que sea? No era una máquina sin emociones. Era un humano, con sueños, miedos y deseos propios. ¿Por qué debería mantener su dolor en silencio solo porque ser un hombre? ¿Acaso su sufrimiento no es tan válido como el de cualquier otra persona?.
Por más que se quejasé, su pais no iba a cambiar y no sabia si en algún momento pasaria.
En su cabeza hacia eco lo que muchas personas decian de como debia ser su genero.
"Un hombre debe ser fuerte."
"Un hombre debe ser valiente."
"Un hombre debe reprimir sus emociones."
"Un hombre debe hacerlo en silencio."
"Un hombre nunca debe mostrar debilidad."
"Un hombre no debe llorar."
Ser hombre es difícil.
Pero hay una de esas palabras que le quedo grabada en su mente desde que tenia diecisiete años.
"Un hombre es el protector de la familia."
Y eso fue lo que hizo. Dejo que Haydee lo torturara por años solo para que ellos estuvieran bien.
Haría lo que sea necesario para proteger a su familia, incluso si eso significa salir herido en el proceso. Ellos son su todo, su razón de ser. No podia permitir que nada les suceda.
Se preguntaba si Tsubasa estaria presente en la cena, no obstante podia estar la posibilidad de que su chico no lo haya llevado. Le encantaria poder ver a su niño, aún si fueran solo cinco minutos.
Se fijo en la hora y se puso un poco de perfume. Se miro al espejo verificando que este bien vestido.
Llevaba un traje negro con camisa blanca, corbata tambien negra y zapatos.
No hizo ninguna expresión al verse en ese pedazo de vidrio. el aire era denso y pesado a su alrededor. Sus ojos, vacíos y sin brillo, se clavaron en su reflejo. Allí estaba, un hombre joven, pero con una expresión que parecía llevar el peso del mundo. Sus hombros, antes erguidos con confianza, ahora estaban caídos.
No podía recordar la última vez que se sintió realmente feliz, la última vez que sintió algo más que esta pesada nube de tristeza.
Los pensamientos negativos fluían sin cesar, cada uno más destructivo que el anterior. "No sirves para nada", "Nadie te necesita", "Eres una carga". Intentó recordar un momento de alegría, pero todo parecía envuelto en una niebla gris. El Oliver que alguna vez fue, lleno de sueños y esperanzas, se había desvanecido.
Cerró los ojos, tratando de escapar del reflejo que lo miraba con desesperación. Una lágrima solitaria se deslizó por su mejilla, y con un suspiro profundo, se alejó del espejo, sintiendo que la batalla dentro de su mente se hacía cada vez más difícil de ganar.
Agarro su telefono, las llave de su habitación y salio del hotel
Esperaba que su asistencia no fuera un mal sabor de boca para todos.
La selección Japonésa ya estaba completa en la casa del directivo.
Habian traido más bebidas, postres y comida. Además de que ayudaban a Adriano en todo todo lo que podian.
-Tom, ¿puedes abrir la puerta? Seguramente es el entrenador-Sacaba los platos de la alacena.
-Por supuesto-Asintio con una sonrisa dejando los cubiertos.
Fue a la entrada principal para recibir al coach.
-Bienvenido, Entrenador. Pase-Le hizo una reverencia al hombre y se hizo a un lado para que entrara.
-Buenas noches, Tom. ¿Sabes donde puedo dejar esto?-Le enseño lo que traia.
-No se preocupe, yo mismo lo llevare a la cocina. Mientras tanto puede ir acomodandose si quiere, nosotros estamos colaborando en lo que podemos.-Agarro la comida-Venga, es por aqui-Lo guio a la sala.
-Gracias-Lo siguio.
En la cocina.
-Oye, Adriano. ¿Vendra alguien más aparte del entrenador?-Le entro curiosidad.
-Si, el presidente de la asociación de futbol Japonés y una persona más-No iba a entrar en detalles.
El principe de Crital lo observo extrañado.
-¿Y quien es esa "persona"?-Trataba de hacer memoria si faltaba por llegar alguno de sus compañeros.
-Lo sabran cuando llegue.-Llevo los platos a la mesa.
El portero hizo un gesto con la cabeza preguntando quien era el otro invitado y solo le contesto elevando sus hombros diciendole que no sabia.
En el comedor
Los donceles y las mujeres se ocupaban de poner la mesa.
-Eva, pon estas copas ahi-Le Indicó el lugar donde iban
-Si-Fue a colocarlos donde le dijeron.
-¿Y cómo estas, Tom?-Decidió consultarle.
-¿Yo? bien. Gracias por preguntar, Anabel-Le dio una sonrio.
-Vimos que eres el mejor jugador del mundo y el capitan de nuestra selección, felicidades-Estaba feliz de que el chico haya tenido su reconocimiento, se lo merecia.
-¿Quién lo diria? Tienes mucha suerte, Tom-Este lo miro sin entender que queria decir.-Eres el diez de Japón y nuestro capitan, te convertiste en el mejor jugador del mundo, estuviste con Atom y eres madre del proximo crack mundial. La verdad te envidio-Lo molesto un poco.
-Ya deja de molestarme con Atom-Pego con su codo el brazo del otro de broma.
-¿Cómo quieres que no te moleste con Atom? Si lo sigues enamorado de él.-No queria admitirlo, pero enserio amaba fatidiar a su mejor amigo y más con su ex.
-¿Eso es cierto?-Le presto atención a lo que hablaban.
-Bueno...-Se apeno.
-Ay, Tom...-Lo vio empatica.
-Es que ustedes no entienden...-Bajo su cabeza sonriendo.-Por más que el fife sea un gros idiot, sigue estando en mi corazón y lo estara siempre.
Los tres notaron el brillo de sus ojos.
-De verdad lo sigues amando...-Declararon al mismo tiempo.
Puso una mano en su pecho mientras tenia un sentimiento de nostalgia.
-Te sere sincero. Eres un tonto de aqui hasta Finlandia.-Una voz interrumpio su burbuja.
Era el esposó de David.
-Jack tiene razón, Tom-Intervino Richard que estaba encargandose de poner las servilletas en donde iban a estar cada uno de ellos.-Atom no le importo que tú lo amaras y se fue dejandolos a la deriva a ambos-Se refirio en plural por el hijo que compartian en común la ex combinación dorada.
-Pobre Tsubi. Lo que debe sufrir por no tener a su Papá con él-Mary estaba repartiendo los cubiertos en los lugares que iba a ver personas.
-Además, es un patán. ¿No te acuerdas que te trataba mal y te ofendia cada vez que teniamos que reunirnos con la selección?-Añadio molesto el ex jugador del Shuketsu.
-En eso estoy deacuerdo con todos. Atom es un imbécil-Hizo una mueca de desagrado.
-Lo que no logro comprender es; ¿por qué quiere regresar con Tom y Tsubasa, si hizo como si no existieran por años?-Opino Alán llegando con más tenedores, palillos y cuchillos.
