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⠀🧸 𓈃⠀ Capítulo 06 𓎆 ⭒ ꐑꐑ

Porque a veces es mejor así
Hay que dejarlo ir para que tu corazón no se rompa
Porque te amo
Sí, mi vida, te amo
Solo esta vez, escucha lo que estoy tratando de decir
Sé que puede que no te sientas exactamente de la misma manera
Pero te amo
Te digo, te amo

Jisung se puso el pantalón que le quedaba más ajustado con una camisa blanca que se arrolló hasta los codos. Se maquilló un poco los ojos, usó su mejor colonia y peinó pulcramente su cabello para verse muy sexy. Agregó un poco de bálsamo labial y se miró en el espejo.

—¡Por Dios! Que hermoso soy.

Tomó las llaves que estaban en su mesita de noche y bajó. En las escaleras estaba Minnie con una caja enorme y unos papeles que apenas podía sostener.

—Vamos  a una feria de ciencias —dijo el niño al ver a su padre así de arreglado.

—Debí poner  más esfuerzo.

Minnie volteó los ojos y soltó—: Hay que esperar a Minho. Él vendrá  por nosotros.

—¿Por qué no le dijiste que lo vemos ahí?

—Porque no quería.

Algo en la actitud de Min no le gustaba  a Jisung, estaba huraño y no entendía el porqué. 

Pasaron aproximadamente dos meses desde que empezó  una relación secreta con Minho y bueno, secreto para Min nada más porque sus amigos ya lo sabían y lo presentaba como su pareja a los pocos lugares que iban. Jisung estaba viviendo su fantasía de juventud porque Minho era un sueño de hombre, era todo lo que siempre quiso y más. Tenían  sexo hasta que sus cuerpos se lo permitían.

Minho iba tres veces a la semana a ver a su hijo. Se sentía cada vez más confiado de ganárselo y esperaba pronto poder decirle que entre Jisung y él había algo más que una amistad cordial.

Porque el mayor no estaba dispuesto a perderlo por segunda ocasión.

La puerta sonó y el adolescente dentro simplemente abrió para después salir sin saludar a su padre, cosa que extrañó a ambos adultos.

—¿Sabe o le pasó algo? —preguntó Minho preocupado.

—No, es imposible que sepa. Además, ayer me hubiera dicho alguna cosa, hoy amaneció así.

 —¿Nervios?

—No lo sé. Tal vez los cambios hormonales, después de todo es un adolescente.

—Bueno —Minho lo miró de arriba hacia abajo—. ¿Por qué estás vestido así?

—No quiero perder el puesto del papá más sexy de la escuela, ¿ok? Tengo mis prioridades.

Puso los ojos en blanco y después le sonrió. Le encantaba que ese hombre sexy sea solamente suyo.

Caminaron al auto y se subieron. El viaje fue silencioso, no hubo más que un Min hablando por teléfono, de seguro con Suni, pues decía : "Que seas la número uno no me importa, solo apúrate". En fin, adolescentes.

Cuando llegaron a la escuela Minho ayudó a su hijo a bajar sus cosas mientras Jisung entró  siendo el centro de atención de maestras, maestros, madres y padres. Ahora podía entender un poco los celos de Minnie.

—¿Tú papá siempre llama la atención así? 

—Sí, desde el preescolar. —El niño suspiró—. No debí venir.

—¿Qué pasa?

—Tengo entendido que el proyecto de otro salón es superior al mío y no quiero quedar como segundo.

Tal vez su hijo fue a terapia, pero aún conservaba el miedo a no ser prioridad. El perder lo sentía como rechazo y eso lo hacía molestar.

—Si pierdes no importa. Tú eres el número uno para papá Sunggie y para mí.

—Trataré de no pensar en eso. —Min miró para otro lado y sonrió—. ¡Maestro Wooyoung! 

—Min, ¿listo? —Un joven de ojos preciosos contestó.

—Estoy nervioso. Aún así quiero presentarle a mi otro padre. Minho, él es Wooyoung, mi maestro y, maestro, él es Minho.

Ambos hombres estiraron la mano con cordialidad y caminaron hacia la entrada en lo que entablaron una conversación. Jisung fue  ajeno a la situación por estar hablando con la madre de Suni, quien no entendía porque se tiñó  el cabello de colores tan brillantes.

—¿Quieres preguntar verdad? —dijo la mujer.

—Sí, pero me abstengo.

—El papá de Vernon me dijo que le gustaba mi cabello negro.

—Okay, entonces ahí está la respuesta.

—Mejor sola. ¿Quién es el hombre que está con el maestro Wooyoung?

Cuando escuchó "maestro Wooyoung" supo de quién se trataba porque Min no se cansaría en hacer lo que estuviera en sus manos para que Minho no estuviera cerca de él. Pobre Minnie, no tenía idea de lo cercanos que ya eran.

Jisung llegó al campo de fútbol donde estaban todos los estantes y ahí pudo ver como Minho ayudaba  a su hijo a acomodar todo junto a Suni. Sonrió pensando en lo bonito que sería que fueran una familia de una vez por todas, la familia que él mismo se negó. Min y Minho se sonreían tan bonito, tanto así que de repente sintió ganas de llorar.

—¿Te sientes bien? —preguntó Yeri, la mamá de Suni.

—Sí, es solo que... Míralos. Son tan parecidos.

—¿Y eso es tierno por...?

—Insensible.

Jisung estaba en serio llorando y eso llamó la atención de su hijo, quien se acercó corriendo a él y lo abrazó.

—¿Estás bien?

—Es solo que te pareces mucho a tu papá y se ven tan bonitos juntos y...y...y... —Más sollozos.

—Pa, estás haciendo el oso por nada.

—Ya. Trataré de calmarme.

Una media hora después los jueces pasaron  por  cada uno de los estantes, aunque Jisung no entendió nada de eso. Vio que el proyecto de su hijo y otro más fueron los que más llamaron la atención. 

Cuando los jueces acabaron de recorrer todo se fueron a deliberar y Min se acercó a ambos padres.

—Minho, vamos con el maestro Wooyoung.

—Pero... —No tuvo ni tiempo de hablar cuando fue jalado por el niño hacia donde se encontraba el precioso maestro.

Jisung miraba  la escena con un poco de enojo, pero no lo demostró . Además, de un momento a otro se puso  malhumorado porque tenía muchísima hambre, así que se fue a un puesto de comida y pidió lo que sea que hubiera  ahí.

—¿Jisung? —Una voz masculina lo hizo girar.

—¿Sí?

—¿No me recuerdas? Soy Kasper.

—Oh por Dios. Sí,¿cómo has estado?

—Muy bien, aunque no tan bien como tú. Luces incluso más hermoso que antes. 

—Oh, no digas eso. ¿Qué haces aquí? ¿También tienes un hijo?

—De hecho, soy el maestro del taller de danza y, aunque no entiendo nada de esto, tengo que estar presente para las actividades escolares. Aún no tengo un hijo. ¿Estás casado?

—No.

—Sería bueno que alguna vez saliéramos ¿no crees? —Jisung volteó a ver donde estaba Minho y este estaba muy a gusto hablando con el maestro Wooyoung mientras Minnie hablaba con Suni.

—Me encantaría.

—Genial. Te busco cuando acabe esto e intercambiamos números, ¿te parece?

—Claro. —La campana que anunciaba que la resolución estaba lista sonó —. Bueno, nos vemos en un rato.

Jisung se acercó a donde estaban los jueces. Minho y Min se acercaron aún más rápido, pues estaban cerca, lo malo era que el maestro Jung seguía con ellos y tuvo que acercarse sintiéndose un mal tercio.

—El primer lugar es para... –—Sonó el redoble de tambores—. Suni y Minsung.

El niño empezó a buscar a su papá con la mirada y cuando lo encontró se acercó corriendo hacia él y lo abrazó. Haciendo que Minho se enterneciera con la imagen.

—Señor Lee, esto merece una celebración, ¿no cree? —El profesor que estaba a un lado dijo.

—Tiene razón. —Min se fue con los jueces y recibió su medalla para después acercarse a Minho—. Felicidades, hijo.

—Gracias, Ho. ¿No crees que deberíamos salir a comer? Debemos invitar al maestro Jung.

—Cielo, a lo mejor...

—Acepto encantado.

No había dudas que Jisung estaba molesto ahora porque, por primera vez en mucho tiempo, su hijo jugaba  con su paciencia. Justo cuando iba a salir de la escuela su brazo fue tomado y giró, lo que a padre e hijo los dejó impactados.

—No te irías  sin darme tu numero, ¿verdad, Sung? 

—No, disculpa. Tengo la cabeza en otro lado.

—¿Por qué le darás  tu número, papá?

—Porque es un amigo, Min. Quiero platicar con mi amigo de vez en cuando. —Fue  un poco rudo con su contestación, sin embargo, se giró y le dio el número a Kasper.

—Te llamaré  luego.

Kasper se acercó y le dio un beso en la mejilla, cosa que hizo que el pequeño Min frunciera el ceño y que el Min adulto apretara los puños como si quisiera golpear a alguien.

[...]

Acabaron en un restaurante de comida italiana y Jisung se sentía terriblemente asqueado con el olor mientras Minnie se veía fascinado al  escoger qué pizza comería. Empujó a Minho para acercarlo al maestro Wooyoung y así obligarlos a estar juntos.

Jisung más que nadie entendía que su hijo era un chico con un pequeño trauma al ver todo lo que pasó  con la "pérdida" de Jungki, pero no se le hizo  justo ver como a Minho quería verlo feliz y a él en soledad. Claramente no estaba solo, pero Minnie también debía entender que el amor que le daba a un hijo no era el mismo que le daría una pareja.

