[Hyunjin]

—¿Te gusta esto? — le pregunté con tono ronco mientras lo masturbaba.

—Mierda, sí— respondió entre jadeos.

Minho recargó su cuerpo contra el mío, usó mi hombro como su almohada y cerró sus ojitos mientras disfrutaba al máximo la sensación de estar siendo atendido por mí; ejercí más velocidad en mis movimientos y él abrió mucho la boquita y una serie de agradables gemidos hicieron acto de presencia en la habitación.

Llevé mi boca hasta su cuello y comencé a besarlo, lamerlo y a mordisquear suavemente dicha zona, esto generó que Minho se convirtiera en una gelatina pues empezó a temblar por lo que lo tomé de la cintura con fuerza con mi mano libre para evitar que cayera al suelo.

—Te ves malditamente hermoso ahora mismo, Minho— admití tras encontrarme con su mirada a través del espejo de cuerpo completo y un lindo sonrojo cubrió el rostro del pelinaranja que soltó otro gemido al sentir los espasmos que anuncian su liberación.

—Jinnie, ¡ya casi! — murmuró entre gemidos que son música para mis oídos. —Mhg... un poco más, por favor— susurró.

Incrementé la velocidad en mis movimientos y esto logró que Minho volviera a recargar su cabeza contra mí, abrió su boquita y soltó constantes gemidos mientras pedía por más hasta que su blanquecino esperma salió disparado.

Su cuerpo se relajó por completo y no dudé en cargarlo como princesa para llevarlo hasta la cama en donde lo recosté y lo limpié, después acomodé su ropa en silencio y me recosté a su lado. Minho acercó su cuerpo al mío y lo abracé desde atrás sin dudarlo y al parecer, hizo lo que él me pidió disimuladamente en silencio.

"Al menos esta vez no ha nombrado a su crush mientras lo hacía gemir de satisfacción", no pude evitar pensar con alegría.

—Otra vez volví a caer— se rio.

—Caerás todas las veces que sean necesarias porque hemos sido hechos para satisfacernos— dije con tono burlón después de propagarle una nalgada que lo tomó por sorpresa.

—¿No crees que deberíamos evitar esta clase de encuentros?

—¿Es lo que quieres?

—Hyunjin, sabes perfectamente que me gusta alguien más y tú tienes novia, ¿no es obvio el hecho de que esto está mal?

—Yo lo disfruto bastante— admití después de darle un beso en la parte trasera de su cuello.

—Y yo no he dicho lo contrario, pero debemos pensar en los demás...

—Dejaré de hacerlo si me lo pides— le aseguré con tono serio.