⠀🧸 𓈃⠀ Capítulo 01 𓎆 ⭒ ꐑꐑ
En mi corazón tú vivirás
Desde hoy será y para siempre, amor
En mi corazón, no importa qué dirán
Dentro de mí estarás siempre
Abrió la puerta trasera del auto y metió a su hijo como si lo estuviera secuestrando, se subió detrás del volante y en la desesperación tiró sus llaves. Todo fue un desastre en esos minutos. Respiró hondo y manejó lo más tranquilo que pudo. Sin embargo, cuando llegó a su casa bajó como si lo estuvieran persiguiendo y cerró. Escuchó unos golpes en la puerta y se espantó.
—¡No hay nadie!
—Papá, no me dejaste entrar. —Jisung se golpeó la cara y abrió para dejar entrar a su hijo, quien tenía los ojos llorosos.
—Mi amor, ¿qué pasa?
—Me cargaste y abandonamos a Wilson por tu culpa.
"Mierda", pensó Jisung.
—Es que... Tengo que hablar contigo Minnie. Yo sé que nada va a reponer tu perdida, pero, en serio necesito hablar contigo.
— ¿Qué pasa?
Jaló a su hijo a la sala de estar para sentarlo en su regazo—. Yo, bueno... Te mentí todos estos años con respecto a tu otro padre.
—Lo sé.
—¿Cómo lo sabes?
—Por que dudo que Lee Jong Suk te conozca.
Siempre que Minsung preguntaba por su otro padre Jisung le contaba una historia de cómo se enredó en un amorío con Lee Jong Suk cuando eran más jóvenes, pero cuando el antes nombrado descubrió su vocación para la actuación decidió dejarlo libre para que fuera grande en la industria y que cuando él partió se dio cuenta que en su vientre estaba el fruto de su amor. Claramente Jisung podría ser un escritor si quisiera. Creó esa historia porque obviamente no le diría que es el fruto de sexo post-orgia porque Minho y el estaban calientes.
Para ser totalmente sincero, Minho era el tipo de sus sueños. Disfrutaba del sexo sin inhibiciones, era muy guapo y desde esa follada en el auto ni siquiera pensó en tener a alguien más dentro de él porque la pasó de puta madre.
Aún recuerda cuando el doctor le dijo que tenía dos meses de embarazo. Se asustó. Pasó por todas las etapas hasta que terminó feliz por aquel acontecimiento. Le preocupaba demasiado no saber quién era el padre y que cuando le preguntaran su lengua sin filtros terminaría diciendo que su hijo fue producto de muchas cogidas de una noche. Así que se fue de Seúl para regresar a Bucheon porque iba a iniciar de nuevo y ser un adulto. Le dolió despedirse de Minho, sobre todo porque su corazón palpitó un poco más rápido cuando lo vio por última vez.
Cuando nació Minsung y vio sus orejas grandes primero creyó que era coincidencia porque solía ser orejón de pequeño. Entonces pasaron los años, hasta ahora 13, y sentía que estaba criando a Minho y eso era trágico, hasta terrorífico a veces. Le puso Minsung, pues dentro de él también tenía la esperanza que fuera hijo de Minho y algún día poder decirle que era su hijo. Un día muy lejano cuando tuviera entre 18 y 50 años. Por ahora quería disfrutarlo para él solito.
Era muy divertido ser padre soltero, sobre todo esa parte donde dijo que iba a madurar junto a su hijo. Esa fue una completa mentira. Su hijo era tan parecido a su mejor amigo en ese aspecto, un maldito obsesionado con el orden, la higiene, la disciplina y los animales.
—Traje a este animalito porque claramente lo olvidaron.
—Muchas gracias, Minho. —se quedó pensando nuevamente en todo lo que… Espera, pensó.
—Saliste huyendo. Ya entiendo por qué.
—¿Qué haces aquí? ¿Quién te abrió? Sung, ¿por qué le abres a desconocidos?
—Papá, te dije que un señor grande trajo a Wilson y no me hiciste caso. Para serte sincero, prefiero a Wilson que mi propia seguridad y como sé que llego uno de tus amigos yo tengo que irme a mi habitación, así que mucho gusto, señor enorme. —Su hijo hizo una reverencia y Minho no pudo evitar sonreírle dulcemente.
Fue traicionado por su hijo. Cruel.
—Supongo que tenemos mucho que hablar, querido Jisung.
El nombrado se paró y le pidió que por favor lo acompañara afuera. Acto seguido lo dejó en el jardín y se metió corriendo a su casa, dejando al hombre enfurecido y gritando su nombre una y otra vez.
—Si no te vas voy a hablarle a la policía y sabes que sí lo hago.
—Sé un adulto y dame la cara.
—No, no quiero. Vete.
—Jisung, no me hagas tomar medidas drásticas.