-Eso mismo digo yo. Qué descaro-Le costaba creer que el chico que fue su amigo cuando estaba en el Nankatsu sea el mismo que se volvió un ser despiadado y sin corazón.
-Anabel y yo fuimos amigas de él. Jamás pensamos que se volveria asi-En su memoria conservaba aquel alegre y amable adolescente que les brindo su amistad apenas entraron como managers del Nankatsu.
-¿No eran tambien amigas de Haydee?-Les consulto el de cabello rizado.
-Si. pero cuando se obsesiono con él, dejamos de tener todo vinculo con ella-Sintetizo.
-Relajense. Que todavia lo ame, no quiere decir que vaya a perdonarle todo el daño que me hizo a mi y a Tsubasa-Cambió su expresión de risueño a seriedad.
-Asi se habla, dignidad ante todo-Su conversación se vio anulada una vez que se escucho un fuerte "¿qué?".
Se les habia pasado por completo de que el entrenador estaba con ellos.
-S-señor, yo se lo puedo explicar-Estaba palido por ser descubierto.
-¡¿Tuviste un hijo con Oliver?!-Debia ser un chiste.
No sabia que contestar. Se supone que era un secreto y por descuidado lo termino revelando.
-Cuentale, Tom-Susurro el defensa.
Asintio algo inseguro.
-Bueno... Cuando era un adolescente, tuve una relación amorosa con Atom y salimos por dos años. Luego a los diecisiete años quede embarazado de él, pero nunca se quiso hacer cargo ni conocer a nuestro hijo hasta ahora y yo quise mantener todo eso en privado. Lo siento mucho-Hizo una inclinación profunda de 30 grados en forma de disculpa.
Se sostuvo el puente de su nariz. Ahora todo cuadraba.
-Haber, Misaki. Cuentame todo desde un principio y más completo, porque estoy muy confundido-Sentia que le iba a dar algo.
El jovén comenzó a relatar desde el dia que conocio a su amor hasta la ultima vez que habian hablado. El hombre conecto todos los puntos y descifro a causa de que pasaron muchas cosas.
-¿Me estas diciendo qué Oliver salio de la selección Japonésa y se retiro del futbol por el despreció de ustedes?-Si era eso, estaba exagerando.
-No tengo idea si fue por la discusión que tuvimos o por alguna otra razón. Hace mucho que ya no hablo con él-Justifico.
-No puede ser...-Se quejó.
Ya hablaria con él.
Caminaba bajo las luces de la ciudad. Estaba un poco tranquila debido a que las personas no andaban a las prisas como al principio del dia.
Una figura solitaria se movía con elegancia entre las sombras. El hombre, con un traje impecablemente cortado que contrastaba con su expresión abatida, caminaba por las calles silenciosas. Las luces de neón iluminaban su rostro cansado mientras avanzaba sin rumbo fijo. Encima de él, el cielo nocturno estaba salpicado de estrellas, brillando con una indiferencia que solo acentuaba su soledad. Los murmullos de la ciudad y el susurro del viento le acompañaban, pero nada lograba aliviar la tristeza que le pesaba en el alma. En ese mar de luces y gente, él seguía siendo una isla, perdido en su propia melancolía.
La soledad se desliza silenciosa y persistente, envolviendo a su víctima en un abrazo frío y desolador. No es simplemente la ausencia de compañía, sino una sensación profunda y penetrante de desconexión. La soledad puede estar presente incluso en medio de una multitud, cuando las voces y risas alrededor se vuelven un murmullo distante e incomprensible.
Es el vacío en el pecho que no se llena con palabras ni con presencias, la sensación de ser invisible, de que la existencia propia no tiene eco en el mundo que nos rodea. La soledad se manifiesta en los momentos más inesperados: en el eco de los propios pensamientos en una habitación vacía, en la mirada perdida en un paisaje familiar, en la espera interminable de un mensaje que nunca llega.
Es una compañera constante que amplifica las dudas y los miedos, que transforma los recuerdos felices en añoranzas dolorosas y que hace que el futuro parezca una extensión interminable de silencio. La soledad es una sombra que sigue cada paso, que se instala en el corazón y que, a menudo, parece no tener fin.
El dolor y el arrepentimiento son compañeros inseparables, entrelazados en una danza perpetua de sufrimiento y reflexión. El dolor se manifiesta primero, una punzada aguda que atraviesa el alma, dejando una herida abierta que late con cada latido del corazón. Es un fuego interno que quema, que consume, y que a menudo parece imposible de extinguir. Se siente en el cuerpo, en la mente, y en cada rincón del ser, recordándonos constantemente la fuente de nuestra angustia.
El arrepentimiento llega después, como un eco persistente del dolor, susurrando "si tan solo". Es una sombra que se cierne sobre cada pensamiento, una cadena invisible que nos ata al pasado, repitiendo una y otra vez los momentos que desearíamos poder cambiar. Es una voz interna que recrimina, que juzga, y que no deja escapar.
Cada recuerdo feliz se tiñe de amargura, cada momento de alegría se transforma en una oportunidad perdida. El arrepentimiento convierte los días en una sucesión interminable de remordimientos y dudas, haciendo que el futuro parezca una extensión sombría del presente. Es la carga de saber que no se puede deshacer lo hecho, que las palabras pronunciadas y las acciones realizadas han dejado una marca indeleble.
El dolor y el arrepentimiento son prisiones del alma, cerrando las puertas a la paz y a la tranquilidad. Nos mantienen atrapados en un ciclo interminable de sufrimiento, una espiral descendente de tristeza y desesperación. Y, a menudo, la única salida parece ser el perdón, difícil y esquivo, que llega con la aceptación y la esperanza de redención.
Doblo en una calle solitaria y oscura. Debio contratar guardaespaldas.
Las farolas, espaciadas y parpadeantes, apenas iluminaban el camino, creando sombras danzantes que jugaban con la imaginación.
Avanzaba con pasos cautelosos, su respiración entrecortada resonando en el aire frío. Cada crujido de las hojas bajo sus pies, cada susurro del viento en los árboles, se sentía amplificado, retumbando en su mente como presagios de un peligro inminente. A medida que se adentraba más en la calle oscura y solitaria, el terror se apoderaba de su pecho, oprimiendo su corazón con una fuerza paralizante. Sus ojos se movían nerviosamente, escudriñando cada rincón, cada puerta entreabierta, cada esquina oscura. La sensación de ser observado se intensificaba con cada paso, como si sombras invisibles se deslizaran a su alrededor, acercándose lentamente. El frío sudor le empapaba la frente y su mente conjuraba imágenes aterradoras: figuras sin rostro emergiendo de la oscuridad, susurros malignos flotando en el aire. Intentaba acelerar el paso, pero sus piernas se sentían pesadas, como si el miedo mismo las atara al suelo. Los latidos de su corazón martillaban en sus oídos, una sinfonía de pánico que acompañaba su avance. De repente, un sonido a sus espaldas lo hizo detenerse en seco. Giró rápidamente, pero no vio nada más que la penumbra, un vacío que parecía absorber la poca luz que quedaba. Tragó saliva, intentando calmarse, pero el terror era implacable, un enemigo invisible que se alimentaba de su angustia. Sabía que debía seguir adelante, que debía escapar de aquella calle que parecía interminable, pero cada paso le costaba más que el anterior.
Cuando iba a apresurarse fue acorralado en una pared por un grupo de personas con mascaras de tela negra.
-¿A donde crees qué vas, niño bonito?-Su voz tenia un tono malvado.
-L-les doy todo lo que quieran, pero no me hagan daño-Pronuncio entrecortado. Tenia mucho miedo.
Este se rio.
-No queremos nada material-Apreto sus muñecas.-Sabemos perfectamente quien eres y por eso lo que queremos de ti, es más profundo.-Escucho en su oido.
Sus ojos se abrieron aterrorizados.
-Miralo, esta asustado-Se burlaron los otros enmascarados.
-Tranquilo, no tengas miedo. Solo quiero divertirme un poco con contigo, eso es todo-Acerco su rostro.
Se destapo un poco la mascara y lo beso a la fuerza haciendo que sintiera asco.
Empujo con todas sus fuerzas al individuo haciendolo caer en la cera y intento correr.
-¡AUXILIO, ALGUIEN AYUDEME!-Grito desesperadamente.
Pero su pedido de socorro fue en vano debido a que esos tipos lo increparon.
-Maldito. Ahora si vas a ver-Se levanto enojado del suelo.
Lo agarraron de brazos y piernas para luego llevarlo a un callejón muy oscuro. Pese a que le suplico muchas veces que lo dejaran, no le hicieron caso y abusaron sexualmente de él.
Después de cometer ese acto espantoso, lo dejaron tirado como si de basura se tratase.
La tristeza es un peso invisible que se posa sobre los hombros, una niebla densa que nubla el pensamiento y oscurece el ánimo. Se siente como una herida abierta en el alma, una dolencia que no tiene cura fácil. Es un dolor sordo y persistente que invade cada rincón del ser, apagando el brillo de los ojos y robando la alegría de cada momento.
Las lágrimas llegan como una liberación inevitable, brotando de lo más profundo del corazón. Primero, se acumulan en los ojos, haciendo que el mundo se vuelva borroso, y luego se deslizan silenciosas por las mejillas, trazando caminos de sal en la piel. Cada lágrima es una expresión física de la tristeza, una pequeña gota que lleva consigo fragmentos del dolor interno.
Llorar es a veces un acto silencioso, solitario, donde los sollozos son contenidos, y solo el suave sonido de las lágrimas cayendo rompe el silencio. Otras veces, es un torrente incontenible, un llanto desgarrador que sacude el cuerpo, acompañado de gemidos y suspiros profundos. Es un momento de vulnerabilidad absoluta, donde las barreras caen y el dolor se muestra en su forma más pura.
La tristeza y las lágrimas son compañeras íntimas, reflejando la batalla interna que se libra en el corazón. A veces, las lágrimas traen un alivio momentáneo, una tregua en la tormenta emocional, pero la tristeza persiste, dejando una sensación de vacío y fatiga. Las lágrimas pueden secarse, pero el rastro de la tristeza permanece, un recordatorio constante de lo que se ha perdido, de lo que duele.
En esos momentos, el mundo parece más gris, más pesado, y cada tarea cotidiana se convierte en un desafío. La tristeza altera la percepción del tiempo, haciendo que los días se sientan interminables y las noches aún más solitarias.
Los traumas son cicatrices invisibles que se arraigan profundamente en el alma, modelando y deformando la vida de quien los padece. Son como heridas que nunca sanan del todo, perpetuamente sensibles y capaces de abrirse con el más mínimo recuerdo, con el más leve estímulo. Los traumas fragmentan la mente y el corazón, dejando huellas imborrables que distorsionan la percepción de uno mismo y del mundo.
Una vida destrozada por los traumas se caracteriza por un constante estado de lucha interna. Las sombras del pasado se ciernen sobre cada día, nublando los momentos de alegría y filtrando la luz de la esperanza. El miedo y la desconfianza se convierten en compañeros constantes, impidiendo a la persona establecer conexiones profundas y seguras con los demás. Cada interacción social puede sentirse como una amenaza potencial, un recordatorio de las heridas pasadas.
Los traumas invaden el sueño, convirtiéndolo en un campo de batalla nocturno donde los recuerdos dolorosos se reavivan en pesadillas vívidas. El descanso se vuelve esquivo, y el cansancio constante se instala, afectando la capacidad de funcionar en la vida cotidiana. Las tareas más simples se convierten en montañas insuperables, y la motivación se disuelve en la niebla de la desesperación.
La vida destrozada por los traumas se llena de evitaciones y miedos irracionales. Lugares, personas, olores, sonidos... cualquier cosa puede desencadenar un torrente de recuerdos y emociones incontrolables. La persona se vuelve una experta en construir muros, en aislarse, tratando de protegerse de un mundo que siente hostil e impredecible. Las relaciones personales sufren, los sueños y aspiraciones se marchitan, y la sensación de estar atrapado en un ciclo interminable de dolor se vuelve omnipresente.
La lucha contra los traumas es una batalla solitaria y ardua, donde el progreso puede ser lento y a menudo se siente insignificante.
El destino era muy cruél con él. Creyo que al haberse liberado de Haydee ya no pasaria por esto, pero se equivoco.
Los sollozos, suaves pero desgarradores, llenaban el aire pesado de la noche. Cada inhalación era un esfuerzo, como si el peso de su dolor estuviera comprimiendo su pecho, impidiéndole respirar con normalidad. Los ojos, hinchados y enrojecidos, reflejaban una tormenta interna que no mostraba signos de amainar. La tristeza había echado raíces profundas en su alma, y cada lágrima que caía parecía arrancar un pedazo más de su fortaleza.
No podia podia fallarle a Adriano que tuvo una buena acción de invitarlo a cenar a su casa, aunque ya no sea parte de la selección. Se levanto como pudo de aquel piso, se acomodo la ropa con su cabello y seco sus lagrimas.
Debia actuar como si nada le hubiera sucedido y continuo su camino.
Compraria algo para llevar como postre.
Miraba cada segundo impaciente la hora de su telefono.
Habia pasado una hora y los jugadores ya estaban impacientes.
-¿Se puede saber a quien estamos esperando?-La paciencia no era una de las virtudes de Benji.
-Si, ¿qué tanto misterio para saber quien falta?-Paul ya tenia hambre y no queria esperar más tiempo.
-Tranquilos, solo aguanten cinco minutos. Si no viene, comenzaremos a cenar. ¿De acuerdo?-Esperaba que pudiera estar presente.
-De seguro es Aoi que llego de sorpresa al pais y Adriano solo esta exagerando.-No le tomo mucha importancia.
Iba a decirle algo al delantero de la Juventus, pero el timbre de la puerta principal.
-¿Ven? no les costaba nada esperar unos minutos más-Fue a abrirle a su "visita" sorpresa.
Dejo que pasara el pelinegro que le hizo una pequeña reverencia como saludo y le dio lo que trajo.
-Ya esta aqui-Regreso a donde estaban todos.
-¡Se los dije! Era Aoi-Sonrio victorioso.
Los demás rodaron los ojos.
-Buenas noches-Saludo timidamente y en voz baja.
Vio como lentamente volteaban a verlo y con mucho impacto en sus rostros.
-¡¿ÉL?!-Ese chillido de sorpresa fue colectivo.
-Asi es. Él era a quien estabamos esperando-Les confirmo lo que ya sabian.
-¡Pero si nisiquiera es ya jugador de futbol!-Se levanto de su asiento Victor Denver.
En unos segundos se armo un bullicio por la presencia del exmediocampista.
-¡SILENCIO!-Enmudecio el lugar-Si Adriano decidió invitar a Oliver a cenar con nosotros, por algo debe ser y ustedes no tienen porque quejarse, ¿escucharon?-Regaño a sus dirigidos.
Ninguno respondio a lo dicho por el mayor.
-Gracias, entrenador. Si invite a Oliver, es porque quiero que por lo menos haya respeto entre ustedes. Asi que les pido que traten de llevar la fiesta en paz, ¿esta claro?-Los miro con seriedad.
-Bien...-Bufaron en unisono.
Solo bajo la cabeza. Sabia que nadie de ahi queria verlo.
-Sientate, Oliver. Estas como en tu casa-Señalo con hospitalidad una de las sillas vacias que estaba a su lado.
-Gracias...-Fue a donde le indicaron.
Cuando estaba por sentarse escucho a su ex decirle algo a Armand.
-Menos mal que no traje a Tsubasa-Susurro con enfadado.
Solo por eso fue que se dio cuenta de que su hijo no estaba presente en el evento. Es más, ninguno de los otros niños lo estaba.
Cruzo miradas con su angel y se quedo embobado por su aparencia. Vestia traje negro igual que él y su cabello bien peinado, la unica diferencia era de que en lugar de corbata, llevaba un hermoso moño negro con una perla blanca al medio. Si Tommy fuera modelo, seguro seria uno de los angeles de Victoria secret.
Su pensamiento no era distinto al que tenia el amor de su vida. El pelinegro lucia muy atractivo y sexy con ese traje negro que lo hacia ver como actor de Hollywood. De esa forma era imposible superarlo, si estaba más bueno que el vino.
Aún asi no demostro su sentimientos y lo fulmino con la mirada, lo que hizo que el otro saliera de su trance.
Empezaron a servir la comida desde sushi hasta spagetti con salsa y carne.
Se acomodaron y comenzaron a comer.
El ambiente era pesado.
La tensión se sentia en el aire. Todo eso era porque el exjugador del Barcelona estaba ahi, lo que amargaba la noche.
El alfiltrion carraspeo su garganta por la incomodidad que habia.
-Y...-No tenia ni idea de como dar inicio a la charla.-¿Por qué no hablamos un poco de futbol?, ¿qué les parece?-No estaba seguro si funcionaria la opción que dio.
-Esta bien, hablemos de futbol-Misaki se limpio la boca con la servilleta que le habian dado y se dirigió al que estaba frente de él-¿Por qué te retiraste del futbol?-Indago sin anestesia.
Atom levanto la mirada de su plato y la fijo con confusión hacia el capitan Japonés.
-Te estoy preguntando. ¿Por qué te retiraste del futbol?-Repitio con exigencia.
Otra vez era el centro de atención en ese entorno.
-Y-yo...-Jugo con sus manos por los nervios que sentia-Me retire porque me lesione la pierna gravemente y no podia seguir jugando al futbol-Invento una excusa.
Rogaba de que se la creyeran y no lo interrogaran más sobre eso. Afortunadamente se convencieron de su interpretación.
-Mira, a mi tu vida me importa una reverenda mierda, sinceramente. ¡Lo que no puedo creer es que seas tan mal padre y poco profesional como para exponer publicamente a tu hijo de once años a los medios de comunicación!-Reclamo con dureza.
-¿De qué estas hablando?-¿Cómo que exponer publicamente a su pequeño? No estaba deduciendo las palabras de su amado.
-¡No te hagas el desentendido!-Golpeo la mesa con con el puño-Por el berrinchito que hiciste, mi niño ahora estara en el ojo del mundo y todo por el circo ridículo que armaste solo porque te puse en tu lugar.-Lo señalo con enojo.
-No era mi intención que Tsubasa sea el centro de la atención y exponerlo publicamente. No sabia que esto pasaria.-Intento defenderse.
-Si, si nunca es tu "intención"-Cruzo los brazos.
-Nunca quise hacerles daño ni causarles un mal. Ustedes son lo más importante para mi y los amo-Agarro su mano.
-Nos amás tanto que no te importamos por once años-Se solto bruscamente-Aún no se me olvida todo lo que me dijiste ese dia que te conte la noticia de que estaba embarazado de tí y creeme que no hay daño más grande que el haber despreciado a mi bebé estando en mi vientre. ¡A TU HIJO, TU PROPIA SANGRE!-Recalco lo ultimó.
Suspiro con pesadez.
-Tsubasa es identico a ti en el futbol, en personalidad y fisicamente. Es un niño maravilloso, amable y dulce que es amado por todos lo que lo conocen, ¿Verdad, chicos?-Volteo hacia sus amigos.
Asintieron. El castañito menor en poco tiempo se habia hecho querer por ellos ¿Y cómo no? Si lograba transmitir su alegria a cualquiera y era muy educado, como alguna vez lo fue su padre.
-En eso tiene razón, Tom. Tsubasa es igual a ti, solo que como eras tú antes...- Como siempre él debia estar metido entre esos dos.
- Siempre es tan generoso con sus amigos. Eso dice mucho de él.-No le gustaba meterse en conversaciones ajenas, pero en verdad amaba a su sobrino y él no merecia que su padre no lo ame.
-Piensas en los demás antes que en él mismo. Eso es admirable.-Guillermo apoyo a su esposa en la opinión sobre el infante.
-Además, tiene una sonrisa que ilumina cualquier habitación. ¡Es un sol!-Añadio una de las ex managers del Nankatsu.
-Es muy amable y siempre está dispuesto a ayudar a los demás.-Ganas no le faltaba de echarle las cosas en la cara al imbécil del ex de su mejor amigo.
-Y no solo eso, tienes una actitud positiva que contagia a todos.-Eso lo comprobo al convivir mucho tiempo con el menor por ser su entrenador personal.
Con todas esas afirmaciones de Tom, Benji y los demás, lo hacian sentir como el peor padre del mundo.
-Dime una cosa...-Le presto mucha atención.-¿Alguna vez pensaste en nosotros...?-El tono que estaba usando se volvio más suave.
Se quedo plasmado con esa pregunta.
¿Qué si alguna vez penso en ellos? ¡Claro que lo hizo!
