[Hyunjin]

Me sentí extremadamente molesto tan pronto vi a ese chico junto a mi mejor amigo; esta más que claro el hecho de que lo detesto demasiado porque evidentemente él quiere obtener el corazón del lindo pelirrubio, pero no puedo permitir eso porque tengo bien claro que el pelinaranja no se lo merece por muchos motivos.

—Felix, por favor— le pidió con tono suave el chico de cabello naranja. —Te prometo que te haré muy feliz...

—Yo... ¿cómo lo digo?

—¿No entiendes que mi amigo no está interesado en ti? — no pude evitar entrometerme en una conversación ajena porque seguramente Félix no podrá ser capaz de enviar a ese chico a la mierda. —Deja de molestarlo— le exigí tan pronto me posé frente al pelirrubio que se ha sonrojado por completo.

—No estoy hablando contigo— dijo el pelinaranja.

Solté una risita y dije—: Será mejor que te largues ahora mismo porque de lo contrario...

—¿Qué harás? ¿Me golpearás? — me interrumpió y odié demasiado su tono burlón.

Nunca antes había entablado conversación alguna, pero si había notado que miraba demasiado a Félix y eso me hizo ponerme en alerta porque mi amigo es bastante lindo como para caer en las garras de alguien como ese chico de cabello naranja que parece muy mal educado.

—Hijo de...

—Será mejor que no me busques más— le pidió Félix con tono suave. —Yo estoy profundamente enamorado de Chan y lo nuestro va en serio, así que, no tengo espacio en mi corazón para otra persona porque ya está lleno. ¿Podrías hacerme el favor de no insistir más?

"Ah. Lee Félix es demasiado para cualquier persona", no pude evitar pensar.

—¡Solo dame una oportunidad! — le pidió el pelinaranja.

—¿No puedes hablar nuestro idioma? ¡Solo hablas mierdas! — exclamé con furia después de empujarlo con un poquito de fuerza que lo hizo dar unos cuantos pasos hacia atrás, pero Félix no dudó en detenerme porque no es fan de la violencia.

—No lo lastimes— me pidió y después se giró hacia el pelinaranja—: Gracias por fijarte en mí, pero no estoy interesado en ti. Lo siento.

Félix comenzó a caminar hacia las puertas de la universidad por lo que no dudé en girarme hacia el pelinaranja para mostrarle una radiante sonrisa burlona que lo hizo rodar los ojos. No entiendo exactamente el motivo que me hace odiarle demasiado y no puedo evitar dejárselo en claro porque eso me hace sentir bastante bien.

—No lo vuelvas a buscar porque de lo contrario me haré cargo de ti de la peor manera— le advertí antes de retomar mis pasos hacia las grandes puertas, sin embargo, el pelinaranja me tomó de la muñeca y aseguró—: No me rendiré tan fácil, imbécil entrometido.