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⠀🧸 𓈃⠀ Capítulo 09 𓎆 ⭒ ꐑꐑ

Tengo algo que decirte y no sé cómo empezar a explicar
Lo que te quiero contar(Sabes una cosa)
No encuentro las palabras, ni verso, rima o prosa
Quizá, con una rosa te lo pueda decir
No sé ni desde cuando llegaste, de repente
Mi corazón se puso a cantar(Sabes una cosa)
Te quiero, niña hermosa y te entrego en esta rosa
La vida que me pueda quedar

¿Cómo acabó con Changbin en el auto? Minho no lo sabe, aún estaba en shock como para analizar todo lo que estaba sucediendo. Min le había aventado mucha información de un momento a otro y supone que en algún momento le habló a Changbin o algo parecido. Primero dejarían a Suni en su casa y después irían al hospital.

—¡Esperen, esperen! —La voz de la niña los hizo frenar—. Necesito que uno de ustedes adultos compre cervezas.

—¡Niña! —Gritó Changbin—. Eres muy joven para beber.

—Es para mi mamá, cuando se entere que tiene que ir a una cita con el papá de Vernon tengo que tranquilizarla. El alcohol la hace más dócil.

Los adultos se miraron raro, aun así le hicieron el favor a la niña, después de todo ella también ayudó a que Minnie reflexionara. Se bajaron en una tienda de autoservicio compraron las cervezas y Minho vió que en la puerta de aquel lugar había un puesto de flores, no dudó en comprar un ramo para el reencuentro con su amado.

Cuando llegaron a la casa de la niña el trío de hombres voltearon a verla, les hizo gracia como dibujo una cruz con sus dedos y los miró.

—Adiós, Gordi. —La niña lo miró y sonrió.

—Adiós, Suni.

Los adultos se voltearon a ver y después miraron a Min, quien seguía mirando la ventana, suspiró y después dijo—: Ella será mi futura esposa. —Minho se atragantó con su propia saliva y Changbin empezó a reírse—. Que bueno que estarás con mi papá para eso.

Changbin encendió el carro y se dirigió al hospital que el niño les había indicado. Minho estaba nervioso porque lo que iba a suceder era importante para él, le fue arrebatada la oportunidad de disfrutar el embarazo de su primer hijo a lado de su pareja, tampoco pudo estar en el nacimiento, no lo vio crecer y esta vez no se lo quería perder por nada en el mundo.

Cuando llegaron al hospital Min tomó la mano de su papá y le sonrió, Minho no necesitó más impulso que ese. Se dirigieron a la habitación y cuando abrieron… Jisung no estaba.

—Mierda, mierda. —Minho volteó a ver a su hijo, quien fue el que insultó—. Doctor, mi papá estaba aquí.

—El joven Han fue dado de alta. —contestó sin importancia.

—¿Qué?— preguntó el adulto.

—Sí, ya lo mandamos a su casa. Él se encontraba mucho mejor.

—Ha sido la reconciliación más terrible que he visto en mi vida —empezó Changbin que apareció nuevamente de la nada—. Una niña pidiendo cervezas, un niño de 13 pensando en casarse, entrada dramática y el paciente... no está.

[...]

Félix estaba preparando algo de sopa para Jisung y pensando cómo le diría que su hijo se volvió a escapar, ese niño necesitaba una patada en las pelotas sí o sí. La puerta fue abierta bruscamente y vió dos sombras pasar velozmente, después vio a su novio entrar con tranquilidad.

—Los Min han tenido el “fail” más grande del mundo. —dijo Changbin mientras tomaba a Félix de la cintura.

—¿Fue a buscarlos? —contestó Félix refiriéndose a Min.

—Vamos, Lix. Es hora de que tú y yo hagamos un bebé —dijo sin contestar la pregunta. Félix sonrió y se fue de la casa dejando a la nueva familia sola.

Los Min suspiraron y abrieron la puerta muy despacio, ahí se encontraba Jisung con los ojos cerrados, respirando lentamente... Estaba dormido. Fue Min quien primero se acercó y acarició la cabeza de su papá.

—Papi... papi Sung. —Vió como su papá abrió lentamente los ojos y le sonrió.

—Mi amor, es tarde. ¿Dónde estabas?

—Conmigo. —Jisung creyó que todo fue parte de su imaginación, no tenía ganas de voltear y ver que su mente estaba jugando con él—. Voltea, por favor.

—Tengo miedo de que no sea real. —contestó sin voltear.

—Es real —le dijo su hijo—. Es mi papá.

Jisung se sentó lentamente con la ayuda de su hijo. Verlo parado frente a él fue casi tan impactante como el día que se despidió, además Min le había dicho papá a Minho.