"Todos los dias, desde que ella me torturaba, nunca deje de pensar en ustedes y era lo unico que me mantenia vivo" Fue su pensamiento.
Pero en lugar de darle esa respuesta, Solo se quedo en silencio.
Tom jamás debia saber la verdadera razón por la que lo dejo...
-Lo sabia, siempre lo supe-Bajo su cabeza y sus lagrimas empezaron a rodar.
Cuando ve llorar a la persona que ama y sabe que es por su culpa, aunque no quería hacerle daño, se siente invadido por una mezcla de emociones intensas. Siente una punzada de culpa en el pecho y un remordimiento profundo que le hace desear retroceder el tiempo. Su mente se llena de preguntas: "¿Cómo pude ser tan insensible?", "¿Por qué no vi esto venir?", "¿Cómo puedo reparar el daño que he causado?".
Cada lágrima que cae es un recordatorio de su error, y se siente impotente porque no sabe si podrá arreglar las cosas. Quiere abrazarlo, consolarlo y asegurarle que nunca fue su intención herirlo. Le duele ver su sufrimiento y se frustra al no poder cambiar la situación de inmediato. Solo desea poder hacer algo, cualquier cosa, para borrar ese dolor de sus ojos y demostrarle cuánto lamenta haberlo lastimado.
-¿Ves lo qué provocas? Eres un miserable-El jugador del Arsenal fue a abrazar al del Paris Saint Germain.
La mayoria lo miraron con repudio.
Preferia mil veces que ellos creyeran esa versión de la historia y no la realidad de las cosas...
Aunque le duele profundamente ver a su amor sufrir, sabe que nunca debería saber por qué se separó de él ni cómo fueron realmente las cosas. Esa verdad solo traería más dolor y confusión, y quiere protegerlo de eso. La decisión fue increíblemente difícil, pero la tomó pensando en lo que era mejor a largo plazo. Algunas cosas es mejor que queden en la oscuridad, por su propio bien. Aunque su corazón se rompe cada vez que lo ve así, mantener esta distancia es lo más compasivo que puede hacer.
Adriano tuvo que intervenir y cambiar el tema de conversación.
Tom lo observo con una combinación de dolor, enojo y tristeza.
Definitivamente era la peor noche de su vida...
Después del "incidente" qué paso, se volvió a hablar de futbol pero esta vez más tranquilos y sin que el tema principal fuera Oliver.
-Debo de admitirlo. Excelente temporada de Bayern Leverkusen.―El ex Otomo elogió al equipo Alemán.
Estaban disfrutando de los postres que sirvieron luego de la comida y estaban compartiendo de una charla agradable.
-Hicieron un gran campeonato ¡Qué increíble rendimiento tuvieron!-Para él fue la revelación del año.
-Totalmente de acuerdo, Andy. Su ataque fue letal esta temporada. ¿Viste cómo Wirtz controlaba el medio campo? Ese chico es un genio.-Clifford no era mucho de felicitar a otros jugadores, pero el jovén se merecia sus respetos.
-No podemos olvidar a su entrenador, Xabi Alonso. La forma en que gestionó al equipo y su estrategia en cada partido fue magistral.-Recordaba que después de sus entrenamientos con el Furano, le gustaba verlo jugar en el Barcelona cuando era un niño.
-Exacto, Alonso realmente llevó al equipo a otro nivel. Su experiencia como jugador se nota en su forma de dirigir.-Xavi fue su inspiración para volverse mediocampista y jugo por primera vez al futbol en un equipo de una de las escuelas que habia estado cuando viajaba con su Papá.
-Y qué decir del ambiente en el BayArena. Los hinchas estuvieron más apasionados que nunca, se notaba el apoyo incondicional en cada partido.-El defensor veia con buenos ojos salirse del Inter para jugar en ese equipo.
-Además, ver cómo integraron a los jóvenes talentos con los jugadores experimentados fue espectacular. Esa mezcla fue clave para su éxito.-Paul fue otro de los que quedaron facinados con el Leverkusen.
-Sí, y lo mejor es que parece que tienen un proyecto a largo plazo. Si siguen así, podrían estar en la cima por varios años.-Eddie estaba deacuerdo con lo que decian.
-Estoy emocionado por la próxima temporada. Si continúan con este nivel de juego, quién sabe hasta dónde pueden llegar.-El portero de la liga Italiana estaba fascinado como los demás con el conjunto Alemán.
-Definitivamente. Bayern Leverkusen está en su mejor momento y nos han dado una temporada para recordar. ¡Qué orgullo para sus fanaticos!-Ralph se unio a todos ellos.
-No sigan hablando del Bayern Leverkusen que me estan dando ganas de salir del Paris Saint Germain para ir a la Bundesliga-Vio todos los partidos de ese equipo y le daban muchas ganas de jugar ahi-Total, Tsubasa quedo encantado con ellos.
-Tsubasa y tú siempre pensando en el futbol-Lo molesto Johnny.
-Por algo es mi hijo-Sonrio dulcemente.
-No exageren, no son la gran cosa-De solo oir el nombre de ese equipo lo ponia de malas.
-Dices eso porque te anotaron tres goles-Aprovecho la oportunidad para fastidiar al portero estrella.
-¿Era necesario mencionar "eso"?-Le gruño al moreno.
Las risas no tardaron en llenar la habitación.
Todos estaban pasandola bien.
Bueno, no todos...
Asi como paso en aquella reunion anterior, no dijo nada acerca de lo que estaban hablando y eso que antes era un loro cuando de futbol se trataba.
Estaba sumiso en lo que le habia pasado antes de llegar a la casa que lo recordaba una y otra vez.
-Oliver, ¿tú que opinas?-Calmo su carcajada y puso una mano en su hombro-¿Te pasa algo?-Su sonrisa se borro y su expresión cambio a una preocupada.
Salio de su mundo y se dio cuenta que otra vez era el centro de atención.
Se percato de que su ex novio se veia un poco palido, estaba algo ansioso, asustado y muy distraído.
"Me pregunto que le pasara" Fue lo que penso.
-N-no, estoy bien. Hicieron una gran temporada...-Estaba intranquilo.
-¿Al menos sabés de qué estamos charlando?-Johnson no solia ser frio, pero con Atom las cosas cambiaban.
-¿D-del Real Madrid?-Las caras que pusieron posteriormente lo hicieron entender que se equivoco.
-¿Eres estupido? Estamos hablando del Bayern Leverkusen, pero claro como el señor vive en otra realidad...-Se quejó su ex mejor amigo.
-P-perdón es que no tuve tiempo de ver otros partidos...-No es que no tuvo tiempo, es solo que Haydee habia instalado una aplicación para bloquear su telefono cuando quisiera y le prohibio ver futbol en la televisión.
-Eres un tonto, porque ese equipo fue lo mejor de esta temporada-Le importaba muy poco lo lindo que se veia su amor y seguio con su actitud de siempre.
-¿Qué pueden esparar? Si solo piensa en él y en nadie más-Vio con tristeza y dolido a Denver.