¿Qué iba a hacer? Él no estaba listo para afrontar la realidad, no estaba listo para que le quitaran a su hijo, no estaba listo para compartirlo, han sido trece años solo.
Respiró hondo y abrió la puerta. Ahí estaba Minho con esa cara de molesto que para ser muy sincero le excitaba, pero no era el momento para pensar en eso.
—Hablemos —mencionó el Jisung.
—Gracias.
Regresaron a la sala de estar y se sentaron uno al lado de otro. Jisung rascó su cabeza mientras se sentaba y paraba a cada rato, mordiendo sus uñas y haciendo ruidos muy raros.
—¿A qué hora empiezas? —preguntó Minho.
—¡No es tuyo! —gritó y Minho empezó a reír.
—Finjamos que eso es cierto.
—Es cierto. Mi hijo no es tuyo.
—¿Las orejas?
—Como las mías.
—Se parece a mí.
—Hay siete personas en el mundo que se parecen a ti, eso no prueba nada.
—Se llama Minsung, algo que ya de tu parte lo hizo muy obvio.
—Min es un nombre libre que puedes encontrar hasta en un diccionario de nombres. Eso tampoco prueba nada.
—Su amor por los hurones, justo como yo cuando era niño.
—Detalles y casualidades nada importantes.
—No niegues lo innegable.
—¡No es tu hijo! Es mío, ¿dónde estuviste cuando estaba enfermo? ¿Su primer día de clases? ¿Dónde estuviste cuando quería ir al cine y yo no podía llevarlo?
—Claramente lejos de él porque no sabía de su existencia. Jisung, deja de hacerte la víctima y hazte responsable de tus malditos actos. Has sido egoísta. ¿Crees que no tenía el derecho de saberlo?
—Es que no es tuyo.
Minho se paró y se puso frente a él. Jisung no podía pensar correctamente en más estupideces porque se veía tan atractivo y olía demasiado bien.
—Hagamos una prueba de ADN —pidió Minho.
—Min le tiene miedo a las agujas.
—Puede ser con el cabello.
—No le gusta que se lo toquen.
—Pues con su saliva.
—No produce.
— ¡YA! —Ese fue el límite para Minho—. Deja de ser tan infantil y acepta que ese niño es mío, Sung. Por Dios. Me perdí la vida de mi hijo durante todo este tiempo y solamente piensas en maneras estúpidas de negar lo obvio. Ese niño es mío, justo de esa noche donde...— Jisung levantó un dedo pidiendo que se callase.
—Es que... Tenía miedo. No sabía de quién era el niño y huí. —Ambos se sentaron nuevamente—. Cuando el doctor me dio la noticia sentí mucho miedo y después me puse muy feliz. Creí que lo mejor sería irme y cuidarlo por mi cuenta, sin embargo, cuando lo miré supe que era tuyo, pero no quería decirte porque en el momento en que lo miré supe que lo quería para mí solo.
—Eso es egoísta tanto para mí como para él.
—Nunca le ha faltado nada y sí, puedo ser distraído, siempre he estado para él en todo momento.
—¿No pregunta por su otro padre? —No supo en qué momento Jisung empezó a llorar, pero verlo de esa manera le dolió. Así que lo abrazó muy fuerte—. Tienes que enfrentar las cosas, tal vez sucedieron de una manera diferente, pero ahora lo sé y no quiero alejarme de su lado.
—Supongo que yo tampoco. —Esa voz vino de las escaleras y ambos giraron en esa dirección—. No fue mi intención escuchar todo, Wilson tenía sed y bajé por agua.
Minho se paró para acercarse al niño, dobló las rodillas hasta estar a su altura. Lo miró. Solo pudo pensar en el impactante parecido.
—Me llamo Minho. —Extendió la mano—. Soy tu otro padre.
—Me llamo Minsung y supongo que soy tu hijo.
—Estoy fascinado de conocerte. ¿Puedo abrazarte?
Para Jisung fue una montaña rusa de emociones ver como su hijo bajó al pequeño animal y se aventó a los brazos de su padre. Minho se sorprendió por tal respuesta y lo abrazó de vuelta para por fin después de todo echarse a llorar. Besó su cabello, sus mejillas regordetas y su frente todas las veces que pudo. Ambos se limpiaron las lágrimas y Minsung lo guió a su habitación para platicarle varias cosas, como si se conocieran de años; mientras Jisung miró todo simplemente sentado en el sofá, se paró para agarrar a Wilson, quien ya se había subido a la silla y lloró con él.
—Él me va a odiar, Wilson.
Sin embargo, unos brazos en su cintura lo hicieron mirar hacia abajo—. Nunca te odiaría, papá. Ven, quiero que le muestres a Minho mis fotos de bebé.
Sonrió, asintió y le dio un beso en la frente. Fue por los álbumes y pensó que eso sería igual de difícil.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro