
𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙤𝙡𝙤 𝙏𝙧𝙚𝙙𝙞𝙘𝙞
Todo era un completo desastre. La manada estaba molesta, entre buscar a Victoria, la vuelta de los Cullen y lidiar con un Jacob obstinado y convencido de que Bella podría elegirlo a él, tenía a más de uno molesto por tener que escucharlo a diario mientras estaban transformados.
Paul, en específico, estaba molesto porque no tenía tanto tiempo como antes para ir a mi casa o venir a la cafetería. Y también porque, las veces que había venido, Jasper estaba acá. Por más que había intentado que el vampiro se fuera, él me decía que estaba como cliente y, tristemente, no podía echarlo porque, convenientemente, siempre llegaba cuando más gente había. Sería grosero que mis clientes me vieran usar fuerza bruta para echar a un cliente.
Quienes siguieron viniendo ocasionalmente fueron Rose y Emmett, lo que me alegraba. Varias veces había tenido que lidiar con la molestia de Rose, lo que se traducía en Emmett a cargo de la caja mientras Rose y yo nos sentábamos en la trastienda a conversar, lejos de oídos curiosos.
-No comprendo la total falta de respeto por la vida que tiene Bella -me decía por milésima vez la rubia-. Tiene oportunidades y las quiere dejar de lado por qué, ¿belleza eterna? ¿la inmortalidad? ¿un chico?
-Sean cuáles sean las razones, no podemos meternos en su decisión, Rose -puse una mano sobre la suya-. Yo tampoco apruebo ni estoy a favor de querer convertirse, especialmente porque sé lo que eso le hará a Charlie, pero no podemos obligarla a irse o alejarse de Edward. Ya viste cómo resultó la última vez.
-Lo sé... Pero me da rabia. Puede envejecer, tener hijos, nietos, una familia propia, y lo desperdicia por egoísmo, porque estoy segura de que mi hermano no es completamente la razón de su elección -me miró a los ojos-. Esa chica ha traído más problemas que alegrías a mi familia.
-Te comprendo, rubia. De verdad lo hago -le di un apretón en la mano.
-Sólo desearía que las cosas fueran diferentes. -Nos quedamos en silencio después de eso.
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Días después estaba finalmente junto a Paul en mi casa. Teníamos una película de fondo mientras jugábamos a las manitas calientes.
-Entonces, ¿cómo han estado las cosas en la manada?
Paul me sonrió mientras alejaba rápidamente las manos evitando que le golpeara. -Bueno, ha sido intenso. Se supone que yo soy el de mal carácter, pero el puesto se lo están peleando Jake y Leah.
Me reí. - ¿Jake sigue molesto por lo de Bella?
-Molesto es poco. Está obsesionado con ella y no ve nada más que a un chupasangre robándose al supuesto amor de su vida. Se siente traicionado.
-No lo justifico, pero Bella jugó con sus sentimientos. Creo que es normal que se sienta así. En un momento ella lo amaba y acudía ante todo con él, pero luego llega otra persona y... Puff. Simplemente ella no estaba más -le dije mientras pensaba en las improntas. Quizá eso podría suceder en un futuro con Paul, pero no estaba dispuesta a recorrer ese camino aún.
🔸🔸🔸🔸🔸
Al día siguiente estaba haciendo la compra cuando me encuentro con Charlie. Parecía relajado mientras elegía cervezas.
-¡Lía! -me saludó-. ¿Cómo has estado?
-Bien, Charlie. ¿Y tú? Veo que es noche libre -señalé sus compras.
-Sí, bueno. Bella se fue a Phoenix con Edward a ver a René, así que Billy aprovechará de ir a ver el partido a mi casa.
-Oh, que bueno. Espero que disfruten -le sonreí. Seguido me despedí y comencé a caminar dirección a la caja con mis cosas en el carrito.
Cuando salí me dirigí a mi auto y, después de guardar todo en el maletero, me senté y marqué su contacto.
-Tienes muchas cosas que explicarme, rubia. ¿Cómo es eso de que Bella y Edward se fueron a Phoenix? ¿Hay algo ocurriendo de lo que no me informaron? ¿Acaso van a transformar a Bella?
-¡No! No, Lía. Tranquila -me dijo-, Alice tuvo una visión hace un par de días. La pelirroja, Victoria, estará en la zona. Edward se llevó a Bella para que esté fuera de peligro mientras nosotros le damos caza.
Solté un suspiro. -Bien. ¿Dónde y a qué hora?
-¿Cómo?
-Esa vampira lleva complicando la existencia de todas las criaturas sobrenaturales en este pueblo por más tiempo del que puedo soportar. Si van a cazarla, voy a estar ahí.
-Lía... -dudó-. Bien. Te mando la información por mensaje.
-Gracias, Rose. Nos vemos -colgué.
Manejé rápidamente a casa y en el camino recibí la información. Cuando llegué comí tranquilamente, me cambié de ropa y llamé a Paul, quien me dijo que en la noche estaría de guardia junto a Sam, Jake y Embry. Yo le mencioné que estaría con los Cullen, sólo que no dije qué estaría haciendo. Él, medio reticente, me pidió que tuviese cuidado y que cualquier cosa le enviara un mensaje o a cualquiera de la manada que pudiese leerlo, pues estando transformado él no podría.
Sólo esperaba que no hubiesen problemas hoy.
🔸🔸🔸🔸🔸
Todos estaban tensos. Los Cullen esperaban pacientemente a que Alice advirtiera el momento exacto en que la pelirroja aparecería para comenzar la carrera. Todos estábamos alerta al mínimo sonido o la mínima señal de su proximidad.
Mis manos comenzaron a vibrar mientras sentía el poder fluir.