-Bueno, bueno ya. Dejense de insultos entre ustedes-Freno las ofensas-Oliver, ¿puedo hablar contigo unos minutos?-El nombrado asintio.
Ambos se levantaron de la mesa y fueron a un lugar más apartado.
-¿Y si vamos a ver que le dice el entrenador a Atom?-Propuso con malicia uno de los gemelos.
-Ah no. Ni se les ocurra escuchar conversaciones ajenas que eso es de mala educación-Los reprendio.
-Que aburrido eres.
Ya alejados de los demás, el mayor inicio.
-Sé la razón del porque saliste de la selección y te retiraste del futbol-Abrió sus ojos como platos.
Se quedo como estatua en su lugar.
-Ahora comprendo tantas peleas entre tú y Misaki-Su mirada era muy seria.
Capto de que estaba hablando y dirigio su vista al piso.
-Veo que ya lo sabe...-Su voz era muy baja pero audible-Quiero decirle que todo lo que le contó es cierto. No negare nada de lo que supo, porque no es más que la verdad y la realidad de las cosas entre nosotros.-No pretendia justificarse ni nada.
El hombre le dio la espalda en silencio.
-¿Te diste cuenta de que lo que hiciste estuvo mal? En todos los sentidos-No era quien para meterse en la vida privada de los futbolístas, pero esta situación afectaba todo a su alrededor.
-Si.
-Ambos debieron dejar sus problemas fuera de la cancha y ser más profesionales, los dos son unos adultos.
-Lo sé-No le gustaba que lo regañaran
-Sé que esto no es de mi incumbencia y que es un tema solo de ustedes, pero me dejas hacerte una pregunta un tanto personal-Bueno, ya se habia metido en esto.
Hizo un sonido de aprobación.
-Tú... ¿lo amas todavia?-Lo dejo plasmado.
El silencio reino en el sitió y la brisa de la ventana que estaba abierta hizo mover un poco sus cabellos.
Sus orbes color plomo se abrieron de par, su boca estaba entre abierta y contuvo la respiración por un instante.
-Y-yo...-Tomo sus propias manos.
Noto un brillo en sus ojos que le indicaban la propia respuesta a su pregunta.
-Si, lo sigo amando como la primera vez que lo vi...-Su confesión lo tomo por sorpresa.
"¿Cómo la primera vez...?" Repitio en su mente impresión.
Adriano ya le habia dicho que Oliver y Tom se conocian desde niños, pero nunca como se conocieron.
-Disculpa mi atrevimiento, pero me gustaria saber como fue la primera vez que se vieron-Se sentia chismoso.
Vio el interes de su entrenador en la historia que tenia con Tom y no tuvo de otra que decirle.
-Esta bien, se lo contare-Accedio sin problema.
Shizuoka, Japón 2006
El partido entre el Niupi y el San Francis estaba muy reñido. Bruce se habia lesionado el tobillo en una barrida que le hizo Eddie para evitar que diera un pase y ahora él debia cargar con el peso del equipo en su hombro.
Para el colmo, sus compañeros no podian recibir sus pases y se les terminaba escapando.
No sabia que hacer en ese momento, se sentia aturdido y sin saber que hacer.
Deseaba con todo su corazón que les cayera una ayuda del cielo y no terminaran perdiendo.
El balón impacto contra el poste y salio del campo de juego.
-¡Albitro, cambió de jugador!-Grito desde la banca.
-Bruce, ¿quien es el numero dieciseis?-Interrogo mientras salia.
-Hola, ¿qué tal?-Saludo de pasada.
-Pero, ¿cómo llegaste aqui?-Lo miraba con asombro.
Ahi fue cuando lo vio.
Era el niño más bonito que habia visto en su vida. Su belleza se comparaba a la de una flor, delicada y perfecta.
Este niño tenía el cabello castaño que brillaba con la luz del sol y unos ojos marrones que se parecían al chocolate mismo. Se quedó boquiabierto, observandolo. Jamás había visto a alguien así.
Se acerco corriendo hacia ellos.
-¿Eres tú?-El portero que estaba a su favor tambien estaba sorprendido.
Él se detuvo y los saludo amistosamente.
-Hola, me da gusto verlos-Agito su brazos con alegria.
Su sonrisa...
"Él es tan bello" Debia ser un sueño porque ese chico parecia tan irreal.
Lo hubiera seguido admirando de no ser por el portero que les dijo que suban y hizo que reaccionara.
El saque fue tomado por aquel niño y comenzo a correr con el balón.
-¡Tom, regresaste!-Expreso Manabui feliz.
-Tom, otra vez jugaremos juntos-Dijo otro de sus compañeros.
-Me da mucho gusto verte otra vez, Tom-Pronuncio otro compañero.
Estaba atento a lo que hablaban
-¿Se llama Tom...?-Hasta su nombre era hermoso.
Él esquivo una barrida del otro equipo con facilidad. Luego volteo a verlo y sentia que su corazón saltaba de emoción.
-Hola, ¿qué tal? Me da gusto conocerte-¿Le daba gusto conocerlo?
-Igualmente-Esperaba que no sonara de otra forma lo que dijo...
Siguieron corriendo hacia la otra portería.
-Aqui voy-Le dio un pase.
-La tengo-La recibio.-No sé porque, pero siento que te conozco desde hace mucho tiempo, Tom-¿Será su alma gemela?
Nunca habia visto a ese niño pero aún asi sentia que lo conocia desde antes de nacer. Ahora que lo recordaba, su mamá le habia explicado sobre la leyenda del hilo rojo que era una creencia popular en la cultura asiática, especialmente en Japón y China, que sostiene que las personas destinadas a conocerse están unidas por un hilo rojo invisible. Este hilo, atado al meñique de cada persona, nunca se rompe a pesar del tiempo, la distancia o las circunstancias. Según la leyenda, el hilo puede estirarse o enredarse, pero nunca se rompe, simbolizando un vínculo predestinado que guiará a las personas a encontrarse.
¿Acaso este sera su caso?, ¿encontró a su persona destinada sin saberlo?
-¿Estas listo?-Su voz melodiosa lo saco de su ensoñación.
Al principio no sabia que queria decirle, hasta que cayo en cuenta que estaba en pleno partido y se habia distraído pensando en su "conocido desconocido".
-Si, ya entiendo-Comprendio lo que queria hacer el otro.
Le paso el balón antes de que se lo quitaran.
El defensor que estaba lesionado esta atonito a lo que veia. El castaño domino como si nada el pase que habia recibido del pelinegro y con facilidad.
Se quedo boquiabierto por la habilidad de ese niño de controlar el esferico con simpleza.
¿Hay algo que este chico no haga bien?
-Buena combinación-Observo maravillado.
Hicieron una serie de pases a la perfección que hasta Benji no podia creer lo buenos que eran los dos, apesar de recién conocerse.
"Que extraño, estamos jugando por primera vez y sé lo que esta pensando Tom" Se decia en su mente.
No cabia duda, él era su destinado.
