
36. La Promesa
📆 Martes 29 de agosto
📆 Días después
Estoy esperando a que Lucas salga del vestuario. Hoy lo llevo yo a casa. Vivimos bastante cerca el uno del otro y siempre compartimos el coche. Así que mientras lo espero, llamo a Olivia. Cuando me fui sin despedirme de ella, se enfadó mucho conmigo y me amenazó con no hablarme en estos días. Le envié 10 rosas rojas, una por cada día que estuviéramos separados, y me perdonó.
Mañana se acabó la espera. Por fin la veré y además, ella vendrá al primer partido que inaugura la nueva temporada. El míster me ha dicho que podré jugar algunos partidos y eso es algo que me emociona, pues ella estará aquí para verme. Marco su número mientras me apoyo en una de las paredes del vestíbulo, esperando que ella conteste. No tarda nada en descolgar y en saludarme, pero, no tan efusivamente como esperaba.
- Hola, cariño - me contesta Olivia con la voz algo apagada y tristona.
- Hola, mi niña, ¿Cómo estas? -le pregunto intentando ser yo el alegre de la conversación.
- Marco, yo... ha ocurrido algo.
- ¿Qué pasa, Oli? -le pregunto sintiendo como el corazón se me acelera preocupado por lo que ella me está contando.
- Es Julia. El lunes la operan del menisco. Lo hacen de urgencias y no va a poder estar en la panadería. Su hijo es el que se va a quedar aquí hasta que ella pueda venir.
- Oh. Vaya. Lo siento mucho -y lo digo de corazón porque Julia me cae realmente bien.
- Me ha pedido que me quede en la panadería echándole una mano a su hijo, sobre todo para hacer los dulces. Sería un mes o así, hasta que ella pudiera recuperarse -las palabras de Oli me provocan cierta tristeza y desasosiego. Tantos planes que tenía con ella y tanto que quería hacer.
- No pasa nada, cariño. De verdad -le intento decir para que se calme y no se sienta tan mal.
- Marco, no le he dicho que si.
- Pero tienes que hacerlo. Ella te necesita, Oli. No pienses en mi, piensa en lo que tú quieres hacer. Y además, yo no me voy a mover de aquí. Sólo será un mes más - se lo estoy diciendo con todo el dolor de mi corazón pero sé que lo que le digo, es lo correcto.
- Te echo mucho de menos, Marco - escucho a Olivia como llora al otro lado del teléfono y no puedo evitar sentirme igual o peor que ella.
- Y yo a ti. Pero, Julia te necesita. Me muero por estar contigo, Olivia. Pero esperaremos, y no pasará nada. Sólo es un mes preciosa, sólo un mes.
Sigo hablando con ella intentando tranquilizarla porque encima se está llevando un mal rato. Al final, la convenzo de que acepte ayudar a Julia y no cuelgo la llamada hasta que estoy sentado en el coche con Lucas a mi lado.
- ¿Qué te pasa, Asensio? -me pregunta mi compañero al ver la expresión tan triste que tengo en mi rostro. Se lo cuento todo, porque a él no puedo esconderle nada. Me conoce demasiado bien- ¿Y no le has dicho que mañana vas a jugar?
- No, Lucas, bastante tiene como para ponerla más nerviosa. Además, si no puede venir, que más da. Ya se lo diré mañana más tranquilo cuando pase todo.
- No sé, Marco. Hasta el lunes se supone que no empezaría en la panadería. Podría venirse unos días -me recuerda mi amigo ante lo cual, yo niego con mi cabeza repetidas veces.
- No la voy a agobiar, Lucas. De verdad. Si no pasa nada, será sólo un mes más.
Mi amigo me mira algo serio pero procura no preguntarme más. Es que además, no tengo más ganas de hablar. Me había hecho tantas ilusiones que ahora mismo estoy bastante triste.