-¿Seguro que la viste aquí? -habló Carlisle.
-Casi está aquí -respondió Alice.
Jasper se acercó a mí. -No te pongas en peligro, por favor -me pidió.
-No será peligroso para mí -respondí.
-¡Por la izquierda! -advirtió Alice y de inmediato todos comenzamos a correr en esa dirección.
La pelirroja apareció a lo lejos. Corríamos a toda velocidad tras ella, Emmett el más cercano a atraparla, hasta que puso una mano en su hombro y ella lo lanzó lejos contra un árbol. El resto de nosotros seguimos tras ella entre los árboles. Mientras corría le lancé unas cuchillas de energía con la esperanza de que le dieran. No la matarían instantáneamente, pero la ralentizarían lo suficiente como para que pudiéramos atraparla sin problema. Victoria llegó a una barranca y saltó al otro lado de un río.
-Esperen -nos frenó en seco a todos Carlisle -. Está en el territorio de ellos.
-Ustedes no pueden cruzar, pero yo sí -salté a toda velocidad al otro lado.
-¡Lía! -Me gritó Jasper pero lo ignoré.
Victoria comenzó a correr con velocidad y yo fui de inmediato tras ella. Vi como los Cullen hacían lo mismo por su lado. Mientras, intenté atrapar a Victoria con unas cuerdas de energía, pero no era lo suficientemente rápida como para capturarla.
Sentí a los lobos aparecer tras de mi. Corrían a la par y sabía que recibiría más de un regaño después de esto, pero mi prioridad era capturar a la pelirroja.
-¡Escapará! -Escuché gritar a Esme.
-No, no lo hará -respondió Jasper. Todos corríamos a la máxima velocidad que nuestras piernas otorgaban.
Al verse casi agarrada por los lobos, Victoria volvió al territorio de los Cullen siendo casi alcanzada por Emmett y Jasper, que iban sólo a unos pocos metros de distancia. Vi cómo comenzaba a usar los árboles como empuje para generar más distancia entre ellos y como Jasper la imitaba, casi alcanzándola de no ser por la maniobra que la pelirroja hizo en último momento.
Victoria comenzó a correr cada vez más rápido con la intención de volver al territorio quileute y lográndolo después de un gran salto.
-¡Emmett, no! -gritó Rose. Emmett cruzó el tratado siendo interceptado por Paul, ambos chocando y cayendo al río entre gruñidos.
Yo seguí corriendo y, estando Victoria distraída, la alcancé con una soga de energía. La enredé en uno de sus tobillos y la hice caer al suelo.
-No eres tan rápida como creías, ¿no? -me acerqué a ella jadeando.
-¿De verdad quieres estar aquí, conmigo? -se burló-. Estás cansada y parece que los lobos y los vampiros están a punto de asesinarse.
Miré donde estaba ocurriendo la situación y, tomando una imprudente decisión, solté a Victoria. Al verse libre corrió rápidamente del lugar y yo me acerqué a la raíz del problema. Paul y Emmett estaban enfrentados uno contra el otro, Paul con la manada de respaldo y Emmett con el clan Cullen, cada uno en su lado del tratado. Corrí a interponerme entre ellos y, con la poca energía que me quedaba, los separé.
-¡Lía, sal de en medio! -me gritó Jasper intentando acercarse pero siendo detenido por Carlisle.
-Emmett, sal de aquí -le dije mirando a Paul. Estaba inquieto y mostraba los colmillos de forma amenazante.
-Lía...
-¡Vete! -le dije. Me hizo caso y se retiró con el resto del Clan. Sin embargo, ninguno se movió del límite-. Paul, vamos. Ya pasó -lo intenté tranquilizar. Me acerqué suavemente a él sintiendo como su enojo se esfumaba poco a poco. -Eso es, lobito. Soy yo. No quieres hacerme daño. Vamos, tranquilízate y ve a casa. Nos vemos allá en unas horas.
Paul poco a poco se calmó y, con una última mirada en dirección a los Cullen, se fue junto al resto de la manada.
-Eso, pequeña, es tener domada a la bestia -se rió fuertemente Emmett.
-Cállate, gigante. Si no hubieras saltado ahora mismo tendríamos a la pelirroja -le dije medio molesta.
-Lo siento -se puso serio-. De verdad, lo siento. Sólo pensaba en atraparla sin importar qué.
-Lo sé. No te disculpes. Supongo que todos teníamos la adrenalina al límite -le sonreí.
Los Cullen se comenzaron a dirigir a la casa y yo los seguí, pues allá tenía mi auto y mis cosas, pero mi camino se vió interrumpido por la mano del rubio en mi brazo.
-Eso, Oralia, fue muy peligroso. Te dije que no te pusieras en peligro. Ese lobo pudo hacerte daño.
-Pero no lo hizo y no lo haría. Y no soy una persona que necesite estar en una caja de cristal, ya deberías saberlo -me solté bruscamente de su agarre-. Si siquiera piensas en tener una mínima posibilidad conmigo, Jasper, por lo menos deberías comprender que la peor forma de acercarte es limitarme. Lo único que logras es alejarme más.
Me alejé de ahí después de eso. Ahora sólo tenía una cosa en mente: Llegar a casa y recibir el enojo del metamorfo que tengo como pareja. Y de la manada, quizá.
🔸🔸🔸🔸🔸
Heeeeey. Sé que me demoré, lo siento. Comencé una nueva historia y, además, estoy en búsqueda de trabajo, así que no he tenido mucho tiempo jeje.
Vayan a darse una vuelta por mi otra historia, se llama "El Fuego del Legado", es original, enemies to lovers, con dragones, jinetes, realeza y más sorpresitas.
Eso, les quiero.
Con cariño,
Poppy.
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