-Que gran jugador es Tom. Apesar de verse por primera vez, estan coordinando muy bien. Ha este paso, talvés podamos ganarle al equipo de San Francis.-Menciono con admiración-¡Oliver y Tom, ha ganar!-Los alento.
Ambos siguieron con sus pases aproximandose a la portería.
Price no tenia idea de donde debia moverse, porque estaban pasandose el balón todo el tiempo en sicronización.
-Ven, acercate. Te estoy esperando-Vigilaba como un halcon los movimientos del par.
-Voy a anotar-Decia con el balón en sus pies todavia.
Salto y remato de cabeza.
Pero el portero se percato que el tiro no iba a su dirección, si no a un lado.
-Logro engañarme-Se lanzo al otro extremo.
Tom se elevo y iba hacia el esferico pero tambien la paso al otro costado.
-¡Lo cruzo!-Habia caido en su trampa.
Apareció y anoto el gol del empate con su cabeza.
-¡Lo hice, empatamos a uno!-Festejó.
El arbitro hizo sonar su silvato indicado el gol del equipo visitante, dejando a los que estaban a su favor y rivales desconcertados.
-Anoto-Fue lo unico que pudo decir.
-Es realmente maravilloso-Exclamo con alegria.
Estaba mirando hacia la porteria contrarió, cuando el otro niño se le acerco.
-Buen tiro-Lo elogió.
-Buen pase-Giro hacia él-Soy Oliver Atom, mucho gusto-Le extendio su mano.
-Mi nombre es Tom Misaki. Mucho gusto-La acepto.
-Igualmente-Estrecharon sus manos.
Ahi fue cuando lo miro de cerca. Sintió algo extraño en su pecho, una especie de cosquilleo que nunca antes había sentido. Sus ojos no podían apartarse de él. Parecía un ángel y un muñeco de porcelana, con su delicada belleza y su sonrisa brillante. Era como si todo alrededor se difuminara y solo quedara su imagen, brillando intensamente. Era una sensación muy calida y linda.
Jamás habia sentido algo asi antes, era algo nuevo para él.
Era muy bello, tenia una apariencia angelical que podia derretir a cualquiera y además jugaba muy bien al futbol. En lugar de tenerle envidia, lo engatuzaba con total sencillez con su apariencia tan divina, que hasta Afrodita lucia fea al lado de él.
Pudo sentir muchas mariposas en su estomago volando y su corazón palpitando a mil.
Su piel era tan suave, su voz era dulce y delicada, sus ojos eran dos piedras preciosas como los diamantes pero en marrones, su cabello del mismo tono del chocolate, su sonrisa que iluminaba más que todas las estrellas del universo.
Era la primera maravilla del mundo, la flor más linda del jardin y un angel caido del cielo mismo.
En ese momento fueron interrumpidos por sus compañeros que querian celebrar el gol del empate.
Pero de algo estaba seguro. Habia quedado hechizado por Tom Misaki, su nuevo compañero de oro.
Se habia quedado mudo con la anecdota que acaba de escuchar de parte de uno de los implicados.
-Solo bastaron unos minutos para enamorarme de él-Miro con aflicción en su rostro al techo-Y hasta el dia de hoy, sigo amandolo como ese dia que entro a la cancha a jugar a mi lado en el intercolegial.-Cerro sus ojos, reviviendo ese momento.
Se sentia mal por juzgarlo y solo ver una sola versión, en vez de dos.
-Sé que soy un idiota y un mounstro-Se quebro-No tengo ningún derecho a exigir algo que yo mismo estuve ignorando por tantos años, como la existencia de Tsubasa. Creame que nunca fue mi intención hacerles daño y dejarlos solos.-Sus ojos se aguaron
Nunca lo habia visto en ese estado. Siempre era tan frio que no mostraba lo que sentia.
-Si, tenia miedo de ser padre a los diecisiete años y siendo todavia un adolescente. Aún asi me alegre de la llegada de mi bebé porque deseaba con todo mi corazón tener hijos con el amor de mi vida, es más hasta planeamos su nombre y adivinamos su apariencia actual. En verdad los amo a los dos y me arrepentiento de tantas cosas que me hubieran gustado no hacerlas-Su lagrimas caian como lluvia.
Se odiaba tanto por causarle sufrimiento a su familia y no haber estado con ellos cuando más lo necesitaban.
-Y si tanto los amás, ¿por qué no intentas hablar con Tom? Talvés puedan llegar a hacer las pases-No entendia porque se castigaba tanto en vez de tratar de hablar las cosas con Misaki.
-Porque por más que los amo a los dos, no puedo estar con ellos...-Sintetizo.
-¿Se pueden saber los motivos que te impide estar con tu familia?-La cosa se torno extraña.
-Perdoneme, señor. Eso si no le puedo decir mis razones-Se nego con respeto.
Se dio vuelta para irse, pero antes se detuvo cerca del hombre.
-Pero dejeme decirle que lo que hice, lo hice por amor-Confeso.-Con su permiso, ire con los demás-Le hizo una reverencia y se retiro.
Se quedo muy pensativo de como invadio el asunto. Tenia la sospecha que algo le estaba pasando y eso era el verdadero motivo de porque actuaba asi.
Lo seguiria muy de cerca para descubrirlo.
Seguian charlando de cualquier cosa y bromeando entre ellos, mientras excluian a Atom que no decia nada al respecto.
Adriano y el entrenador los dejaron solos por unos momentos. Oliver pudo ver como sus rostros pasaron de felicidad a voltearlo a ver como leones viendo a su presa.
-¿Por qué me miran todos de esa forma?- Se sentia intimidado.
-Por favor, Atom. Deja de hacerte la mosquita muerta, si sabemos bien como eres en realidad-Se dirigió con dureza hacia él, Bruce.
-Estamos hartos de tu actitud de mierda. Nos trataste como basura durante años. Nos humillaste, nos menospreciaste, y ahora estamos aquí para decirte unas cuantas verdades. Eres un líder de pacotilla, un egoísta que solo piensa en sí mismo. ¿Recuerdas todas las veces que nos dejaste en situaciones imposibles sin apoyo alguno? ¿O cómo nos regañabas delante de todos como si fuéramos niños?-Comenzo a decir, Benji.
-Tus gritos y tu desprecio nos destruyeron. Nos trataste como si fuéramos basura, y eso no se olvida. Nunca nos diste una palabra de aliento, solo críticas crueles-Lo siguio, Carter.
-No es verdad, yo...-Fue interrumpido.
-¡Cállate! No tienes derecho a hablar ahora. Todos estamos hartos de ti. ¿Recuerdas cuando te necesitábamos y nos diste la espalda? ¡Eres despreciable! No mereces el respeto ni la lealtad de nadie.-Se metio, Callahan.
-Yo... lo siento, no me di cuenta de que los estaba lastimando tanto.-Estaba visiblemente afectado.
-Claro que no te diste cuenta, porque siempre has estado demasiado ocupado admirando tu propia imagen.-Ahora era Clifford quien se dirigia asi hacia él.