—Yo fui por él. —Jisung miró confundido a su hijo.

—Min. —Tomó su mejilla y preguntó—:¿Por qué?

—Porque quiero que seamos una familia, quiero que tengas a mi hermanito, quiero que Minho viva con nosotros y seamos felices. —Fue tan impactante para todos, incluso para él mismo niño,  escucharlo decir eso en voz alta.

—Pero, hijo tu... —Min puso su dedo sobre la boca de su papá, pidiendo que por favor lo escuche.

—No podemos elegir si vamos a ser lastimados, además no sabemos ni siquiera si saldremos lastimados si no lo intentamos. —El niño tomó la mano de su papá—. ¿Me perdonas por haber sido tan egoísta?

—Mi amor... No tengo nada que perdonarte. —Jisung lo abrazó tiernamente.

—Yo sé que Minho no te hará daño, al menos no intencionalmente y si lo hace...

—¿Le morderás la pierna? —preguntó divertido Sung.

—Wilson y yo. —Su papá lo abrazó lo más fuerte que pudo—. Me voy, los dejo solos.

El niño le dio un beso a su papá y luego uno a Minho para después irse a su habitación, sabía que sus padres tenían que hablar.

—¿Puedes perdonarme? —preguntó Minho—. No debí ceder, dije que no lo haría y lo hice y es que te veía tan mal que no quería seguir contribuyendo a eso. Min también es importante para mí.

—Supongo que no tenemos nada que perdonarnos —contestó Sung con una pequeña sonrisa.

—Así que... ¿Otro bebé? —El joven en cama se tocó el vientre y empezó a llorar—. Sung ¿Qué pasa?

—Yo.... Ho.... Yo... —sus lágrimas no dejaban contestar correctamente.

—¿Sung?

—No quería tenerlo, estaba asustado, tenía miedo. —Minho sentía que el aire se le iba mientras escuchaba lo que Jisung decía—. No quería un bebé más estando solo y no sabía cómo reaccionaría Minsung, pensé en abortarlo y...

—Dime que no lo hiciste… por favor.

—No lo hice. No pude, pero lo pensé y me siento tan mal, te iba a privar de ser padre una vez más.

Minho lo abrazó y dejó que se desahogara en su pecho, pudo imaginar por la desesperación que pasó, así que no dijo nada más, simplemente acaricio su cabello hasta que sintió que su respiración se tranquilizó. Cuando volteó a verlo pudo notar que se quedó dormido, se acomodó a su lado, lo abrazó y decidió acostarse a su lado, ninguno de los dos durmió bien en esas tres semanas y esperaba que con Jisung en sus brazos eso cambiara.

[...]

Min se levantó un poco tarde, esos días también fueron algo cansados para él niño pues su conciencia no lo dejaba dormir en paz, no obstante hoy se sentía descansado y feliz. Al ver la foto en su buró se quedó pensando en que ahora sí estaba incompleta. Bajó y pudo ver a sus padres compartiendo sonrisas y besos cortitos mientras preparaban el desayuno, nuevamente su corazón y su cabecita le decían que él sería desplazado.

—¿Minnie, estás bien? —preguntó su papá Minho.

—¿Ustedes no me van a abandonar? 

Ambos se acercaron y le dieron un beso, fue Minho quien contestó a su pregunta—: Pase lo que pase, siempre estaremos a tu lado.

—Papá, quiero ir con el maestro Wooyoung, quiero que él me ayude a no tener miedo.

—Será como tú quieras corazón.—contestó Jisung, orgulloso de la decisión de su pequeño.

Después de desayunar, los adultos se sentaron a ver las películas que Min quiso para hacerlo sentir confiado. A los dos Min les causaba mucha gracia que Jisung lloraba por cosas muy insignificantes en las películas, sin embargo, sabían que eran cosas de embarazados.

—Me gustaría que fuera una niña —soltó de repente Min—. Sería divertido tener una mujer en casa.

—Yo solo quiero que nazca sano o sana —contestó Minho a lo que el niño viró los ojos.

—Tiene que ser una niña, estoy seguro que así será.

—¿Quieres apostar? —Su padre lo retó y Min asintió—. Si es niña me tiño el cabello de rosa y si es niño te voy a rapar la cabeza ¿estás de acuerdo?

—Como que me llamó Lee Minsung.

—Más te.... ¿Qué dijiste? —Minho no podía creer lo que escuchó.

—Sí, ahora seré Lee Minsung.

Jisung lloró más fuerte y abrazó a su hijo—. Te amo Minnie, te amo.

—Papá, te estás limpiando tus mocos en mi cabello.

Ese fue un buen día para los tres, lleno de comida, películas y mucho llanto.