Molesto se sentó en la primera mesa que vio.

—¿No pedirás nada? —Ni siquiera se dio cuenta en qué momento se acercó Minho, quien se veía molesto.

—No. Coman rico ustedes. —Jisung era un experto en sonreír de manera "sincera" cuando todo lo ameritaba.

—No estoy contento, Jisung. No juegues con mi paciencia.

—Sí, sí, sí… Lo que digas —El teléfono de Jisung sonó y era de la editorial—. Bien, en un momento nos vemos.

—¿Qué pasa?

—Disfruta tu comida con el profesor Jung y Min. Tengo que irme.

—Acaba de ganar tu hijo. ¿No siempre tu prioridad es él?

—He lidiado con mostrarme bien para él durante trece años y es bueno a veces huir cuando simplemente no lo soportas. Está contigo, no está solo. 

—¿No será que mientes y te vas con ese chico que pidió tu número?

—Piensa lo que quieras. —Sin más se paró y salió del establecimiento.

Minho se acercó a la mesa y se sentó a lado de su hijo.

—¿Y mi papá?

—Le hablaron del trabajo, al parecer era urgente.

—Debió de ser algo demasiado urgente para irse. Realmente es raro que le hablen para que se vaya. —El adolescente mordió un pedazo de su pizza y volteó a ver a su maestro —. ¿Profe, le molestaría quedarse un momento con mi papá? Necesito ir al baño.

—Para nada.

Sin más, el adolescente se paró y desapareció entre las mesas.

—Min es un niño muy especial —El maestro inició una conversación.

—Lo sé, profesor. No quiero que se incomode, pero yo tengo algo con el papá de Min.

—Lo sé. —Minho se sintió confundido—. Para ser sincero yo estoy en una relación, pero ¿usted sabe cómo Min maneja el rechazo?

—Suele tener problemas con eso.

—Soy psicólogo y maestro. El niño es bueno y no tiene malas intenciones, debe ser algo que no tendrá una cura como tal, pero tendría una manera de ser controlado. Su miedo al rechazo es terrible, debería llevar más terapias para manejarlo.

—Lo hablaré con Jisung.

—Ustedes hacen una buena pareja. — Wooyoung tomó la mano de Minho y sonrió—. Se ve que se quieren. Más allá de que no se acercaran  para nada, ambos se miraban cuando podían. Son tan obvios.

—Gracias, maestro Jung.

—No pueden ocultarlo tanto tiempo. Yo sé que Min es sobreprotector con su papá, pero tiene que enfrentarse a la realidad de una vez por todas, de alguna manera u otra Min acabará aceptando y el señor Han no puede arriesgar una felicidad por la promesa de que su hijo se quedará con él de por vida. — Wooyoung miró alrededor para saber si Min estaba cerca—. En la psicología los hijos son importantes, aunque la prioridad siempre debemos ser nosotros mismos, es decir,  Minho primero tiene que hacer feliz a Minho ¿entiende?

—Muchas gracias por el consejo.

[...]

Jisung estaba en camino a su casa cuando su teléfono sonó, no lo revisó hasta que llegó y lo que vio no le gustó. Minho y el profesor Jung estaban tomados de la mano, sonriéndose tiernamente, además, la foto que recibió estaba acompañada de un mensaje de Min que decía: "¿No hacen linda pareja?". Se sintió tan molesto que fue a vomitar, después tomó un baño y se acostó a dormir, al menos llegó  a su límite.

Despertó por el ruido de la puerta de abajo, lavó su cara para no verse tan mal y bajó a recibir a su hijo.

—Papá, ¿todo bien en la editorial?

—Sí, solo tuve que hacer una última revisión urgente, casi listo para la impresión.

—Me alegro. Por cierto, ¿el profesor Kasper te habló?

—No, Min. No lo hizo.

—Sabes que...

—Sí lo sé, quieres que me quede soltero para siempre... Ahora ve a bañarte.

—Está bien. Adiós, Minho... 

El nombrado pudo ver que Jisung estaba demasiado malhumorado, así que esperó que Min subiera para tomarlo de la cintura.

—Tengo que pedir disculpas, pero quiero que sepas que en serio no tendré nada con nadie que no seas tú.

—Sus manos sobre las tuyas dicen otra cosa.

—Sung —Tomó su rostro y el nombrado sintió gana de llorar—, te amo a ti. Quiero que estemos juntos.

—¿Me lo juras?

—Te lo juro.

Se acercó lentamente a él y lo besó. Ambos se dejaron llevar por el sabor de sus labios y no esperaron ser vistos.

—Me dijiste que no tendrías nada con nadie. —Así como llegó Min, así de rápido se fue a su habitación.

Minho y Jisung se miraron porque esa no era la forma en la que querían que su hijo se enterara.



















Nos vemos hasta el domingo 😋

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