-No eres un capitán, eres un dictador del egoísmo-¿Ralph tambien?
-Antes eras uno de nosotros, pero la fama te convirtió en un monstruo egoísta y despiadado. Nos humillaste públicamente, nos menospreciaste y nos ignoraste cuando más te necesitábamos. Nos has decepcionado como líder y como persona.-Richard compartia el mismo pensamiento de los demás.
-Oliver, solíamos confiar en ti. Eras parte de nosotros. Pero después de lo que pasó...-Diamond lo miro con desagrado.
Todo el grupo le reclamaba todas las cosas que habia hecho en el pasado.
-Lo peor de esto es que quien se llevo todo lo malo, soy yo-Protesto.
-¿Qué puedes esperar de alguien que te abandonó estando embarazado de él?-Lo fulmino con la mirada.
Esa fue la gota que colmo el vaso. Habia estado intentando no llorar en frente del grupo entero, pero entre eso y lo que le habia pasado antes de llegar, ya no siguio aguantando.
-N-no pense que habia sido tan cruel con todos ustedes...-Sin más rompio en llanto.
-Si, si lo pensaste y deja de estar llorando que Tsubasa es más maduró que tú-No sentia ni un poco de compación por la persona que alguna vez fue su mejor amigo.
-¿Recuerdas cuando hiciste llorar a Aoi y lo hiciste sentir mal?-Su ex estaba desquitandose con él.
-¿Te divierte hacer llorar a la gente? Pues bien, hoy te toca llorar a ti. Eres lo peor que nos pudo haber pasado.-Ver a al caballero de cristal haberle dicho eso, lo hizo darse cuenta que en verdad habia arruinado todo.
Debido a la discusión que se produjo, Adriano y el entrenador fueron rapidamente al comedor, donde se encontraron con la escena; los muchachos muy enojados y a Oliver llorando.
-¿Se puede saber qué demonios paso aqui?-Llamo la atención de todos.
-¿Qué le estan haciendo a Oliver?-Fue hasta el chico.
-Oh, nada. Solo diciendole sus verdades y poniendolo en su lugar.-Respondio el portero titular.
-Y-ya les dije que lo sentia-Sollozaba.
-No es suficiente...
-¡YA BASTA!-Todos se quedaron mudos.-Estoy cansado de su comportamiento. Se supone que esta debia ser una cena tranquila y agradable, en lugar de eso, se empeñaron en hacerla desagradable.-Los regaño.
-Organize esta cena para arreglar las cosas entre ustedes, pero ninguno esta poniendo de su parte.-Abrazo al exjugador del Barcelona por los hombros.
-El qué esta malogrando la noche es él-Acuso.
-¡Ya, Misaki!-Reprendio al capitan.
-Oliver, ¿Por qué no vas al baño a lavarte el rostro y intentas calmarte? Esta en el piso de arriba a la derecha-Le indico en voz baja.
Este asintio con sus ojos rojos de tanto llorar.
Una vez en el sanitario, trabo la puerta y se deslizo hasta quedar sentado en el piso.
Hundio su cabeza en sus brazos y piernas haciendose bolita.
Deseaba tanto dormirse y no despertar nunca, asi ya no podria seguir haciendole daño a nadie.
Estuvo ahi por treinta minutos hasta sintio fuertes golpes en la puerta.
-¡¿QUIERES SALIR DE UNA PUTA VEZ?!-Exigio desde afuera su angel.-¡TENGO GANAS DE ENTRAR!
-¡Ya voy!-Se levanto y destrabo la entrada.
Salio y vio a su chico con los brazos cruzados esperando.
-Por fin-Paso por su lado.
Lo detuvo rapidamente.
-Solo quiero saber como esta Tsubasa...-Le susurro.
-¿Te importa? No te importo en once años y ¿ahora quieres saber de él? No me hagas reir-Sono ironico.
-Tom, porfavor...
-¡No me digas Tom!, ¡dime Misaki!-Expreso con enojo.
-Esta bien, Misaki...
-Bien-Cerro la puerte en su cara.
Bajo la cabeza con tristeza.
Más alla de lo que paso, la noche termino bien (para algunos).
-Muchas gracias por la invitación, muy buena la atención-Agradecia Eva.
-El placer es mio, pueden venir cuando quieran-Estrecho sus manos con la de ellos.
-Nos vemos luego-Hicieron una reverencia y se fueron.
-Adios-Se despidio.
Seguio despidiéndose de todos, hasta que alguien le toco el hombro.
-¿Si?
-Sé que esto es mucho pedir pero, ¿será que alguien puede alcanzarme hasta mi hotel? Es que es muy tarde para que vaya solo-Se quedo con miedo por lo que le paso.
-No te preocupes, yo me encargare-Le sonrio.-¡Bien, escuchen todos¡. ¡¿Alguno de ustedes puede llevar a Oliver a su hotel?!-Hablo al unisono.
- A mi ni me mires que no pienso llevarlo-Se negó el castaño claro.
-A mi tampoco. Que se vaya solo-Dijo con indiferencia el del Bayern de Munich.
-Conmigo que ni cuente-Rechazo Everett.
Los miro mal y suspiro.
-Yo te llevo.
Esperaron que todos se fueran y ahi se subieron al auto del dirigente.
En la carretera.
Estaban en silencio hasta que Oliver lo rompio.
-Perdoname por arruinarlo todo. No era mi intención-Su vista estaba fija en el camino.
-Tú no hiciste nada. No tienes porque disculparte-Él no habia hecho nada.
-Si, hice que todos la pasarán mal-Sus pupilas volvieron a ponerse aguadas por quinta vez.
-No digas eso. El del problema fueron ellos-Ya hasta le daba pena.
Su cara mostraba un gran desconsuelo.
-Oliver...-Tomo valor para preguntarle-¿Pasa algo...?
Solo se quedo callado al punto de escucharse solo las llantas en movimiento.
-No, no pasa nada...-Cerro sus ojos.
-¿Estas seguro?
-Si-Remarco la palabra.
No siguio insistiendo, porque ya sabia lo reservado que podia llegar a ser y no era facil de sacar información.
Se volvieron a quedar en silencio hasta que llegaron al hotel.
Se retiro el cinturon del asiento del copiloto.
-Antes que bajes, quiero decirte que cuentas conmigo para lo que sea-Le brindo su apoyo.
-Gracias y disculpa otra vez por todo, Adriano-Salio del vehiculo-Nos vemos luego.
-Cuidate, Oliver-Se despidio.
Le dio una sonrisa calida y una reverencia.
Se fijo que ingresara al edificio y recién encendio de nuevo su auto.
Tenia la sensación que algo le ocurria y se lo estaba callando.
Iba a averiguarlo...
Por otro lado, el jovén de veintisiete años subio por el ascensor de donde se hospedaba y llego a su habitación.
Una vez dentro, tiro sus llaves y pertencia en la mesa de luz para luego echarse en su cama. Rompio en llanto por tercera vez.
La peor noche de su vida.
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