Apenas hablo con Lucas en todo el viaje y para cuando llego a casa mi ánimo esta por los suelos. Subo a mi dormitorio y me acuesto sin comer. Tengo la cabeza que me va a explotar y necesito descansar o me va a dar algo.
Despierto ya entrada la tarde y decido llamar a Olivia. No quiero que piense que estoy enfadada con ella pero no contesta mi llamada. La llamo un par de veces más y lo mismo. Decido comer algo y echarme un rato otra vez porque es lo único que me apetece. No tengo ganas de nada y tengo una sensación horrible en todo mi cuerpo.
Me hubiera encantado que Oli estuviera mañana en el Bernabeú. Me hizo una promesa, pero no se lo puedo echar en cara. Ella también tiene que estar pasándolo mal sin poder vernos. Y por nada del mundo me gustaría que se sintiera culpable por no haber venido. Yo lo único que quiero es que ella sea feliz y tome sus propias decisiones.
📆Miércoles 30 de Agosto
📆 Al día siguiente
Acabamos de llegar al Bernabeú. He dejado mis cosas en el vestuario y vamos a salir a ver como está el césped. Estoy frustrado, y desilusionado. Ayer llamé a Olivia antes de irme a la Ciudad Deportiva y hablamos muy poco rato. Me dijo que estaba en la panadería y que terminaría bastante tarde, que ella me llamaría. La llamada me dejó con un horrible sabor de boca. Es como si estuviera pasando algo y eso me agobia.
Esta mañana me mando varios mensajes para ver como estaba y me prometió que esta noche me haría una videollamada. Que la perdone porque está muy ocupada. ¿Y que otra cosa puedo hacer?
- Quita esa cara de amargado que tienes, niño -me dice Lucas poniendo sus brazos alrededor de los míos. Salimos los dos así al terreno de juego. El partido es a las 20.00 y ya hay bastante gente en las gradas.
- Lo siento, Lucas, pero es que estoy un poco triste.
- Si, lo sé. Estás preocupado por Olivia, y seguro que se te están pasando un montón de cosas por la cabeza, seguro que entre ellas, "Olivia ya no me quiere" "se ha olvidado de mi" -Lucas me mira poniendo morritos y yo le acabo dando un codazo porque además ha acertado con mis pensamientos.
- Algo así, Vázquez, algo así -le digo mientras dejo que él me guíe andando por la izquierda del campo.
- Asensio. Olivia no te ha dado motivos para que dudes de ella, así que no lo hagas. Al contrario, ella te quiere mucho más de lo que tú te crees, Marco.
- ¿Y tú cómo sabes eso? -le pregunto algo sorprendido de que mi amigo hable con esa rotundidad sobre mi novia.
- Bueno... -Lucas coge mi mejilla y me hace mirar hacia arriba de las gradas. Justo en la zona Vip donde se suelen sentar nuestras familias- porque ella nunca rompe sus promesas.
Lucas me señala con el dedo esa zona y miro hacia donde él me dice. Y creo que mi corazón se me va a salir del pecho. Empiezo a temblar pensando que estoy soñando. Porque la estoy viendo allí, de pie, sentada al lado de Ana, la mujer de Lucas. Se me seca la boca. No puedo casi ni hablar. Nos miramos a los ojos y ella alza su mano muy sonriente saludándome con ella.
- Lucas, ¿Qué hace ella aquí? -le pregunto a mi amigo acercándome un poco más hacia la grada. Olivia empieza a bajar los escalones poco a poco sin dejar de sonreír desde que me ha visto.
- La llamé ayer después de que me dejaras en mi casa. Le conté que hoy ibas a jugar y bueno... le faltó tiempo para venir. Ana y yo la ayudamos con lo de los billetes de avión y todo eso.
- Oh, Lucas. Gracias tío.
Voy hacia el encuentro de mi novia. Está guapísima. Guapísima. Me acerco hacia ella y aunque Olivia no puede cruzar la valla, se arroja a mis brazos y me agarra del cuello.