[...]

Minho tuvo que regresar a Seúl para pedir su traslado a Bucheon en la constructora que, aunque no estaban muy felices prefirieron trasladarlo antes de perderlo como elemento. No estaba muy lejos en auto, pero no quería tener que estar manejando mucho, ese día le dijo a Min que el pasaría al colegio a buscarlo y cumplió. Cuando vio el auto de su papá fue caminando y llevó a Suni de la mano.

—Nos vemos, gordi. —La niña se despidió sonriente.

—¿No quieres que te llevemos? —Preguntó el mayor.

—No. —contestó Suni con un suspiro—. Mamá me castigó y dijo que yo tengo que ir caminando por tres días.

—¿Por qué? —preguntó nuevamente el adulto.

—Dice que así se sintió ir a una cita con el papá de Vernon. —La niña encogió los hombros—. Nos vemos gordi, adiós suegro.

—Adiós Suni... —Minho miró a su hijo—. ¿Acaba de decirme suegro?

—El amor, pa. —No podía creer que su hijo contestara aquello.

—Procura que no lo diga cuando tu papá esté cerca —advirtió—. Eso será muy trágico para él.

Pasaron a comprar un poco de sushi pues Jisung estaba en esa etapa donde solo quería comer aquello. Minho pensó que el embarazo sería como en esas revistas de maternidad donde una persona y su pareja se ven sonriendo mientras acariciaba su estómago. El embarazo estaba muy lejos de ser algo bonito, al menos el de su pareja no lo era.

Cuando llegaron a su casa, Jisung se encontraba llorando.

—Mi amor —Minho dejó todo en la mesa y corrió a abrazarlo—. ¿Qué pasa?

—No entiendo como el idiota del protagonista pudo hacerle esto al otro protagonista, mira que escribirle una carta para despedirse de él y el mero día de su boda. —contestó entre lágrimas.

—¿Son tus amigos?— El más alto se sentía tan perdido.

—Nooooo, es el libro que estoy editando —pataleo mientras maldecía—. Puto, maldito, lo odio.

—Sung, cálmate...

—¡No me pidas que me calme! —y nuevamente empezó a llorar.

Min caminó de puntillas para irse a su habitación, pero no lo logró, su padre alcanzó a verlo.

—Lee Minsung, ¿por qué huyes? —Fue descubierto por un embarazado hormonal.

—Es que tengo que... —El niño no tenía idea de que pretexto poner.

—Noooo, lo que pasa es que no me soportas. ¿Es eso verdad? Ahora no me soportas.

El embarazo no sería fácil para ninguno de los dos Min.

[...]

A las cinco de la tarde la puerta sonó y fue Minho quien abrió, vió a la amiga de su hijo con su madre, quien traía una canasta de frutas.

—Mi hija me contó que Sung está en espera —declaró la mujer—. ¿Puedo pasar a verlo?

—Claro. —El más alto esperaba que aquella visita pusiera de buenas a su pareja—.  Adelante.

—Y tu niña… —Empezó la mujer.

—Sí, ya sé —contestó como si estuviera entrenada para hacerlo—. Tengo que estar a tu lado porque a si sintió estar al lado del papá de Vernon.

—No, puedes ir a ver a Min. 

La niña sonrió y subió al cuarto de su mejor amigo. Al entrar se dio cuenta que el gordi estaba escribiendo en un cuaderno, así que no dudo en asustarlo.

—¡Hola, gordo! —El niño saltó y casi se cae de la silla—. Lo hubiera grabado.

—Me asustaste mucho.

—Ese era el punto. —Suni se tiró sobre la cama y después preguntó—. ¿Qué haces?

—Estaba escribiendo, cuando estoy muy estresado escribo.

—¿Qué quieres ser cuando crezcas?

—Aparte de tu esposo. —La niña se sonrojó—  Quiero ser compositor, quiero que la gente cante mis canciones o escribir libros.

—¿Puedo ver?

—No niña, no puedes. —Le guiño el ojo para después darle su libreta—. No es muy bueno, pero...

—Gordi, eres bien cursi. —Pasando las hojas se detuvo en algo—. Nevaeh ¿Qué es eso?

—¿Cómo se dice? —Preguntó, pues estaba segura que no era coreano.

—Naveiah, así quiero que se llame mi hermanita.

—Espera ¿por qué un nombre tan raro?

—Si te das cuenta —el niño hizo que se acercara y escribió algo.

—Oh, eso es muy cool ¿Es por la primera canción?

—Sí, por eso quiero que se llame así.

—Eres un gran hermano mayor.

Los niños sonrieron para después sentarse en la cama para que Min pudiera seguir escribiendo y Suni leyera cada una de sus palabras.

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