- Oh, dios, Oli. No me puedo creer que estés aquí -paso mis brazos por su cintura aún impactado por tenerla tan cerca de mi.
- Te hice una promesa. Te lo prometí -le doy un beso a Olivia sin importarme que haya mucha gente pendiente de nosotros. Me da exactamente igual. Llevo sin verla muchos días y la necesito.
- Tengo que irme -le digo sin dejar de mirarla a la vez que acaricio su mejilla con mucha suavidad como si quisiera cerciorarme que de verdad está aquí.
- Te quiero, Marco. Muchísimo -me dice ella antes de que me vaya.
- Y yo a ti, mi niña -le tiro un beso antes de volver donde está Lucas.
Observo como sube las escaleras y se sienta de nuevo junto a Ana. Dios, esto me ha dado un subidón de adrenalina increíble.
- Gracias, Lucas, de verdad. Eres el mejor tío -le digo a mi amigo cuando estoy a su lado y ambos regresamos hacia los vestuarios.
- Con verte la cara que tienes ahora mismo, sé que ha valido la pena.
📆📆Más tarde
Llevo calentando 10 minutos más o menos cuando el míster me llama. Voy a salir ya. Después de 8 meses, voy a volver a jugar en el Bernabeú. Siento los murmullos de la gente. Pero yo estoy concentrado en lo que estoy. Me quito la camiseta, bebo agua y me voy hacia el borde del terreno de juego.
- Quiero que salgas ahí y disfrutes Marco -me dice el míster pasando su brazo por su hombro- que sonrías, que te acostumbres de nuevo a ser futbolista. No espero de ti esta noche que juegues un gran partido, espero que te diviertas y lo pases bien.
Lo miro asintiendo y me preparo para el cambio. Es por Fede Valverde. Es el minuto 73. Él me da la mano. Salgo con fuerza, muy motivado. Sobre todo porque hay una preciosa chica en las gradas que me está dando suerte.
Corro hacia la portería derecha y van a lanzar un córner. Lo tiran y no puedo ver quien lo cabecea, pero si a Mendy internarse por la izquierda. Yo ya estoy en el área. Me da un pase y no me lo pienso, hago una volea con mi pierna izquierda y tiro hacia portería.
Gol, ha sido gol.
Increíble. Llevo solamente 30 segundos en el campo y ha sido gol. Salgo corriendo mirando hacia el míster señalando mi sonrisa, tal y como él me pidió. Mis compañeros vienen a abrazarme todos y siento como el Bernabeú corea mi nombre. Tengo el corazón a mil ahora mismo. Esto es lo que necesitaba para sentirme bien, para darme confianza.
https://youtu.be/Fd3U0xIFC7A
Miro hacia la grada donde está ella. Mi niña. Mi Olivia. La señalo y le hago un corazón, su corazón, sonriendo porque desde aquí puedo verla como está de pie riéndose y aplaudiendo. Ella se lleva su mano a los labios y me tira un beso. Dios, más feliz no puedo ser.
El partido termina con victoria nuestra por 3-0- Yo estoy ahora mismo que no me lo creo. Ni en mis mejores sueños podría imaginar que el regreso fuera así. Tengo que atender a los medios de comunicación durante un rato. Me voy a los vestuarios y allí recibo las felicitaciones de todos mis compañeros de nuevo. Cojo mi móvil para llamar a mis padres y no puedo evitar emocionarme al hablar con ellos y con mi hermano.
Me ducho todavía nervioso y después de vestirme salgo fuera con Lucas. Y ahí está Olivia esperándome. Está apoyada en la pared hablando con Ana. Se gira y cuando me ve me sonríe con esa sonrisa tan especial que siempre guarda para mi. Voy hacia ella y se arroja en mis brazos en cuanto estoy cerca. La estrecho con fuerza dejándome envolver por su olor de canela y limón. Me separo de ella y la beso sin importarme donde estoy. Sus labios se mueven sobre los míos lentamente, como queriendo recordarse. Nos separamos y la miro a sus ojos verdes perdido de nuevo en ellos.
- Aún no puedo creerme que estés aquí, Oli. Te quiero tanto amor -mis manos acarician su cara y sus mejillas sonrosadas.
- Yo también te quiero, Marco. Dios, que bien has jugado. Y vaya golazo -la veo emocionarse y hasta reír con sus palabras.
- Te lo he dedicado enterito a ti. ¿Hasta cuando te quedas?
- Hasta el sábado -me contesta para mi alivio pues pensé que se iba mañana.
- ¡Bien! ¿Te quedas conmigo en mi casa?
- Esa era la idea, Asensio -Olivia se esos labios que estoy deseando besar otra vez. Pero las voces de Sergio Ramos y Nacho hacen que desista de la idea. Saben que Olivia está aquí y quieren verla también.
- ¿Hasta cuando te quedas, Olivia? - le pregunta Sergio Ramos una vez que todos la han saludado. Paso uno de mis brazos por su cintura atrayéndola hacia mi cuerpo, como si no quisiera dejarla escapar por miedo a que desapareciera.
- Hasta el sábado -le responde ella.
-Te invitaría a cenar una noche de estas, pero no creo que aquí el niño te apetezca compartirte -niego con mi cabeza confirmando sus palabras porque ella va a ser toda mía estos días que pase aquí- Cuando vuelvas luego definitivamente que sepas que estas invitada a mi casa a cenar, que mi mujer tiene muchas ganas de conocerte.
- Eso está hecho -le contesta ella con una sonrisa alegre.
No sólo Sergio, Nacho e Isco también la invitan a cenar, bueno, y Lucas no hace falta que le diga nada, porque también lo está. Olivia se despide de ellos muy cariñosa y andamos hacia el parking con Lucas y Ana, porque la maleta de Olivia está en el coche de la mujer de mi amigo.
- Gracias por todo, Ana. Eres un sol - Olivia abraza a la morena mientras Lucas coge su maleta del coche.
- Tú si que eres un cielo, cariño - le responde ella- Marco por dios, ni se te ocurra dejarla escapar.
- Ni se me pasa por la cabeza - le digo despidiéndome de Ana con otro abrazo.
Me despido de mi amigo y nos montamos en el coche saliendo del Bernabéu. Miro a Olivia y no puedo dejar de sonreír. Le pongo la mano en el muslo y la acaricio despacio.
- Dios. Casi no puedo creerme que estés aquí, Oli. Ha significado mucho para mi que vinieras -le admito aún muy emocionado por su presencia.
- Tenía que venir, Marco. No me lo hubiera perdonado por nada del mundo.
- ¿Y cuándo has llegado?
- Anoche. Mientras hacía la maleta, Ana me sacó los billetes de avión. En el aeropuerto me recogió mi padre y me he quedado en mi casa con ellos. Y esta tarde ha sido Ana la que me ha traído aquí al Bernabeú -me cuenta ella todo lo que le ocurrió ayer desde que la llamó Lucas hasta que la he visto en el campo.
- ¿Y a tu madre no le importa que te quedes conmigo estos días?
- ¡Claro que no! Es que yo he venido para estar contigo. Aunque me ha pedido que si te apetece, le gustaría mucho conocerte... pero no hace falta que te sientas obligado.
- Me encantaría conocer a tus padres -le digo apretando su muslo para ver como se forma una bonita sonrisa en su cara.
- Genial, Marco. ¿Y ahora donde me llevas? -le respondo con una juguetona sonrisa que la hace morderse los labios, esos que estoy deseando probar de nuevo y tener por todo mi cuerpo.
- Te voy a llevar a cenar y luego nos vamos a casa, a celebrar mi gol.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro